jueves, 31 de mayo de 2012

Entonces, amigo Mario…… ¿“cuántos” dice Ud., que reciben el reino?

Porque claro, dicho caballero nos acaba de decir lo uno y lo contrario, tal como nos tiene acostumbrados y confirmando con ello nuestra aseveración, en el sentido de no tener demasiado claro (casi nunca), de qué nos está hablando; y es que acaba de publicar un artículo, queridos lectores, en donde bajo el título “Recibiendo el reino…… ¿quiénes?” (24/05/12), nos explica que aquellos que heredan el reino con Cristo, en calidad de gobernantes del mismo, son una “manada pequeña”…… y lo cual es cierto, pues eso es a lo que se refería Jesús al citar dichas palabras en el pasaje de Luc.12:32 y con el que inicia su artículo el Sr. Olcese; pasaje en donde se puede leer lo siguiente:

No teman, rebaño pequeño, porque su Padre ha aprobado darles el reino.”

Hasta aquí, bien…… pero vean ahora ustedes, las palabras con las que se descuelga al final de su escrito y transcritas tal cual, eso es, sin ningún retoque:

¿Quiénes componen entonces la manada pequeña?

La manada pequeña son todos aquellos que se salvan, tanto judíos como gentiles que tienen las características indicadas arriba, pues así lo dijo el Señor en Mateo 7:13, 14: “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella porque estrecha es la puerta, y ANGOSTO el camino que lleva A LA VIDA, y POCOS son los que la hallan”. Y también en Lucas 13:23,24, leemos: Y alguien le dijo: Señor, ¿son POCOS LOS QUE SE SALVAN? Y él les dijo: Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán (luego Jesús admitió que serían pocos los que se salvarían).

Así que si bien habrá 144,000 hebreos que estarán en un lugar privilegiado en el trono del Señor, también hay una grande muchedumbre incontable delante del Cordero y delante del trono vestidos con ropas blancas. No obstante, comparados los salvos con la totalidad de la humanidad que se pierde, todos estos salvos siempre serán POCOS en número. ¡Realmente una manada pequeña! (Negritas y acotación nuestras).

Y afirmación esta última, que de entrada y como disparate no está nada mal, porque las Escrituras nunca comparan a los “salvos” que con Cristo han de reinar, con “la humanidad que se pierde”, según nos dice D. Mario, sino con el ingente grupo de sobrevivientes de la “gran tribulación” y comparativa (al menos hasta donde nosotros conocemos) que solo se encuentra en el libro de Revelación. Pero dicho esto y que más adelante complementaremos, quizás nos tendría que explicar en primer lugar el Sr. Olcese, como es posible que si esa “manada pequeña” de “salvos” y que son los que reinarán con Cristo en el reino de Dios, se compone de judíos y gentiles y así es ciertamente, resulte que al final y por arte de “birlibirloque”, esos 144.000 que según Rev. 14:1, tienen que reinar con Cristo (luego estaríamos hablando de los mismos personajes), se conviertan todos en hebreos, eso es, judíos naturales y sin ningún gentil entre ellos…… ¿nos podría aclarar el Sr. Olcese, esa “extraña” metamorfosis?

Pero lo más sorprendente, es que después de estar enfatizando durante todo su artículo que serán “pocos” los que se salvan (y que, repetimos, son los únicos que reinarán con Cristo), vuelve con la burra al pesebre, eso es, a su disparatado e incomprensible planteamiento y rebatido desde este blog hasta la saciedad, de insistir en sumarles a estos “pocos” y en sus tareas de reinar, a la “gran muchedumbre” de Rev. 7:9 que sobrevive a la “gran tribulación” venidera…… y que solo el hecho de que vayan vestidos de blanco, para D. Mario ya es más que suficiente para elevarlos a la categoría de reyes junto a Cristo en el reino milenario (y que ya hay que ser simple para llegar a semejante conclusión, si se nos permite el comentario). Y es que al Sr. Olcese, por lo visto no está capacitado para discernir y miren que se lo hemos razonado en varias ocasiones, que puesto que solo pueden reinar con Cristo aquellos que participan de la llamada “primera resurrección” (a menos, eso sí, que Rev. 20:6 nos mienta), esas personas que forman parte de la “gran muchedumbre” y dado que sobreviven a la “gran tribulación”, evento que concluye con la batalla final de Armagedón, resulta que pasan con vida al reino de Dios y por lo tanto, puesto que no han muerto, es obvio que no pueden participar de ninguna manera de dicha “primera” resurrección (ni de ninguna otra, razonablemente)…… en definitiva, que no pueden reinar con Cristo, aunque D. Mario los vista de “Emidio Tucci”.

Y algo que estaría en línea con las propias palabras de dicho caballero, cuando en ese segundo párrafo transcrito, nos dice que esos 144.000 “hebreos” ocupan una “posición de privilegio en el trono” (luego habría que suponer, que están compartiendo trono o gobernación), mientras que a la “gran muchedumbre” se la ve de pie (en actitud de respeto) y delante de dicho trono (Rev. 7:9), eso es, en una ubicación totalmente distinta a la de los 144.000…… y que es la que corresponde a los que son gobernados. Por otra parte, no podemos olvidar que en Rev. 7:4 y 9, se establece una perfecta distinción entre quiénes son los unos y quienes son los otros, quedando perfectamente claro que no pueden ser lo mismo: los 144.000 son una cosa y la “gran muchedumbre” otra totalmente distinta…… a menos que dos y dos hayan dejado de sumar cuatro y nosotros, no nos hayamos enterado de ello.

Pero claro, esa situación conlleva una derivada que tiene que ver con algo que dicho caballero constantemente ha negado y sin ninguna base para ello (todo sea dicho), sino todo lo contrario, como es la evidente existencia de dos grupos distintos y de diferentes características que entran al reino de Dios; porque veamos: el propio Sr. Olcese hace referencia en su escrito, a los dos distintos grupos de los que se nos habla en la Revelación como los únicos que estarán presentes cuando inicie el período milenario del reino de Dios; eso es, por una parte el grupo de los 144.000 de Rev. 7:4 y a los que posteriormente (Rev. 14:1), se les ve ya en su posición de reyes al lado de Jesucristo (luego son gobernantes)…… y por otra, el grupo de la “gran muchedumbre” que sobrevive a la “gran tribulación” (Rev. 7:9; 14) y que también entra al reino de Dios, pero puesto que ya hemos visto que no pueden reinar con Cristo en el reino de Dios, solo podríamos estar hablando de ellos como súbditos del mismo…… y de los que el anciano apóstol Juan, que puso por escrito dicha Revelación, no tenía ni la más ligera idea de quiénes podían ser (versos 13-14).

Y detalle muy importante este, si se nos permite el señalarlo, porque significa que mientras el envejecido Juan sí conocía lo concerniente al grupo de los 144.000 que tenían que reinar con Cristo, pues él formaba parte del mismo, desconocía totalmente la identidad y procedencia del segundo grupo o “gran muchedumbre” y que no podían reinar con Jesucristo, por las razones expuestas hace solo dos párrafos; luego se ponga como se ponga el Sr. Olcese, el milenio empieza su andadura con dos grupos perfectamente diferenciados, eso es y simplificando la cosa, uno de reducido tamaño (Luc. 12:32) que gobierna y otro infinitamente más numeroso, al grado que “ningún hombre podía contar” (Rev. 7:9), que es gobernado…… y repetimos: se ponga como se ponga y diga lo que diga D. Mario, que una vez más está negando lo evidente. Y por si acaso, ya le puntualizamos a dicho caballero, que nosotros estamos hablando acerca de lo que dicen las Escrituras…… y no de la interpretación que de ello hacen los TJ, que son dos cosas totalmente distintas.

Pero para dar más fuerza a nuestro argumento, planteémonos una pregunta: ¿Por qué Juan desconocía la existencia de esa “gran muchedumbre, que ningún hombre podía contar”? Tengamos en cuenta que lo único que hace el anciano que se dirige a Juan, es sencillamente preguntarle a este, acerca de lo que sabe o no sabe…… y Juan no sabía absolutamente nada de esa ingente cantidad de personas por aparecer; pero ¿por qué? Pues porque cuando Jesús vino a la tierra, su comisión y que posteriormente encomendó a sus apóstoles, era la de encontrar a aquellos que con él tenían que reinar, eso es, el buscar a los merecedores de semejante privilegio y algo en lo que el propio Sr. Olcese está de acuerdo, pues esto es lo que publicó en un artículo del 12/10/10, titulado “Estar con Cristo ¿qué implica esta frase?”:

Pero lo cierto es que Jesús vino a los Suyos para buscar herederos de su reino, y éstos, por supuesto, eran una manada pequeña comparados con los gentiles del mundo entero. Pero una vez que la mayoría de Su pueblo natural rechazó la oferta del reino, Jesús llamó a los gentiles a través del ministerio de Pablo, y a éstos, les dijo: “Si sufrimos, también REINAREMOS con él; Si le negáremos, él también nos negará” (2 Timoteo 2:12). Así que una participación activa en el reino también le fue ofrecida a una grande multitud de conversos gentiles.” (Negritas nuestras).

Pero hay que hacer notar y como antes ya hemos señalado, que en Rev. 7:4 y 9 no se compara a ese grupo de “salvos” o gobernantes con Cristo, con respecto de la humanidad desobediente (algo en lo que incide de nuevo D. Mario, en este párrafo transcrito) y que será destruida en la batalla final de Armagedón, sino con respecto de una “gran muchedumbre” (o multitud) de personas que como hemos visto, no pueden reinar con Jesucristo en el reino, como queda perfectamente establecido en nuestra argumentación al respecto…… y en segundo lugar, destacar la importancia que tiene en este asunto y para ayudarnos a entender cuántos son lo que realmente tienen que reinar con Cristo en el reino de Dios, el hecho que la captación de gentiles para esa oportunidad extendida a ellos por el Altísimo, debido a la actitud renegada de Su pueblo Israel, tenía un límite. Por lo que la afirmación final de este párrafo en el sentido que “una participación activa en el reino le fue ofrecida a una gran multitud de conversos gentiles” y estableciendo una directa relación con la “gran multitud” de Rev. 7:9, es totalmente falsa y además tendenciosa, pues lleva el engaño…… pero veamos unas palabras del apóstol Pablo, que nos muestran que ciertamente existía el límite mencionado:

Porque no quiero, hermanos, que ignoren este secreto sagrado, para que no sean discretos a sus propios ojos: que un embotamiento de las sensibilidades le ha sucedido en parte a Israel hasta que el número pleno de gente de las naciones haya entrado.” (Rom. 11:25).

Luego lo que se sobrentiende de estas palabras y por el contexto en el que se hallan, es la existencia de un número concreto y pre-determinado por Jehová de gobernantes asociados con Cristo, a tomar del pueblo de Israel y que al rechazar la mayoría de ellos dicho privilegio, Dios abrió la oportunidad a personas de las naciones, eso es, no israelitas o gentiles, de poder acceder al mismo en sustitución de esos israelitas rebeldes y así poder completar la cantidad predeterminada por Él para ese momento…… y algo que nos confirma el propio Pablo, unos versos antes (del 17 al 22), en dónde dirigiéndose a esas personas de las naciones o gentiles y comparando a Israel con un olivo, dice lo siguiente:

Sin embargo, si algunas de las ramas fueron desgajadas, pero tú, aunque eres acebuche (olivo silvestre), fuiste injertado entre ellas y llegaste a ser partícipe de la raíz de grosura del olivo, 18 no te alboroces en triunfo sobre las ramas (las naturales que fueron desgajadas). Pero, si te alborozas en triunfo sobre ellas, no eres tú quien soporta la raíz, sino la raíz a ti. 19 Dirás, pues: “Algunas ramas fueron desgajadas para que yo fuera injertado”. 20 ¡Está bien! Por su falta de fe fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. Cesa de tener ideas encumbradas; antes bien, teme. 21 Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales (israelitas naturales), tampoco te perdonará a ti. 22 Ve, por lo tanto, la bondad y la severidad de Dios. Para con los que cayeron hay severidad, más para contigo hay la bondad de Dios, con tal que permanezcas en su bondad; de otra manera, tú también serás podado.” (Acotaciones nuestras).

Entonces queda claro que existía un número concreto y pre-determinado por el Altísimo de israelitas naturales (las ramas del olivo simbólico), para hacer de ellos reyes y sacerdotes en un reino futuro (Éxo. 19:6), pero que al no alcanzarse el quórum necesario por la falta de fe de la mayoría del pueblo judío, Jehová completó sustituyendo dichas bajas, con personas de las naciones (o ramas de acebuche u olivo silvestre, según la ilustración de Pablo). Luego no estaríamos hablando de un continuo añadir al grupo de los “salvos”, como nos proponen el Sr. Olcese y tantísimos otros, sino del reemplazo de unos por otros…… lo cual nos confirma la existencia de un límite o número concreto por parte de Jehová, de miembros a acompañar a Cristo en su regir y al que Jesús (que habría que suponer, que algo sabría del tema), calificó en su conjunto como de “rebaño pequeño” (Luc. 12:32). Y que esa comisión iniciada por Jesús y continuada por los apóstoles, tenía un corto recorrido, queda claro por el hecho de que cuando Jesucristo derramó el bautismo de espíritu santo sobre esos doce apóstoles y lo que implicaba el reconocerlos de manera pública como sus “hermanos” y por tanto, como Hijos adoptivos de Dios (Juan 20:17), delegó solo en ellos y según el contexto escritural, la potestad de poder bautizar en espíritu santo, eso es, el poder transmitir a otros dicho espíritu de adopción (mediante la imposición de manos) y algo que tenemos perfectamente documentado (entre otros) en nuestro artículo del 14/09/10 “No es eso, Sr. Olcese…… no es eso”.

Luego es obvio, que Jesucristo tenía perfectamente claro que al llegar el final de la vida de sus apóstoles, con ello finalizaría la labor de recolectar a esos “merecedores” que junto a él tenían que gobernar en el reino, en calidad de reyes y sacerdotes…… y hasta ahí sabía Juan, pues en sus días no se hablaba de nada parecido a personas que ocuparan el lugar de súbditos en ese reino de Dios, como queda perfectamente demostrado en todas las cartas que esas personas “ungidas” por espíritu santo, se cruzaron entre ellas por espacio de muchos años…… sencillamente, porque a ellas no les fue encomendada la tarea de buscar súbditos, sino gobernantes para el reino. Por lo que hay entender, que a partir de la muerte del último de los apóstoles, cesó en la tierra dicha actividad de recolección de esas personas…… y hasta el día de hoy; sin embargo y según Rev. 6:9-11, dicho número pre-determinado por Jehová de hijos adoptivos Suyos aún no está completo:

Y cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido degollados a causa de la palabra de Dios y a causa de la obra de testimonio que solían tener. 10 Y clamaban con voz fuerte y decían: “¿Hasta cuándo, Señor Soberano santo y verdadero, te abstienes de juzgar y de vengar nuestra sangre en los que moran en la tierra?”. 11 Y a cada uno de ellos se dio una larga ropa blanca; y se les dijo que descansaran por un poco de tiempo más, hasta que se completara también el número de sus co-esclavos y de sus hermanos que estaban a punto de ser muertos como ellos también lo habían sido.”

Recordemos y permítannos el inciso, que en el pasaje anteriormente citado de Rom. 11:25, hemos leído que “el embotamiento de las sensibilidades le ha sucedido en parte a Israel hasta que el número pleno de gente de las naciones haya entrado”; luego puesto que dicho embotamiento continúa en nuestros días, pues sigue Israel sin reconocer a Jesús como el “Ungido” enviado por Jehová y siguen esperando dicha venida para un futuro, ello significa que el número pleno de gentiles o “gente de las naciones” aún no se ha alcanzado.

Entonces lo que se nos anuncia en este pasaje de Rev. 6:9-11 citado, es la futura aparición en la tierra de un resto de esas personas “ungidas” como Hijos adoptivos de Dios, luego nada que ver con los “fantasmas” que actualmente se auto-proclaman como tal…… porque claro, si se nos dice que en un futuro y que es obvio que este aún no ha llegado, tienen que aparecer personas de esa condición y dotados de poderes sobrenaturales (Rev. 11:5-6), es que las que hay hoy en día a nuestro alrededor y que afirman ostentar dicha condición, no son tales, sino que son unos farsantes y unos mentirosos; o en su defecto, que no tienen ni la más remota idea de lo que dicen las Escrituras, aunque se reconozcan así mismos como publicadores de las “prístinas verdades” que estas contienen: por ejemplo, Apologista Mario Olcese, entre muchísimos otros.

Y la comisión de esos “ungidos” por aparecer, será la de llevar la delantera en una nueva predicación (Rev. 11:3) y por ello con una distinta finalidad, pues a diferencia de la primera en los tiempos de Jesús y hasta la muerte de los apóstoles, ya no se buscará a gobernantes para el reino, sino a los súbditos del mismo…… y esa es la predicación de la que habló Jesús para un futuro lejano, pero hoy ya muy próximo:

Y estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.” (Mat. 24:14).

Y palabras que dan consistencia a nuestra afirmación, en el sentido que la predicación llevada a cabo en el primer siglo tuvo un final, pues de lo contrario no se hablaría de otra predicación futura y que formaba parte de las señales dadas por Jesús a sus discípulos, que marcarían el tiempo del fin. Por lo tanto, la predicación que se inició con Jesús y continuaron sus apóstoles, no se extendió a través de los siglos como nos quieren dar a entender esos “genios” actuales de la interpretación bíblica, sino que tuvo un final...... y lo que conlleva una derivada, porque si eso es así ¿de dónde han sacado esos supuestos “ungidos” actuales, su también supuesta condición de Hijos adoptivos de Dios? Pero volviendo al tema central de este artículo, por otra parte resulta que en la porción transcrita del artículo del Sr. Olcese del 24/05/12 y con la que iniciábamos este escrito, se nos dice algo revelador y que repetiremos de nuevo, por lo novedoso de su significado:

Así que si bien habrá en el reino 144,000 hebreos que estarán en un lugar privilegiado en el trono del Señor, también habrá una grande muchedumbre incontable delante del Cordero y delante del trono vestidos con ropas blancas.” (Negritas nuestras).

Porque si el Sr. Olcese nos menciona por una parte, que “en el reino” habrán 144.000 que “estarán en un lugar de privilegio en el trono del Señor”, no podemos menos que pensar que se está haciendo referencia a aquellos que con Cristo reinarán en ese gobierno milenario; y si por otra parte, nos habla de la “gran muchedumbre” y que según él, por ir vestidos de blanco también reinan con Jesucristo...... ¿dónde quedan entonces en este cuadro, los notables del AT (los Abrahán, Moisés, Jacob, David, Daniel, etc. etc. etc.) y que según dicho caballero, también “tenían” que participar de ese reino en calidad de reyes? Por lo tanto y visto que ya no nos habla nada de ellos (en la Revelación, de hecho, no se hace referencia alguna a ninguno de esos personajes), entendemos que el Sr. Olcese quizás ya ha abandonado dicha idea y por tanto, ya los ha descartado para acceder a ese cargo…… pero claro, si resulta por contra que los citados sobrevivientes y de los que nos hace mención, tampoco pueden reinar con Cristo por las razones ya expuestas ¿cuántos, realmente, cree el Sr. Olcese que reinarán con Jesucristo en su reino? ¿Será que al final tendrá que estar de acuerdo con nosotros y lo que es peor, con los Testigos de Jehová, en que solo 144.000 son los que con Cristo tienen que reinar (¡y es que ya no hay de donde echar mano!)? Luego si esto fuera así ¡bienvenido al club, D. Mario!...... aunque sinceramente, no creemos que caiga esa breva.

MABEL


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