jueves, 29 de agosto de 2013
“…… y en estos, la justicia habrá de morar”.
Un 2 de febrero de 1905, nació en San Petersburgo (Rusia) Alissa Zinovievna Rosenbaum, posteriormente nacionalizada estadounidense y que derivó en la filósofa y escritora más conocida en el mundo de las letras, bajo el seudónimo de “Ayn Rand” (y cuya imagen acompaña este escrito), entre cuyos numerosos éxitos literarios destacan los best-sellers “El manantial” y “La rebelión de Atlas” y el haber desarrollado un sistema filosófico al que denominó “Objetivismo”. Sin embargo, dicho personaje que murió en Nueva York el 6 de marzo de 1.982, bien podía haber pasado a la posteridad solo por unas breves palabras que escribió allá por los años 50 del siglo pasado y que en unas pocas líneas, describía magistralmente la dramática realidad del mundo en el que vivimos:
"Cuando adviertas que para producir necesitas obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebes que el dinero fluye hacia quienes no trafican con bienes sino con favores; cuando percibas que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias, más que por su trabajo y que las leyes no te protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra ti; cuando descubras que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un auto-sacrificio, entonces podrás afirmar, sin temor a equivocarte, que tu sociedad está condenada."
Estamos seguros, querido amigo que nos lee, que si usted es una persona informada y algo que no dudamos, suscribirá dichas palabras pues desde el lugar en donde usted viva, hasta el último rincón del planeta, esa es la maldita constante: una inmensa mayoría, expoliada y oprimida por una minoría gobernante, que con la excusa de que todo lo hacen por y para “el pueblo” y por el cual ellos “se sacrifican”, se lo llevan crudo llenando sus arcas personales no solo para ellos, sino para sus futuros descendientes, pues tal es el expolio al que nos someten a nosotros, el llamado “pueblo”. Y sin que este escrito pretenda ser un alegato en contra de nadie, ni una llamada a nada (no es para esto, para lo que fue creado este blog), lo cierto es que por todas partes vemos lo mismo: la explotación del hombre gobernado o “pueblo”, por parte del hombre que gobierna y con el consecuente y creciente cabreo del “pueblo” que se lanza a la calle en defensa de aquello que entiende son sus derechos adquiridos a lo largo de una vida de duro trabajo, para encontrarse con que aquellos a los que pagan el sueldo con sus impuestos, entiéndase gobernantes (políticos, reyes o dictadores militares) se revuelven contra ellos azuzándoles a las fuerzas de seguridad del estado y que en teoría, están para defender al “pueblo” de los abusos de terceros; con lo que nos encontramos con la paradójica situación de la única “empresa” en que el asalariado (el gobernante), manda, impone y exprime al empresario que le paga el sueldo (“el pueblo”)…… o lo que es lo mismo, el mundo al revés y algo de lo que ya se nos advirtió unos 3.000 años atrás, en unas sabias palabras que resumen perfectamente lo expuesto por la escritora de la que hemos citado:
“Todo esto he visto y hubo un aplicar mi corazón a toda obra que se ha hecho bajo el sol, durante el tiempo que el hombre ha dominado al hombre para perjuicio suyo.”
Luego podríamos decir que la declaración de la mencionada escritora, no es más que la fehaciente constatación siglos después, de la veracidad incontestable de las palabras del sabio rey Salomón y que encontramos en la Biblia, en Ecle. 8:9…… pero resulta que en la Biblia, también se nos explica la razón fundamental del porqué las cosas son así, según unas geniales palabras del apóstol Pablo:
“Sin embargo, los que están resueltos a ser ricos caen en tentación y en un lazo y en muchos deseos insensatos y perjudiciales, que precipitan a los hombres en destrucción y ruina. 10 Porque el amor al dinero (y el poder que el mismo conlleva aparejado) es raíz de toda suerte de cosas perjudiciales y, procurando realizar este amor, algunos han sido descarriados de la fe y se han acribillado con muchos dolores.” (1 Tim. 6:9-10). (Acotación nuestra).
¿Y qué es lo que vemos a nuestro alrededor, sino el afán desmedido de riquezas y como hemos señalado, del poder que estas dan, por parte de nuestros gobernantes y que han corrompido hasta el tuétano, a los tres pilares fundamentales de la llamada democracia (según dicen, la menos mala de las formas de gobierno), como son el poder legislativo, el judicial y el ejecutivo? Ya después de esta breve semblanza, volvamos a leer las palabras de la Sra. “Ayn Rand” para entenderlas, ya ahora sí, en toda su dimensión:
“Cuando adviertas que para producir necesitas obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebes que el dinero fluye hacia quienes no trafican con bienes sino con favores; cuando percibas que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias, más que por su trabajo y que las leyes no te protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra ti; cuando descubras que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un auto-sacrificio, entonces podrás afirmar, sin temor a equivocarte, que tu sociedad está condenada.”
¿Concluyentes, no? Seguro que leyéndolas, querido lector, algún que otro político se le habrá venido a la cabeza ¿verdad? Porque fijémonos que dicha escritora apunta directamente con la carga de la culpa, a la corrupción desaforada de los políticos que nos gobiernan (y que a fuer de ser honrados ¡cuidadito la “rachita” que llevamos en España, que es como para hacérselo mirar!) y que si alguno no es corrupto, es sencillamente porque aún no ha tocado poder; porque cuando esto sucede, dicho político y por muy bien intencionado que sea, bien por acción, bien por omisión o en una tercera instancia, porque le obligan los poderes fácticos que sustentan su “sillón”, se corrompe…… quizás de ahí el dicho, de que “el poder corrompe”. Y que la sociedad en la que vivimos está condenada sin remisión, es un hecho que toda persona realista y que no es más que un pesimista bien informado, percibe en el mundo que nos rodea cuando ve que tras la brutal crisis económica, falta de trabajo por doquier, generaciones de jóvenes sin futuro alguno, irreversible crisis medioambiental, escases galopante de recursos hídricos que están dejando a muchos pueblos sin agua para el sostén de la vida, hambre generalizada, etc. etc. etc., lo que subyace indefectiblemente es una corrupción sin límites en aquellos que nos gobiernan. Pero es que el que todo ello tiene que ver con un problema de actitud por parte del ser humano, queda perfectamente reflejado en unas interesantes palabras que pronunció el apóstol Pablo, registradas en 2 Tim. 3:1-5 y a las que se podría considerar, como una nítida fotocopia de la situación actual, hecha con casi 2.000 años de antelación:
“Más sabe esto, que en los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar. 2 Porque los hombres serán amadores de sí mismos, amadores del dinero, presumidos, altivos, blasfemos, desobedientes a los padres, desagradecidos, desleales, 3 sin tener cariño natural, no dispuestos a ningún acuerdo, calumniadores, sin autodominio, feroces, sin amor del bien, 4 traicioneros, testarudos, hinchados de orgullo, amadores de placeres más bien que amadores de Dios, 5 teniendo una forma de devoción piadosa, pero resultando falsos a su poder…… y de estos apártate.”
Fijémonos en que dicho autor bíblico, establece una directa relación entre los “pequeños defectillos” mencionados, con los tiempos “críticos” y “difíciles de manejar” en ese momento aún por venir y lógicamente con ello, colocando sobre los hombros del ser humano la total responsabilidad de la situación creada; y es que jamás en la historia de la humanidad, el hombre ha tenido tanta capacidad para influir en su entorno medioambiental, como lo tiene en estos momentos de la historia y en los que está arruinando literalmente su hábitat natural, eso es, su entorno medioambiental…… dejando ya aparte, el inmenso potencial destructivo de armas nucleares, biológicas y de destrucción masiva (o como quiera que se llamen) que poseen las naciones y que podrían acabar con cualquier vestigio de vida en el globo terráqueo, como mínimo una docena de veces. Y lo que nos lleva a suscribir la conclusión formulada por la escritora mencionada, en el sentido de que podemos asegurar “sin temor a equivocarnos”, que esta sociedad está condenada irremisiblemente; y que la situación llegaría a dichos extremos, es algo que ya se nos adelantó hace también casi 2.000 años, momento en que fueron escritas las siguientes palabras:
“Pero las naciones se airaron y vino tu propia ira y el tiempo señalado para que los muertos sean juzgados; y para dar su galardón a tus esclavos los profetas y a los santos y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes y para causar la ruina de los que están arruinando la tierra.” (Rev. 11:18).
Luego lo que estamos viendo, es que se nos anuncia un tiempo “señalado” en que el hombre estaría “arruinando la tierra” y con lo que vendría una inmediata actuación de nuestro Creador, que acabaría con el arruinamiento o destrucción eterna de aquellos que con tanta falta de respeto, tratan aquello que es de Su Exclusiva Propiedad. Notemos sin embargo, que la “ruina” será causada solo sobre aquellos que están “arruinando” la tierra y no a la tierra en sí misma o a aquellos que son ajenos a dicha actitud de arruinamiento…… o mejor dicho, personas que más bien se duelen de cómo se está tratando a la creación de Dios y suspiran por un cambio en la situación (Ezeq. 9:4); y con lo que nos venimos a encontrar con la verdadera condenación de esta inicua sociedad actual, perfectamente retratada en las palabras citadas de Pablo en 2 Tim. 3:1-5 y que tiene que ver con el juicio que Dios, en breve, desatará sobre la humanidad desobediente. Todo considerado, hay que llegar a la conclusión de que a este sistema de cosas tal como lo conocemos, le quedan ya muy pocos “cortes de pelo”, pues a tenor de los rápidos desenvolvimiento en los acontecimientos actuales en esta olla a presión que es el mundo, básicamente en Oriente Medio, o se actúa rápido o solo quedará un solar sobre el cual poder trabajar. Pero claro, al igual que en la “procesión triunfal” de la que nos habla Pablo en 2 Cor. 2:14-16, la botella puede parecer medio vacía para algunos, básicamente para aquellos que por no creer en las promesas del Creador, no ven un futuro claro ante sí, pero sin embargo medio llena para otros, los que sí creemos en dichas promesas; pues dicha situación coloca a unos a las puertas de su destrucción eterna, mientras que a otros, ante su inminente liberación de la carga que significa el vivir en este mundo actual sujetos a muerte, eso es, a todos aquellos que confiamos en las promesas de Dios y siempre a tenor de lo que leemos en el evangelio de Lucas:
“También, habrá señales en el sol y en la luna y en las estrellas; y sobre la tierra angustia de naciones, por no conocer la salida a causa del bramido del mar y de su agitación, 26 mientras que los hombres desmayan por el temor y la expectación de las cosas que vienen sobre la tierra habitada; porque los poderes de los cielos serán sacudidos. 27 Y entonces verán al Hijo del hombre viniendo en una nube con poder y gran gloria. 28 Pero al comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen la cabeza, porque su liberación se acerca.” (Luc. 21:25-28).
Por lo que vemos que en el verso 28, se dirige nuestra atención al momento en que algo comience a suceder y que marca el principio de un tiempo limitado, en el que se acabarán nuestros problemas; y es que cuando uno entiende correctamente lo que se nos está diciendo en este pasaje, se da perfecta cuenta de que “estas cosas” ya han comenzado a suceder, porque veamos: cuando se nos habla de las “señales en el sol, la luna y las estrellas”, no solo se nos puede estar hablando de esos astros literales (de momento que se sepa, en los juicios de Dios nunca ha ocurrido algo semejante), sino que también pueden ser referencias simbólicas a los gobernantes o lideres actuales, bien sean políticos, religiosos o científicos. Que ello puede ser así, nos lo muestra la expresión “por no conocer la salida, a causa del bramido del mar y de su agitación” y lo que no puede hacer referencia al mar literal, pues de ser ello así dicho bramido solo afectaría a las personas que viven en los litorales y no a los miles de millones de personas que viven en el interior de los continentes, por lo que poco tendrían de que preocuparse, cuando la realidad es que se nos dice que la afectada por ese bramido, es la tierra entera…… luego, inevitablemente, aquí se nos tiene que querer decir otra cosa. Pero puesto que la Biblia se interpreta a sí misma, dejemos que sea esta la que nos explique a qué hacen referencia esas palabras y para ello, veamos qué se nos dice en Isa. 57:20:
“Pero los inicuos son como el mar que está siendo agitado, cuando no puede calmarse, cuyas aguas siguen arrojando alga marina y fango.” (Ver también Jer. 50:42 y 51:42).
No olvidemos, por otra parte, que en Rev. 17:15 se le dice a Juan que “las aguas” que vio y sobre las que estaba sentada la ramera, significaban “pueblos y muchedumbres y naciones y lenguas”; luego si como lo reseñado parece apuntar, en ese pasaje de Lucas “el mar” mencionado no es literal, sino que prefigura otra cosa, tampoco lo pueden ser el sol, la luna y las estrellas que aparecen mencionadas en el mismo contexto. Luego si no podemos tomar esos “sol, la luna y las estrellas” de las que nos habla Lucas, de manera literal ¿de qué otra cosa, entonces, se nos podría estar hablando?...... pues según entendemos nosotros y como ya hemos mencionado, bien podría ser una referencia directa a los líderes actuales y en los campos de la política, ciencia o religión, que como “lumbreras” siempre han dirigido o “iluminado” el camino de la humanidad como referentes o “guías” de esta y que ahora se han quedado “sin luz” o soluciones efectivas, dejando a la humanidad en oscuridad total acerca de su futuro. Tengamos en cuenta, que en relatos paralelos al de Luc. 21:25-28 y como confirmación de lo que queremos decir, leemos lo siguiente:
Mar. 13:24-25: “Pero en aquellos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá, la luna no dará su luz, 25 las estrellas estarán cayendo del cielo y los poderes que están en los cielos serán sacudidos.”
Rev. 6:12-13: “Y vi cuando abrió el sexto sello y ocurrió un gran terremoto; y el sol se puso negro como saco de pelo, la luna entera se puso como sangre 13 y las estrellas del cielo cayeron a la tierra, como cuando una higuera sacudida por un viento fuerte echa sus higos aún no maduros.”
Siendo por otra parte, totalmente imposible que siquiera una sola estrella pueda caer literalmente sobre el planeta Tierra, tengamos en cuenta que cuando en la profecía se nos habla de “cielos”, no se nos habla de los cielos literales, sino generalmente de gobiernos humanos y por lo que estas estrellas “cayendo del cielo”, bien pudieran ser los líderes que nos gobiernan cayendo de su posición de privilegio y sucesos que están ocurriendo constantemente en estos últimos tiempos, bien sea por violentos derrocamientos de algunos líderes que parecían inamovibles (ejemplos tenemos en la llamada “primavera árabe”) o bien pérdida de confianza en aquellos que debido a su manifiesta corrupción y en países más o menos democráticos, han perdido el apoyo popular y son despreciados por los gobernados…… en todo caso, unos y otros han “caído” de su posición encumbrada, al no tener ya el favor o reconocimiento de sus conciudadanos; y circunstancia que concurre en estos momentos, en la mayoría de naciones del mundo. Noten por favor, que en el pasaje de Marcos se nos dice que “los poderes de los cielos serán sacudidos” y eso a nuestro entender significa, que dichos gobernantes y producto de ese sacudimiento mundial propiciado por la mala situación por la que transita el mundo, caerán como fruta madura de sus respectivas posiciones encumbradas y perdiendo su “poder” o influencia en una sociedad que les desprecia; e idea que también parece querer transmitirnos el pasaje de Revelación que acabamos de citar, pues cuando continuamos con su análisis y leemos los versos siguientes del 14 al 17, tal parece que quieren confirmar nuestro planteamiento:
“Y el cielo se apartó como un rollo que se va enrollando y toda montaña y toda isla fueron removidas de sus lugares. 15 Y los reyes de la tierra y los de primer rango y los comandantes militares y los ricos y los fuertes y todo esclavo y toda persona libre se escondieron (en una clara manifestación de pérdida de poder) en las cuevas y en las masas rocosas de las montañas. 16 Y siguen diciendo a las montañas y a las masas rocosas: “Caigan sobre nosotros y escóndannos del rostro del que está sentado en el trono y de la ira del Cordero, 17 porque ha llegado el gran día de la ira de ellos y ¿quién puede estar de pie?”.” (Acotación nuestra).
Y en donde el cielo que “se apartó como un rollo” hace referencia a la gobernación humana como un todo (Rev. 21:1), mientras que las “montañas” (o “montes” según versiones) que fueron removidas de su lugar, prefiguran a reinos o grandes potencias existentes actualmente en la tierra y siendo las “islas” que siguen su mismo camino, o bien pequeños países satélite, o bien organizaciones dependientes de esas potencias, como por ejemplo, la ONU, la OTAN, etc. No pasemos por alto, que en el simbolismo bíblico las montañas suelen representar reinos o gobiernos (Dan. 2:35; 44-45; compárese con Isa 41:15; Rev. 17:9-11; 18); la misma Babilonia que arruinó a otras naciones por medio de sus conquistas militares, se le llama una “montaña ruinosa” (Jer. 51:24-25). Un salmo que relata los actos de Jehová contra ciertos hombres de guerra, describe a Dios “envuelto en luz, más majestuoso que las montañas de presa” (Sal. 76:4)…… y dado que las montañas literales no pueden hacer “presa” de nadie, solo podemos pensar que en dicho salmo, dichas montañas obviamente representan a reinos agresivos como el de Babilonia (ver Nah. 2:8-13). En línea con lo que estamos planteando, vemos que David dijo con respecto a Jehová, que este había hecho que su “su montaña” subsistiera con fuerza, lo que indudablemente quería decir que Jehová había ensalzado el reino de David y lo había establecido firmemente (Sal. 30:7; compárese con 2 Sam. 5:12); por otra parte, la profecía de Daniel dice que después de triturar a todos los reinos de la tierra, el reino de Dios llegaría a ser una “montaña grande” que llenaría toda la Tierra (Dan. 2:34-35; 44-45)…… y palabras que quieren decir que dicho reino de Dios, extendería su bendita gobernación sobre toda la Tierra.
Como hemos visto, el hecho de que las montañas puedan representar reinos, nos ayuda a comprender el significado de los pasajes mencionados y entender que en esos contextos, el sol, la luna, las estrellas y un mar que ruge, no pueden ser entendidos literalmente sino que prefiguran hechos o circunstancias en las que tiene que ver el hombre; por lo tanto, es claro que si hacemos un compendio de dichos pasajes, eso es, de Luc. 21:25-28, con Isa. 57:20, Mar. 13:24-25 y Rev. 6:12-17, nos encontramos con lo siguiente: los corruptos gobiernos humanos ya han perdido toda capacidad de dirigir o alumbrar como guías a sus gobernados y lo que resulta en un mundo desorientado e ingobernable y en una total oscuridad, que se revuelve contra dichos gobiernos y como un mar bramante y agitado, se manifiesta por doquier (lo vemos en numerosas naciones) en contra de esos líderes que nada les solventan y que solo se preocupan de su situación o bienestar personal; y que para mantener dicho status personal, usan en contra del “pueblo” todos los recursos a su alcance, como el judicial (que nunca actúa contra los poderosos, sino contra los débiles), las fuerzas de orden público y ya convertidas en “guardia de corps” a su servicio personal para que les defienda de las justas iras del “populacho”, así como del ejército si se tercia y de la tecnología existente para espiar al ciudadano, controlando todo aspecto de su vida, etc. (y sino, véase la que está cayendo actualmente en cuanto a este tema, en EEUU y con la ya famosa NSA)…… y siendo este a groso modo, el panorama con el que nos encontramos actualmente y que como ya les hemos señalado al principio, ello solo significa la señal indiscutible de que como leemos en Luc. 21:28, “estas cosas” ya han comenzado a suceder y por lo que ya estamos tocando nuestra liberación con las manos.
Porque lo que nos aguarda, según el apóstol Pedro, son unos “nuevos cielos (nuevo gobierno) y una nueva tierra (una nueva sociedad humana) que esperamos según su promesa y en estos la justicia habrá de morar” (2 Ped. 3:13); y es que esos futuros gobernantes (Jesucristo y sus hermanos menores) que nos regirán son totalmente incorruptibles, pues han pasado el filtro personal del Altísimo, por lo que son intachables y cuyo único deseo, en armonía con la voluntad divina, sí será el ayudar a sus gobernados, guiándolos a la vida eterna en un mundo de plena justicia, paz y felicidad, como vemos en las siguientes palabras:
“…… porque el Cordero, que está en medio del trono, los pastoreará y los guiará a fuentes de aguas de vida. Y Dios limpiará toda lágrima de los ojos de ellos.” (Rev. 7:17).
Entonces ¿estamos o no estamos ya, en disposición de “levantar nuestras cabezas” en señal de reconfortante alivio, pues nuestra “liberación” está a la vuelta de la esquina? Por lo que y por aquello de “por si acaso”, no pierdan de vista los últimos acontecimientos de Oriente Medio (cada día más graves e insostenibles) y que bien pudieran ser el detonante que marcará la aparición del “anticristo”…… y lo más importante, la de un “resto ungido” que dará inicio a la gran predicación de Mat. 24:14, con lo que iniciarán los últimos siete años del mundo tal como lo conocemos, según la profecía de Dan 9:27. Y de los que los tres y medio primeros años o 1.260 días (Rev. 11:3), aquellos que creemos en las promesas de Jehová los pasaremos predicando acerca del ya recién establecido reino de Dios (Rev. 11:15) y del juicio por venir de parte de Este, sobre aquellos que rehúsen aceptar la invitación de acogerse a sus beneficios, tarea para la cual seremos investidos con el poder de Su espíritu santo (Joel 2:28-29); y los tres años y medio restantes, “ocultados” o “escondidos”, en todo caso protegidos por el Altísimo (Sof. 2:3; Isa. 26:20; Sal. 91) del castigo que Este infligirá a la humanidad desobediente…… luego ¡arriba esos ánimos!, que ya lo tenemos al alcance de la mano. Y es que como dijo la autora de la que hemos citado al inicio de este escrito, la Sr. Alisa Zinóvievna Rosenbaum, (alias Ayn Rand), ahora más que nunca y “sin temor a equivocarnos” podemos asegurar que esta sociedad actual está irremisiblemente condenada.
MABEL
Etiquetas:
Ayn Rand,
corrupción,
Ecle. 8:9,
gobernantes,
justicia,
Luc. 21:25-28,
mar,
montaña,
Oriente Medio,
políticos
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario