Si ese es el camino……
Y es que estamos viendo queridos amigos, que Apologista Mario Olcese y no pudiendo (o no queriendo, que de todo hay en la viña del Señor) por lo visto, responder a nuestros argumentos contrarios a algunas de las tesis que plantea, se dedica a responder preguntas que “casualmente” se ajustan a aquellos temas que precisamente le planteamos nosotros. Si hace unos días, era la de un tal J.M.V. de Santiago de Chile (Rep. de Chile), en este caso es la de un tal A.P.S. de Managua (Nicaragua) y a la que rápidamente da respuesta y lo cual es muy de agradecer. Y de nuevo, permítannos el pequeño exceso de manifestar nuestra alegría por ver que continúa el aumento de nuestra audiencia por semejantes lares (¡ya tenemos dos!). Lo que ocurre, es que teniendo en cuenta la fecha en que nosotros publicamos la objeción a la que hace referencia la pregunta en cuestión y la fecha de respuesta de la misma, tal parece que llegó primero la pregunta, que nuestro artículo de objeción; pero en fin, no nos hagan mucho caso…… es que los que ya tenemos cierta edad, somos muy mal pensados.
Pero no podemos evitarlo ya que además, nos sorprende la idéntica formulación de las preguntas, porque la opinión del Sr. Olcese que demandan ambos caballeros (imaginamos), acerca de los temas que plantean, ya la tienen expuesta en los artículos de D. Mario, a los que nosotros desde este blog hemos dirigido la objeción y objeción de la que esos caballeros, hacen el objeto de su pregunta; por lo cual, la cosa como que no parece tener demasiado sentido y casi parece que dichas preguntas, han sido formuladas por la misma persona. Y cuestión que podríamos resumir, más o menos así: D. Mario en un momento dado escribe A y a lo que nosotros, posteriormente, le presentamos la objeción B; entonces viene el caballero preguntón, diciendo: ¿por qué, Sr. Apologista, hay algunos que dicen B?...... pues hombre, porque D. Mario antes escribió A. O sea, que si la persona que pregunta, se leyera previamente A, ya no tendría que preguntarle nada al Sr. Olcese ¿o no es así, D. Mario? De todas formas repetimos…… somos así de malpensados (¡cosas de la edad, qué quieren ustedes!). Pero la cuestión es que viendo la diferencia de trato (a esos señores se le responde enseguida y a nosotros ni se nos responde), hemos tomado una decisión: nos sumaremos al grupo de los que preguntan y a ver si tenemos más suerte. Y para ello, vamos a plantear el fundamento de nuestras preguntas.
La pregunta llegada “de Managua”, se expresa en los siguientes términos:
“He sabido de algunos sectarios que sostienen que los fieles de la pre cristiandad no entrarán en el reino de Dios como “reyes y sacerdotes” porque ninguno ellos nació otra vez de agua y del Espíritu. ¿Qué opina al respecto?”
Y la respuesta de D. Mario, más o menos la podríamos resumir y siempre transcribiendo de los párrafos de su escrito, de la siguiente manera:
“Creo que los que enseñan eso están equivocados, ya que Noé y su familia fueron simbólicamente bautizados por agua en el diluvio, e igualmente los israelitas que cruzaron a través del Mar Rojo (1 Cor. 10:1-2).” (Inicio del primer párrafo de su respuesta).
“Así que los pre cristianos fueron declarados justos por su fe, la cual quedó sellada por la circuncisión. En la Era Cristiana los fieles son declarados justos por su fe también, la cual queda sellada por el bautismo. Es decir, la circuncisión es sustituida por el bautismo, pero las dos señales son expresiones exteriores de una justicia interior.” (Tercer párrafo).
Y básicamente sobre este argumento (les recomendamos que lean el artículo completo para un mayor entendimiento de la idea de D. Mario), descansa la afirmación de que los antepasados de Jesús (los Abraham, Moisés, Noé, Isaac, David, Daniel, Isaías, etc., etc.), gobernarán en calidad de reyes y sacerdotes en el reino milenario junto a Jesucristo. Entonces y si todos los que decimos lo contrario (creemos que solo nosotros), estamos equivocados, permítanos Sr. Apologista, que con el máximo respeto, le hagamos tres preguntas muy simples:
1ª Si este es el caso, que ya desde antiguo existía la posibilidad de ser rey y sacerdote con Jesucristo y esos antepasados ya podían acceder al reino de Dios en calidad de gobernantes ¿por qué Jesús, hizo la afirmación de Juan 3:3, que dice como sigue?:
“En respuesta, Jesús le dijo: “Muy verdaderamente te digo: A menos que uno nazca de nuevo, no puede ver el reino de Dios.”?
¿Qué sentido podría tener el establecer este requisito, por demás imprescindible, según el tono de las palabras de Jesús, si ya todo el mundo tenía acceso a dicho privilegio, sin necesidad del mismo?
2ª Si este es el caso, que ya desde antiguo existía la posibilidad de ser rey y sacerdote con Jesucristo y esos antepasados ya podían acceder al reino de Dios en calidad de gobernantes ¿qué necesidad había, de que Jesús estableciera con sus discípulos, el pacto por un reino y que se formuló en los siguientes términos?:
“Sin embargo, ustedes son los que con constancia han continuado conmigo en mis pruebas; 29 y yo hago un pacto con ustedes, así como mi Padre ha hecho un pacto conmigo, para un reino, 30 para que coman y beban a mi mesa en mi reino y se sienten sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.” (Luc. 22:28-30).
Luego ¿qué tenía de extraordinario este “nuevo pacto” y alrededor del cual se sustenta todo el NT? ¿Qué necesidad había de él? ¿Y porqué Jesús lo circunscribió a sus discípulos, si ya todos sus antepasados tenían el mismo privilegio de gobernar con él y dándoles Jesús además, dicho pacto u ofrecimiento, como un premio o reconocimiento a su fidelidad mostrada?
3ª Si este es el caso, que ya desde antiguo existía la posibilidad de ser rey y sacerdote con Jesucristo y esos antepasados ya podían acceder al reino de Dios en calidad de gobernantes y a los que se sumarían los seguidores de Jesucristo, en virtud de su bautismo ¿sobre quiénes gobernarán esos reyes y sacerdotes? O dicho de otra manera ¿quiénes serán los súbditos de ese reino, en el bien entendido que un reino sin súbditos, puede ser cualquier cosa menos un reino? En fin, habría que pensar que Jehová tuvo en cuenta ese “pequeño detalle”, al montar todo el proyecto y propósito del reino milenario; pero que resulta muy difícil de conciliar con la idea de D. Mario, que nos lleva a la existencia de un reino sin súbditos, porque…… ¿de dónde los saca?
Y cuando nos responda esas preguntas y que esperamos de su amabilidad, lo haga con la misma atención y prontitud que la tenida con sus otros comunicantes, ya le formularemos otras, como por ejemplo ¿sobre quienes se tiene que llevar a cabo y en qué sentido, durante el milenio, la restauración de todas las cosas, de las que nos habla Hech. 3:20-21?:
“…… y para que él envíe al Cristo nombrado para ustedes, Jesús, 21 a quien el cielo, en verdad, tiene que retener dentro de sí hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo.”?
Y permítasenos una pequeña matización, con respecto a lo que D. Mario afirma en el primer párrafo de su respuesta y al inicio del mismo: “Creo que los que enseñan eso están equivocados……” Y es que vamos a ver, querido Mario: cuando se habla de las cosas de Jehová, asunto por otra parte muy serio y de máximo respeto, no basta con decir que uno cree que otro está equivocado, porque lo que hay que hacer es probarlo…… o en su defecto callarse. Porque poca o ninguna credibilidad puede tener uno, quien quiera que sea, cuando se mete a “orientador” de inexpertos, dando respuestas “iluminadoras” sobre asuntos en los que ha sido rebatido y a los que ha sido, aparentemente, incapaz de contra argumentar y por ello sencillamente ha preferido pasarlos por alto, porque él cree que es el otro el que está equivocado. Y por tanto desoyendo el consejo del apóstol Juan y por extensión, de Jehová, manifestado en los siguientes términos:
“Amados, no crean toda expresión inspirada, sino prueben las expresiones inspiradas para ver si se originan de Dios, porque muchos falsos profetas han salido al mundo.” (1 Juan 4:1).
Entonces, más que el creer o el no creer (lo cual siempre es muy subjetivo), lo procedente es probar, que lo que uno dice es lo correcto y que mejor manera, que saliendo a la palestra a defender uno sus postulados, frente a los que discrepan de los mismos. Porque la razón para hacer tal cosa y según el apóstol, es muy seria: “porque muchos falsos profetas han salido al mundo.” Y claro, lo que está por ver aquí, es quién es el falso profeta: si usted que cree y no prueba que nosotros estamos equivocados, o nosotros que sin creer nada, nos limitamos a probar nuestras afirmaciones con textos escriturales y a los que usted parece que no puede hacer frente…… de lo contrario ya lo habría hecho.
Hecha la matización, quedamos pendientes de sus amables y “acertadas” respuestas, no sin antes señalarle una “pequeña” contradicción, que comete ya en el mismo título que da nombre al artículo que estamos analizando y que vierte como sigue: “El nuevo nacimiento en el antiguo pacto” y en donde nos prueba que sus conocimientos en términos bíblicos, son manifiestamente mejorables, porque veamos las palabras de Pedro y que algo sabría del asunto:
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, porque, según su gran misericordia, nos dio un nuevo nacimiento a una esperanza viva mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos.” (1 Ped. 1:3).
Luego si a ellos se le dio un nuevo nacimiento, esto no podía existir en el antiguo pacto, de lo contrario no se les habría dado nada nuevo, sino la continuación de algo viejo ¿o no es así? Pero es que alrededor de ese nuevo nacimiento y del que Jesús le habló a Nicodemo, en los siguientes términos, gira todo el asunto:
“Jesús contestó: “Muy verdaderamente te digo: A menos que uno nazca del agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.” (Juan 3:5).
Y es que en realidad, todo lo que conocemos como Nuevo Testamento gira alrededor de dichas palabras y por tanto deja perfectamente claro, que el tal nuevo nacimiento, de ninguna manera podía existir en el antiguo pacto y con lo cual se produce una derivada, que acaba de “arreglar” las cosas: si para ver el reino de Dios, era imprescindible el nacer de nuevo (Juan 3:3), eso significaría que esa posibilidad no existía aún en vida de Jesús, ya que el nuevo nacimiento y según el mismo Jesús, dos versículos más adelante (el 5), implicaba el nacer del agua y del espíritu, o sea, el ser bautizados en agua y en espíritu y que según Juan el Bautista, solo Jesús podía bautizar en espíritu:
“Y predicaba, diciendo: “Después de mí viene alguien más fuerte que yo; no soy digno de agacharme y desatar las correas de sus sandalias. 8 Yo los he bautizado con agua, pero él los bautizará con espíritu santo.” (Mar. 1:7-8).
Y cosa que Jesús no pudo hacer, sino hasta después de su resurrección:
“Y estando reunido con ellos, les dio las órdenes: “No se retiren de Jerusalén, sino sigan esperando lo que el Padre ha prometido, acerca de lo cual oyeron de mí; 5 porque Juan, en verdad, bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en espíritu santo no muchos días después de esto.” (Hech. 1:4-5).
Y por lo tanto, si según Jesús, para ver o entrar en el reino de Dios (Juan 3:3;5), era imprescindible el nacer de nuevo y ese nuevo nacimiento implicaba el bautismo en agua y en espíritu y solo él, podía bautizar en espíritu, como prueban los hechos, ese nuevo nacimiento no existía en el antiguo pacto y por tanto, todos esos antepasados de Jesús no pudieron nacer de nuevo y lógicamente, si las Escrituras no nos mienten, no podían ni ver ni entrar en el reino, en calidad de gobernantes. Y eso no nos lo inventamos nosotros: es sencillamente lo que dice la Biblia; luego vemos ya de entrada muy difícil su afirmación inicial en el sentido de que esos antepasados de Jesús, gobernarán con él en el reino de Dios, pero en fin…… quedamos a la espera de sus respuestas.
MABEL
lunes, 14 de febrero de 2011
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