Un “ejemplo” de solidez argumental
¿Y de qué va ahora, se preguntaran ustedes? Pues va a colación de un escrito de Apologista Mario Olcese que leíamos hace unos días y que giraba en torno a una enseñanza que, según el citado caballero, es patrimonio de los TJ y que bajo el título de “Los Hijos de Dios y los hermanos de Cristo: un enfoque realista del asunto” (11/02/11), el amigo Olcese y tomando como punto de partida el pasaje de Rom. 8:29, nos lo sustentaba partiendo de un asombroso razonamiento. Pero veamos primero el texto en cuestión y que dice así:
“…… porque a los que dio su primer reconocimiento también los predeterminó para que fueran hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito entre muchos hermanos.”
Y vean el comentario que sigue a continuación y en dónde ya se vislumbra el “enfoque realista” que D. Mario le da al asunto:
“Ahora bien, ¿Puede significar la frase “MUCHOS HERMANOS” tan sólo 144,000 personas fieles en el Señor como sostienen los Testigos de Jehová? Puede que sí, pero también puede significar más que ese número…y de hecho, puede abarcar aun a TODOS aquellos por los que Jesús murió en la cruz.” (Negritas nuestras).
Luego fíjense en que enfoque “tan realista” se apoya para estructurar su artículo: la expresión “muchos”, puede significar 144.000, enseñanza que atribuye a los TJ…… o por el contrario, pueden significar muchos más (o incluso todos): por ejemplo, los millones, miles de millones de co-gobernantes con Cristo que propone el Sr. Olcese y extraño planteamiento que tiene publicado, por lo cual, no es algo que nos inventemos nosotros. Luego y como “puede escoger”, pues nada, dicho caballero se decide por pensar que ese término “muchos” solo puede apoyar su teoría de los millones, miles de millones de personas que van a reinar con Cristo y que incluiría a todos los que antes y después de Jesús, han sido fieles a Dios. A partir de esa premisa citada, empieza a montar el argumento de su artículo y apoyado en textos en los que figura la citada expresión, por cierto, algunos muy lejos del sentido de lo nos está explicando y sobre todo, en una total confusión de conceptos. Y es que no es lo mismo y por ello no se debe confundir, el hecho de que el sacrificio propiciatorio de Jesús sea de general aplicación sobre la humanidad, con el que Jehová, ya en un primer momento y como parte de Su plan para rescatar a dicha humanidad, hubiera dispuesto o predeterminado que unos pocos y como primicias, fueran personas compradas de entre esa misma humanidad beneficiada, para llevar a cabo una determinada comisión, en este caso, formar parte del gobierno del reino de Dios (Rev. 14:4). Y es que son dos cosas totalmente distintas.
Pero que no siendo lo mismo, sin embargo el Sr. Olcese y en una clara muestra de su supina ignorancia de lo que dicen las Escrituras, confunde dichos conceptos en ese artículo que estamos analizando. Y es que se ponga como se ponga dicho autor y en contra de la línea de lo que afirman los TJ, un reino se compone de unos que gobiernan y necesariamente de otros, que son gobernados: luego dos clases como dicen los TJ y estructura de la que se componía el reino sobre el que fungió como rey en su día David y del que Jesús prometió su restauración. Ya otra cosa, es que esos señores (los TJ) digan que todo queda en casa, o sea, que los gobernantes de ese reino serán los miembros de su clase “ungida” y los súbditos del mismo, su otra clase conformada por las “otras ovejas” y lo cual, no deja de ser más que una interesada opinión para captar adeptos, luego nada que ver con la realidad. Por lo tanto haría bien Apologista, entendemos nosotros, en ser más riguroso y no mezclar conceptos, tendentes a confundir al personal…... y en un intento, obviamente, de arrimar el ascua a su sardina.
Pero volviendo al tema que nos ocupa, en primer lugar y para dilucidar si el término “muchos”, significa un número relativamente pequeño o uno extraordinariamente grande, sería bueno averiguar que nos dice la Biblia al respecto y no dejarnos llevar por lo que a cada uno se nos antoje en un momento determinado, como hace D. Mario al basar su argumento en el supuesto hecho de que la citada expresión hace referencia a una cantidad inmensa y sin más soporte que su interesado punto de vista; y que por lo cual, tanto valor tendría su punto de vista, como el de los TJ en su afirmación acerca de los 144.000: todo son puntos de vista y por lo que en consecuencia, tan diabólica podría ser la afirmación de los TJ (como con frecuencia la califica el Sr. Olcese), como la que él mantiene. Pero que no obstante, se da la circunstancia de que tiene muchísimo más apoyo bíblico la afirmación de los TJ en el sentido de que serán 144.000 los acompañantes de Jesucristo en ese reino, en todo caso una cantidad reducida de personas, en contraste con los millones, miles de millones que nos propone el Sr. Olcese y extremo, que probaremos más adelante. Y es cierto que dicho caballero usa como argumento probatorio en su artículo, bastantes textos que emplean la palabra “muchos”, pero hay que ver en qué contexto lo hacen, o sea, de qué o de quién se estaba hablando en ese momento, lo cual forma parte del contexto, obviamente. Porque la Biblia si es cierto que nos dice, que el sacrificio de Jesús sería de carácter universal y por usar una expresión que permita entendernos, por ejemplo en Juan 3:16-17:
“Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna. 17 Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para que juzgara al mundo, sino para que el mundo se salve por medio de él.”
Luego de ese pasaje sí se puede conferir, que la expresión que estamos analizando “muchos”, implicaría una cantidad de orden mundial, indeterminada, pero en todo caso cuantiosa, ya que abarca a todos los que ejerzan fe…… los que sean. Sin embargo, en el texto de entrada a su artículo, Rom. 8:29, no se nos habla de lo mismo y por lo tanto en ese contexto (el que manda siempre es el contexto), la expresión “muchos”, no puede abarcar a todos de modo general: o sea, no puede ser usada para significar lo mismo, que si estuviera inserta en Juan 3:16-17. Pero veámoslo de nuevo, leyendo también el verso 30 y por aquello de que el contexto tiene su importancia:
“…… porque a los que dio su primer reconocimiento también los predeterminó para que fueran hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito entre muchos hermanos. 30 Además, a los que él predeterminó, también llamó; y a los que llamó, también declaró ser justos. Finalmente, a los que declaró justos, él también glorificó.”
Entonces lo que vemos, analizando con cuidado los dos pasajes, es que Rom. 8:29-30, nos está hablando de una cosa distinta de la que nos habla Juan 3:16, porque en su caso no estaríamos generalizando, sino dirigiéndonos a un grupo en concreto (un grupo de hermanos) y en claro contraste con otros que no serían hermanos y por lo tanto, separados unos de otros. Porque veamos: si esa idea del Sr. Olcese de que muchos se refiere en todos los casos a todos, incluyendo a los patriarcas del AT, o sea, todas aquellas personas que en un pasado fueron fieles a Dios ¿qué razón habría para esas palabras de Pablo, que no hacen sino distinguir a unos de entre otros? O sea ¿qué razón habría, para que Jehová predeterminara y llamara a unos (obviamente con respecto de otros, claro) para ser hechos a la imagen de su Hijo y hacerlos justos, si ya todos, según el Sr. Olcese y en virtud de su entendimiento de la palabra “muchos”, estaban incluidos de antemano? ¿Qué sentido tendría eso? Pero es que además, hay un “pequeño detalle” en ese texto inicial de Rom. 8:29 y sobre el que estamos comentando, que no es el más apropiado para avalar la idea que pretende desarrollar D. Mario, en el sentido que todos esos nobles personajes del AT gobernarán con Cristo, porque en el mismo se nos dice y palabras que él enfatiza mucho en su artículo, que “él (Jesús) fuera el primogénito de entre muchos hermanos”. Luego para que los David (“padre” de Jesús, como con tanto énfasis nos señala dicho caballero) y compañía pudieran gobernar con Cristo, tenían que ser declarados hermanos de Él (siempre según las palabras de Pablo, claro), sin embargo, eso no es lo que leemos en el Sal. 45:16:
“En lugar de tus padres serán tus hijos, a quienes harás príncipes en toda la tierra.”
Luego si sus padres (o antepasados), pasan a convertirse en sus hijos, no pueden ser sus hermanos y por lo tanto no pueden heredar el reino en calidad de reyes y sacerdotes. Entonces razonablemente tendríamos que concluir, que las citadas palabras de Pablo, solo pueden referirse a una parte escogida o separada de un todo, ya que vemos que unos han sido predeterminados para ser sus hermanos y que son una minoría, sobre otros que pasan a ser sus hijos y que obviamente, tienen que ser una mayoría. E idea que parece sustentar el Sr. Olcese, según leemos en la segunda parte del párrafo octavo del artículo sujeto de este comentario:
“En buena cuenta, Dios mandó a Su Hijo para redimir a TODOS los hombres, pero también en su omnisciencia Él supo que de TODOS los llamados sólo habría una minoría que finalmente caminaría por el sendero angosto, y que posteriormente serían glorificados con su Hijo. Estos justos que responden por voluntad propia a Su llamado son los predestinados para salvación, o lo que es lo mismo decir, para heredar el reino de Dios en la parusía del Rey (Mat. 25:31,34; Heb.9:28).” (Negritas nuestras).
Y siempre teniendo en cuenta, que la expresión “predestinó” no significa que Jehová determinara que específicamente fueran Pablo, Pedro, Mateo, etc., etc. y que como entes individuales, fueran apartados para salvación; lo que significa en ese contexto la expresión “predeterminó”, es el que en Su propósito de redención de la humanidad en general, tendría que haber unos pocos, que como grupo, asumirían por un tiempo determinado la responsabilidad de conducir a esa humanidad a la reconciliación con Él: entre ellos y como personaje prominente, figuraba el propio Jesucristo, tal como indicaban las distintas profecías. Las distintas individualidades que conformarían el citado grupo, estaban lógicamente por determinar, ya que de lo contrario no se entenderían las palabras de Jesucristo, en el sentido de que “los que venzan……” (Rev. 2-3), heredarían ese privilegio.
Por lo tanto el Sr. Olcese y como nos tiene acostumbrados, o mezcla los conceptos y si cuela, cuela…… o es que no se entera de la película y que no sabemos que sería peor, porque veamos: una cosa es que el sacrificio expiatorio de Jesús, aplicara por definición a todos los hombres, como afirma de entrada en ese párrafo transcrito (y en lo que estamos de acuerdo) y otra muy distinta, es que de entre aquellos “llamados” para gobernar en él reino y que no eran todos, solo una minoría aceptante sería elegida para heredar el reino, como el mismo Sr. Olcese afirma y situación que en su momento, el propio Jesús ya advirtió de ella cuando dijo aquello de que “muchos serían invitados, pero pocos escogidos” (Mat. 22:14). Luego no se puede meter en el mismo saco, a aquellos muchos que por definición son beneficiarios del sacrificio expiatorio de Jesús y que abarcaría a todos los que quisieran (Juan 3:16-17) y a aquellos que son “llamados” o “invitados” (que al final resultan una minoría), para una comisión en particular, pero que no son todos, porque de lo contrario, las palabras citadas de Pablo en Rom. 8:29,30 y tal como hemos dicho, no tendrían sentido y sobrarían.
Ahora bien ¿invitados a qué?...... pues a gobernar en el reino con él, ya que a eso vino Jesús: a seleccionar a aquellos que en un futuro tenían que formar parte de ese gobierno del reino. Y algo que no solo afirmamos nosotros, sino el mismo Sr. Olcese y que en un artículo anterior, tenemos que recordar que decía lo siguiente:
“Pero lo cierto es que Jesús vino a los Suyos para buscar herederos de su reino, y éstos, por supuesto, eran una manada pequeña comparados con los gentiles del mundo entero. Pero una vez que la mayoría de Su pueblo natural rechazó la oferta del reino, Jesús llamó a los gentiles a través del ministerio de Pablo, y a éstos, les dijo: “Si sufrimos, también REINAREMOS con él; Si le negáremos, él también nos negará” (2 Timoteo 2:12). Así que una participación activa en el reino también le fue ofrecida a una grande multitud de conversos gentiles.” (Negritas nuestras).
Y que si bien la oportunidad fue ofrecida a una “gran multitud de gentiles”, como dice D. Mario, ello no significa que fuera aceptada por todos. Luego si Jesús vino solo a buscar “herederos del reino” y en el anterior párrafo transcrito se nos dice que Dios en su omnisciencia sabía que de todos los llamados solo una minoría respondería adecuadamente…… pues blanco y en botella: los que con Cristo gobernarán en el reino de Dios, serían unos pocos y que ejercerían ese gobierno sobre los muchos (una inmensa mayoría) y a los que también les aplica el sacrificio redentor de Cristo. Y nos permitimos señalar que partimos de afirmaciones que ha formulado el mismo caballero y que para nada están sacadas de su contexto: lo que dice está clarísimo y además, perfectamente de acuerdo cada párrafo con el contexto de los artículos de los que se han tomado. Y es que hemos dicho antes que el amigo Olcese, suele usar textos para avalar determinadas ideas, que nada tienen que ver con lo que pretende decir, porque ¿de qué o de quienes estaba hablando Pablo en ese pasaje de su carta a los romanos? Pues del único tema del que habla el NT, excepción hecha de los cuatro relatos evangélicos y la Revelación: de los “llamados”, o “elegidos”, o “escogidos” por Dios para reinar con Cristo en el reino y de nadie más. O sea, Jesús vino a buscar a ese pequeño grupo de “predeterminados” por Jehová al inicio de los tiempos (fueran quiénes fueran), cuando puso en marcha el plan de rescate, por decirlo de alguna manera, que tenían que ser reflejo de su imagen y lo que implicaba, ser aceptados como Hijos de Dios, por tanto sus hermanos (siendo él el primogénito) y en lógica consecuencia, coherederos del reino en calidad de reyes y sacerdotes.
No se habla para nada en ese NT, de aquellos que en buena lógica, tienen que ser gobernados por esos altísimos dignatarios y que son el resto, en última instancia una gran muchedumbre que “ningún hombre podía contar” (Rev. 7:9-10), de aquellos que también se benefician del sacrificio de Jesús. Y es que esa clase gobernada, aparece como consecuencia de la gran predicación pendiente de Mat. 24:14 y que resulta en la “gran muchedumbre” citada de Rev. 7:9-10. Por ello el registro escrito comprendido en el NT, no nos habla de ellos: aún no habían aparecido en ese momento, ya que Jesús no vino a buscarlos a ellos, sino a aquellos que tenían que gobernarlos. Y prueba de que no se sabía nada de esos gobernados, se encuentra en de Rev. 7:13-17 y en donde queda claro, que en el momento de serle dada la revelación, Juan no tenía ni la más ligera idea sobre el tema.
Pero es que además y cuestión que siempre enfatizamos nosotros, como de vital importancia para el correcto entendimiento de un pasaje bíblico, es que el planteamiento que se formule, esté de acuerdo con el contexto general de las Escrituras. Y mientras que ese es el caso en la afirmación de los TJ con “sus” 144.000, no lo es en absoluto en el caso del Sr. Olcese y sus millones, miles de millones de co-gobernantes con Cristo. Porque en primer lugar, veamos que nos dijo Jesús en Luc. 12:32, acerca de los que conformarían ese gobierno del reino y texto del que D. Mario, huye como gato del agua caliente:
“No teman, rebaño pequeño, porque su Padre ha aprobado darles el reino.”
Luego queda claro, que aquellos a los que Jehová aprobó dar el reino, salieran de entre su pueblo o se tuviera que completar su cantidad (la que fuera) con gentiles, serían de todas maneras y si Jesús no nos mintió, o en su defecto entendemos correctamente el texto, un grupo reducido. Pero que en cualquier caso, estaríamos hablando de una cantidad concreta y determinada (repetimos, la que fuera), no nos lo inventamos nosotros: lo dice la Biblia:
“Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. 10 Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? 11 Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.” (Rev. 6:9-11).
Luego si hay que completar un número, es que hablamos de un cantidad concreta y cerrada de miembros de ese gobierno del reino y número del cual ya nos da una pista Jesús, cuando nos dice que a Su Padre Celestial, le pareció bien que fueran un rebaño pequeño…… y ¡hombre! tampoco es asunto de ponernos a discutir ahora con Jehová ¿no le parece D. Mario? ¿Y en donde se nos da un número pequeño de gobernantes con Jesucristo, en el reino? Pues bien, aquí es donde entra en franca discrepancia el Sr. Olcese y que afirma sin lugar a dudas, que son los TJ los que sostienen una diabólica enseñanza, al decir que los que conformaran ese gobierno serán 144.000 (además de Jesucristo, por supuesto); y que una vez más, tenemos que recordarle a dicho caballero, que eso no es una enseñanza particular de los TJ, sino que eso es lo que dicen las Escrituras...... ya otra cosa es que él no lo entienda así:
“Y vi y, ¡miren!, el Cordero de pie sobre el monte Sión y con él ciento cuarenta y cuatro mil que tienen escritos en sus frentes el nombre de él y el nombre de su Padre. 2 (……) 3 Y están cantando como si fuera una canción nueva delante del trono y delante de las cuatro criaturas vivientes y de los ancianos; y nadie pudo dominar aquella canción sino los ciento cuarenta y cuatro mil, que han sido comprados de la tierra. 4 Estos son los que no se contaminaron con mujeres; de hecho, son vírgenes. Estos son los que van siguiendo al Cordero no importa adónde vaya. Estos fueron comprados de entre la humanidad como primicias para Dios y para el Cordero.” (Rev. 14:1-4).
Y es que para tratarse de una cantidad simbólica, como afirma el Sr. Olcese, se nos antoja que se dan muchos detalles específicos; pero es que además, tenemos que tener en cuenta que Juan estaba es ese momento viendo lo que se le estaba transmitiendo en visión por el propio Jesucristo (aunque intermediara un ángel), luego lo que se le mostró, era lo que tenía que ver y que significaba lo que significaba. Y es que es impensable, el que Jesucristo permitiera que Juan transmitiera una idea, que no era la que Él estaba dando: luego si a Juan se le hicieron ver a 144.000 junto a Jesucristo, es porque Jesucristo quería que Juan viera a 144.000 y en un claro contraste con la gran muchedumbre que “ningún hombre podía contar” de Rev. 7:9. Luego Jesús estableció de manera que no deja lugar a dudas, una indiscutible y perfecta diferencia entre lo que es una cantidad indeterminada y otra perfectamente cuantificada y cerrada. Pero es que además, esa visión mostrada a Juan y en una perspectiva de futuro, se ajustaba totalmente al contexto escritural y en cumplimiento del profético Sal. 2:5-6:
“En aquel tiempo les hablará en su cólera y en su ardiente desagrado los perturbará, 6 diciendo: “Yo, sí, yo, he instalado a mi rey sobre Sión, mi santa montaña.”
Entonces si tenemos que en esa imagen profética visualizada por Juan, todo es literal, como por ejemplo, la próxima instauración del reino, que es un hecho literal; la del propio Jesucristo ya entronizado como Rey, hecho que también es literal; el monte Sión de Jerusalén, desde dónde será ejercido es gobierno y como lugar también literal …… ¿cómo pueden ser los 144.000 que acompañan a Jesucristo como Rey ya ejerciendo y en la misma visión, una cantidad simbólica? ¿Qué argumentos nos dan las Escrituras, para desarrollar semejante idea? O en su caso ¿qué textos bíblicos puede presentar D. Mario, que avalen su afirmación de los “millones, miles de millones” co-gobenando con Cristo? Pues exactamente ninguno y por lo que la enseñanza que se convierte en diabólica es la de D. Mario, ya que no solo no puede presentar ningún texto que avale su afirmación o que siquiera lo insinúe, sino que tercamente se opone a lo que claramente dicen las Escrituras inspiradas…… y es que la Biblia, hasta donde nosotros sabemos, solo dice eso que nosotros hemos transcrito, nada más; a partir de ahí, cada uno que lo valore como quiera y saque sus propias conclusiones.
Y lo que ocurre, es que de tratarse de una cantidad literal (como efectivamente lo es), a D. Mario y otros, no les cuadran los números en función de su absurda y disparatada interpretación de Juan 5:28-29 y de lo que ya hemos hablado con profusión en este blog. Por ello y como no pueden meter a los notables del AT, en la segunda resurrección citada en ese pasaje de Juan y que es para destrucción eterna, los tienen que colocar forzosamente en la primera y que solo es para aquellos que con Cristo han de gobernar. Claro, entonces no pueden ser solo 144.000 o en su defecto, un “rebaño pequeño” como afirmó Jesús, los que con él tienen que gobernar, porque las ecuaciones matemáticas no les cuadran a esos caballeros: solución…… la cantidad citada es simbólica y así en ella cabe todo el mundo, tanto los notables del AT, como los citados sobrevivientes de la gran tribulación y que según el Sr. Olcese, estos últimos son uno y un todo con esos 144.000 citados en Rev. 14:1. Y ésta más que discutible afirmación y por aquello de ser suaves, la pueden leer en los siguientes artículos:
“La muchedumbre incalculable de 144.000, viene de la Gran Tribulación.”
“¿Pueden ser los 144.000 de Apocalipsis 7 y 14, la misma grande muchedumbre? ¡Las evidencias muestran que sí!”
“Los 144.000 sellados de Apocalipsis, son una grande muchedumbre.”
Solo que esa barbaridad presenta algunos “pequeños” problemas y que cuando se los planteamos a D. Mario, lejos de respondernos encarando el asunto de frente y objetando a los textos escriturales que usamos (probablemente porque no puede) y que son muchos, no se da por enterado y continúa incidiendo en los mismos disparates, como si la cosa no fuera con él y quizás aplicando aquella máxima de que una mentira, repetida muchas veces, acaba por convertirse en una verdad. Pero es que además y ya es grave, no tiene siquiera la precaución de detenerse, aunque sea solo por un momento, a analizar las consecuencias que se pueden producir del desarrollo de sus incomprensibles ideas. Porque por ejemplo, esa disparatada conclusión acerca de los 144.000 y su supuesta relación con la gran muchedumbre de sobrevivientes de la gran tribulación, a la que nos lleva dicho autor, plantea una pregunta que aún no nos la ha respondido el caballero en cuestión: si los notables del AT, más los sobrevivientes de la gran tribulación de Rev. 7:9 y 14, forman todos parte de esa “simbólica” cantidad de 144.000 reyes y sacerdotes, co-gobernantes con Cristo…… ¿sobre quienes gobernarán entonces? Porque en la tierra y en ese momento, finalizada la gran tribulación, no hay nadie más, ya que el resto de la humanidad ha sido destruida, no lo olvidemos, precisamente durante ese juicio de parte de Jehová; luego no existen esas naciones que se saca de la manga en algunos de sus artículos, a menos…… que se refiera a la gran muchedumbre de sobrevivientes citada, como miembros de las tales naciones. Pero claro, entonces ya no son parte de esos 144.000 gobernantes y con lo cual y en ese mismo momento, ya tenemos sobre la tierra a las dos clases propugnadas por los TJ: la clase gobernante y la clase gobernada. Porque de lo contrario…… ¿sobre quiénes reinarán y derramarán sus benéficos servicios sacerdotales esos gobernantes y atributo (el de sacerdote) de la que el Altísimo les ha dotado y que nos imaginamos que para algo? ¿Sobre quiénes, por otra parte y de no ser así como afirmamos nosotros, se llevaría a cabo durante esos mil años de gobierno teocrático, la prometida restauración de todas las cosas y de las que Jehová habló, por boca de sus santos profetas (Hech. 3:21)?
Porque es obvio que sobre esos mismos gobernantes no, ya que ellos y por haber participado de esa primera resurrección (que es la que da acceso a reinar con Cristo, según Rev. 20:6) y en la que Jehová los ha levantado, ya como perfectos e inmortales Hijos de Dios, no precisan de ningún tipo de restauración. Pero es que yendo más allá en el absurdo, si los miembros sobrevivientes de esa gran tribulación y según D. Mario, son también convertidos en perfectos e inmortales Hijos de Dios ¿por qué se nos dice de ellos en Rev. 7:17, que “el Cordero, que está en medio del trono, los pastoreará y los guiará a fuentes de aguas de vida”? ¿Qué necesidad tendrían ellos de ser guiados a fuentes de aguas de vida, si ya se les ha hecho inmortales desde el mismo momento de su entrada en el milenio y tienen vida en sí mismos? Entonces ¿a quién, según D. Mario, son dirigidas esas palabras y que están en el contexto en el que se identifica a esa muchedumbre sobreviviente y siendo por lo tanto obvio, que se habla de ellos? ¿Cómo se come eso, D. Mario?
Y esas consecuencias tan disparatadas, son producto de esos “enfoques realistas” que nos dice llevar a cabo el Sr. Olcese y que se producen cuando un escrito se apoya en tan “sólidos argumentos”, como el de decidir en un momento dado y porque a uno así le sale, que el término “muchos” abarca a todos. Y si el contexto bíblico no apoya semejante suposición, pues nada, se buscan aquellos textos que incluyan dicha expresión, permita o no el contexto en el que están insertos que se refieran a lo mismo, se rechacen por otra parte, aquellos que dicen todo lo contrario y se retuercen otros, hasta hacerles decir aquello que no pueden decir, en función de su contexto y aquí paz…… y después gloria. Y si a alguien se lo ocurre decir: “Pero oiga ¡es que esto no es así!”, pues o bien no se le hace ni puñetero caso, continuando uno a su bola y engañando al personal (como D. Mario), o se le insulta y se le llama “hijo de la Watchtower” (y “piropo” que nos maliciamos iba en otra dirección), entre otras lindezas, como el ínclito Dr. Javier Rivas Martínez.
Y es que estos señores, lejos de ajustar su punto de vista a lo que dicen las Escrituras, en su altanería y presuntuosidad, pretenden ajustar aquello que dicen las mismas, a su particular forma de ver las cosas. Y como ejemplo de lo que decimos, ahí tenemos al citado Sr. Rivas y que no tuvo más ocurrencia ante el contenido de Rev. 21:1, que habla en el sentido de que “el cielo anterior y la tierra anterior habían pasado y el mar ya no existe”, que “interpretar” la siguiente burrada y rogamos disculpen tan equina expresión:
“«Y el mar ya no existía más», significa que la nueva creación no contará con océanos, con mares literales, habiendo sidos éstos eliminados como parte de la antigua creación, y porque esta fuente de inumerables y variadas riquezas dejará de tener una importancia vital.” (Negritas nuestras).
Sí, sí, como lo leen…… y aunque no se lo crean, eso lo tiene publicado en su blog el 24 de Julio de 2010, en el artículo “La nueva creación: cielos nuevos y tierra nueva” y con lo que quedó meridianamente claro, el “entendimiento” que dicho caballero tiene del registro sagrado. Bien, pues ese tipo de afirmaciones, las hacen caballeros que aseguran enseñarnos las “prístinas verdades” de la Biblia y que se presentan a sí mismos como “ungidos”, o sea, Hijos de Dios y en consecuencia, futuros gobernantes de ese reino milenario. Y lo cual nos lleva a nosotros a sugerir, que quizás y pensándolo bien, lo mejor sería que Jehová dejara las cosas como están, porque…… ¿para qué empeorarlas, no?
MABEL
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