Ni lo uno, ni lo otro…… sino todo lo contrario
Y es que recordarán ustedes, que hace unos días desde este blog y en el artículo “Apologista Mario Olcese…… y su problema existencial” (17/01/13), emplazábamos a dicho caballero que de una vez por todas nos ilustrara acerca de la interpretación correcta del Sal. 45:16 y del que nos decía que no servía (luego nosotros estábamos equivocados) para distinguir entre los “santos” del AT y entre aquellos que tienen que reinar con Jesucristo en el reino de Dios, siendo estas sus palabras:
“El verso usado frecuente en el Salmo 45:16, no prueba en modo alguno que estos tienen un destino diferente a la iglesia cuando se analiza a fondo.” (Negritas nuestras).
Obviamente entonces, lo que se le pedía era que nos hiciera dicho análisis “a fondo” del pasaje en cuestión y nos probara la veracidad de su afirmación, pues como siempre hemos afirmado desde este blog y en esa tesitura nos hemos movido siempre, no basta con decir que algo no es de tal o cuál forma, sino que hay que probarlo…… y como es obvio y en una muestra más de la ignorancia patológica que adorna dicho caballero, no solo no respondió a nuestra petición, pues ha sido incapaz de ello, sino que no rebatió ninguno de los restantes argumentos con los que defendíamos nuestro planteamiento. En su lugar, de forma vergonzante y a modo de respuesta por parte de dicha estulticia andante, nos encontramos al día siguiente, eso es, el 18, que aparecía un artículo en su blog de cabecera y en el que continuaba remachando el clavo, bajo el título “Promesas de Dios a Abraham, a David, a Jesús, y a usted, que lee esto con mucho interés”.
Pero viendo que no se trataba más que de una infecta traducción automática, “escarbamos” un poco y ¡oh sorpresa! nos apareció un escrito publicado el 24/12/2010 por la página en ingles “Hope of the Bible” y bajo el título “God’s Promises To Abraham, David, Jesus and You” y por lo que la “erudita” aportación de D. Mario, para responder a nuestra petición y en una manifestación de caradura impresionante, quedó reducida a copiar una información de más de dos años de antigüedad y añadirle al título original en inglés, la coletilla con la que finaliza la traducción al español “… que lee esto con mucho interés”. Pero para dar más “peso” al parecer, a tan docta magistral lección de entendimiento bíblico que significa el copiar de otro autor el esfuerzo de su trabajo y sin dar siquiera la referencia obligada del autor original del que se toma “prestado” dicho trabajo, nos añade otro artículo a continuación del referido, en este caso un video publicado el 16/04/2010 (luego más de dos años también de antigüedad) y que bajo el título “Talking about Noah and Abraham - The Ancient Worthies !” y que ese “genio” de la interpretación bíblica traduce como “La esperanza de dos destacados beneméritos antiguos: Noé y Abraham”, nos aparece una especie de Robinson Crusoe y que se corresponde a la imagen que encabeza este escrito, perdido en lo que parece ser un bosque, selva o jardín y con lo que se entiende que será una Biblia en sus manos (váyase usted a saber que llevará semejante indigente en ellas y que por lo visto, gasta en peines menos que un calvo), que por espacio del tiempo record de 3’14 minutos nos pretende contar con todo detalle la historia de la “esperanza” de ambos personajes…… y encima en inglés, que como es público y notorio, en este blog “dominamos” a la perfección (si es bajito y se deja ¡claro!).
Pues bien, esa es la miserable respuesta a nuestra petición de una concreta aclaración del significado del Sal. 45:16 por parte de ese caballero y del que ni siquiera nos hace mención…… por lo que queda claro que nosotros lo entendemos y aplicamos correctamente, con lo que la enseñanza de que los Abraham, David y compañía reinarán con Cristo y que defiende ese pozo de “sabiduría” bíblica llamado Mario Olcese, queda a la altura de la de los “millones, miles de millones” que también tenían que reinar con Cristo y que al final tuvo que reconocer que la cosa no era tal como nos la contaba. Y con lo que queda una vez más demostrado por parte de ese indocumentado que es el Sr. Olcese, que no tiene ni idea de lo que está hablando y que ha vuelto a quedar en ridículo al no poder probar aquello que ha afirmado y de lo que hay constancia escrita, a la par de no ser más que un presuntuoso fanfarrón, convencido de que el solo hecho que él diga algo ya tiene que tomarse como una verdad absoluta.
Pero claro, es que resulta que hay más, porque probablemente también recordarán ustedes que en ese artículo del 17/01/13 mencionado al principio de este escrito, denunciábamos el uso ostentoso que dicho caballero hacía de un símbolo tan perverso como es el “hexagrama” que aparece en la habitación del Sr. Olcese, al tiempo que le explicábamos la procedencia y significado del mismo…… por si acaso no conocía de ello. Y artículo que concluíamos diciendo que si no quitaba dicho símbolo satánico de su entorno, demostraría ser lo que nosotros afirmamos que es: un “falso maestro” (2 Ped. 2:1) e instrumento al servicio de Satanás…… y que sí lo quitaba, quedaría claro por otra parte, que de nuevo nosotros estábamos en la razón y que no es más que un simple indocumentado ignorante en todo aquello que tiene que ver con las cosas de Dios; por lo que en todo caso esta última actitud le habría dignificado un poco ¡pues no señor! tal como hemos dicho en nuestro titular, ni lo uno, ni lo otro, sino todo lo contrario.
Porque la cuestión, es que ni rebatió nuestra forma de ver ese símbolo como diabólico, diciendo por ejemplo, que él no lo entiende de este modo y explicando por qué lo usa…… ni lo ha quitado, demostrando a las claras ser lo que nosotros afirmamos continuamente: un agente al servicio de Satanás en su intento de confundir al personal con enseñanzas falsas, que les aparten de le verdad que se contiene en la Palabra de Dios, la Biblia y además, ha continuado con su rutina diaria de meterse con los TJ (a más ya no alcanza) como si la cosa no existiera o fuera con él.
Y lo que ha ocurrido y en una muestra de la veracidad de la Ley de Murphy en el sentido que aquello que es susceptible de empeorar, empeora, es que al entrar en su blog para ver que “había de lo nuestro”, nos encontramos con un video/artículo disparatado que con el pretexto de responder a la pregunta de una de sus supuestas “fans”, sobre si el famoso “chip” o “marca de la bestia” se colocaría en este año 2013, nos sale con una “magistral” sesión de exégesis bíblica del capítulo 13 de Revelación y que ya les advertimos que el resultado final es una verdadera catástrofe. Por lo que ya estamos trabajando en dicho tema, para general beneficio de aquellos que quizás no estén al tanto de dicha importante cuestión, pues está directamente relacionada con la supervivencia de las personas…… luego lo dicho: sigan atentos a la pantalla, que la cosa continúa.
MABEL
viernes, 25 de enero de 2013
miércoles, 23 de enero de 2013
La Biblia…… y su capacidad de síntesis
“Santifícalos por medio de la verdad; tu palabra es la verdad”
Estas palabras pronunciadas por Jesús y registradas en Juan 17:17, si bien son una garantía para la persona que se interesa sinceramente en los cosas de Dios, no dejan de ser un tanto curiosas, por no decir sorprendentes, cuando uno observa la situación creada alrededor de las Escrituras y que se traduce en una total confusión acerca de su contenido: ahí están las miles de denominaciones religiosas dentro de la llamada cristiandad, cada una con sus respectivos credos, liturgias, dirigentes (pastores, curas, ancianos, reverendos, etc.) y con enseñanzas diametralmente opuestas entre sí y todo ello, partiendo de esa verdad indisputable que es la Biblia; y que por aquello de que “éramos pocos y parió la abuela” que diría el castizo, se suman al cotarro esos “genios” de la interpretación bíblica que andan por libre y que publican en Internet un disparate detrás de otro…… luego ¿cómo se puede entender semejante espectáculo?
Y claro, a falta de una mejor respuesta para explicar el “sarao” que tenemos montado, muchos llegan al extremo de afirmar que parte de la “culpa” de dicha situación, radica en el hecho de que la Biblia contiene un registro sumamente condensado de los acontecimientos en ella reflejados y que no entra en el fondo de los asuntos de los que trata con el máximo detalle, algo que en principio es cierto…… no el que la culpa sea de la Biblia, sino que la información contenida en la misma está ciertamente condensada o resumida. Pero no es menos cierto, no obstante, que los que así se pronuncian no son otros que aquellos que parten en su intento por entender las Escrituras, de ideas preconcebidas y que lo único que pretenden es que la Biblia diga aquello que les interesa que diga, para el “correcto” desarrollo de sus megalómanos sueños, aunque sea retorciendo para ello hasta lo indecible lo en ella contenido como, por ejemplo, esa disparatada idea actual de ser uno un “ungido” o Hijo adoptivo del Altísimo y afirmación que se apoya en textos sacados de cartas dirigidas a personas que vivieron hace casi 2.000 años, con sus particulares problemas, necesidades y circunstancias…… y personas con las cuales actualmente no tenemos nada que ver. Sin embargo y volviendo al tema, información resumida que no deja de ser totalmente razonable en varios aspectos; tengamos en cuenta, en primer lugar, que solo tocante al ministerio terrestre de Jesús, el apóstol Juan ya escribió lo siguiente:
“Hay, de hecho, muchas otras cosas que Jesús también hizo, que si se escribiesen alguna vez en todo detalle, supongo que el mundo mismo no podría contener los rollos escritos.” (Juan 21:25).
Queda claro entonces, que una obra que transmitiera la información en todos sus aspectos y detalles desde el principio de la creación en adelante, hasta el fin del primer siglo E.C. y que es para cuando se escribió el último libro de la Biblia, Revelación o Apocalipsis, habría contenido mucho más material, no solo del que se podría poner por escrito, como afirma Juan, sino del que un ser humano pudiera llegar a leer y entender a lo largo de su corta existencia. Aparte del hecho físico de que por volumen sería materialmente imposible contener dicha información en una biblioteca personal, amén de que poquísimas personas pudieran haberse dado el lujo de comprarla y además, sin duda alguna, que tal obra no habría llegado a estar disponible en todos los idiomas principales de los habitantes de la Tierra, como sí lo ha estado la Biblia por décadas, pues estaríamos hablando del libro más difundido y por mucho además, de toda la historia del ser humano. Por consiguiente, a fin de que esto pudiera llegar a ser así y todos aquellos que desearan beneficiarse personalmente de su contenido pudieran hacerlo, la Palabra de Dios tenía que ser un registro resumido o condensado, de fácil manejo, coste reducido y traducido a la mayor cantidad posible de idiomas del mundo; máxime si tenemos en cuenta la razón para la que fue esta fue escrita y algo de lo que habláramos después.
Pero además y continuando con nuestro desarrollo, el hecho de que se trate de un relato abreviado, no hace sino acrecentar el valor del registro bíblico, pues los puntos verdaderamente importantes no son oscurecidos por cantidad de detalles insignificantes que pudieran dispersar la atención del lector en el tema focal, eso es, en aquello que es de verdadera importancia para todos nosotros. Por otra parte y para el propósito que fue concebido, el mensaje de la Biblia es sencillo y directo, como se ilustra desde su mismo inicio: y es que ya en su primer capítulo, se identifica a Dios como el Creador de los cielos y de la Tierra y anunciándonos sus obras creativas terrestres en un perfecto orden cronológico; pero también es cierto que no se nos dan detalles menores en cuanto a la composición del universo físico, las leyes que lo gobiernan ni el procedimiento que Dios usó para darle existencia y ponerlo en movimiento, con lo cual cualquier profesional o simplemente apasionado en la materia podría decir, que en ese sentido la información recibida es incompleta…… no obstante, el silencio de la Biblia en cuanto a estos temas no es un defecto. Porque teniendo en cuenta la dificultad que tiene el hombre por lo general, en cuanto a entender asuntos científicos mucho más sencillos (¡aún andamos a vueltas con la teoría de Darwin!)…… ¡como para endosarle un relato detallado de cosas verdaderamente desconocidas para la experiencia humana y obviamente lejos de su comprensión! Y además, que la Biblia no es un tratado de astronomía, geometría o ciencias varias, sino que tiene un propósito determinado y que no va precisamente por ahí.
Aunque en realidad sí se nos da información sobre el origen del universo, como de otras muchas cosas en el registro escritural, pero ya otra cosa es el que los hombres en sus limitaciones y sobre todo, en su cerrazón de no querer aceptar la información divina como punto de partida para sus investigaciones, lo pasen por alto:
“Levanten los ojos a lo alto y vean. ¿Quién ha creado estas cosas? Es Aquel que saca el ejército de ellas aun por número, todas las cuales él llama aun por nombre. Debido a la abundancia de energía dinámica, porque él también es vigoroso en poder, ninguna de ellas falta.” (Isa. 40:26).
Tuvieron que pasar muchos siglos, antes que el hombre diera con la fórmula matemática que demuestra fehacientemente dicha afirmación divina: E=mc2 o lo que es lo mismo y para simplicar, que así como la materia se transforma en energía, esta a su vez se transforma en materia…… o sea que usted, nosotros, la silla en la que se sienta, el vehículo que conduce, eso es, todo lo que es materia a su alrededor, no es más que energía en estado sólido; eso sí, tuvo que aparecer una mente privilegiada como la de Albert Einstein para plasmar dicha realidad en una fórmula científica y genial mente además, que en una clara muestra de saber de lo que hablaba, acuño la siguiente lapidaria frase: “Un poco de ciencia nos hace ateos, pero un conocimiento profundo de las cosas, nos lleva a Dios”.
Por otra parte y volviendo al tema que nos ocupa, el contenido sencillo y directo incluido en la Palabra de Dios, ya a partir del primer capítulo de Génesis hasta su conclusión en Revelación, suministra información más que suficiente para conocer y por supuesto hacer, la voluntad de Dios y sin necesidad de otro tipo de consideraciones; algo que debería de impelernos a manifestar una expresión sincera de fervoroso reconocimiento, como la formulada por los veinticuatro ancianos que vio el apóstol Juan en visión:
“Digno eres tú, Jehová, nuestro Dios mismo, de recibir la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas y a causa de tu voluntad existieron y fueron creadas.” (Rev. 4:11).
Al mismo tiempo no se puede afirmar sin faltar a la razón, que la ausencia de descripciones extensas en la Biblia acerca de los pormenores de las obras creativas del Altísimo, significara de alguna manera que Este quisiera que el hombre permaneciera en ignorancia acerca de ciertos temas; pues si Él se hubiera propuesto eso, no habría dotado al hombre con la habilidad para pensar y razonar, lo que le permitía sacar lógicas conclusiones sobre las cosas. Y es que el hecho de que el Creador quería que el hombre usara su mente, para indagar sobre lo maravilloso de Su creación, se pone de manifiesto al haberle dado al primer hombre, Adán, el encargo de poner nombre a todos los animales (Gén. 2:19-20) y que de ninguna manera estaríamos hablando de una tarea fácil, pues lo nombres derivados del lenguaje de nuestros primeros padres eran descriptivos, eso es, que reflejaban características propias del animal, planta, o árbol del que se tratare. Por ejemplo, la voz hebrea para asno “jamóhr”, proviene de una raíz que significa “enrojecer”, con la que se hace referencia al tono habitual del pelaje de este animal; el nombre hebreo para la tórtola o paloma “tohr o tor” transmite foneticamente al característico arrullo “torrr torrr” que emite la citada ave; o en hebreo, almendro se dice “shaqed” y significa “vigilante" o bien “el que despierta” por ser el primer árbol que florece antes de la primavera…… o sea que Adán tuvo que ejercer dotes de observación y después razonar con lógica sobre lo observado para dar a cada elemento, animal o planta de su entorno, el nombre que lo distinguiera de los demás especímenes.
Sin embargo, eso también muestra por otra parte, que no era necesario que el Dios Todopoderoso suministrara exhaustiva información en cuanto a determinadas cosas, puesto que el hombre podía averiguarla por sí mismo, usando las facultades que Este le había dado para ello…… y ahí es en dónde llegamos al asunto que pretendemos considerar con todos ustedes y esbozado al principio del artículo. Porque debido a cierta injerencia de un malévolo personaje (Satanás) por todos conocida, el propósito del Altísimo de colocar a Su creación humana en una tierra idílica, en constante perfección, sin muerte ni enfermedades que pudieran perturbarlo, fue alterado y por lo que Jehová Dios consideró oportuno explicarnos, no solo por qué estamos en la situación en la que se encuentra la humanidad a través de los tiempos y siempre tirando a peor, sino los planes trazados por Él trazados para devolver al ser humano a la posición inicial de felicidad propuesta en un principio…… y eso lo hace por medio de esa carta personal dirigida a cada uno de los seres humanos y que es la Biblia, en donde no solo nos explica los pormenores de Su Plan, sino que nos ofrece la información necesaria para beneficiarnos del mismo y algo que conocemos como el conseguir la “salvación”.
No obstante, el hombre no puede adquirir esta información de vital importancia y que tiene que ver con el llegar a “conocer” al Dios invisible y los propósitos de Este para con él, por medio de investigación y observación física de su entorno (que es en lo que se basa la ciencia), prescindiendo de lo extensamente que estudiara el universo material y por lo que permanecería ignorante en cuanto a los atributos cualitativos, el nombre y fundamentalmente, de los propósitos y voluntad del Creador con respecto de aquellos que desean conseguir Su favor…… y aquí es donde entra en liza la Palabra de Dios, la Biblia, que básicamente sirve para poner esta información de vital importancia, al alcance del ser humano. Por lo tanto, aunque de ninguna manera es exhaustivo, el registro bíblico suministra todo lo que el hombre necesita para conseguir la aprobación y consecuentemente la vida eterna (o salvación) de parte de su Creador Jehová Dios; por esta razón, fue que el apóstol Juan pudo escribir lo siguiente:
“Por supuesto Jesús ejecutó muchas otras señales también delante de los discípulos, que no están escritas en este rollo. 31 Mas éstas (las que sí están contenidas en la Biblia) han sido escritas para que ustedes crean que Jesús es el Cristo el Hijo de Dios y que, a causa de creer, tengan vida por medio de su nombre.” (Juan 20:30-31). (Acotación nuestra).
O lo que sería lo mismo, el que se pudiera alcanzar la “salvación” mediante el ejercer fe en su sacrificio de rescate y que es en definitiva, lo realmente importante en estos momentos para el ser humano; sin embargo, puesto que pudo haberse dicho mucho más acerca de Jesús, según Juan, algunos quizás se pregunten el porqué de los tres restantes relatos paralelos del evangelio, a saber, los de Mateo, Marcos y Lucas, pues a menudo dichos escritos informan de los mismos sucesos y con lo que nos encontraríamos con la siguiente aparente incongruencia: mientras que por una parte se nos resume hasta el extremo grandes porciones del conjunto escritural, por la otra tal parece que se da información repetitiva de un mismo suceso en eso relatos; pero puesto que nos consta que nuestro Creador sabe muy bien como hace las cosas, obviamente siempre en nuestro beneficio ¿cuál sería entonces, la razón detrás de dicha circunstancia?
La razón por la cual se hizo esto, se hace evidente cuando consideramos que en el conjunto de dichos cuatro relatos del evangelio, se suministra la base o fundamento para el principal tema que trata la Biblia y que está directamente relacionado con el ejercer fe en Jesucristo como el Hijo de Dios y todo lo que ello conlleva…… y fe que es esencial para el que uno consiga la vida eterna, como se nos muestra en Juan 3:16:
“Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.”
Luego puesto que el rechazar o aceptar el testimonio acerca de Jesucristo, sería realmente un asunto de vida o muerte y cuestión a la que todos nos enfrentamos, dicha repetición por cuadriplicado estaría en consecuente armonía con el principio bíblico de que los asuntos graves y este sin duda alguna lo es, deben ser establecidos “por boca de dos o tres testigos” (Deut. 19:15)…… o más, si se tercia y como es el caso. De ahí, el que nuestro Creador se encargara de que cuatro hombres diferentes registraran los sucesos del ministerio terrestre de Jesús, pues lógicamente el testimonio de cuatro distintos testigos sobre la vida de determinada persona, puede suministrar una base sólida para ejercer fe en la figura de la misma, en este caso de Jesucristo. Aunque no es menos cierto que habiendo cuatro distintas versiones de un mismo suceso, deberíamos de esperar encontrar variaciones en los relatos, así como también detalles aparentemente contradictorios, pero que lejos de generar discrepancias de contenido entre los cuatro relatos, como afirman algunos “entendidos” en la materia, más bien al contrario pueden ayudarnos a obtener un cuadro más completo de los sucesos relatados, pues estaríamos hablando de información que lejos de contradecirse, sencillamente se complementa…… habría que resaltar además, que en sí mismas esas variaciones suministran una base adicional para la fe, ya que demuestran que no hubo ninguna colusión o pacto ilícito con ánimo de engañar, entre los escritores de estos cuatro relatos.
Por otra parte, el que la Biblia no suministre todos los detalles acerca de determinado asunto, también cumple con otro importante fin: “elimina” como indeseables a los que no desean sinceramente hacer la voluntad de Dios y algo que tenía que ver y como comentábamos en el artículo anterior a este “La parábola de la “gran cena” ”, sobre la forma de enseñar de Jesús, eso es, a base de parábolas o ilustraciones. No obstante, incidamos en el asunto y reseñemos algo que sucedió en el primer siglo E.C y como ejemplo de lo que estamos afirmando; veamos unas, en principio, polémicas palabras que en cierta ocasión Jesús les dijo a sus seguidores:
“Muy verdaderamente les digo: A menos que coman la carne del Hijo del hombre y beban su sangre, no tienen vida en ustedes.” (Juan 6:53).
En esa ocasión y como sí hacía con sus apóstoles en todas las parábolas o ilustraciones por medio de las que presentaba sus enseñanzas, no explicó el significado de esa afirmación, en el sentido de cómo fuera posible que otros podrían alimentarse de “comer” su carne y “beber” su sangre…… circunstancia que derivó en que muchos dejaran de asociarse con él. Y es que perdieron de vista completamente, todas las otras cosas maravillosas que Jesús había dicho y hecho que, obviamente, les tenía que haber dado a entender que este no podía de pronto, prácticamente incitar al canibalismo a sus oyentes, sino que dada la recta personalidad de Jesús y la sabiduría contrastada de sus enseñanzas, sencillamente estaban ante una declaración de la que no entendían su significado; y el que ellos no buscaran una explicación razonable ante dicha afirmación y sin más, abandonaran su discipulado, indicó que no le tenían verdadero aprecio a Jesús o a su mensaje y en consecuencia, merecían el ser “eliminados” de entre los demás como indeseables seguidores. Porque recordemos, que a raíz de la situación creada, Jesús en ese mismo momento preguntó a sus apóstoles, lo siguiente:
“Debido a esto, muchos de sus discípulos se fueron a las cosas de atrás y ya no andaban con él. 67 Por eso Jesús dijo a los doce: “Ustedes no quieren irse también, ¿verdad?”. 68 Simón Pedro le contestó: “Señor ¿a quién nos iremos? Tú tienes dichos de vida eterna; 69 y nosotros hemos creído y llegado a conocer que tú eres el Santo de Dios”.” (Juan 6:66-69).
Entonces aunque tampoco ellos entendieron en ese momento las palabras tan sorprendentes de Jesús, en los apóstoles prevaleció el conocimiento que tenían de Jesús y que les daba la convicción de que de él no podía partir nada que fuera incorrecto y lo que les permitió, más adelante, no solo entender lo que quiso decir el Hijo de Dios con esas conflictivas palabras, sino y como parte más importante de la cuestión, no perder la maravillosa oportunidad de en un futuro, sentarse a su lado en un trono para gobernar al mundo en nombre o representación, del Soberano sobre todo el Universo, Jehová Dios.
Y volviendo a aquellos que lo abandonaron, lo mismo puede sucederle a muchos en la actualidad, que quizás leyendo un pasaje en particular en la Biblia y, puesto que no se dan allí precisamente (sí en otro lugar) todos los detalles para un completo entendimiento del mismo, comiencen a dudar, por ejemplo, de si Dios realmente fue justo cuando ejecutó juicio en determinado momento y en cierto caso en particular. Por lo que olvidándose del hecho que ellos no estuvieron en la escena de lo acontecido, por lo que no conocen todos los hechos envueltos en el asunto y pasando por alto el testimonio abundante que se encuentra en otras partes de la Biblia acerca de la justicia de Dios, quizás lleguen a tropezar al imputarle malos motivos al Creador y de quién se afirma en las Escrituras que “todos sus caminos son justicia” (Deut. 32:4). De hecho, sin embargo, no son pocos los que acusan a Dios de todas las cosas males que nos pasan y por lo que no se interesa en nosotros, olvidándose que Este dio a Su Hijo en sacrificio por nosotros, aun siendo pecadores, para que podamos alcanzar la vida eterna (Juan 3:16; Rom. 5:8).
Por lo que, cuánto mejor sería que las tales personas consideraran el testimonio de la Biblia a la luz del contexto general de la misma sobre el asunto del que se trate y, por ejemplo, valoraran el hecho de que Dios estaba dispuesto a perdonar a las notoriamente inicuas ciudades de Sodoma y Gomorra y circunvecinas ¡con tan solo que diez personas de entre ellas fueran justas! Solo cuando quedo fehacientemente probado que ni siquiera pudo hallarse entre tanta multitud, esa ínfima cantidad, el Altísimo se encargó de que el justo Lot y sus hijas fueran sacados de allí y tomó acción en contra de la perversidad de aquellas inicuas personas (Gén. 18:22-32; 19:15-16). Entonces y a la luz de lo expuesto ¿pudiera alguien con razón, poner en tela de juicio correctamente la justicia de Dios, cuando en determinado suceso de juicio, no se suministran todos los detalles sobre el porqué del mismo? Ciertamente lo que Dios hizo en este caso, respondió satisfactoriamente al planteamiento de Abrahán:
“¡Es inconcebible de ti el que vayas a obrar de esta manera para dar muerte al justo con el inicuo, de modo que tenga que ocurrirle al justo lo mismo que le ocurre al inicuo! Es inconcebible de ti. ¿El Juez de toda la tierra no va a hacer lo que es recto?”.” (Deut. 18:25).
Y lo que derivamos de los ejemplos presentados, es que para llegar a alcanzar la “salvación”, es imprescindible el tener una confianza absoluta en el registro de las Escrituras, aunque en principio algo se resista a nuestro entendimiento y cimentada en las siguientes palabras del apóstol Pablo:
“Toda Escritura (eso es, el entero registro bíblico) es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia, 17 para que el hombre de Dios sea enteramente competente y esté completamente equipado para toda buena obra (y logre su objetivo de alcanzar la “salvación”).” (2 Tim. 3:16-17). (Acotaciones nuestras).
Pero partiendo de esta premisa, permítannos dos pequeñas matizaciones: primero, que una cosa es lo que dicen las Escrituras y otra muy distinta, lo que tanto “despendolao” que se cree “ungido” que anda por ahí suelto, sea que vaya por libre o esté encuadrado en alguna organización religiosa, le cuente lo que estas quieren decir; y en segundo lugar, relacionado con lo que acabamos de afirmar sobre tanto “ungido”, que la “salvación” en general no es lo que le cuentan esos mencionados personajes que es y tergiversando con ello totalmente el sentido escritural. Por lo tanto, lo recomendable es que “beba” usted directamente de la fuente, eso es, que lea directamente de la Biblia para su particular instrucción sobre los propósitos del Altísimo acerca de usted y no se fie de lo que entienden otros que dice la misma; o en su defecto, si no está muy puesto en ese menester y necesita una “ayudita” (algo que hemos necesitado todos en nuestros inicios) y por lo que tiene que recurrir a diversas fuentes de información, como pudiera ser este escrito que ahora está leyendo, contrastar siempre con su ejemplar de las Escrituras si lo que se le dice o lee, se ajusta al contenido de las mismas o no…… y siempre, por supuesto, a partir de lo que usted entiende de los textos bíblicos que se le muestran como apoyo de tal o cual planteamiento, así como de la correcta relación que puedan tener o no, con el planteamiento que se le está presentando.
Porque, por ejemplo, tomemos por caso la definición que hacen esos “genios” en entendimiento bíblico y que van presumiendo de ser Hijos adoptivos de Dios (eso es, “ungidos”), del término “salvados”: según ellos, eso significa que inmediatamente después de ser uno bautizado en agua y ya de manera automática, uno recibe la adopción como Hijo de Dios y lo que ya le asegura, obviamente si mantiene una conducta intachable en su vida y en el caso que muera (muchos pasarán con vida al reino de Dios) el resucitar con la condición de inmortal rey y sacerdote, lo que le lleva a gobernar al lado de Jesucristo en el milenario reino de Dios…… y en el caso que llegue dicho milenio antes de la muerte de uno, el ser transformado o “cambiado” en vida su cuerpo mortal por uno inmortal y así acceder a tan privilegiada posición; y algo que la Biblia no dice por ningún lado, a menos eso sí, que Rev. 20:6 nos mienta.
Porque lo que la Biblia nos dice realmente sobre el particular, es que al hombre nacido en pecado y que somos todos, estamos de entrada condenados a la destrucción eterna en función de la advertencia que en su momento Jehová le dio a Adán y que este no respetó:
“Pero en cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, no debes comer de él, porque en el día que comas de él, positivamente morirás.” (Gén. 2:17).
Y significando la violación de dicha advertencia y como daño “colateral”, eso es, aparte de la muerte para nuestros primeros padres, la condena para toda su descendencia y que somos la humanidad existente en general desde el momento del pecado en adelante, a la mencionada destrucción eterna y algo que queda claro de las palabras que siguieron a la comisión del pecado:
“Y a Adán dijo: “Porque escuchaste la voz de tu esposa y te pusiste a comer del árbol respecto del cual te di este mandato: “No debes comer de él”, maldito está el suelo por tu causa. Con dolor comerás su producto todos los días de tu vida. 18 Y espinos y cardos hará crecer para ti, y tienes que comer la vegetación del campo. 19 Con el sudor de tu rostro comerás pan hasta que vuelvas al suelo, porque de él fuiste tomado. Porque polvo eres y a polvo volverás.” (Gén. 3:17-19).
Luego puesto que antes de ser creado del polvo de la tierra, Adán no existía como ser viviente, al ser devuelto al mismo dejaba de existir de nuevo…… y puesto que eso es lo que nos dejó en herencia, ese es el final miserable que espera al ser humano y algo que el autor del libro de Eclesiastés, nos explicó de la siguiente gráfica manera:
“Yo, yo mismo, he dicho en mi corazón, tocante a los hijos de la humanidad, que el Dios verdadero va a seleccionarlos, para que vean que ellos mismos son bestias. 19 Porque hay un suceso resultante respecto a los hijos de la humanidad y un suceso resultante respecto a la bestia y ellos tienen el mismo suceso resultante. Como muere el uno, así muere la otra; y todos tienen un solo espíritu, de modo que no hay superioridad del hombre sobre la bestia, porque todo es vanidad. 20 Todos van a un solo lugar: del polvo han llegado a ser todos y todos vuelven al polvo.” (Ecle. 3:18-20).
Sin embargo, el Altísimo Soberano sobre todo el Universo, Jehová Dios, en su infinito amor y misericordia hacia Su creación humana y ante el hecho que el hombre se hallaba impotente para poder aportar solución a tan grave situación (Sal. 49:6-9), nos proveyó un rescate apropiado para “todos” (1 Tim. 2:6) en la figura de un Hijo que en su momento apareció sobre la tierra y que mediante ofrecer su vida, nos rescató de este trágico final que nos aguardaba o lo que es lo mismo, nos salvó de tal condenación y que nos vino impuesta por la irresponsable actitud de nuestros primeros padres. La promesa de nuestro Creador entonces para con nosotros, la humanidad en general, es que aquellos que ejerzan fe en la sangre derramada por Jesucristo en nuestro favor y en concepto de rescate, podrán alcanzar la total restauración (Hech. 3:20-21) durante ese reino milenario, tanto física, como mental y espiritual y con lo que se les dotará de los necesarios elementos para poder enfrentar, en el momento que de nuevo se haga presente Satanás (Rev. 20:7-8), la misma cuestión que enfrentaron nuestros primeros padres y con ello, responder cada uno por sí mismo (y no otro en lugar de él, como fue al principio) al planteamiento que dicho maligno personaje les hiciera a Adán y Eva; los que adopten la posición correcta, accederán a la vida eterna, mientras que aquellos que sigan los pasos de nuestros primeros padres, se enfrentarán a la destrucción eterna o muerte segunda y de la que ya no hay posibilidad de rescate alguno (Rev. 20:14).
Ahora bien ¿qué diferencia existe entonces entre esta salvación general y aquella que tenía que ver con los primeros seguidores de Jesucristo, que habían recibido la adopción como Hijos de Dios y forma de salvación que se arrogan esos farsantes que actualmente se identifican como “ungidos”? Pues el que esos personajes y en función del pacto que Jesús, en nombre de su Padre Celestial, estableció con ellos (Luc. 22:28-30), no tienen que esperar al fin de los mil años pasar la citada prueba final para alcanzar la inmortalidad (y que no es lo mismo que la vida eterna), sino que ya les es concedida y a diferencia del resto de mortales, en el mismo momento de levantarse en la resurrección y a la que se le añade el título de reyes y sacerdotes para gobernar al lado de Jesucristo en el reino de Dios. Y que siendo a efectos prácticos lo mismo, no es la misma situación en cuanto a calidad el ser una criatura inmortal, que el tener uno simplemente acceso a poder vivir eternamente: por ejemplo, los ángeles pueden vivir eternamente, pero no son inmortales (1 Tim. 6:16)…… por lo que ese privilegio, solo aplica a aquellos pocos que han de reinar con Cristo y algo de lo que hablamos con más detalle en nuestro artículo “¿Para quiénes se escribió la Biblia?”
Por lo que les repetimos, que una cosa es lo que dicen las Escrituras y otra muy distinta, lo que nos cuentan algunos “enteraos” que estas dicen y que casi siempre suele parecerse lo mismo que un huevo a una castaña; un ejemplo lo tenemos y algo que ya hemos apuntado, en la absurda enseñanza que cuando uno se bautiza en agua, automáticamente ya es “ungido” o reconocido como Hijo adoptivo de Dios y de lo cual la Biblia no dice ni media palabra de ello, pues el acceder a dicha condición solo se lograba mediante la imposición de manos por parte de los apóstoles, algo para lo que solo estaban facultados ellos (más Pablo en su momento) y ya no por parte de aquellos, que a través de dicha imposición de manos habían recibido su propio reconocimiento como verdaderos Hijos adoptivos de Dios. Y siendo este el caso, solo habría que razonar que en morir el último de los apóstoles, se acabó dicha posibilidad de recibir por parte del personal, la unción divina y con lo que a día de hoy, no pueden existir sobre la tierra personas que mantengan dicha relación paterno/filial con el Supremo Hacedor…… que lo afirmen es una cosa, pero el que la tengan de verdad ya es otra. Y algo de lo que hablamos extensamente en nuestro escrito del 04/05/12 titulado “El bautismo en agua…… ¿está aún vigente?” y que le sugerimos que lea, amigo lector, para obtener una más amplia perspectiva de lo que queremos decirle en lo que está leyendo en este momento.
Luego todo considerado, su usted quiere entender correctamente lo que su Creador le quiere explicar a través de Su Palabra y no estando muy puesto en el tema, requiere de ayuda, no tiene más y si se apoya en nuestros escritos (o en los de quién sea), que contrastar con atención aquellos textos bíblicos que usamos para documentar nuestros planteamientos con su propio ejemplar de la Biblia y luego, razonar sobre lo leído con lógica y sentido común, para ver si lo que usted entiende de ellos es lo mismo que le contamos nosotros que dicen…… pero en todo caso, no permita que nunca nadie, nosotros o cualquier otro, le diga lo que usted tiene que creer sobre la Palabra de Dios, porque ese otro, quién sea, así lo entienda o crea. Porque recuerde: su Creador, le dirige el mensaje directamente a usted y por lo que no puede existir organización religiosa alguna o “iluminados” que vayan por libre dando la “vara” por ahí, que tengan a su cargo el “interpretarle” dicho mensaje…… sencillamente, es personal e intransferible.
MABEL
“Santifícalos por medio de la verdad; tu palabra es la verdad”
Estas palabras pronunciadas por Jesús y registradas en Juan 17:17, si bien son una garantía para la persona que se interesa sinceramente en los cosas de Dios, no dejan de ser un tanto curiosas, por no decir sorprendentes, cuando uno observa la situación creada alrededor de las Escrituras y que se traduce en una total confusión acerca de su contenido: ahí están las miles de denominaciones religiosas dentro de la llamada cristiandad, cada una con sus respectivos credos, liturgias, dirigentes (pastores, curas, ancianos, reverendos, etc.) y con enseñanzas diametralmente opuestas entre sí y todo ello, partiendo de esa verdad indisputable que es la Biblia; y que por aquello de que “éramos pocos y parió la abuela” que diría el castizo, se suman al cotarro esos “genios” de la interpretación bíblica que andan por libre y que publican en Internet un disparate detrás de otro…… luego ¿cómo se puede entender semejante espectáculo?
Y claro, a falta de una mejor respuesta para explicar el “sarao” que tenemos montado, muchos llegan al extremo de afirmar que parte de la “culpa” de dicha situación, radica en el hecho de que la Biblia contiene un registro sumamente condensado de los acontecimientos en ella reflejados y que no entra en el fondo de los asuntos de los que trata con el máximo detalle, algo que en principio es cierto…… no el que la culpa sea de la Biblia, sino que la información contenida en la misma está ciertamente condensada o resumida. Pero no es menos cierto, no obstante, que los que así se pronuncian no son otros que aquellos que parten en su intento por entender las Escrituras, de ideas preconcebidas y que lo único que pretenden es que la Biblia diga aquello que les interesa que diga, para el “correcto” desarrollo de sus megalómanos sueños, aunque sea retorciendo para ello hasta lo indecible lo en ella contenido como, por ejemplo, esa disparatada idea actual de ser uno un “ungido” o Hijo adoptivo del Altísimo y afirmación que se apoya en textos sacados de cartas dirigidas a personas que vivieron hace casi 2.000 años, con sus particulares problemas, necesidades y circunstancias…… y personas con las cuales actualmente no tenemos nada que ver. Sin embargo y volviendo al tema, información resumida que no deja de ser totalmente razonable en varios aspectos; tengamos en cuenta, en primer lugar, que solo tocante al ministerio terrestre de Jesús, el apóstol Juan ya escribió lo siguiente:
“Hay, de hecho, muchas otras cosas que Jesús también hizo, que si se escribiesen alguna vez en todo detalle, supongo que el mundo mismo no podría contener los rollos escritos.” (Juan 21:25).
Queda claro entonces, que una obra que transmitiera la información en todos sus aspectos y detalles desde el principio de la creación en adelante, hasta el fin del primer siglo E.C. y que es para cuando se escribió el último libro de la Biblia, Revelación o Apocalipsis, habría contenido mucho más material, no solo del que se podría poner por escrito, como afirma Juan, sino del que un ser humano pudiera llegar a leer y entender a lo largo de su corta existencia. Aparte del hecho físico de que por volumen sería materialmente imposible contener dicha información en una biblioteca personal, amén de que poquísimas personas pudieran haberse dado el lujo de comprarla y además, sin duda alguna, que tal obra no habría llegado a estar disponible en todos los idiomas principales de los habitantes de la Tierra, como sí lo ha estado la Biblia por décadas, pues estaríamos hablando del libro más difundido y por mucho además, de toda la historia del ser humano. Por consiguiente, a fin de que esto pudiera llegar a ser así y todos aquellos que desearan beneficiarse personalmente de su contenido pudieran hacerlo, la Palabra de Dios tenía que ser un registro resumido o condensado, de fácil manejo, coste reducido y traducido a la mayor cantidad posible de idiomas del mundo; máxime si tenemos en cuenta la razón para la que fue esta fue escrita y algo de lo que habláramos después.
Pero además y continuando con nuestro desarrollo, el hecho de que se trate de un relato abreviado, no hace sino acrecentar el valor del registro bíblico, pues los puntos verdaderamente importantes no son oscurecidos por cantidad de detalles insignificantes que pudieran dispersar la atención del lector en el tema focal, eso es, en aquello que es de verdadera importancia para todos nosotros. Por otra parte y para el propósito que fue concebido, el mensaje de la Biblia es sencillo y directo, como se ilustra desde su mismo inicio: y es que ya en su primer capítulo, se identifica a Dios como el Creador de los cielos y de la Tierra y anunciándonos sus obras creativas terrestres en un perfecto orden cronológico; pero también es cierto que no se nos dan detalles menores en cuanto a la composición del universo físico, las leyes que lo gobiernan ni el procedimiento que Dios usó para darle existencia y ponerlo en movimiento, con lo cual cualquier profesional o simplemente apasionado en la materia podría decir, que en ese sentido la información recibida es incompleta…… no obstante, el silencio de la Biblia en cuanto a estos temas no es un defecto. Porque teniendo en cuenta la dificultad que tiene el hombre por lo general, en cuanto a entender asuntos científicos mucho más sencillos (¡aún andamos a vueltas con la teoría de Darwin!)…… ¡como para endosarle un relato detallado de cosas verdaderamente desconocidas para la experiencia humana y obviamente lejos de su comprensión! Y además, que la Biblia no es un tratado de astronomía, geometría o ciencias varias, sino que tiene un propósito determinado y que no va precisamente por ahí.
Aunque en realidad sí se nos da información sobre el origen del universo, como de otras muchas cosas en el registro escritural, pero ya otra cosa es el que los hombres en sus limitaciones y sobre todo, en su cerrazón de no querer aceptar la información divina como punto de partida para sus investigaciones, lo pasen por alto:
“Levanten los ojos a lo alto y vean. ¿Quién ha creado estas cosas? Es Aquel que saca el ejército de ellas aun por número, todas las cuales él llama aun por nombre. Debido a la abundancia de energía dinámica, porque él también es vigoroso en poder, ninguna de ellas falta.” (Isa. 40:26).
Tuvieron que pasar muchos siglos, antes que el hombre diera con la fórmula matemática que demuestra fehacientemente dicha afirmación divina: E=mc2 o lo que es lo mismo y para simplicar, que así como la materia se transforma en energía, esta a su vez se transforma en materia…… o sea que usted, nosotros, la silla en la que se sienta, el vehículo que conduce, eso es, todo lo que es materia a su alrededor, no es más que energía en estado sólido; eso sí, tuvo que aparecer una mente privilegiada como la de Albert Einstein para plasmar dicha realidad en una fórmula científica y genial mente además, que en una clara muestra de saber de lo que hablaba, acuño la siguiente lapidaria frase: “Un poco de ciencia nos hace ateos, pero un conocimiento profundo de las cosas, nos lleva a Dios”.
Por otra parte y volviendo al tema que nos ocupa, el contenido sencillo y directo incluido en la Palabra de Dios, ya a partir del primer capítulo de Génesis hasta su conclusión en Revelación, suministra información más que suficiente para conocer y por supuesto hacer, la voluntad de Dios y sin necesidad de otro tipo de consideraciones; algo que debería de impelernos a manifestar una expresión sincera de fervoroso reconocimiento, como la formulada por los veinticuatro ancianos que vio el apóstol Juan en visión:
“Digno eres tú, Jehová, nuestro Dios mismo, de recibir la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas y a causa de tu voluntad existieron y fueron creadas.” (Rev. 4:11).
Al mismo tiempo no se puede afirmar sin faltar a la razón, que la ausencia de descripciones extensas en la Biblia acerca de los pormenores de las obras creativas del Altísimo, significara de alguna manera que Este quisiera que el hombre permaneciera en ignorancia acerca de ciertos temas; pues si Él se hubiera propuesto eso, no habría dotado al hombre con la habilidad para pensar y razonar, lo que le permitía sacar lógicas conclusiones sobre las cosas. Y es que el hecho de que el Creador quería que el hombre usara su mente, para indagar sobre lo maravilloso de Su creación, se pone de manifiesto al haberle dado al primer hombre, Adán, el encargo de poner nombre a todos los animales (Gén. 2:19-20) y que de ninguna manera estaríamos hablando de una tarea fácil, pues lo nombres derivados del lenguaje de nuestros primeros padres eran descriptivos, eso es, que reflejaban características propias del animal, planta, o árbol del que se tratare. Por ejemplo, la voz hebrea para asno “jamóhr”, proviene de una raíz que significa “enrojecer”, con la que se hace referencia al tono habitual del pelaje de este animal; el nombre hebreo para la tórtola o paloma “tohr o tor” transmite foneticamente al característico arrullo “torrr torrr” que emite la citada ave; o en hebreo, almendro se dice “shaqed” y significa “vigilante" o bien “el que despierta” por ser el primer árbol que florece antes de la primavera…… o sea que Adán tuvo que ejercer dotes de observación y después razonar con lógica sobre lo observado para dar a cada elemento, animal o planta de su entorno, el nombre que lo distinguiera de los demás especímenes.
Sin embargo, eso también muestra por otra parte, que no era necesario que el Dios Todopoderoso suministrara exhaustiva información en cuanto a determinadas cosas, puesto que el hombre podía averiguarla por sí mismo, usando las facultades que Este le había dado para ello…… y ahí es en dónde llegamos al asunto que pretendemos considerar con todos ustedes y esbozado al principio del artículo. Porque debido a cierta injerencia de un malévolo personaje (Satanás) por todos conocida, el propósito del Altísimo de colocar a Su creación humana en una tierra idílica, en constante perfección, sin muerte ni enfermedades que pudieran perturbarlo, fue alterado y por lo que Jehová Dios consideró oportuno explicarnos, no solo por qué estamos en la situación en la que se encuentra la humanidad a través de los tiempos y siempre tirando a peor, sino los planes trazados por Él trazados para devolver al ser humano a la posición inicial de felicidad propuesta en un principio…… y eso lo hace por medio de esa carta personal dirigida a cada uno de los seres humanos y que es la Biblia, en donde no solo nos explica los pormenores de Su Plan, sino que nos ofrece la información necesaria para beneficiarnos del mismo y algo que conocemos como el conseguir la “salvación”.
No obstante, el hombre no puede adquirir esta información de vital importancia y que tiene que ver con el llegar a “conocer” al Dios invisible y los propósitos de Este para con él, por medio de investigación y observación física de su entorno (que es en lo que se basa la ciencia), prescindiendo de lo extensamente que estudiara el universo material y por lo que permanecería ignorante en cuanto a los atributos cualitativos, el nombre y fundamentalmente, de los propósitos y voluntad del Creador con respecto de aquellos que desean conseguir Su favor…… y aquí es donde entra en liza la Palabra de Dios, la Biblia, que básicamente sirve para poner esta información de vital importancia, al alcance del ser humano. Por lo tanto, aunque de ninguna manera es exhaustivo, el registro bíblico suministra todo lo que el hombre necesita para conseguir la aprobación y consecuentemente la vida eterna (o salvación) de parte de su Creador Jehová Dios; por esta razón, fue que el apóstol Juan pudo escribir lo siguiente:
“Por supuesto Jesús ejecutó muchas otras señales también delante de los discípulos, que no están escritas en este rollo. 31 Mas éstas (las que sí están contenidas en la Biblia) han sido escritas para que ustedes crean que Jesús es el Cristo el Hijo de Dios y que, a causa de creer, tengan vida por medio de su nombre.” (Juan 20:30-31). (Acotación nuestra).
O lo que sería lo mismo, el que se pudiera alcanzar la “salvación” mediante el ejercer fe en su sacrificio de rescate y que es en definitiva, lo realmente importante en estos momentos para el ser humano; sin embargo, puesto que pudo haberse dicho mucho más acerca de Jesús, según Juan, algunos quizás se pregunten el porqué de los tres restantes relatos paralelos del evangelio, a saber, los de Mateo, Marcos y Lucas, pues a menudo dichos escritos informan de los mismos sucesos y con lo que nos encontraríamos con la siguiente aparente incongruencia: mientras que por una parte se nos resume hasta el extremo grandes porciones del conjunto escritural, por la otra tal parece que se da información repetitiva de un mismo suceso en eso relatos; pero puesto que nos consta que nuestro Creador sabe muy bien como hace las cosas, obviamente siempre en nuestro beneficio ¿cuál sería entonces, la razón detrás de dicha circunstancia?
La razón por la cual se hizo esto, se hace evidente cuando consideramos que en el conjunto de dichos cuatro relatos del evangelio, se suministra la base o fundamento para el principal tema que trata la Biblia y que está directamente relacionado con el ejercer fe en Jesucristo como el Hijo de Dios y todo lo que ello conlleva…… y fe que es esencial para el que uno consiga la vida eterna, como se nos muestra en Juan 3:16:
“Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.”
Luego puesto que el rechazar o aceptar el testimonio acerca de Jesucristo, sería realmente un asunto de vida o muerte y cuestión a la que todos nos enfrentamos, dicha repetición por cuadriplicado estaría en consecuente armonía con el principio bíblico de que los asuntos graves y este sin duda alguna lo es, deben ser establecidos “por boca de dos o tres testigos” (Deut. 19:15)…… o más, si se tercia y como es el caso. De ahí, el que nuestro Creador se encargara de que cuatro hombres diferentes registraran los sucesos del ministerio terrestre de Jesús, pues lógicamente el testimonio de cuatro distintos testigos sobre la vida de determinada persona, puede suministrar una base sólida para ejercer fe en la figura de la misma, en este caso de Jesucristo. Aunque no es menos cierto que habiendo cuatro distintas versiones de un mismo suceso, deberíamos de esperar encontrar variaciones en los relatos, así como también detalles aparentemente contradictorios, pero que lejos de generar discrepancias de contenido entre los cuatro relatos, como afirman algunos “entendidos” en la materia, más bien al contrario pueden ayudarnos a obtener un cuadro más completo de los sucesos relatados, pues estaríamos hablando de información que lejos de contradecirse, sencillamente se complementa…… habría que resaltar además, que en sí mismas esas variaciones suministran una base adicional para la fe, ya que demuestran que no hubo ninguna colusión o pacto ilícito con ánimo de engañar, entre los escritores de estos cuatro relatos.
Por otra parte, el que la Biblia no suministre todos los detalles acerca de determinado asunto, también cumple con otro importante fin: “elimina” como indeseables a los que no desean sinceramente hacer la voluntad de Dios y algo que tenía que ver y como comentábamos en el artículo anterior a este “La parábola de la “gran cena” ”, sobre la forma de enseñar de Jesús, eso es, a base de parábolas o ilustraciones. No obstante, incidamos en el asunto y reseñemos algo que sucedió en el primer siglo E.C y como ejemplo de lo que estamos afirmando; veamos unas, en principio, polémicas palabras que en cierta ocasión Jesús les dijo a sus seguidores:
“Muy verdaderamente les digo: A menos que coman la carne del Hijo del hombre y beban su sangre, no tienen vida en ustedes.” (Juan 6:53).
En esa ocasión y como sí hacía con sus apóstoles en todas las parábolas o ilustraciones por medio de las que presentaba sus enseñanzas, no explicó el significado de esa afirmación, en el sentido de cómo fuera posible que otros podrían alimentarse de “comer” su carne y “beber” su sangre…… circunstancia que derivó en que muchos dejaran de asociarse con él. Y es que perdieron de vista completamente, todas las otras cosas maravillosas que Jesús había dicho y hecho que, obviamente, les tenía que haber dado a entender que este no podía de pronto, prácticamente incitar al canibalismo a sus oyentes, sino que dada la recta personalidad de Jesús y la sabiduría contrastada de sus enseñanzas, sencillamente estaban ante una declaración de la que no entendían su significado; y el que ellos no buscaran una explicación razonable ante dicha afirmación y sin más, abandonaran su discipulado, indicó que no le tenían verdadero aprecio a Jesús o a su mensaje y en consecuencia, merecían el ser “eliminados” de entre los demás como indeseables seguidores. Porque recordemos, que a raíz de la situación creada, Jesús en ese mismo momento preguntó a sus apóstoles, lo siguiente:
“Debido a esto, muchos de sus discípulos se fueron a las cosas de atrás y ya no andaban con él. 67 Por eso Jesús dijo a los doce: “Ustedes no quieren irse también, ¿verdad?”. 68 Simón Pedro le contestó: “Señor ¿a quién nos iremos? Tú tienes dichos de vida eterna; 69 y nosotros hemos creído y llegado a conocer que tú eres el Santo de Dios”.” (Juan 6:66-69).
Entonces aunque tampoco ellos entendieron en ese momento las palabras tan sorprendentes de Jesús, en los apóstoles prevaleció el conocimiento que tenían de Jesús y que les daba la convicción de que de él no podía partir nada que fuera incorrecto y lo que les permitió, más adelante, no solo entender lo que quiso decir el Hijo de Dios con esas conflictivas palabras, sino y como parte más importante de la cuestión, no perder la maravillosa oportunidad de en un futuro, sentarse a su lado en un trono para gobernar al mundo en nombre o representación, del Soberano sobre todo el Universo, Jehová Dios.
Y volviendo a aquellos que lo abandonaron, lo mismo puede sucederle a muchos en la actualidad, que quizás leyendo un pasaje en particular en la Biblia y, puesto que no se dan allí precisamente (sí en otro lugar) todos los detalles para un completo entendimiento del mismo, comiencen a dudar, por ejemplo, de si Dios realmente fue justo cuando ejecutó juicio en determinado momento y en cierto caso en particular. Por lo que olvidándose del hecho que ellos no estuvieron en la escena de lo acontecido, por lo que no conocen todos los hechos envueltos en el asunto y pasando por alto el testimonio abundante que se encuentra en otras partes de la Biblia acerca de la justicia de Dios, quizás lleguen a tropezar al imputarle malos motivos al Creador y de quién se afirma en las Escrituras que “todos sus caminos son justicia” (Deut. 32:4). De hecho, sin embargo, no son pocos los que acusan a Dios de todas las cosas males que nos pasan y por lo que no se interesa en nosotros, olvidándose que Este dio a Su Hijo en sacrificio por nosotros, aun siendo pecadores, para que podamos alcanzar la vida eterna (Juan 3:16; Rom. 5:8).
Por lo que, cuánto mejor sería que las tales personas consideraran el testimonio de la Biblia a la luz del contexto general de la misma sobre el asunto del que se trate y, por ejemplo, valoraran el hecho de que Dios estaba dispuesto a perdonar a las notoriamente inicuas ciudades de Sodoma y Gomorra y circunvecinas ¡con tan solo que diez personas de entre ellas fueran justas! Solo cuando quedo fehacientemente probado que ni siquiera pudo hallarse entre tanta multitud, esa ínfima cantidad, el Altísimo se encargó de que el justo Lot y sus hijas fueran sacados de allí y tomó acción en contra de la perversidad de aquellas inicuas personas (Gén. 18:22-32; 19:15-16). Entonces y a la luz de lo expuesto ¿pudiera alguien con razón, poner en tela de juicio correctamente la justicia de Dios, cuando en determinado suceso de juicio, no se suministran todos los detalles sobre el porqué del mismo? Ciertamente lo que Dios hizo en este caso, respondió satisfactoriamente al planteamiento de Abrahán:
“¡Es inconcebible de ti el que vayas a obrar de esta manera para dar muerte al justo con el inicuo, de modo que tenga que ocurrirle al justo lo mismo que le ocurre al inicuo! Es inconcebible de ti. ¿El Juez de toda la tierra no va a hacer lo que es recto?”.” (Deut. 18:25).
Y lo que derivamos de los ejemplos presentados, es que para llegar a alcanzar la “salvación”, es imprescindible el tener una confianza absoluta en el registro de las Escrituras, aunque en principio algo se resista a nuestro entendimiento y cimentada en las siguientes palabras del apóstol Pablo:
“Toda Escritura (eso es, el entero registro bíblico) es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia, 17 para que el hombre de Dios sea enteramente competente y esté completamente equipado para toda buena obra (y logre su objetivo de alcanzar la “salvación”).” (2 Tim. 3:16-17). (Acotaciones nuestras).
Pero partiendo de esta premisa, permítannos dos pequeñas matizaciones: primero, que una cosa es lo que dicen las Escrituras y otra muy distinta, lo que tanto “despendolao” que se cree “ungido” que anda por ahí suelto, sea que vaya por libre o esté encuadrado en alguna organización religiosa, le cuente lo que estas quieren decir; y en segundo lugar, relacionado con lo que acabamos de afirmar sobre tanto “ungido”, que la “salvación” en general no es lo que le cuentan esos mencionados personajes que es y tergiversando con ello totalmente el sentido escritural. Por lo tanto, lo recomendable es que “beba” usted directamente de la fuente, eso es, que lea directamente de la Biblia para su particular instrucción sobre los propósitos del Altísimo acerca de usted y no se fie de lo que entienden otros que dice la misma; o en su defecto, si no está muy puesto en ese menester y necesita una “ayudita” (algo que hemos necesitado todos en nuestros inicios) y por lo que tiene que recurrir a diversas fuentes de información, como pudiera ser este escrito que ahora está leyendo, contrastar siempre con su ejemplar de las Escrituras si lo que se le dice o lee, se ajusta al contenido de las mismas o no…… y siempre, por supuesto, a partir de lo que usted entiende de los textos bíblicos que se le muestran como apoyo de tal o cual planteamiento, así como de la correcta relación que puedan tener o no, con el planteamiento que se le está presentando.
Porque, por ejemplo, tomemos por caso la definición que hacen esos “genios” en entendimiento bíblico y que van presumiendo de ser Hijos adoptivos de Dios (eso es, “ungidos”), del término “salvados”: según ellos, eso significa que inmediatamente después de ser uno bautizado en agua y ya de manera automática, uno recibe la adopción como Hijo de Dios y lo que ya le asegura, obviamente si mantiene una conducta intachable en su vida y en el caso que muera (muchos pasarán con vida al reino de Dios) el resucitar con la condición de inmortal rey y sacerdote, lo que le lleva a gobernar al lado de Jesucristo en el milenario reino de Dios…… y en el caso que llegue dicho milenio antes de la muerte de uno, el ser transformado o “cambiado” en vida su cuerpo mortal por uno inmortal y así acceder a tan privilegiada posición; y algo que la Biblia no dice por ningún lado, a menos eso sí, que Rev. 20:6 nos mienta.
Porque lo que la Biblia nos dice realmente sobre el particular, es que al hombre nacido en pecado y que somos todos, estamos de entrada condenados a la destrucción eterna en función de la advertencia que en su momento Jehová le dio a Adán y que este no respetó:
“Pero en cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, no debes comer de él, porque en el día que comas de él, positivamente morirás.” (Gén. 2:17).
Y significando la violación de dicha advertencia y como daño “colateral”, eso es, aparte de la muerte para nuestros primeros padres, la condena para toda su descendencia y que somos la humanidad existente en general desde el momento del pecado en adelante, a la mencionada destrucción eterna y algo que queda claro de las palabras que siguieron a la comisión del pecado:
“Y a Adán dijo: “Porque escuchaste la voz de tu esposa y te pusiste a comer del árbol respecto del cual te di este mandato: “No debes comer de él”, maldito está el suelo por tu causa. Con dolor comerás su producto todos los días de tu vida. 18 Y espinos y cardos hará crecer para ti, y tienes que comer la vegetación del campo. 19 Con el sudor de tu rostro comerás pan hasta que vuelvas al suelo, porque de él fuiste tomado. Porque polvo eres y a polvo volverás.” (Gén. 3:17-19).
Luego puesto que antes de ser creado del polvo de la tierra, Adán no existía como ser viviente, al ser devuelto al mismo dejaba de existir de nuevo…… y puesto que eso es lo que nos dejó en herencia, ese es el final miserable que espera al ser humano y algo que el autor del libro de Eclesiastés, nos explicó de la siguiente gráfica manera:
“Yo, yo mismo, he dicho en mi corazón, tocante a los hijos de la humanidad, que el Dios verdadero va a seleccionarlos, para que vean que ellos mismos son bestias. 19 Porque hay un suceso resultante respecto a los hijos de la humanidad y un suceso resultante respecto a la bestia y ellos tienen el mismo suceso resultante. Como muere el uno, así muere la otra; y todos tienen un solo espíritu, de modo que no hay superioridad del hombre sobre la bestia, porque todo es vanidad. 20 Todos van a un solo lugar: del polvo han llegado a ser todos y todos vuelven al polvo.” (Ecle. 3:18-20).
Sin embargo, el Altísimo Soberano sobre todo el Universo, Jehová Dios, en su infinito amor y misericordia hacia Su creación humana y ante el hecho que el hombre se hallaba impotente para poder aportar solución a tan grave situación (Sal. 49:6-9), nos proveyó un rescate apropiado para “todos” (1 Tim. 2:6) en la figura de un Hijo que en su momento apareció sobre la tierra y que mediante ofrecer su vida, nos rescató de este trágico final que nos aguardaba o lo que es lo mismo, nos salvó de tal condenación y que nos vino impuesta por la irresponsable actitud de nuestros primeros padres. La promesa de nuestro Creador entonces para con nosotros, la humanidad en general, es que aquellos que ejerzan fe en la sangre derramada por Jesucristo en nuestro favor y en concepto de rescate, podrán alcanzar la total restauración (Hech. 3:20-21) durante ese reino milenario, tanto física, como mental y espiritual y con lo que se les dotará de los necesarios elementos para poder enfrentar, en el momento que de nuevo se haga presente Satanás (Rev. 20:7-8), la misma cuestión que enfrentaron nuestros primeros padres y con ello, responder cada uno por sí mismo (y no otro en lugar de él, como fue al principio) al planteamiento que dicho maligno personaje les hiciera a Adán y Eva; los que adopten la posición correcta, accederán a la vida eterna, mientras que aquellos que sigan los pasos de nuestros primeros padres, se enfrentarán a la destrucción eterna o muerte segunda y de la que ya no hay posibilidad de rescate alguno (Rev. 20:14).
Ahora bien ¿qué diferencia existe entonces entre esta salvación general y aquella que tenía que ver con los primeros seguidores de Jesucristo, que habían recibido la adopción como Hijos de Dios y forma de salvación que se arrogan esos farsantes que actualmente se identifican como “ungidos”? Pues el que esos personajes y en función del pacto que Jesús, en nombre de su Padre Celestial, estableció con ellos (Luc. 22:28-30), no tienen que esperar al fin de los mil años pasar la citada prueba final para alcanzar la inmortalidad (y que no es lo mismo que la vida eterna), sino que ya les es concedida y a diferencia del resto de mortales, en el mismo momento de levantarse en la resurrección y a la que se le añade el título de reyes y sacerdotes para gobernar al lado de Jesucristo en el reino de Dios. Y que siendo a efectos prácticos lo mismo, no es la misma situación en cuanto a calidad el ser una criatura inmortal, que el tener uno simplemente acceso a poder vivir eternamente: por ejemplo, los ángeles pueden vivir eternamente, pero no son inmortales (1 Tim. 6:16)…… por lo que ese privilegio, solo aplica a aquellos pocos que han de reinar con Cristo y algo de lo que hablamos con más detalle en nuestro artículo “¿Para quiénes se escribió la Biblia?”
Por lo que les repetimos, que una cosa es lo que dicen las Escrituras y otra muy distinta, lo que nos cuentan algunos “enteraos” que estas dicen y que casi siempre suele parecerse lo mismo que un huevo a una castaña; un ejemplo lo tenemos y algo que ya hemos apuntado, en la absurda enseñanza que cuando uno se bautiza en agua, automáticamente ya es “ungido” o reconocido como Hijo adoptivo de Dios y de lo cual la Biblia no dice ni media palabra de ello, pues el acceder a dicha condición solo se lograba mediante la imposición de manos por parte de los apóstoles, algo para lo que solo estaban facultados ellos (más Pablo en su momento) y ya no por parte de aquellos, que a través de dicha imposición de manos habían recibido su propio reconocimiento como verdaderos Hijos adoptivos de Dios. Y siendo este el caso, solo habría que razonar que en morir el último de los apóstoles, se acabó dicha posibilidad de recibir por parte del personal, la unción divina y con lo que a día de hoy, no pueden existir sobre la tierra personas que mantengan dicha relación paterno/filial con el Supremo Hacedor…… que lo afirmen es una cosa, pero el que la tengan de verdad ya es otra. Y algo de lo que hablamos extensamente en nuestro escrito del 04/05/12 titulado “El bautismo en agua…… ¿está aún vigente?” y que le sugerimos que lea, amigo lector, para obtener una más amplia perspectiva de lo que queremos decirle en lo que está leyendo en este momento.
Luego todo considerado, su usted quiere entender correctamente lo que su Creador le quiere explicar a través de Su Palabra y no estando muy puesto en el tema, requiere de ayuda, no tiene más y si se apoya en nuestros escritos (o en los de quién sea), que contrastar con atención aquellos textos bíblicos que usamos para documentar nuestros planteamientos con su propio ejemplar de la Biblia y luego, razonar sobre lo leído con lógica y sentido común, para ver si lo que usted entiende de ellos es lo mismo que le contamos nosotros que dicen…… pero en todo caso, no permita que nunca nadie, nosotros o cualquier otro, le diga lo que usted tiene que creer sobre la Palabra de Dios, porque ese otro, quién sea, así lo entienda o crea. Porque recuerde: su Creador, le dirige el mensaje directamente a usted y por lo que no puede existir organización religiosa alguna o “iluminados” que vayan por libre dando la “vara” por ahí, que tengan a su cargo el “interpretarle” dicho mensaje…… sencillamente, es personal e intransferible.
MABEL
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domingo, 20 de enero de 2013
La parábola de la “gran cena”
Una de las características de las enseñanzas de Jesús, era el que estas se impartían en forma de parábolas o ilustraciones; de hecho y según el registro escrito “sin ilustración no les hablaba” (Mat. 13:34)…… ahora bien ¿qué es una parábola o ilustración y porqué enseñaba Jesús de esta manera? Podríamos decir que una “parábola” o ilustración y resumiéndolo al máximo, no es más una comparación o símil, en todo caso una narración corta, generalmente ficticia y de la que se puede derivar una verdad moral o espiritual…… y definición de la cual se deduce la razón por la cual el Hijo de Dios enseñaba de esta manera. Y es que al explicar una historia ficticia (algo parecido a un cuento corto) que obviamente contenía la enseñanza que él pretendía transmitir, obligaba a la gente a pensar y razonar por sí misma sobre aquello que le estaban contando, con lo que se conseguía que la idea se quedará más impresa en la mente de las personas…… y circunstancia que actuaba a la vez como elemento clarificador, acerca de quiénes realmente estaban interesados y quienes no: pues los que lo estaban, continuaban siguiendo a Jesús y cada vez más instruidos debido a su esfuerzo personal por entender y los que no lo estaban, cada vez entendían menos y en consecuencia se alejaban, en una clara manifestación de falta de interés por el mensaje divino; ello se confirma por la respuesta que este dio cuando sus apóstoles le preguntaron el por qué siempre enseñaba en parábolas o ilustraciones:
“De modo que los discípulos se acercaron y le dijeron: “¿Por qué les hablas usando ilustraciones? (o parábolas)”. 11 En respuesta, él dijo: “A ustedes se concede entender los secretos sagrados del reino de los cielos, mas a aquellos no se les concede. 12 Porque al que tiene, más se le dará y se le hará abundar; pero al que no tiene, hasta lo que tiene le será quitado. 13 Por esto les hablo a ellos usando ilustraciones, porque, mirando, miran en vano y oyendo, oyen en vano, ni captan el sentido de ello; 14 y para con ellos se cumple la profecía de Isaías, que dice: “Oyendo, oirán, pero de ningún modo captarán el sentido de ello; y, mirando, mirarán, pero de ningún modo verán. 15 Porque el corazón de este pueblo se ha hecho indispuesto a recibir y con los oídos han oído sin responder, y han cerrado los ojos; para que nunca vean con los ojos, ni oigan con los oídos, ni capten el sentido de ello con el corazón y se vuelvan y yo los sane”.” (Mat. 13:10-15). (Acotación nuestra).
Y siendo aquí quizás y como una consecuencia colateral, en donde hallamos ya la primera enseñanza de dicha parábola en sí misma, en el sentido que solo el esfuerzo de uno en meditar y razonar en aquellas cosas que le hablan de Dios e intentar extraer de ellas su verdadera sustancia y siempre con una buena disposición de corazón, es como uno consigue alcanzar un entendimiento correcto de la enseñanza que tiene a su alcance; pero permítannos ponerles un pequeño ejemplo de lo que pretendemos decirles y que les rogamos no entiendan como petulante: en este blog nos centramos en la crítica razonada, sobre aquellas enseñanzas que entendemos no se ajustan al correcto sentido del contenido escritural (esa es la razón de ser de nuestro blog, tal como se muestra en nuestra declaración de intenciones al principio del mismo y por lo que no engañamos a nadie) y lo que nos lleva a tener que pronunciarnos en contra de determinados planteamientos de diversos personajes, como puedan ser Apologista Mario Olcese, Doug Batchelor, Rivas Martínez, David Diamond, Arturo Norero, Félix Guttmann, Dario Salas y algún que otro “despendolao” que se nos cruce por delante.
Ello nos ha llevado a recibir más de una crítica en el sentido que mejor sería que aprovecháramos nuestro tiempo, capacidad y recursos en ser más positivos a la vez que más constructivos, apartándonos por tanto de aquello que dichas personas no ven más que como simples enfrentamientos que a nada conducen, o como alguno ya nos ha dicho y parafraseando a Pablo, que son “cuestiones necias e ignorantes” (2 Tim. 2:23) que solo conducen a peleas y con lo que le estaríamos haciendo el “caldo gordo” a Satanás, con tantos “dimes y diretes”. Bien, estas son las personas que no entienden nuestros escritos y se alejan en busca de otra cosa que vaya más en línea con lo que ellas creen correcto y contra lo que, obviamente, no hay nada que objetar; pero que al igual que aquella persona que se va a una galería de arte para ver grandes cuadros y solo se fija en el marco que soporta las pinturas, nuestro decepcionado lector se ha fijado solo en el “marco” de circunstancias de nuestro escrito y que es el contexto en el que se halla inserto (una discusión con otro autor) y no en el lienzo o contenido del mismo y que es en donde está la razón de ser del escrito del que se trate: desbaratar una enseñanza que entendemos falsa, mediante rebatirla con la que nosotros entendemos que es la correcta y ajustada a las Escrituras, lo que permite al lector comparar y sacar lógicas conclusiones. Esto es y salvando todas las distancias, lo que hacía Jesús con los escribas y fariseos; y que no solo resultaba en transmitir mediante contraste con una falsa, una enseñanza verdadera, sino en desenmascarar a los “falsos maestros” (2 Ped. 2:1) y que es en definitiva, el objetivo que nosotros también perseguimos.
Sin embargo, afortunadamente, están aquellos que pasando por encima del hecho circunstancial, se centran en el fondo de la cuestión y no en la forma, captando por ello el correcto sentido del contenido de la información bíblica que subyace detrás de esas aparentes “peleas de gallos” y que lejos de ser la causa, no son más que la “excusa” para transmitir una enseñanza bíblica…… y estas personas son las que se quedan y cada día más, van ganando en capacidad de entendimiento, al tiempo que se ponen en guardia contra las “enseñanzas de esos falsos maestros y “que haberlos ahílos” como diría un gallego. Porque claro, habría que tener en cuenta que cuando rebatimos el planteamiento de determinado autor, no rebatimos a la persona, sino a la enseñanza tras ese planteamiento contenida y lo cual sirve de aviso para el lector, en el sentido de que cuando esa enseñanza en su momento rebatida, vuelva a aparecer ante él de nuevo y sin importar de quién proceda, sepa que es falsa y no se deje entrampar por ella…… y es que nosotros no rebatimos personas, sino contenidos (prescindiendo que de cuando en cuando, alguno nos saque de nuestras casillas y nos pasemos un par de “roscas” ¡pero qué quieren, la carne es débil!). Dicho lo cual, continuemos en donde estábamos y que era en el valor de la parábola o ilustración, como “instrumento” docente para el correcto entendimiento de la Palabra de nuestro Excelso Creador, Jehová Dios…… o Yahveh para otros, que en definitiva y ante la imposibilidad de saber cómo realmente se pronunciaba tan Majestuoso Nombre, no serían más que las dos caras de una misma moneda, eso es, el Único Soberano y Excelso Rey sobre todo el Universo.
Ya continuando con el tema propuesto, entre las parábolas que Jesucristo usó para transmitir enseñanzas y que es la que hoy nos ocupará, estuvo aquella que nos hablaba sobre cierto personaje que había preparado un banquete o “gran cena” para las muchas personas a las que había invitado; y que de acuerdo a las costumbres de la época, siempre a tenor de lo expuesto en el registro escrito, cuando todo estaba a punto se le notificaba al invitado, para que este pudiera acudir al mismo al tiempo apropiado para ello; dice así la parábola:
“Cierto hombre daba una gran cena, e invitó a muchos. 17 Y a la hora de la cena envió a su esclavo a decir a los invitados: “Vengan, porque las cosas ya están listas”. 18 Pero todos a una comenzaron a rogar que se les excusara. El primero le dijo: “Compré un campo y tengo que salir a verlo; te pido: Excúsame”. 19 Y otro dijo: “Compré cinco yuntas de bueyes y voy a examinarlas; te pido: Excúsame”. 20 Uno más dijo: “Acabo de casarme con una esposa y por eso no puedo ir”. 21 De modo que el esclavo vino al amo y le informó estas cosas. Entonces el amo de casa se airó y dijo a su esclavo: “Sal pronto a los caminos anchos y a las callejuelas de la ciudad y trae acá a los pobres y a los lisiados y a los ciegos y a los cojos”. 22 Andando el tiempo, el esclavo dijo: “Amo, se ha hecho lo que ordenaste y todavía hay lugar”. 23 Y el amo dijo al esclavo: “Sal a los caminos y a los lugares cercados y oblígalos a entrar, para que se llene mi casa. 24 Porque les digo a ustedes: Ninguno de aquellos varones que fueron invitados gustará mi cena”.” (Luc. 14:16-24).
Tan solo nueve versículos (ya hemos señalado que los relatos son cortos), pero que encierran un mundo de información, siempre y cuando uno desee investigar y en un sincero deseo de aprender de su Creador, pues no olvidemos que estamos hablando de enseñanzas provenientes del propio Hijo de Dios; luego con esa finalidad de aprender, vamos a intentar averiguar, por medio de analizar dicha parábola por fracciones e ir extractando la información que cada uno de ellos pone a nuestro alcance, de qué se nos está hablando en la misma; veamos la primera de ellas:
“Cierto hombre daba una gran cena, e invitó a muchos. 17 Y a la hora de la cena envió a su esclavo a decir a los invitados: “Vengan, porque las cosas ya están listas”. 18 Pero todos a una comenzaron a rogar que se les excusara. El primero le dijo: “Compré un campo y tengo que salir a verlo; te pido: Excúsame”. 19 Y otro dijo: “Compré cinco yuntas de bueyes y voy a examinarlas; te pido: Excúsame”. 20 Uno más dijo: “Acabo de casarme con una esposa y por eso no puedo ir”.”
¿Cuál es el significado de esta parte de la ilustración o parábola? En primer lugar y para averiguarlo, tendríamos que fijar primero qué elementos figuran en la parábola en cuestión como protagonistas de la misma y que serían por orden de aparición, un poderoso personaje (podía hacer grandes banquetes, con numerosos invitados), el esclavo de confianza en quién se apoyaba tan poderoso personaje y en tercer lugar, aquellos invitados que habría que suponer, también de noble condición, pues se relacionaban con dicho poderoso personaje, ya que recibieron la honra de ser invitados por este; también nos encontramos, adicionalmente, con otros invitados de más baja condición y de diferentes característica entre ellos y de los que también se nos habla. Por otra parte y puesto que todo lo que Jesús explicaba tenía que ver con el “reino de los cielos”, el “local” en donde se celebraría dicha simbólica “gran cena” no era otro que “el reino de Dios” y que obviamente estaría en relación directa con aquello que tiene que ver con los gobernantes del mismo; sabido es y aceptado por la inmensa mayoría de autores bíblicos, el que Jesús vino a la tierra a buscar a aquellos que tendrían que compartir gobierno con él.
Por lo tanto y ya reconocidos los distintos elementos que componen dicha ilustración en su conjunto, entremos en el análisis y desarrollo de la primera fracción objeto de estudio y en donde tenemos que el “cierto hombre” que proveyó la “gran cena” no podía ser otro que Jehová Dios, mientras que el “esclavo” por medio de quien notificó a los invitados que la “gran cena” estaba lista, lógicamente sería Jesucristo y quien extendió las invitaciones para participar en la misma, en nombre de su Padre Celestial; y finalmente, esos primeros “invitados” que no podían ser otros por su supuesta cercanía al Creador, que los líderes religiosos del pueblo Israel y que tenían a su cargo, la interpretación y posterior enseñanza de la Ley al resto del pueblo…… pero siendo esto así ¿qué representaban las invitaciones para participar de la simbólica “gran cena”? Pues, obviamente, representarían las oportunidades disponibles para aprovechar el ofrecimiento de tener una participación activa en el reino de Dios y que fue lo que Jesús, el “esclavo” de la ilustración, vino a extender en representación del Altísimo a todos aquellos que quisieran aceptar.
Ahora bien ¿cuándo se hizo efectiva por primera vez esta invitación para llegar a formar parte del reino de los cielos en calidad de inmortal rey y sacerdote y a quiénes? Jesús extendió esta invitación durante los tres años y medio que duró su ministerio y tiempo durante el cual, fueron los líderes religiosos sobre todos los demás, quienes tuvieron la primera oportunidad de llegar a aceptar dicho ofrecimiento, en función de que estaban más familiarizados con las Escrituras Hebreas que el resto de judíos y por lo tanto, partían en mejor posición para entender y apreciar dicha invitación, pues en ellas se hablaba de ese ofrecimiento. Que estos personajes partían como favoritos, parece probarlo el hecho de que Jesús le dijo a una persona a quien había curado, que no se lo dijera a nadie más, sino que se mostrara al sacerdote (Mat. 8:4). La circunstancia que parece corroborar que ello era así, eso es, que a dichos personajes iba dirigida en primer lugar dicha invitación, se desprende de las palabras de reprobación que Jesús dirigió a estos líderes religiosos en cierto momento, ya al término de su ministerio:
“El reino de Dios les será quitado a ustedes (luego en principio a ellos había sido dirigida le entrada al mismo) y será dado a una nación que produzca sus frutos.” (Mat. 21:43). (Acotación nuestra).
Y que esas personas estaban más interesadas en su búsqueda personal de prominencia y posesiones egoístas que en el reino de Dios, es algo que queda demostrado de forma palmaria, en la siguiente reflexión que en un momento determinado se hicieron dichos personajes y que los llevó a tomar una injustificable acción, como fue el atentar contra la vida del Hijo de Dios:
“Si lo dejamos así (continuar el ministerio arrollador de Jesús), todos pondrán fe en él y los romanos vendrán y nos quitarán nuestro lugar así como nuestra nación (luego ya consideraban la nación como propiedad suya y no como propiedad de Jehová)”. 49 Pero uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo: “Ustedes no saben nada 50 y no raciocinan que les es de provecho a ustedes (luego no a la nación) que un solo hombre (Jesús) muera en el interés del pueblo y no que la nación entera sea destruida (y de la que dependía su privilegiada posición)”.” (Juan 11:48-50). (Acotaciones nuestras).
De ahí, que en la primera parte que analizamos de dicha parábola, se muestren las inconsistentes excusas de esos primeros invitados y que con lo que no solo se manifestaba un total desprecio por el increíble privilegio que había sido puesto ante ellos, sino lo que es peor, para con el Magnífico Señor que les extendía semejante oportunidad y que no era otro que el propio Jehová Dios. Ya aclarado este primer aspecto del relato objeto en cuestión, continuemos avanzando en nuestro análisis y veamos que nos continúa diciendo la parábola de Jesús:
“De modo que el esclavo vino al amo y le informó estas cosas. Entonces el amo de casa se airó y dijo a su esclavo: “Sal pronto a los caminos anchos y a las callejuelas de la ciudad, y trae acá a los pobres y a los lisiados y a los ciegos y a los cojos”.” (Luc. 14:21).
Luego solo era razonable que el “amo de casa” y que recordemos, prefiguraba al Altísimo, “se airara” en sobremanera ante semejante falta de respeto de aquellos privilegiados primeros invitados y que, rechazándolos, recabara de su “esclavo” y que como hemos dicho prefiguraba a Jesús, saliera a las “callejuelas de la ciudad” (eso es, aún dentro de los límites del pueblo judío) en busca de aquellos judíos de más baja condición, como serían los “pobres, lisiados, ciegos o cojos”, eso es, aquellos despreciados por dicha clase religiosa gobernante y que era el pueblo en general. Pero para entender estas palabras, primero sería oportuno conocer la opinión que de la gente normal tenían los engreídos dirigentes religiosos y que lejos de cumplir con el propósito que Jehová les había encomendado, eso es, cuidar de Sus “ovejas” de la casa de Israel, sencillamente no solo las habían abandonado y las utilizaban para su propio beneficio (Zac. 11:15-17), sino que encima las despreciaban:
“Por lo tanto, los oficiales volvieron a los sacerdotes principales y fariseos y estos les dijeron: “¿Por qué no lo trajeron?”. 46 Los oficiales respondieron: “Jamás ha hablado otro hombre así”. 47 A su vez, los fariseos contestaron: “Ustedes no se han dejado extraviar también, ¿verdad? 48 Ni uno de los gobernantes o de los fariseos ha puesto fe en él, ¿verdad? 49 Pero esta muchedumbre (refiriéndose al pueblo llano que seguía a Jesús) que no conoce la Ley (o que no tenían el mismo conocimiento de la misma, que tenían ellos) son unos malditos”.” (Juan 7:45-49). (Acotaciones nuestras).
Obviamente esos dirigentes religiosos pasaban por alto el hecho, que los que tenían la obligación de enseñar al pueblo por delegación directa de Jehová y por tanto, máximos responsables de semejante ignorancia, eran precisamente ellos y por eso, el que Este estuviera indignado con dichos dirigentes; pero en cualquier caso, el cumplimiento de la recolección de esos personajes de bajo relieve mencionados en esta segunda porción de la parábola que estamos analizando, comenzó en Pentecostés de 33 E.C. cuando espíritu santo proveniente del Soberano sobre todo el Universo, fue derramado sobre aquellos primeros invitados de entre los “despreciados” por la clase gobernante judía y que llegaron a ser los apóstoles y cabeza del grueso de judíos que se continuó añadiendo al grupo seguidor de Jesucristo, el “esclavo” enviado por su Excelso Amo y Padre, Jehová Dios. Y dándose la circunstancia que por unos tres años y medio después del Pentecostés, esta invitación del Reino se continuó ofreciendo entre los humildes de la nación judía; pero veamos que nos sigue diciendo la parábola:
“Andando el tiempo el esclavo dijo: “Amo, se ha hecho lo que ordenaste y todavía hay lugar” (eso es, el aforo del local destinado al evento en cuestión, aún no había sido cubierto, pero que en todo caso se nos habla de un número limitado de asistentes). De modo que el amo le dijo a su esclavo: “Sal a los caminos y a los lugares cercados y oblígalos a entrar, para que se llene mi casa. 24 Porque les digo a ustedes: Ninguno de aquellos varones que fueron invitados (los dirigentes religiosos mencionados) gustará mi cena”.” (Acotaciones nuestras).
Entonces lo que observamos es que dicha invitación, se extendió todavía aún más allá, eso es “a los caminos” o ya fuera de los límites de la ciudad de Jerusalén misma y lo que representaría que debido al general rechazo por parte del pueblo judío de aceptar dicha invitación, la misma fue ofrecida y en un intento de completar el aforo del lugar para la “gran cena” o lo que es lo mismo, completar el número de invitados que conformarían el conjunto de miembros que tomarían parte en el gobierno del reino de Dios, a personas no judías y que en las Escrituras se nos identifican como “gentiles” o “gente de las naciones” y de los cuales, Cornelio y su casa fueron los primeros que aceptaron dicho ofrecimiento (Hech. 10:1-48).
Por lo que resumiendo los hechos, tenemos que Jehová y en fiel cumplimiento de su promesa hecha al pueblo hebreo en el desierto de Sinaí, después de su liberación de la tiranía de Egipto y que tenía que ver con el sacar de entre ellos en un futuro aún lejano “un reino de sacerdotes”, eso es, reyes a la vez que sacerdotes (Éxo. 19:5-6), envió a Su Hijo Jesús a buscar de entre su pueblo, a aquellos que tendrían que colaborar con él en la gobernación del reino de Dios por espacio de mil años y privilegio que fue rechazado en primera instancia, por “aquellos varones que fueron invitados” (v.24) y que eran los dirigentes religiosos judíos en su calidad de máximos conocedores de la ley; en segunda instancia, por la inmensa mayoría del resto del pueblo de Israel y lo que obligó, ya en una tercera instancia, a extender a personas ajenas a la nación judía, o “gente de las naciones” dicho privilegio…… por lo que la pregunta que nos llevaría a la principal enseñanza de dicha parábola y captada por muy pocos, tiene que ver con el hecho de que si Jehová pactó con la nación de Israel de entre ellos sacar a los reyes y sacerdotes acompañantes de Su Hijo Jesucristo en el reino milenario ¿por qué extendió dicha invitación a personas que no pertenecían al mismo?
Y es que lo que hemos hecho hasta ahora, no ha sido más que identificar a unos personajes envueltos en determinada parábola o ilustración, en todo caso una historia ficticia y explicar una determinada relación de sucesos que tuvieron que ver con acontecimientos de la historia real…… pero la enseñanza fundamental de dicha parábola, que a nuestro juicio aún no ha sido contada (cuánto menos entendida) por tanto “ungido” que pulula por ahí, está directamente relacionada con la respuesta a la pregunta formulada: Jehová acudió a los gentiles para sacar futuros miembros de dicho gobierno del reino, porque el pueblo de Israel en su conjunto, no había proporcionado los suficientes candidatos para completar la cantidad predeterminada por el Altísimo en cuanto al número total de esos gobernantes; y que estaríamos hablando de un número limitado de individuos, fuere el que fuere, se sobreentiende de las siguientes palabras de Pablo en Rom 11:25 y dirigidas precisamente a “gentiles”:
“Porque no quiero, hermanos, que ignoren este secreto sagrado, para que no sean discretos a sus propios ojos: que un embotamiento de las sensibilidades le ha sucedido en parte a Israel hasta que el número pleno de gente de las naciones haya entrado.”
Pasaje que nos señala, que estaríamos hablando de que solo un número determinado de “gente de las naciones” entraría a participar de dicha invitación, al efecto de poder completar el número total de gobernantes establecido por Jehová; y hecho que se entiende mejor en la interpretación que de dicho pasaje hace la versión Palabra de Dios para Todos:
“Hermanos, quiero que sepan algo que les ayudará a no creerse sabelotodo. Así que les explicaré un secreto que Dios ha revelado: parte de Israel se ha puesto terca, pero sólo hasta que se complete el número de los que no son judíos que llegue a Cristo.”
Luego obviamente de lo que estaríamos hablando, es que no solo de los gentiles un número determinado de ellos participaría del privilegio de reinar con Cristo, sino que existía un número global concreto y limitado, predeterminado por Jehová para el total de miembros de ese gobierno del reino. Y ello muestra el error de la inmensa mayoría, tanto de las organizaciones cristianas, como de autores de artículos bíblicos y que van supuestamente por libre (todos ellos se consideran “ungidos” ¡faltaría más!), que tienen la firme convicción y en ese sentido enseñan, de que cristianos de todos los tiempos (en función de su bautismo) y en número ilimitado, indiscutiblemente ya tienen su plaza en ese reino venidero, obviamente, como gobernantes en el mismo en calidad de inmortales reyes y sacerdotes; por ello y dando por buena dicha enseñanza, no se han preocupado en asegurarse que las Escrituras no digan algo en sentido contrario y que desbarate dicha expectativa, pues no contemplan siquiera dicha posibilidad.
Pero como en este blog no tenemos tan claro que esto sea así, es más, no nos lo creemos “ni hartos de vino” que diría el castizo, porque sencillamente no puede ser así, en función del contexto general de las Escrituras en donde, por ejemplo y en unos versos antes del citado por partida doble, concretamente del 17 al 21, Pablo y dirigiéndose a miembros de entre los “gentiles” que formaban parte del simbólico olivo que representaba al Israel de Dios (Gál. 6:16), dijo lo siguiente:
“Sin embargo, si algunas de las ramas fueron desgajadas, pero tú, aunque eres acebuche, fuiste injertado entre ellas y llegaste a ser partícipe de la raíz de grosura del olivo, 18 no te alboroces en triunfo sobre las ramas. Pero, si te alborozas en triunfo sobre ellas, no eres tú quien soporta la raíz, sino la raíz a ti. 19 Dirás, pues: “Algunas ramas fueron desgajadas para que yo fuera injertado”. 20 ¡Está bien! Por su falta de fe fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. Cesa de tener ideas encumbradas; antes bien, teme. 21 Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, tampoco te perdonará a ti.”
Entonces lo que queda claro es que ese simbólico olivo que representa al Israel espiritual, contiene un determinado y concreto número de ramas (entiéndase miembros) y si bien estas pueden ser sustituidas por otras, de ninguna manera se puede ver alterado su número (el que sea); eso es, que estaríamos hablando de sustitución de unas ramas por otras y no de aumento ilimitado o disminución del número de ellas…… luego el gobierno del reino de Dios, tiene un número fijo de participantes que no puede sufrir alteración alguna a través del tiempo. Pero volviendo a lo que decíamos, como nosotros no compartimos esa creencia general, sí hemos encontrado en la parábola en cuestión un detalle, repetimos, pasado por alto por la mayoría de estudiosos del tema y que corrobora nuestro planteamiento, en el sentido de que no puede haber de manera alguna, un aumento ilimitado de miembros de dicho gobierno divino. Y es que si se presta atención al relato analizado, vemos que después de que debido a que como clase (individualmente hubo algunos que sí aceptaron) los gobernantes judíos rechazaran dicha oferta, esta fue ofrecida al resto de pueblo de Israel y el cual también, de manera mayoritaria rechazó, posteriormente fue ofrecida a los gentiles o gente de las naciones…… pero antes de que el esclavo de la parábola recibiera dicha orden de extender la invitación a la gente de las naciones, este se dirige a su amo con las siguientes palabras:
“Andando el tiempo, el esclavo dijo: “Amo, se ha hecho lo que ordenaste (el recoger a los humildes que del pueblo de Israel aceptaron) y todavía hay lugar”. 23 Y el amo dijo al esclavo: ‘Sal a los caminos y a los lugares cercados y oblígalos a entrar, para que se llene mi casa.” (Luc. 14:22-23). (Acotación nuestra).
Luego dado que en las Escrituras no hay palabras superfluas, sino que hasta la última de ellas tiene su importancia, pues todas ellas tienen su propósito y razón de ser…… o de estar donde están ¿qué significaba ese “todavía hay lugar”? O lo que es lo mismo ¿qué información se nos está transmitiendo, por medio de esas tres palabras? Obviamente hay que entender de ellas, que nos estarían indicando que de un espacio limitado a cierto número de comensales, aún quedaban algunas bacantes para que todos los asientos del banquete estuviesen ocupados y con ello, completado el aforo del local en cuestión…… y puesto que ya hemos señalado que este no era otra cosa que el “reino de Dios”, pues de eso es de lo que estaba hablando Jesús, solo podemos deducir de ellas que el reino de Dios tiene un número determinado e inamovible de plazas, por lo que no pueden ni aumentar ni disminuir con el tiempo.
Y que Jesús estaba hablando en esa parábola, del reino de Dios, queda claro por un detalle que así nos lo confirma; porque recordemos que dicho relato de Jesús, vino a cuento de un comentario que hizo una de las personas que estaban al lado de este, en una comida a la que había sido invitado:
“Al oír estas cosas (las que estaba ensañando Jesús en ese momento), cierta persona de entre los convidados con él le dijo: “Feliz es el que coma pan en el reino de Dios”.” (Luc.14:15). (Acotación nuestra).
Ello es lo que nos lleva a deducir, que la ilustración que estamos analizando tenía que ver con el reino de Dios y en el bien entendido, que este era el tema fundamental en el que se siempre se centró Jesús. Por lo que y continuando con lo que decíamos, queda claro que de los gentiles se tomó solamente la cantidad necesaria para que el número determinado de asistentes a la citada “gran cena”, quedara completo…… luego estaríamos hablando de un aforo, el que fuera, pero en todo caso perfectamente delimitado; de ello que en Rev. 14:1; 4, leamos lo siguiente:
“Y vi y, ¡miren!, el Cordero de pie sobre el monte Sión y con él ciento cuarenta y cuatro mil que tienen escritos en sus frentes el nombre de él y el nombre de su Padre. (……) Estos son los que no se contaminaron con mujeres; de hecho, son vírgenes. Estos son los que van siguiendo al Cordero no importa adónde vaya. Estos fueron comprados de entre la humanidad como primicias para Dios y para el Cordero.”
Y ello nos quiere decir, que de la totalidad de seres humanos, 144.000 de entre ellos fueron apartados, comprados o redimidos, en todo caso separados del resto por el Altísimo, para que acompañaran a su Hijo Jesucristo en su tarea de gobernar al mundo por mil años; con ello no pretendemos afirmar que el aforo del local de la “gran cena” de la parábola tuviera capacidad para ese número de invitados, pues solo hacemos referencia al hecho concreto de que el acceso al mismo estaba limitado a determinado número de miembros y que no se podía sobrepasar. Aunque es cierto, que los que contemplan la absurda idea de que todos los cristianos bautizados tienen dicho privilegio (idea no contemplada en las Escrituras) y que aspiran a su cuota personal de poder, niegan tercamente la literalidad de dicha cantidad y a la que califican de simbólica, alegando para ello que el libro de Revelación o Apocalipsis está lleno de simbolismos y algo que es cierto; pero no es menos cierto, que ello no significa que todo lo que hay en dicho libro sea simbólico, sino que es el contexto de cada pasaje lo que determina su posible simbolismo…… y este no es el caso.
Ya de entrada, tenemos que dicha cantidad nos viene rebotada de Rev. 7:4-8 y es el resultado de una operación matemática: 12.000 miembros de cada una de las 12 tribus de Israel (este es otro tema de debate y del que algún día nos ocuparemos) y que multiplicando ambas cantidades entre ellas, dan la cifra en cuestión. Pero es que además, dicha cantidad se pone en directo contraste con otro grupo de personas de distinta procedencia y a las que se hace referencia como de una “gran muchedumbre que ningún hombre podía contar”…… luego una vez más, el marcado contraste entre esas dos cantidades tiene que querer decirnos algo, puesto que como ya hemos mencionado, en las Escrituras todo lo dicho en ellas tiene su sentido y nos transmite información: y la que se nos transmite en este caso, es la que nos lleva a razonar que si una cantidad por inmensa no se podía contar y había otra que sí se podía contar y que estaba cuantificada en 144.000 miembros, ello significa que nos encontramos ante un número absolutamente real y creíble…… a menos eso sí, que Jesucristo no hubiera entendido bien la revelación que le dio su Padre, o que el ángel que la transmitió no fuera “el más listo de la clase” o de que Juan hubiera estado pensando en las “musarañas” en el momento de recibir dicha información. Pero para añadir a nuestro planteamiento, en el sentido que se trata de que estaríamos hablando de una cantidad literal, tenemos el hecho de que esta visión de Juan no era más, que una parte del cumplimiento profético “de las cosas que tienen que suceder dentro de poco” (Rev. 1:1) y señalado en el Sal. 2:5-6:
“En aquel tiempo les hablará en su cólera (Jehová) y en su ardiente desagrado los perturbará, 6 diciendo: “Yo, sí, yo, he instalado a mi rey sobre Sión, mi santa montaña”. (Acotación nuestra).
Por lo que contrastemos dicho salmo profético, con la visión de Juan en la Revelación y que se nos muestra en el ya citado Rev. 14:1:
“Y vi y, ¡miren!, el Cordero (Jesucristo) de pie sobre el monte Sión y con él ciento cuarenta y cuatro mil que tienen escritos en sus frentes el nombre de él y el nombre de su Padre.” (Acotación nuestra).
Luego si estamos ante la visión de un acontecimiento real a producirse en un futuro ya cercano, como es el reinado milenario de Cristo y nadie duda lo más mínimo de ello ¿por qué razón, los 144.000 personajes que aparecen flanqueando al Gran Rey Jesucristo, no tienen que ser tan reales como el número de ellos? Tengamos en cuenta que Juan no solo vio, sino que también oyó el número o cantidad en cuestión (Rev. 7:4), por lo que no puede quedar ninguna duda que esa es la cantidad de personas que acompañarán a Jesucristo en su gobierno mundial de hechura divina…… y cantidad, que aún no ha sido completada; veamos que se nos dice de ello en Rev. 6:9:11:
“Y cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido degollados a causa de la palabra de Dios y a causa de la obra de testimonio que solían tener. 10 Y clamaban con voz fuerte y decían: “¿Hasta cuándo, Señor Soberano santo y verdadero, te abstienes de juzgar y de vengar nuestra sangre en los que moran en la tierra?”. 11 Y a cada uno de ellos se dio una larga ropa blanca; y se les dijo que descansaran por un poco de tiempo más, hasta que se completara también el número de sus co-esclavos y de sus hermanos que estaban a punto de ser muertos como ellos también lo habían sido.”
Recordemos, por otra parte, que en el pasaje de Pablo en Rom. 11:25, se nos señala el hecho que “parte de Israel se ha puesto terca, pero sólo hasta que se complete el número de los que no son judíos que llegue a Cristo”; y puesto que dicha “terquedad” tenía que ver con el hecho de no reconocer a Jesús como el Mesías enviado por Jehová y situación que se continúa manteniendo en nuestros días, ello significa que el número de esos 144.000 miembros gobernantes con Cristo en el reino de Dios, aún continúa por completar.
Entonces es obvio que al número de 144.000 elevados a la condición de Hijos adoptivos de Dios, hermanos por tanto de Jesucristo (Rom. 8:29) y consecuentemente, herederos con él del reino en calidad de inmortales reyes y sacerdotes, le quedan aún por incorporar para llegar a su total, algunos elementos y algo que nos confirma Rev. 11:3-6, al anunciarnos la próxima venida de “dos testigos” con grandes poderes a la manera de los Pedro, Juan, Pablo, etc. y que no es otra cosa, que la aparición de un pequeño resto “ungido” al que se le da la comisión y al igual que a los primeros apóstoles, de encabezar una predicación mundial ya anunciada por Jesús en Mat. 24:14…… y entonces es cuando viene el fin del actual sistema de cosas tal como lo conocemos; luego si solo son 144.000 los que reinan con Cristo y de los que se nos ha dicho que son comprados, redimidos o separados (Rev. 14:4) de entre la humanidad para tal comisión ¿qué hay entonces, de la inmensa cantidad restante de la humanidad y de la que en la actualidad todos formamos parte?
Pues muy sencillo, queridos amigos: con la venidera gran predicación, se le dará al personal la oportunidad de elegir, entre el venidero reino de Dios y el ya casi establecido Nuevo Orden Mundial y que estará regido en su momento por el llamado “Anticristo”; y para lo cual tendremos un plazo de 1.260 días (Rev. 11:3) o tres años y medio y que es la mitad de la 70 semana profética de Dan 9: 27, para fijar nuestra posición. Ya después de transcurrido dicho tiempo, aquellos que hayan confiado en Jehová y aceptado Su reino en manos de Jesucristo, serán protegidos u ocultados a la manera de Noé durante el diluvio…… mientras que aquellos que se hayan decantado por el gobierno satánico del Anticristo, se enfrentarán a la llamada “gran tribulación” y que por espacio de los restantes tres años y medio hasta completar los siete de la profética semana 70 mencionada, llevará a la destrucción eterna de todos aquellos que tan desatinada opción hayan escogido; de todas maneras y para una información más completa sobre este particular, nos permitimos sugerirles que lean nuestro artículo “¿Qué ocurrirá con nosotros, en la venidera “gran tribulación”?” del 08/12/12.
Y eso es todo, queridos amigos; ahora y si quieren seguir nuestra perenne recomendación, cojan su ejemplar de las Escrituras y comprueben por ustedes mismos si lo que les hemos contado se ajusta al contenido de las mismas: si es así, estupendo…… ya en caso contrario, les estaríamos muy agradecidos si nos lo señalaran, para con ello poder aprender un poco más; y ya saben: contarán con nuestro eterno agradecimiento.
MABEL
Una de las características de las enseñanzas de Jesús, era el que estas se impartían en forma de parábolas o ilustraciones; de hecho y según el registro escrito “sin ilustración no les hablaba” (Mat. 13:34)…… ahora bien ¿qué es una parábola o ilustración y porqué enseñaba Jesús de esta manera? Podríamos decir que una “parábola” o ilustración y resumiéndolo al máximo, no es más una comparación o símil, en todo caso una narración corta, generalmente ficticia y de la que se puede derivar una verdad moral o espiritual…… y definición de la cual se deduce la razón por la cual el Hijo de Dios enseñaba de esta manera. Y es que al explicar una historia ficticia (algo parecido a un cuento corto) que obviamente contenía la enseñanza que él pretendía transmitir, obligaba a la gente a pensar y razonar por sí misma sobre aquello que le estaban contando, con lo que se conseguía que la idea se quedará más impresa en la mente de las personas…… y circunstancia que actuaba a la vez como elemento clarificador, acerca de quiénes realmente estaban interesados y quienes no: pues los que lo estaban, continuaban siguiendo a Jesús y cada vez más instruidos debido a su esfuerzo personal por entender y los que no lo estaban, cada vez entendían menos y en consecuencia se alejaban, en una clara manifestación de falta de interés por el mensaje divino; ello se confirma por la respuesta que este dio cuando sus apóstoles le preguntaron el por qué siempre enseñaba en parábolas o ilustraciones:
“De modo que los discípulos se acercaron y le dijeron: “¿Por qué les hablas usando ilustraciones? (o parábolas)”. 11 En respuesta, él dijo: “A ustedes se concede entender los secretos sagrados del reino de los cielos, mas a aquellos no se les concede. 12 Porque al que tiene, más se le dará y se le hará abundar; pero al que no tiene, hasta lo que tiene le será quitado. 13 Por esto les hablo a ellos usando ilustraciones, porque, mirando, miran en vano y oyendo, oyen en vano, ni captan el sentido de ello; 14 y para con ellos se cumple la profecía de Isaías, que dice: “Oyendo, oirán, pero de ningún modo captarán el sentido de ello; y, mirando, mirarán, pero de ningún modo verán. 15 Porque el corazón de este pueblo se ha hecho indispuesto a recibir y con los oídos han oído sin responder, y han cerrado los ojos; para que nunca vean con los ojos, ni oigan con los oídos, ni capten el sentido de ello con el corazón y se vuelvan y yo los sane”.” (Mat. 13:10-15). (Acotación nuestra).
Y siendo aquí quizás y como una consecuencia colateral, en donde hallamos ya la primera enseñanza de dicha parábola en sí misma, en el sentido que solo el esfuerzo de uno en meditar y razonar en aquellas cosas que le hablan de Dios e intentar extraer de ellas su verdadera sustancia y siempre con una buena disposición de corazón, es como uno consigue alcanzar un entendimiento correcto de la enseñanza que tiene a su alcance; pero permítannos ponerles un pequeño ejemplo de lo que pretendemos decirles y que les rogamos no entiendan como petulante: en este blog nos centramos en la crítica razonada, sobre aquellas enseñanzas que entendemos no se ajustan al correcto sentido del contenido escritural (esa es la razón de ser de nuestro blog, tal como se muestra en nuestra declaración de intenciones al principio del mismo y por lo que no engañamos a nadie) y lo que nos lleva a tener que pronunciarnos en contra de determinados planteamientos de diversos personajes, como puedan ser Apologista Mario Olcese, Doug Batchelor, Rivas Martínez, David Diamond, Arturo Norero, Félix Guttmann, Dario Salas y algún que otro “despendolao” que se nos cruce por delante.
Ello nos ha llevado a recibir más de una crítica en el sentido que mejor sería que aprovecháramos nuestro tiempo, capacidad y recursos en ser más positivos a la vez que más constructivos, apartándonos por tanto de aquello que dichas personas no ven más que como simples enfrentamientos que a nada conducen, o como alguno ya nos ha dicho y parafraseando a Pablo, que son “cuestiones necias e ignorantes” (2 Tim. 2:23) que solo conducen a peleas y con lo que le estaríamos haciendo el “caldo gordo” a Satanás, con tantos “dimes y diretes”. Bien, estas son las personas que no entienden nuestros escritos y se alejan en busca de otra cosa que vaya más en línea con lo que ellas creen correcto y contra lo que, obviamente, no hay nada que objetar; pero que al igual que aquella persona que se va a una galería de arte para ver grandes cuadros y solo se fija en el marco que soporta las pinturas, nuestro decepcionado lector se ha fijado solo en el “marco” de circunstancias de nuestro escrito y que es el contexto en el que se halla inserto (una discusión con otro autor) y no en el lienzo o contenido del mismo y que es en donde está la razón de ser del escrito del que se trate: desbaratar una enseñanza que entendemos falsa, mediante rebatirla con la que nosotros entendemos que es la correcta y ajustada a las Escrituras, lo que permite al lector comparar y sacar lógicas conclusiones. Esto es y salvando todas las distancias, lo que hacía Jesús con los escribas y fariseos; y que no solo resultaba en transmitir mediante contraste con una falsa, una enseñanza verdadera, sino en desenmascarar a los “falsos maestros” (2 Ped. 2:1) y que es en definitiva, el objetivo que nosotros también perseguimos.
Sin embargo, afortunadamente, están aquellos que pasando por encima del hecho circunstancial, se centran en el fondo de la cuestión y no en la forma, captando por ello el correcto sentido del contenido de la información bíblica que subyace detrás de esas aparentes “peleas de gallos” y que lejos de ser la causa, no son más que la “excusa” para transmitir una enseñanza bíblica…… y estas personas son las que se quedan y cada día más, van ganando en capacidad de entendimiento, al tiempo que se ponen en guardia contra las “enseñanzas de esos falsos maestros y “que haberlos ahílos” como diría un gallego. Porque claro, habría que tener en cuenta que cuando rebatimos el planteamiento de determinado autor, no rebatimos a la persona, sino a la enseñanza tras ese planteamiento contenida y lo cual sirve de aviso para el lector, en el sentido de que cuando esa enseñanza en su momento rebatida, vuelva a aparecer ante él de nuevo y sin importar de quién proceda, sepa que es falsa y no se deje entrampar por ella…… y es que nosotros no rebatimos personas, sino contenidos (prescindiendo que de cuando en cuando, alguno nos saque de nuestras casillas y nos pasemos un par de “roscas” ¡pero qué quieren, la carne es débil!). Dicho lo cual, continuemos en donde estábamos y que era en el valor de la parábola o ilustración, como “instrumento” docente para el correcto entendimiento de la Palabra de nuestro Excelso Creador, Jehová Dios…… o Yahveh para otros, que en definitiva y ante la imposibilidad de saber cómo realmente se pronunciaba tan Majestuoso Nombre, no serían más que las dos caras de una misma moneda, eso es, el Único Soberano y Excelso Rey sobre todo el Universo.
Ya continuando con el tema propuesto, entre las parábolas que Jesucristo usó para transmitir enseñanzas y que es la que hoy nos ocupará, estuvo aquella que nos hablaba sobre cierto personaje que había preparado un banquete o “gran cena” para las muchas personas a las que había invitado; y que de acuerdo a las costumbres de la época, siempre a tenor de lo expuesto en el registro escrito, cuando todo estaba a punto se le notificaba al invitado, para que este pudiera acudir al mismo al tiempo apropiado para ello; dice así la parábola:
“Cierto hombre daba una gran cena, e invitó a muchos. 17 Y a la hora de la cena envió a su esclavo a decir a los invitados: “Vengan, porque las cosas ya están listas”. 18 Pero todos a una comenzaron a rogar que se les excusara. El primero le dijo: “Compré un campo y tengo que salir a verlo; te pido: Excúsame”. 19 Y otro dijo: “Compré cinco yuntas de bueyes y voy a examinarlas; te pido: Excúsame”. 20 Uno más dijo: “Acabo de casarme con una esposa y por eso no puedo ir”. 21 De modo que el esclavo vino al amo y le informó estas cosas. Entonces el amo de casa se airó y dijo a su esclavo: “Sal pronto a los caminos anchos y a las callejuelas de la ciudad y trae acá a los pobres y a los lisiados y a los ciegos y a los cojos”. 22 Andando el tiempo, el esclavo dijo: “Amo, se ha hecho lo que ordenaste y todavía hay lugar”. 23 Y el amo dijo al esclavo: “Sal a los caminos y a los lugares cercados y oblígalos a entrar, para que se llene mi casa. 24 Porque les digo a ustedes: Ninguno de aquellos varones que fueron invitados gustará mi cena”.” (Luc. 14:16-24).
Tan solo nueve versículos (ya hemos señalado que los relatos son cortos), pero que encierran un mundo de información, siempre y cuando uno desee investigar y en un sincero deseo de aprender de su Creador, pues no olvidemos que estamos hablando de enseñanzas provenientes del propio Hijo de Dios; luego con esa finalidad de aprender, vamos a intentar averiguar, por medio de analizar dicha parábola por fracciones e ir extractando la información que cada uno de ellos pone a nuestro alcance, de qué se nos está hablando en la misma; veamos la primera de ellas:
“Cierto hombre daba una gran cena, e invitó a muchos. 17 Y a la hora de la cena envió a su esclavo a decir a los invitados: “Vengan, porque las cosas ya están listas”. 18 Pero todos a una comenzaron a rogar que se les excusara. El primero le dijo: “Compré un campo y tengo que salir a verlo; te pido: Excúsame”. 19 Y otro dijo: “Compré cinco yuntas de bueyes y voy a examinarlas; te pido: Excúsame”. 20 Uno más dijo: “Acabo de casarme con una esposa y por eso no puedo ir”.”
¿Cuál es el significado de esta parte de la ilustración o parábola? En primer lugar y para averiguarlo, tendríamos que fijar primero qué elementos figuran en la parábola en cuestión como protagonistas de la misma y que serían por orden de aparición, un poderoso personaje (podía hacer grandes banquetes, con numerosos invitados), el esclavo de confianza en quién se apoyaba tan poderoso personaje y en tercer lugar, aquellos invitados que habría que suponer, también de noble condición, pues se relacionaban con dicho poderoso personaje, ya que recibieron la honra de ser invitados por este; también nos encontramos, adicionalmente, con otros invitados de más baja condición y de diferentes característica entre ellos y de los que también se nos habla. Por otra parte y puesto que todo lo que Jesús explicaba tenía que ver con el “reino de los cielos”, el “local” en donde se celebraría dicha simbólica “gran cena” no era otro que “el reino de Dios” y que obviamente estaría en relación directa con aquello que tiene que ver con los gobernantes del mismo; sabido es y aceptado por la inmensa mayoría de autores bíblicos, el que Jesús vino a la tierra a buscar a aquellos que tendrían que compartir gobierno con él.
Por lo tanto y ya reconocidos los distintos elementos que componen dicha ilustración en su conjunto, entremos en el análisis y desarrollo de la primera fracción objeto de estudio y en donde tenemos que el “cierto hombre” que proveyó la “gran cena” no podía ser otro que Jehová Dios, mientras que el “esclavo” por medio de quien notificó a los invitados que la “gran cena” estaba lista, lógicamente sería Jesucristo y quien extendió las invitaciones para participar en la misma, en nombre de su Padre Celestial; y finalmente, esos primeros “invitados” que no podían ser otros por su supuesta cercanía al Creador, que los líderes religiosos del pueblo Israel y que tenían a su cargo, la interpretación y posterior enseñanza de la Ley al resto del pueblo…… pero siendo esto así ¿qué representaban las invitaciones para participar de la simbólica “gran cena”? Pues, obviamente, representarían las oportunidades disponibles para aprovechar el ofrecimiento de tener una participación activa en el reino de Dios y que fue lo que Jesús, el “esclavo” de la ilustración, vino a extender en representación del Altísimo a todos aquellos que quisieran aceptar.
Ahora bien ¿cuándo se hizo efectiva por primera vez esta invitación para llegar a formar parte del reino de los cielos en calidad de inmortal rey y sacerdote y a quiénes? Jesús extendió esta invitación durante los tres años y medio que duró su ministerio y tiempo durante el cual, fueron los líderes religiosos sobre todos los demás, quienes tuvieron la primera oportunidad de llegar a aceptar dicho ofrecimiento, en función de que estaban más familiarizados con las Escrituras Hebreas que el resto de judíos y por lo tanto, partían en mejor posición para entender y apreciar dicha invitación, pues en ellas se hablaba de ese ofrecimiento. Que estos personajes partían como favoritos, parece probarlo el hecho de que Jesús le dijo a una persona a quien había curado, que no se lo dijera a nadie más, sino que se mostrara al sacerdote (Mat. 8:4). La circunstancia que parece corroborar que ello era así, eso es, que a dichos personajes iba dirigida en primer lugar dicha invitación, se desprende de las palabras de reprobación que Jesús dirigió a estos líderes religiosos en cierto momento, ya al término de su ministerio:
“El reino de Dios les será quitado a ustedes (luego en principio a ellos había sido dirigida le entrada al mismo) y será dado a una nación que produzca sus frutos.” (Mat. 21:43). (Acotación nuestra).
Y que esas personas estaban más interesadas en su búsqueda personal de prominencia y posesiones egoístas que en el reino de Dios, es algo que queda demostrado de forma palmaria, en la siguiente reflexión que en un momento determinado se hicieron dichos personajes y que los llevó a tomar una injustificable acción, como fue el atentar contra la vida del Hijo de Dios:
“Si lo dejamos así (continuar el ministerio arrollador de Jesús), todos pondrán fe en él y los romanos vendrán y nos quitarán nuestro lugar así como nuestra nación (luego ya consideraban la nación como propiedad suya y no como propiedad de Jehová)”. 49 Pero uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo: “Ustedes no saben nada 50 y no raciocinan que les es de provecho a ustedes (luego no a la nación) que un solo hombre (Jesús) muera en el interés del pueblo y no que la nación entera sea destruida (y de la que dependía su privilegiada posición)”.” (Juan 11:48-50). (Acotaciones nuestras).
De ahí, que en la primera parte que analizamos de dicha parábola, se muestren las inconsistentes excusas de esos primeros invitados y que con lo que no solo se manifestaba un total desprecio por el increíble privilegio que había sido puesto ante ellos, sino lo que es peor, para con el Magnífico Señor que les extendía semejante oportunidad y que no era otro que el propio Jehová Dios. Ya aclarado este primer aspecto del relato objeto en cuestión, continuemos avanzando en nuestro análisis y veamos que nos continúa diciendo la parábola de Jesús:
“De modo que el esclavo vino al amo y le informó estas cosas. Entonces el amo de casa se airó y dijo a su esclavo: “Sal pronto a los caminos anchos y a las callejuelas de la ciudad, y trae acá a los pobres y a los lisiados y a los ciegos y a los cojos”.” (Luc. 14:21).
Luego solo era razonable que el “amo de casa” y que recordemos, prefiguraba al Altísimo, “se airara” en sobremanera ante semejante falta de respeto de aquellos privilegiados primeros invitados y que, rechazándolos, recabara de su “esclavo” y que como hemos dicho prefiguraba a Jesús, saliera a las “callejuelas de la ciudad” (eso es, aún dentro de los límites del pueblo judío) en busca de aquellos judíos de más baja condición, como serían los “pobres, lisiados, ciegos o cojos”, eso es, aquellos despreciados por dicha clase religiosa gobernante y que era el pueblo en general. Pero para entender estas palabras, primero sería oportuno conocer la opinión que de la gente normal tenían los engreídos dirigentes religiosos y que lejos de cumplir con el propósito que Jehová les había encomendado, eso es, cuidar de Sus “ovejas” de la casa de Israel, sencillamente no solo las habían abandonado y las utilizaban para su propio beneficio (Zac. 11:15-17), sino que encima las despreciaban:
“Por lo tanto, los oficiales volvieron a los sacerdotes principales y fariseos y estos les dijeron: “¿Por qué no lo trajeron?”. 46 Los oficiales respondieron: “Jamás ha hablado otro hombre así”. 47 A su vez, los fariseos contestaron: “Ustedes no se han dejado extraviar también, ¿verdad? 48 Ni uno de los gobernantes o de los fariseos ha puesto fe en él, ¿verdad? 49 Pero esta muchedumbre (refiriéndose al pueblo llano que seguía a Jesús) que no conoce la Ley (o que no tenían el mismo conocimiento de la misma, que tenían ellos) son unos malditos”.” (Juan 7:45-49). (Acotaciones nuestras).
Obviamente esos dirigentes religiosos pasaban por alto el hecho, que los que tenían la obligación de enseñar al pueblo por delegación directa de Jehová y por tanto, máximos responsables de semejante ignorancia, eran precisamente ellos y por eso, el que Este estuviera indignado con dichos dirigentes; pero en cualquier caso, el cumplimiento de la recolección de esos personajes de bajo relieve mencionados en esta segunda porción de la parábola que estamos analizando, comenzó en Pentecostés de 33 E.C. cuando espíritu santo proveniente del Soberano sobre todo el Universo, fue derramado sobre aquellos primeros invitados de entre los “despreciados” por la clase gobernante judía y que llegaron a ser los apóstoles y cabeza del grueso de judíos que se continuó añadiendo al grupo seguidor de Jesucristo, el “esclavo” enviado por su Excelso Amo y Padre, Jehová Dios. Y dándose la circunstancia que por unos tres años y medio después del Pentecostés, esta invitación del Reino se continuó ofreciendo entre los humildes de la nación judía; pero veamos que nos sigue diciendo la parábola:
“Andando el tiempo el esclavo dijo: “Amo, se ha hecho lo que ordenaste y todavía hay lugar” (eso es, el aforo del local destinado al evento en cuestión, aún no había sido cubierto, pero que en todo caso se nos habla de un número limitado de asistentes). De modo que el amo le dijo a su esclavo: “Sal a los caminos y a los lugares cercados y oblígalos a entrar, para que se llene mi casa. 24 Porque les digo a ustedes: Ninguno de aquellos varones que fueron invitados (los dirigentes religiosos mencionados) gustará mi cena”.” (Acotaciones nuestras).
Entonces lo que observamos es que dicha invitación, se extendió todavía aún más allá, eso es “a los caminos” o ya fuera de los límites de la ciudad de Jerusalén misma y lo que representaría que debido al general rechazo por parte del pueblo judío de aceptar dicha invitación, la misma fue ofrecida y en un intento de completar el aforo del lugar para la “gran cena” o lo que es lo mismo, completar el número de invitados que conformarían el conjunto de miembros que tomarían parte en el gobierno del reino de Dios, a personas no judías y que en las Escrituras se nos identifican como “gentiles” o “gente de las naciones” y de los cuales, Cornelio y su casa fueron los primeros que aceptaron dicho ofrecimiento (Hech. 10:1-48).
Por lo que resumiendo los hechos, tenemos que Jehová y en fiel cumplimiento de su promesa hecha al pueblo hebreo en el desierto de Sinaí, después de su liberación de la tiranía de Egipto y que tenía que ver con el sacar de entre ellos en un futuro aún lejano “un reino de sacerdotes”, eso es, reyes a la vez que sacerdotes (Éxo. 19:5-6), envió a Su Hijo Jesús a buscar de entre su pueblo, a aquellos que tendrían que colaborar con él en la gobernación del reino de Dios por espacio de mil años y privilegio que fue rechazado en primera instancia, por “aquellos varones que fueron invitados” (v.24) y que eran los dirigentes religiosos judíos en su calidad de máximos conocedores de la ley; en segunda instancia, por la inmensa mayoría del resto del pueblo de Israel y lo que obligó, ya en una tercera instancia, a extender a personas ajenas a la nación judía, o “gente de las naciones” dicho privilegio…… por lo que la pregunta que nos llevaría a la principal enseñanza de dicha parábola y captada por muy pocos, tiene que ver con el hecho de que si Jehová pactó con la nación de Israel de entre ellos sacar a los reyes y sacerdotes acompañantes de Su Hijo Jesucristo en el reino milenario ¿por qué extendió dicha invitación a personas que no pertenecían al mismo?
Y es que lo que hemos hecho hasta ahora, no ha sido más que identificar a unos personajes envueltos en determinada parábola o ilustración, en todo caso una historia ficticia y explicar una determinada relación de sucesos que tuvieron que ver con acontecimientos de la historia real…… pero la enseñanza fundamental de dicha parábola, que a nuestro juicio aún no ha sido contada (cuánto menos entendida) por tanto “ungido” que pulula por ahí, está directamente relacionada con la respuesta a la pregunta formulada: Jehová acudió a los gentiles para sacar futuros miembros de dicho gobierno del reino, porque el pueblo de Israel en su conjunto, no había proporcionado los suficientes candidatos para completar la cantidad predeterminada por el Altísimo en cuanto al número total de esos gobernantes; y que estaríamos hablando de un número limitado de individuos, fuere el que fuere, se sobreentiende de las siguientes palabras de Pablo en Rom 11:25 y dirigidas precisamente a “gentiles”:
“Porque no quiero, hermanos, que ignoren este secreto sagrado, para que no sean discretos a sus propios ojos: que un embotamiento de las sensibilidades le ha sucedido en parte a Israel hasta que el número pleno de gente de las naciones haya entrado.”
Pasaje que nos señala, que estaríamos hablando de que solo un número determinado de “gente de las naciones” entraría a participar de dicha invitación, al efecto de poder completar el número total de gobernantes establecido por Jehová; y hecho que se entiende mejor en la interpretación que de dicho pasaje hace la versión Palabra de Dios para Todos:
“Hermanos, quiero que sepan algo que les ayudará a no creerse sabelotodo. Así que les explicaré un secreto que Dios ha revelado: parte de Israel se ha puesto terca, pero sólo hasta que se complete el número de los que no son judíos que llegue a Cristo.”
Luego obviamente de lo que estaríamos hablando, es que no solo de los gentiles un número determinado de ellos participaría del privilegio de reinar con Cristo, sino que existía un número global concreto y limitado, predeterminado por Jehová para el total de miembros de ese gobierno del reino. Y ello muestra el error de la inmensa mayoría, tanto de las organizaciones cristianas, como de autores de artículos bíblicos y que van supuestamente por libre (todos ellos se consideran “ungidos” ¡faltaría más!), que tienen la firme convicción y en ese sentido enseñan, de que cristianos de todos los tiempos (en función de su bautismo) y en número ilimitado, indiscutiblemente ya tienen su plaza en ese reino venidero, obviamente, como gobernantes en el mismo en calidad de inmortales reyes y sacerdotes; por ello y dando por buena dicha enseñanza, no se han preocupado en asegurarse que las Escrituras no digan algo en sentido contrario y que desbarate dicha expectativa, pues no contemplan siquiera dicha posibilidad.
Pero como en este blog no tenemos tan claro que esto sea así, es más, no nos lo creemos “ni hartos de vino” que diría el castizo, porque sencillamente no puede ser así, en función del contexto general de las Escrituras en donde, por ejemplo y en unos versos antes del citado por partida doble, concretamente del 17 al 21, Pablo y dirigiéndose a miembros de entre los “gentiles” que formaban parte del simbólico olivo que representaba al Israel de Dios (Gál. 6:16), dijo lo siguiente:
“Sin embargo, si algunas de las ramas fueron desgajadas, pero tú, aunque eres acebuche, fuiste injertado entre ellas y llegaste a ser partícipe de la raíz de grosura del olivo, 18 no te alboroces en triunfo sobre las ramas. Pero, si te alborozas en triunfo sobre ellas, no eres tú quien soporta la raíz, sino la raíz a ti. 19 Dirás, pues: “Algunas ramas fueron desgajadas para que yo fuera injertado”. 20 ¡Está bien! Por su falta de fe fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. Cesa de tener ideas encumbradas; antes bien, teme. 21 Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, tampoco te perdonará a ti.”
Entonces lo que queda claro es que ese simbólico olivo que representa al Israel espiritual, contiene un determinado y concreto número de ramas (entiéndase miembros) y si bien estas pueden ser sustituidas por otras, de ninguna manera se puede ver alterado su número (el que sea); eso es, que estaríamos hablando de sustitución de unas ramas por otras y no de aumento ilimitado o disminución del número de ellas…… luego el gobierno del reino de Dios, tiene un número fijo de participantes que no puede sufrir alteración alguna a través del tiempo. Pero volviendo a lo que decíamos, como nosotros no compartimos esa creencia general, sí hemos encontrado en la parábola en cuestión un detalle, repetimos, pasado por alto por la mayoría de estudiosos del tema y que corrobora nuestro planteamiento, en el sentido de que no puede haber de manera alguna, un aumento ilimitado de miembros de dicho gobierno divino. Y es que si se presta atención al relato analizado, vemos que después de que debido a que como clase (individualmente hubo algunos que sí aceptaron) los gobernantes judíos rechazaran dicha oferta, esta fue ofrecida al resto de pueblo de Israel y el cual también, de manera mayoritaria rechazó, posteriormente fue ofrecida a los gentiles o gente de las naciones…… pero antes de que el esclavo de la parábola recibiera dicha orden de extender la invitación a la gente de las naciones, este se dirige a su amo con las siguientes palabras:
“Andando el tiempo, el esclavo dijo: “Amo, se ha hecho lo que ordenaste (el recoger a los humildes que del pueblo de Israel aceptaron) y todavía hay lugar”. 23 Y el amo dijo al esclavo: ‘Sal a los caminos y a los lugares cercados y oblígalos a entrar, para que se llene mi casa.” (Luc. 14:22-23). (Acotación nuestra).
Luego dado que en las Escrituras no hay palabras superfluas, sino que hasta la última de ellas tiene su importancia, pues todas ellas tienen su propósito y razón de ser…… o de estar donde están ¿qué significaba ese “todavía hay lugar”? O lo que es lo mismo ¿qué información se nos está transmitiendo, por medio de esas tres palabras? Obviamente hay que entender de ellas, que nos estarían indicando que de un espacio limitado a cierto número de comensales, aún quedaban algunas bacantes para que todos los asientos del banquete estuviesen ocupados y con ello, completado el aforo del local en cuestión…… y puesto que ya hemos señalado que este no era otra cosa que el “reino de Dios”, pues de eso es de lo que estaba hablando Jesús, solo podemos deducir de ellas que el reino de Dios tiene un número determinado e inamovible de plazas, por lo que no pueden ni aumentar ni disminuir con el tiempo.
Y que Jesús estaba hablando en esa parábola, del reino de Dios, queda claro por un detalle que así nos lo confirma; porque recordemos que dicho relato de Jesús, vino a cuento de un comentario que hizo una de las personas que estaban al lado de este, en una comida a la que había sido invitado:
“Al oír estas cosas (las que estaba ensañando Jesús en ese momento), cierta persona de entre los convidados con él le dijo: “Feliz es el que coma pan en el reino de Dios”.” (Luc.14:15). (Acotación nuestra).
Ello es lo que nos lleva a deducir, que la ilustración que estamos analizando tenía que ver con el reino de Dios y en el bien entendido, que este era el tema fundamental en el que se siempre se centró Jesús. Por lo que y continuando con lo que decíamos, queda claro que de los gentiles se tomó solamente la cantidad necesaria para que el número determinado de asistentes a la citada “gran cena”, quedara completo…… luego estaríamos hablando de un aforo, el que fuera, pero en todo caso perfectamente delimitado; de ello que en Rev. 14:1; 4, leamos lo siguiente:
“Y vi y, ¡miren!, el Cordero de pie sobre el monte Sión y con él ciento cuarenta y cuatro mil que tienen escritos en sus frentes el nombre de él y el nombre de su Padre. (……) Estos son los que no se contaminaron con mujeres; de hecho, son vírgenes. Estos son los que van siguiendo al Cordero no importa adónde vaya. Estos fueron comprados de entre la humanidad como primicias para Dios y para el Cordero.”
Y ello nos quiere decir, que de la totalidad de seres humanos, 144.000 de entre ellos fueron apartados, comprados o redimidos, en todo caso separados del resto por el Altísimo, para que acompañaran a su Hijo Jesucristo en su tarea de gobernar al mundo por mil años; con ello no pretendemos afirmar que el aforo del local de la “gran cena” de la parábola tuviera capacidad para ese número de invitados, pues solo hacemos referencia al hecho concreto de que el acceso al mismo estaba limitado a determinado número de miembros y que no se podía sobrepasar. Aunque es cierto, que los que contemplan la absurda idea de que todos los cristianos bautizados tienen dicho privilegio (idea no contemplada en las Escrituras) y que aspiran a su cuota personal de poder, niegan tercamente la literalidad de dicha cantidad y a la que califican de simbólica, alegando para ello que el libro de Revelación o Apocalipsis está lleno de simbolismos y algo que es cierto; pero no es menos cierto, que ello no significa que todo lo que hay en dicho libro sea simbólico, sino que es el contexto de cada pasaje lo que determina su posible simbolismo…… y este no es el caso.
Ya de entrada, tenemos que dicha cantidad nos viene rebotada de Rev. 7:4-8 y es el resultado de una operación matemática: 12.000 miembros de cada una de las 12 tribus de Israel (este es otro tema de debate y del que algún día nos ocuparemos) y que multiplicando ambas cantidades entre ellas, dan la cifra en cuestión. Pero es que además, dicha cantidad se pone en directo contraste con otro grupo de personas de distinta procedencia y a las que se hace referencia como de una “gran muchedumbre que ningún hombre podía contar”…… luego una vez más, el marcado contraste entre esas dos cantidades tiene que querer decirnos algo, puesto que como ya hemos mencionado, en las Escrituras todo lo dicho en ellas tiene su sentido y nos transmite información: y la que se nos transmite en este caso, es la que nos lleva a razonar que si una cantidad por inmensa no se podía contar y había otra que sí se podía contar y que estaba cuantificada en 144.000 miembros, ello significa que nos encontramos ante un número absolutamente real y creíble…… a menos eso sí, que Jesucristo no hubiera entendido bien la revelación que le dio su Padre, o que el ángel que la transmitió no fuera “el más listo de la clase” o de que Juan hubiera estado pensando en las “musarañas” en el momento de recibir dicha información. Pero para añadir a nuestro planteamiento, en el sentido que se trata de que estaríamos hablando de una cantidad literal, tenemos el hecho de que esta visión de Juan no era más, que una parte del cumplimiento profético “de las cosas que tienen que suceder dentro de poco” (Rev. 1:1) y señalado en el Sal. 2:5-6:
“En aquel tiempo les hablará en su cólera (Jehová) y en su ardiente desagrado los perturbará, 6 diciendo: “Yo, sí, yo, he instalado a mi rey sobre Sión, mi santa montaña”. (Acotación nuestra).
Por lo que contrastemos dicho salmo profético, con la visión de Juan en la Revelación y que se nos muestra en el ya citado Rev. 14:1:
“Y vi y, ¡miren!, el Cordero (Jesucristo) de pie sobre el monte Sión y con él ciento cuarenta y cuatro mil que tienen escritos en sus frentes el nombre de él y el nombre de su Padre.” (Acotación nuestra).
Luego si estamos ante la visión de un acontecimiento real a producirse en un futuro ya cercano, como es el reinado milenario de Cristo y nadie duda lo más mínimo de ello ¿por qué razón, los 144.000 personajes que aparecen flanqueando al Gran Rey Jesucristo, no tienen que ser tan reales como el número de ellos? Tengamos en cuenta que Juan no solo vio, sino que también oyó el número o cantidad en cuestión (Rev. 7:4), por lo que no puede quedar ninguna duda que esa es la cantidad de personas que acompañarán a Jesucristo en su gobierno mundial de hechura divina…… y cantidad, que aún no ha sido completada; veamos que se nos dice de ello en Rev. 6:9:11:
“Y cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido degollados a causa de la palabra de Dios y a causa de la obra de testimonio que solían tener. 10 Y clamaban con voz fuerte y decían: “¿Hasta cuándo, Señor Soberano santo y verdadero, te abstienes de juzgar y de vengar nuestra sangre en los que moran en la tierra?”. 11 Y a cada uno de ellos se dio una larga ropa blanca; y se les dijo que descansaran por un poco de tiempo más, hasta que se completara también el número de sus co-esclavos y de sus hermanos que estaban a punto de ser muertos como ellos también lo habían sido.”
Recordemos, por otra parte, que en el pasaje de Pablo en Rom. 11:25, se nos señala el hecho que “parte de Israel se ha puesto terca, pero sólo hasta que se complete el número de los que no son judíos que llegue a Cristo”; y puesto que dicha “terquedad” tenía que ver con el hecho de no reconocer a Jesús como el Mesías enviado por Jehová y situación que se continúa manteniendo en nuestros días, ello significa que el número de esos 144.000 miembros gobernantes con Cristo en el reino de Dios, aún continúa por completar.
Entonces es obvio que al número de 144.000 elevados a la condición de Hijos adoptivos de Dios, hermanos por tanto de Jesucristo (Rom. 8:29) y consecuentemente, herederos con él del reino en calidad de inmortales reyes y sacerdotes, le quedan aún por incorporar para llegar a su total, algunos elementos y algo que nos confirma Rev. 11:3-6, al anunciarnos la próxima venida de “dos testigos” con grandes poderes a la manera de los Pedro, Juan, Pablo, etc. y que no es otra cosa, que la aparición de un pequeño resto “ungido” al que se le da la comisión y al igual que a los primeros apóstoles, de encabezar una predicación mundial ya anunciada por Jesús en Mat. 24:14…… y entonces es cuando viene el fin del actual sistema de cosas tal como lo conocemos; luego si solo son 144.000 los que reinan con Cristo y de los que se nos ha dicho que son comprados, redimidos o separados (Rev. 14:4) de entre la humanidad para tal comisión ¿qué hay entonces, de la inmensa cantidad restante de la humanidad y de la que en la actualidad todos formamos parte?
Pues muy sencillo, queridos amigos: con la venidera gran predicación, se le dará al personal la oportunidad de elegir, entre el venidero reino de Dios y el ya casi establecido Nuevo Orden Mundial y que estará regido en su momento por el llamado “Anticristo”; y para lo cual tendremos un plazo de 1.260 días (Rev. 11:3) o tres años y medio y que es la mitad de la 70 semana profética de Dan 9: 27, para fijar nuestra posición. Ya después de transcurrido dicho tiempo, aquellos que hayan confiado en Jehová y aceptado Su reino en manos de Jesucristo, serán protegidos u ocultados a la manera de Noé durante el diluvio…… mientras que aquellos que se hayan decantado por el gobierno satánico del Anticristo, se enfrentarán a la llamada “gran tribulación” y que por espacio de los restantes tres años y medio hasta completar los siete de la profética semana 70 mencionada, llevará a la destrucción eterna de todos aquellos que tan desatinada opción hayan escogido; de todas maneras y para una información más completa sobre este particular, nos permitimos sugerirles que lean nuestro artículo “¿Qué ocurrirá con nosotros, en la venidera “gran tribulación”?” del 08/12/12.
Y eso es todo, queridos amigos; ahora y si quieren seguir nuestra perenne recomendación, cojan su ejemplar de las Escrituras y comprueben por ustedes mismos si lo que les hemos contado se ajusta al contenido de las mismas: si es así, estupendo…… ya en caso contrario, les estaríamos muy agradecidos si nos lo señalaran, para con ello poder aprender un poco más; y ya saben: contarán con nuestro eterno agradecimiento.
MABEL
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jueves, 17 de enero de 2013
Apologista Mario Olcese…… y su problema existencial
Porque una cosa es equivocarse y no reconocerlo; otra, equivocarse, reconocerlo y a continuación pedir disculpas y otra muy distinta, el equivocarse, reconocerlo, no pedir disculpas y encima, continuar “choteándose” del personal, publicando artículos en el mismo sentido como si la cosa no fuera con uno…… y que es a lo que nos tiene acostumbrados el autor mencionado, Apologista Mario Olcese. Y es que hace tan solo unos días, concretamente el 13 del corriente mes de enero, nos hemos topado con el video/artículo “¿Qué premio recibirán los notables o beneméritos fieles del Antiguo Testamento?” en el que de nuevo se pronunciaba en el sentido de que tanto los personajes que se nos señala en dicho titular (y resto por supuesto, de notables del AT), como los cristianos bautizados en el nombre de Jesucristo de todos los tiempos, más los sobrevivientes de la “gran tribulación” de Rev. 7:14, más algún “despistao” que en ese momento pudiera pasar por allí, todos ellos son los que reinarán con Jesucristo en el reino de Dios.
Y lo que nos lleva de nuevo, a su disparatado planteamiento de los “millones, miles de millones” que tienen que reinar con Cristo y que como la mayoría de ustedes sabrán, “enseñanza” promulgada por dicho autor; y que si bien es cierto que en dicho video reconoce que no sabe si serán tantos, no es menos cierto que el planteamiento formulado es exactamente el mismo con el que siempre ha defendido dicha cantidad…… por lo que no tenemos más remedio, que entender que estamos hablando de lo mismo. Porque el problema no está tanto en la cantidad en sí misma, sino en la forma en que se reúne dicha cantidad; pues si toda la gente mencionada es la que tiene que ocupar tan alta comisión, la pregunta que se nos plantea es ¿sobre quién se reinará entonces? Y pregunta que dicho autor aún está por respondernos, porque sencillamente no sabe cómo hacerlo…… y que bien mirado, casi es mejor que no lo haga, porque nos tememos lo peor (eso es, que diga una burrada mayor, claro).
¿Y cuál es el problema, se preguntarán ustedes? Pues, por una parte, que en su momento este señor reconoció que en las Escrituras dicha idea de los “millones, miles de millones” ni siquiera se planteaba y por otra, que en dicho artículo y como no podía ser de ninguna otra manera viniendo de quién viene, hay numerosas afirmaciones que desde este blog le tenemos objetadas o rebatidas desde hace mucho tiempo y que sin haber sido capaz el personaje en cuestión de resolver las mismas, vuelve a publicar los mismo disparates como “grandes verdades”. Probablemente, eso sí, “enseñanzas” que debe de “revelarle” su espíritu de guardia y por lo cual, con solo que tan iluminado “talento” bíblico nos las proponga, ya las tendríamos que aceptar…… aunque en las Escrituras se nos diga exactamente todo lo contrario y lo cual ocurre con las afirmaciones del Sr. Olcese, una vez sí y otra también; porque, por ejemplo, esto es lo que nos dice y con referencia a los notables del AT, acerca del Sal. 45:16 en el escrito que sirve de preámbulo a la grabación señalada al inicio de este escrito:
“El verso usado frecuente en el Salmo 45:16, no prueba en modo alguno que estos tienen un destino diferente a la iglesia cuando se analiza a fondo.” (Negritas nuestras).
Luego teniendo en cuenta que no basta con decir que un pasaje determinado no prueba determinado aspecto de un tema, sino que hay que probar la veracidad de dicha afirmación y algo de lo que es incapaz semejante indocumentado, digamos de dicho salmo (algo que le hemos planteado en numerosas ocasiones) que no es más que una de las tantas pruebas palmarias de que los notables del AT no pueden bajo ningún concepto, reinar con Jesucristo en el reino de Dios, pues lo dice con una claridad meridiana; porque observemos lo que se lee en dicho pasaje:
“En lugar de tus antepasados (o “padres” según versiones) llegará a haber tus hijos, a quienes nombrarás príncipes en toda la tierra.” (Acotación nuestra).
Porque claro, resulta que en dicho video, ese “genio” de la interpretación bíblica llamado Apologista Mario Olcese, nos enfatiza el hecho de que los Abraham y David (como tantos otros notables, algunos quizás de no tanta importancia) son “antepasados” de Jesús y algo que nos prueba, por medio de mencionarnos las listas genealógicas de Jesús en Mat. 1:1-16 y Luc. 3:23-38…… y con lo que estamos de acuerdo. Pero puesto que ello es así, la cuestión que surge con dicho salmo es que en el mismo, se nos dice precisamente de esos “antepasados” de Jesucristo, que son aquellos que pasan a convertirse en sus “hijos” que no en sus “hermanos”…… y que es en donde está el quid de la cuestión, pues ello nos prueba y lejos de toda duda, que esos antepasados de Jesús no son Hijos de Dios (pues de lo contrario Jesucristo los reconocería como hermanos y no como hijos) y por lo tanto, no pueden heredar el reino con este, en calidad de reyes y sacerdotes: tan simple, lógico y razonable como esto. Porque recordemos, que a sus apóstoles y después de resucitado sí los reconoció como sus hermanos y consecuentemente, como Hijos de Dios:
“Jesús le dijo: “Deja de colgarte de mí. Porque todavía no he ascendido al Padre. Pero ponte en camino a mis hermanos y diles: “Asciendo a mi Padre y Padre de ustedes y a mi Dios y Dios de ustedes”.” (Juan 20:17).
Sin embargo, el tratamiento que se da a sus antepasados es totalmente diferente, pues se les llama “hijos” y siendo Jesucristo padre de todos ellos en su condición de “Padre Eterno”…… pero por la importancia que tiene este detalle en la cuestión que estamos considerando, veamos el contenido de Isa. 9:6:
“Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; y el regir principesco vendrá a estar sobre su hombro. Y por nombre se le llamará Maravilloso Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz.”
Entonces preguntémonos en primer lugar ¿para qué le fue dado este título a Jesucristo? Y en segundo lugar y como derivada de la anterior pregunta, si tanto los notables del AT, como los cristianos de todas la épocas, más los sobrevivientes de la “gran tribulación” han de reinar con Cristo, luego solo pueden ser sus “hermanos” ¿sobre quiénes será “padre” Jesucristo? El propio título concedido por Jehová a Su Hijo, lo que nos da a entender es que en el propósito de Dios, Jesucristo tenga y por usar la frase del Sr. Olcese “millones, miles de millones” de hijos y no de hermanos.
Ahora bien, estando así las cosas, nosotros rogamos al “caballero” en cuestión, que nos “analice a fondo” dicha cuestión y en un próximo video, nos explique a la “ignorante” concurrencia que le leemos (aunque algunos solo sea para meterle el dedo en el ojo, metafóricamente hablando, claro está), cómo hay que entender la idea en el mismo planteada…… eso es, que nos explique de una puñetera vez, pues siempre nos sale con lo mismo, por qué este Sal. 45:16 “analizado a fondo” (¡cómo no sea en el fondo de un pozo, va “apañao” el amigo Apologista!), no prueba que los notables del AT no pueden reinar con Cristo en el reino de Dios ¡no sabe D. Mario como esperamos su “experto” análisis!
En defensa de nuestro planteamiento, tenemos también el hecho de que Jesús estableció un tiempo a partir del cual es cuando fue abierta la posibilidad de poder acceder al reino en calidad de rey y lo cual significaría, que para antes de dicho momento no existía posibilidad alguna de poderlo hacer, pues de lo contrario las palabras de Jesús no tendrían ningún sentido; y según la TNM de los TJ y que es de la que transcribimos normalmente en nuestros escritos, a menos que digamos lo contrario y sencillamente porque entendemos como la más fiable (ya otra cosa es lo que de ella interpreten sus autores), esas fueron sus palabras:
“Pero desde los días de Juan el Bautista hasta ahora el reino de los cielos es la meta hacia la cual se adelantan con ardor los hombres y los que se adelantan con ardor se asen de él.” (Mat. 11:12).
En el mismo sentido parece pronunciarse la NVI:
“Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos ha venido avanzando contra viento y marea y los que se esfuerzan logran aferrarse a él.”
Aunque es cierto que hay cierta diferencia entre distintas versiones respecto de dicho pasaje, pues por ejemplo la RV 1989 entre otras muchas, lo vierte de la siguiente manera:
“Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia y los violentos se apoderan de él.”
Por otra parte, la VP vierte dicho pasaje como sigue:
“Desde que vino Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los que usan la fuerza pretenden acabar con él.”
Pero no es menos cierto y a pesar de esta clara discrepancia sobre la intencionalidad para con dicho reino de los cielos por parte de los hombres y entre las distintas versiones mencionadas, está claro que todas ellas coinciden en que el punto de inflexión reconocido para todo aquello que tuviera que ver con el reino, fuera lo que fuera, a favor o en contra, tuvo su punto de partida “desde los días” del mencionado profeta…… por lo que queda claro, que toda persona anterior a Juan el Bautista, este inclusive, no podía acceder como gobernante en dicho reino, puesto que aún no había sido abierta la posibilidad para ello. Máxime cuando este mismo declaró que detrás de él venía uno y haciendo directa referencia a Jesús, que “bautizaría con espíritu santo” (Juan 1:33) y que recordemos, es el bautismo que da la “unción” como Hijo adoptivo de Dios y que fue derramado por primera vez y según nos cuentan las Escrituras (a menos que estas nos mientan), en el Pentecostés de 33 EC y para cuando Juan ya había sido muerto; por lo que queda claro que fue a partir “de los días”, eso es, después del asesinato de Juan el Bautista, cuando fue abierta la vía de acceso para poder entrar al reino de Dios, en calidad de inmortal rey y sacerdote. Algo por tanto, lejos del alcance de los notables del AT que hacía siglos habían desaparecido en la muerte y lejos del propio Juan, pues también murió antes de que se abriera dicha oportunidad. Luego sencillamente estaríamos hablando de una simple cuestión de oportunidad: estar en el lugar adecuado, en el momento oportuno. Y algo que confirma nuestro planteamiento, son las palabras de Jesús en Luc. 22:20:
“También, la copa de la misma manera después que hubieron cenado, diciendo él: “Esta copa significa el nuevo pacto en virtud de mi sangre, que ha de ser derramada a favor de ustedes.”
Luego si estamos hablando de un “nuevo pacto”, eso significa que en ese momento se abrió algo nuevo y por definición: primero, que no existía anteriormente y segundo, los pactos no tienen efectos retroactivos, pues se establecen entre personas que asisten físicamente al acto y acuerdan las condiciones del mismo, más aquellas que posteriormente se sumen al mismo, aceptando dichas condiciones…… lo cual no sería cierto, si miembros del AT tuvieran la posibilidad de acceder al reino en las mismas condiciones que las personas que sellaron dicho pacto…… y condiciones que esos personajes de ninguna manera podían saber, pues murieron antes de que Jesús las diera a conocer. Además, puesto que el pacto por el reino (fungir como rey en el mismo) era “nuevo” ello significa que no existía en los tiempos de Abraham y posteriores (de lo contrario no habría sido “nuevo” sino la repetición de uno viejo), luego no podían acceder a los beneficios del mismo…… o esa afirmación de Jesús era mentira y les tomó el pelo a sus apóstoles.
Por otra parte y tómenlo como un simple comentario ¿por qué llamamos a las Escrituras el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento y en el bien entendido que un testamento no es más que un pacto? Pues porque estamos hablando de un antes y un después en la corriente del tiempo o dicho de una manera que nos entendamos, los pactos anteriores a Jesús, quedaron sin efecto o dejaron de aplicarse en el momento de la llegada de este y lo cual no significaba de ninguna manera, que Jehová no los respetara y respete en un futuro con aquellas personas que los estableció en su momento, sino que a partir de Jesús se iniciaba un nuevo sistema bajo los pactos que este estableciera: aquellos habían terminado su función con éxito y nuevas cosas iban a aparecer a partir de ese momento, como por ejemplo, el pacto por un reino y que solo aplicaba a los contemporáneos de Jesús y no para generaciones antiguas, que ya habían tenido sus propios pactos con Jehová al grado que consideró oportuno.
Además, la promesa de Dios a la humanidad nada tenía que ver con el hacer de los hombres reyes y sacerdotes, sino el devolver al ser humano al estado de perfección de nuestros primeros padres Adán y Eva, antes del pecado (Hech. 3:20-21); ya otra cosa y que para llevar a buen término Su Propósito, Jehová precisara de algunas personas con dichas características, para acompañar a Jesucristo en ese gobierno del reino de Dios venidero (Rev. 14:1-4) y que nada tiene que ver con el disparate que nos cuenta Apologista; por lo que de nuevo le rogamos a D. Mario, que también “analice a fondo” este aspecto de la cuestión y nos aclare en cómo queda la cosa.
Porque habría que añadir a lo dicho y como dato fundamental para el caso, que el pacto para un reino no fue hecho con Abraham, ni con David o contemporáneos, sino con los apóstoles de Jesús, algo que queda perfectamente claro para una inteligencia media (el Sr. Olcese probablemente ya no entraría en el cuadro), cuando se lee el siguiente pasaje:
“Sin embargo, ustedes (los once apóstoles que en ese momento estaban con él) son los que con constancia han continuado conmigo en mis pruebas; 29 y yo hago un pacto con ustedes, así como mi Padre ha hecho un pacto conmigo, para un reino.” (Luc. 22:28-29). (Acotación nuestra).
Entonces el pacto para acceder al reino en calidad de rey y sacerdote, en lo que podríamos llamar un orden cronológico, fue establecido y según afirma el propio Jesús en ese pasaje, primeramente entre Jehová y Su Hijo Jesús (básicamente a través de la profecía) y ahí empezó el nuevo pacto o proyecto Divino: todo aquél que ejerciera fe en Jesús y le siguiera, sería aceptado como Hijo adoptivo de Dios…… obviamente y como los anteriores pactos, hasta que esta concluyera y que tuvo lugar con la muerte del último apóstol; luego ya Jesús, lo hizo extensivo a esas personas que en ese momento tan crucial estaban con él (no con las que no estaban en ese momento allí) y de las que dijo que habían “continuado con él en sus pruebas”…… ya posteriormente y por mandato expreso de Jesús, extendido dicho pacto a aquellos que a su vez, siguieron a los apóstoles (Juan 17:20) y algo que de ninguna manera pudieron hacer los notables del AT, pues hacía siglos que habían muerto. Entonces la pregunta sería la siguiente: ¿con quién estableció Jehová primero el pacto por un reino: con Jesús y tal como afirma este, o con los Abraham y compañía, como nos da a entender el Sr. Olcese?
Y ahondando un poco más en el tema, confirmarían lo correcto de nuestro planteamiento unas palabras que también Jesús dijo a sus discípulos en otro momento, a una pregunta directa del impetuoso Pedro:
“Entonces Pedro le dijo en respuesta: “¡Mira! Nosotros hemos dejado todas las cosas y te hemos seguido; ¿qué habrá para nosotros, realmente?”. 28 Jesús les dijo: “En verdad les digo: En la re-creación, cuando el Hijo del hombre se siente sobre su trono glorioso, ustedes (los apóstoles) los que me han seguido también se sentarán sobre doce tronos y juzgarán a las doce tribus de Israel.” (Mat. 19:27-28). (Acotación nuestra).
Por lo que queda claro una vez más, que el pacto tenía que ver y en función del enfoque que daba Pedro a su pregunta, con aquellos que en ese momento le estaban “siguiendo” y no con aquellos que, por circunstancias temporales no lo habían hecho, como era el caso de los notables del AT. Y algo que de nuevo nos muestra que los Abraham, David y otros muchísimos como ellos, no reinarían con Cristo, tiene que ver con el que si a estos ya se les hubiera concedido semejante privilegio, obviamente los apóstoles como conocedores de las Escrituras que tenían en ese tiempo a su alcance ya sabrían de ello, luego ya conocerían el premio por seguir a Jesús y por tanto, la pregunta de Pedro no habría tenido sentido y muchísimo menos, la respuesta de Jesús…… pero por otra parte y si la cosa hubiera sido así ¿qué clase de premio o recompensa sería la oferta de Jesús y que era lo que en realidad le pedían los apóstoles a través de la pregunta de Pedro, si lo que les ofrecía era algo que ya tenían otros muchos y por hacer muchísimo menos que ellos? Esto es algo a lo que también esa “lumbrera” que es Mario Olcese en entendimiento bíblico, nos tendría que explicar a aquellos que por lo visto y a diferencia de él “no sabemos” nada de nada de las Escrituras.
Pero ya puestos, también le rogamos que nos “analice a fondo” y nos explique, cómo puede ser, que si según Rev. 20:6 para reinar con Cristo como inmortal rey y sacerdote, hay que participar de una determinada resurrección, puedan hacerlo aquellos que según Rev. 7:14 “salen” eso es, sobreviven a la “gran tribulación", luego no han muerto y por lo que pasan al reino de Dios con vida…… por lo que no pueden, obviamente, participar de resurrección alguna y por lo que no pueden tampoco, ni adquirir la inmortalidad ni reinar con Cristo y que es lo que se concede a aquellos que participan de la llamada “primera resurrección”; por lo que ¿nos podría explicar el Sr. Olcese, aunque solo sea para ilustrar a aquellos que no tenemos a ningún espíritu que nos “sople” el significado de todas esas cosas, de qué va la “película”? Ya sabemos que no lo hará, pero por pedir…
Lo que ocurre es que para analizar algo y más cuando estamos hablando de textos bíblicos, de lo primero que hay que disponer es de una cabeza medianamente amueblada y conocido es por todos que la de dicho caballero, para llevar sombreros ¡pues ni tan mal, pero ya más allá de esto…… como que la cosa le viene un “pelín” grande! También en el preámbulo mencionado, el susodicho caballero y con una cara de cemento armado que es para nota, rúbrica el mismo con la siguiente apostilla:
“Al recibir su herencia, se convertirán también en REYES, con excepción de Don Armandito, “el españolillo matador”, a quien hábilmente capeamos en este blog con nuestros fundamentos bíblicos.” (Negritas nuestras).
Claro, en llegando a esta situación, no le queda más remedio al susodicho Armandito “el españolillo matador” u séase, un servidor de ustedes, que ponerse en plan “miura” (por aquello de seguir con el símil taurino) y empezar a cornear adiestro y siniestro…… porque claro, decir que me está “capeando” con sus “fundamentos bíblicos” ¡vamos, ni de coña hombre, pues ni Apologista podría llegar tan alto, ni servidor caer tan bajo! Porque me permito recordarle y para vergüenza suya (en el supuesto de que tenga, que yo ya afirmo que no y a las pruebas me remito), el hecho de que después de dos años de defender la supuesta “revelación” de su espíritu “guiador” en plantilla, en el sentido que los que reinarían con Cristo serían “millones, miles de millones”, al final resultó que nos solo reconoció que no sabía si eso era así, sino que además dijo en las Escrituras dicha idea ni siquiera se contemplaba ¿se acuerda de ello, Sr. Olcese? Sí, hombre, sí, se lo acabo de recordar hace unos días en mi artículo “Apologista Mario Olcese, la verdad…… y la piedra de molino” del 22/12/12 y que aún estoy esperando que se atreva a decir algo referente al mismo…… no el darme su desacreditada personal opinión, sino el rebatir con textos bíblicos los argumentos que yo le planteo. Lejos de ello y en una clara manifestación de la desvergüenza que le adorna, vuelve a publicar en el mismo sentido…… pero claro, que se puede esperar de alguien que afirmando ser un “ungido” o Hijo de Dios y “contenedor permanente” por tanto del “guiador” espíritu de la verdad, hace uso y ostentación de un signo totalmente satánico como es el Hexagrama y que lo identifica, como un siervo al servicio de Satanás.
Porque no sé si se habrán dado cuenta los “millones” de seguidores que supuestamente visitan su blog de videos en YouTube, que en su nuevo lugar de grabación, al fondo y en la parte superior izquierda y en donde hasta no hace mucho había colgado algo redondo y lo que parecía ser un reloj de pared, aparece ahora el Hexagrama y que lejos de ser un signo del pueblo hebreo de la antigüedad como muchos creen (inició en Praga en el siglo XIV por la comunidad judía allí existente), no es más que un símbolo usado por el movimiento político sionista que se lo apropió en 1.890, pero evidentemente relacionado desde tiempos ancestrales con el ocultismo, el satanismo y la masonería. Símbolo del que se dice, es la señal más potente del mal en el satanismo y del mundo de lo oculto y siendo que el Hexagrama se utiliza principalmente en la brujería, para convocar a los demonios del mundo; de hecho el término "hex", se dice que deriva del alemán “hexe” que traducido significa “bruja” o “brujería” y que en todo caso, tiene la connotación de invocar una maldición sobre alguien y que en su momento se relacionó con este símbolo.
Es tan antiguo, por otra parte, que se ha encontrado en tablillas de barro sumerias y que no pasó a ser el símbolo de Israel, hasta en 1.948, cuando se refundó de nuevo como nación y paso a figurar en su bandera…… pero no olvidemos que aún hoy, el pueblo de Israel como tal y a causa de no haber reconocido aún a Su Hijo Jesucristo como el Mesías prometido, continúa estando repudiado por Jehová (Mat. 23:38-39) y por lo que en consecuencia, quienquiera que de una manera u otra se identifique como simpatizante del mismo y más, a través de dicho anagrama, se declara frontal opositor a Jehová. Y algo de lo que cualquiera se puede informar, solo entrando en Internet; por tanto de ninguna manera estaríamos hablando de la “estrella del rey David”, entre otras cosas porque los judíos tenían prohibido por la Ley, el uso de signos distintivos y algo que tendría que saber el Sr. Olcese:
“No debes hacerte una imagen tallada ni una forma parecida a cosa alguna que esté en los cielos arriba o que esté en la tierra debajo o que esté en las aguas debajo de la tierra. 5 No debes inclinarte ante ellas ni ser inducido a servirlas, porque yo Jehová tu Dios soy un Dios que exige devoción exclusiva.” (Éxo. 20:4-5).
¿Y que era el Hexagrama, sino el símbolo de un dios pagano de nombre Rhai·fán y que los traductores de la Septuaginta tradujeron por Keván? Por otra parte ¿a qué se refería Esteban en Hech. 7:42-43, sino que a dicho símbolo pagano?:
“De modo que Dios se volvió y los entregó a que rindieran servicio sagrado al ejército del cielo, así como está escrito en el libro de los profetas (probablemente de Amós 5:25-26): “No fue a mí a quien ustedes ofrecieron víctimas y sacrificios por cuarenta años en el desierto, ¿verdad, oh casa de Israel? 43 Antes bien, fue la tienda de Moloc y la estrella del dios Refán (otro nombre para el dios Keván) lo que ustedes tomaron, las figuras que ustedes hicieron para adorarlas. Por consiguiente, los deportaré más allá de Babilonia”.” (Acotaciones nuestras).
Por lo que si el Sr. Olcese no sabe esto y usa dicho símbolo, como por otra parte es innegable (ahí lo tiene colgado) y presume de ello, me da la razón cuando afirmo que es un ignorante y un total indocumentado…… pero por otra parte y sí lo hace a sabiendas ¡pues ya me contarán ustedes cómo está el patio! Y con lo que ahora se le presenta un problema a tan pintoresco “caballero” y que es lo más parecido a una nueva cornada que le ha atizado el “miura españolillo”…… pues si lo retira de su lugar, solo significará que una vez más y como en el caso de los “millones, miles de millones” que tenían que reinar con Cristo, reconocerá estar equivocado y que un servidor, de nuevo tiene razón y él a su vez, vuelve a quedar como lo que es: un analfabeto integral en cualquier tema que tenga que ver con Dios.
Pero es que no solo tiene dicho Hexagrama colgado en su habitación, sino que además lo lleva colgado encima como un amuleto (que no está nada mal para todo un “ungido”) y lo que me reafirma en mi opinión de que cómo autor de supuestas “enseñanzas” bíblicas, no es más que un instrumento al servicio de Satanás; porque si ustedes miran el video anterior a este que les he mencionado y titulado “La Watchtower dice: ¡regocijaos con vino!” (12/01/13), verán que lleva dicho Hexagrama asomando por el borde izquierdo de la camiseta que lleva puesta (según la pantalla del monitor) y que ignoro si inadvertidamente se le ha salido, o lo ha colocado el mismo en esa posición para presumir de ello y en una de sus acostumbradas payasadas. Porque recordarán ustedes, que en otro video de ya hace algún tiempo, titulado “… y reinaremos sobre la tierra --¿cómo?-- ¿no era desde el cielo?” (14/08/12), nos aparecía con un gorro de lana propio de los estibadores de puerto, por cierto, con un comportamiento un tanto “rarillo”…… a lo mejor es que se había querido “regocijar con vino” y se le había ido la mano (y si no se lo creen, visionen el citado video), pero en todo caso, con dicho símbolo satánico prendido en el gorro de lana mencionado; de hecho, la imagen que figura al inicio de este escrito, pertenece a la carátula de dicho video.
Con lo cual, no puede quedar duda alguna que ese “caballero” está haciendo ostentación del amo al que pertenece y mostrándonos inequívocamente a favor de qué bando está; y es que como tantas veces él mismo ha afirmado, o se es Hijo de Dios, o se es hijo de Satanás porque no hay otra opción…… y un Hijo de Dios, obviamente no tendría en su habitación, ni colgado al cuello como un amuleto (al modo que los católicos con la cruz) semejante símbolo satánico ¡vamos, que no me puedo imaginar a los “ungidos” Pedro, Pablo, Juan, etc. haciendo eso (ni tampoco llevando cuatro sombreros a la vez, por supuesto)! Por lo que tanto por sus continuas erráticas enseñanzas, como en la total falta de respeto para con Aquél de quién afirma hablar, como su generosa ostentación de dicho símbolo satánico, hacen que él mismo se coloque en el lugar que le corresponde y totalmente alejado de Dios, pues queda claro que Este no le permite entender de Su Palabra (Luc. 10:21). Y de ahí sus aberrantes y disparatados planteamientos, que poco a poco han quedado reducidos a simples críticas a los TJ y algo para lo cual no se precisa ser “teólogo”, pues ello está al alcance del tonto de cualquier pueblo…… y es que en términos de enseñanza bíblica, no tiene absolutamente nada que aportar; y que para cuando se le ocurre hacerlo, ya ven lo que le pasa.
Y repito, queridos lectores, lo que he dicho antes: si no quita dicho símbolo satánico de su entorno, demostrará ser lo que yo afirmo que es: un “falso maestro” (2 Ped. 2:1) e instrumento al servicio de Satanás…… y sí lo quita, quedará claro que una vez más “Armandito, el “miura” españolillo” no solo lo ha “capeado” a él, sino que lo ha empitonado como ha querido y que encima, de una coz lo ha mandado fuera de la plaza…… o sea, que usted mismo, D. Mario (¡ya sabe, eso es lo que tiene el meterse con un “miura”: que uno sale “revolcao”!)
Armando López Golart
Porque una cosa es equivocarse y no reconocerlo; otra, equivocarse, reconocerlo y a continuación pedir disculpas y otra muy distinta, el equivocarse, reconocerlo, no pedir disculpas y encima, continuar “choteándose” del personal, publicando artículos en el mismo sentido como si la cosa no fuera con uno…… y que es a lo que nos tiene acostumbrados el autor mencionado, Apologista Mario Olcese. Y es que hace tan solo unos días, concretamente el 13 del corriente mes de enero, nos hemos topado con el video/artículo “¿Qué premio recibirán los notables o beneméritos fieles del Antiguo Testamento?” en el que de nuevo se pronunciaba en el sentido de que tanto los personajes que se nos señala en dicho titular (y resto por supuesto, de notables del AT), como los cristianos bautizados en el nombre de Jesucristo de todos los tiempos, más los sobrevivientes de la “gran tribulación” de Rev. 7:14, más algún “despistao” que en ese momento pudiera pasar por allí, todos ellos son los que reinarán con Jesucristo en el reino de Dios.
Y lo que nos lleva de nuevo, a su disparatado planteamiento de los “millones, miles de millones” que tienen que reinar con Cristo y que como la mayoría de ustedes sabrán, “enseñanza” promulgada por dicho autor; y que si bien es cierto que en dicho video reconoce que no sabe si serán tantos, no es menos cierto que el planteamiento formulado es exactamente el mismo con el que siempre ha defendido dicha cantidad…… por lo que no tenemos más remedio, que entender que estamos hablando de lo mismo. Porque el problema no está tanto en la cantidad en sí misma, sino en la forma en que se reúne dicha cantidad; pues si toda la gente mencionada es la que tiene que ocupar tan alta comisión, la pregunta que se nos plantea es ¿sobre quién se reinará entonces? Y pregunta que dicho autor aún está por respondernos, porque sencillamente no sabe cómo hacerlo…… y que bien mirado, casi es mejor que no lo haga, porque nos tememos lo peor (eso es, que diga una burrada mayor, claro).
¿Y cuál es el problema, se preguntarán ustedes? Pues, por una parte, que en su momento este señor reconoció que en las Escrituras dicha idea de los “millones, miles de millones” ni siquiera se planteaba y por otra, que en dicho artículo y como no podía ser de ninguna otra manera viniendo de quién viene, hay numerosas afirmaciones que desde este blog le tenemos objetadas o rebatidas desde hace mucho tiempo y que sin haber sido capaz el personaje en cuestión de resolver las mismas, vuelve a publicar los mismo disparates como “grandes verdades”. Probablemente, eso sí, “enseñanzas” que debe de “revelarle” su espíritu de guardia y por lo cual, con solo que tan iluminado “talento” bíblico nos las proponga, ya las tendríamos que aceptar…… aunque en las Escrituras se nos diga exactamente todo lo contrario y lo cual ocurre con las afirmaciones del Sr. Olcese, una vez sí y otra también; porque, por ejemplo, esto es lo que nos dice y con referencia a los notables del AT, acerca del Sal. 45:16 en el escrito que sirve de preámbulo a la grabación señalada al inicio de este escrito:
“El verso usado frecuente en el Salmo 45:16, no prueba en modo alguno que estos tienen un destino diferente a la iglesia cuando se analiza a fondo.” (Negritas nuestras).
Luego teniendo en cuenta que no basta con decir que un pasaje determinado no prueba determinado aspecto de un tema, sino que hay que probar la veracidad de dicha afirmación y algo de lo que es incapaz semejante indocumentado, digamos de dicho salmo (algo que le hemos planteado en numerosas ocasiones) que no es más que una de las tantas pruebas palmarias de que los notables del AT no pueden bajo ningún concepto, reinar con Jesucristo en el reino de Dios, pues lo dice con una claridad meridiana; porque observemos lo que se lee en dicho pasaje:
“En lugar de tus antepasados (o “padres” según versiones) llegará a haber tus hijos, a quienes nombrarás príncipes en toda la tierra.” (Acotación nuestra).
Porque claro, resulta que en dicho video, ese “genio” de la interpretación bíblica llamado Apologista Mario Olcese, nos enfatiza el hecho de que los Abraham y David (como tantos otros notables, algunos quizás de no tanta importancia) son “antepasados” de Jesús y algo que nos prueba, por medio de mencionarnos las listas genealógicas de Jesús en Mat. 1:1-16 y Luc. 3:23-38…… y con lo que estamos de acuerdo. Pero puesto que ello es así, la cuestión que surge con dicho salmo es que en el mismo, se nos dice precisamente de esos “antepasados” de Jesucristo, que son aquellos que pasan a convertirse en sus “hijos” que no en sus “hermanos”…… y que es en donde está el quid de la cuestión, pues ello nos prueba y lejos de toda duda, que esos antepasados de Jesús no son Hijos de Dios (pues de lo contrario Jesucristo los reconocería como hermanos y no como hijos) y por lo tanto, no pueden heredar el reino con este, en calidad de reyes y sacerdotes: tan simple, lógico y razonable como esto. Porque recordemos, que a sus apóstoles y después de resucitado sí los reconoció como sus hermanos y consecuentemente, como Hijos de Dios:
“Jesús le dijo: “Deja de colgarte de mí. Porque todavía no he ascendido al Padre. Pero ponte en camino a mis hermanos y diles: “Asciendo a mi Padre y Padre de ustedes y a mi Dios y Dios de ustedes”.” (Juan 20:17).
Sin embargo, el tratamiento que se da a sus antepasados es totalmente diferente, pues se les llama “hijos” y siendo Jesucristo padre de todos ellos en su condición de “Padre Eterno”…… pero por la importancia que tiene este detalle en la cuestión que estamos considerando, veamos el contenido de Isa. 9:6:
“Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; y el regir principesco vendrá a estar sobre su hombro. Y por nombre se le llamará Maravilloso Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz.”
Entonces preguntémonos en primer lugar ¿para qué le fue dado este título a Jesucristo? Y en segundo lugar y como derivada de la anterior pregunta, si tanto los notables del AT, como los cristianos de todas la épocas, más los sobrevivientes de la “gran tribulación” han de reinar con Cristo, luego solo pueden ser sus “hermanos” ¿sobre quiénes será “padre” Jesucristo? El propio título concedido por Jehová a Su Hijo, lo que nos da a entender es que en el propósito de Dios, Jesucristo tenga y por usar la frase del Sr. Olcese “millones, miles de millones” de hijos y no de hermanos.
Ahora bien, estando así las cosas, nosotros rogamos al “caballero” en cuestión, que nos “analice a fondo” dicha cuestión y en un próximo video, nos explique a la “ignorante” concurrencia que le leemos (aunque algunos solo sea para meterle el dedo en el ojo, metafóricamente hablando, claro está), cómo hay que entender la idea en el mismo planteada…… eso es, que nos explique de una puñetera vez, pues siempre nos sale con lo mismo, por qué este Sal. 45:16 “analizado a fondo” (¡cómo no sea en el fondo de un pozo, va “apañao” el amigo Apologista!), no prueba que los notables del AT no pueden reinar con Cristo en el reino de Dios ¡no sabe D. Mario como esperamos su “experto” análisis!
En defensa de nuestro planteamiento, tenemos también el hecho de que Jesús estableció un tiempo a partir del cual es cuando fue abierta la posibilidad de poder acceder al reino en calidad de rey y lo cual significaría, que para antes de dicho momento no existía posibilidad alguna de poderlo hacer, pues de lo contrario las palabras de Jesús no tendrían ningún sentido; y según la TNM de los TJ y que es de la que transcribimos normalmente en nuestros escritos, a menos que digamos lo contrario y sencillamente porque entendemos como la más fiable (ya otra cosa es lo que de ella interpreten sus autores), esas fueron sus palabras:
“Pero desde los días de Juan el Bautista hasta ahora el reino de los cielos es la meta hacia la cual se adelantan con ardor los hombres y los que se adelantan con ardor se asen de él.” (Mat. 11:12).
En el mismo sentido parece pronunciarse la NVI:
“Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos ha venido avanzando contra viento y marea y los que se esfuerzan logran aferrarse a él.”
Aunque es cierto que hay cierta diferencia entre distintas versiones respecto de dicho pasaje, pues por ejemplo la RV 1989 entre otras muchas, lo vierte de la siguiente manera:
“Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia y los violentos se apoderan de él.”
Por otra parte, la VP vierte dicho pasaje como sigue:
“Desde que vino Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los que usan la fuerza pretenden acabar con él.”
Pero no es menos cierto y a pesar de esta clara discrepancia sobre la intencionalidad para con dicho reino de los cielos por parte de los hombres y entre las distintas versiones mencionadas, está claro que todas ellas coinciden en que el punto de inflexión reconocido para todo aquello que tuviera que ver con el reino, fuera lo que fuera, a favor o en contra, tuvo su punto de partida “desde los días” del mencionado profeta…… por lo que queda claro, que toda persona anterior a Juan el Bautista, este inclusive, no podía acceder como gobernante en dicho reino, puesto que aún no había sido abierta la posibilidad para ello. Máxime cuando este mismo declaró que detrás de él venía uno y haciendo directa referencia a Jesús, que “bautizaría con espíritu santo” (Juan 1:33) y que recordemos, es el bautismo que da la “unción” como Hijo adoptivo de Dios y que fue derramado por primera vez y según nos cuentan las Escrituras (a menos que estas nos mientan), en el Pentecostés de 33 EC y para cuando Juan ya había sido muerto; por lo que queda claro que fue a partir “de los días”, eso es, después del asesinato de Juan el Bautista, cuando fue abierta la vía de acceso para poder entrar al reino de Dios, en calidad de inmortal rey y sacerdote. Algo por tanto, lejos del alcance de los notables del AT que hacía siglos habían desaparecido en la muerte y lejos del propio Juan, pues también murió antes de que se abriera dicha oportunidad. Luego sencillamente estaríamos hablando de una simple cuestión de oportunidad: estar en el lugar adecuado, en el momento oportuno. Y algo que confirma nuestro planteamiento, son las palabras de Jesús en Luc. 22:20:
“También, la copa de la misma manera después que hubieron cenado, diciendo él: “Esta copa significa el nuevo pacto en virtud de mi sangre, que ha de ser derramada a favor de ustedes.”
Luego si estamos hablando de un “nuevo pacto”, eso significa que en ese momento se abrió algo nuevo y por definición: primero, que no existía anteriormente y segundo, los pactos no tienen efectos retroactivos, pues se establecen entre personas que asisten físicamente al acto y acuerdan las condiciones del mismo, más aquellas que posteriormente se sumen al mismo, aceptando dichas condiciones…… lo cual no sería cierto, si miembros del AT tuvieran la posibilidad de acceder al reino en las mismas condiciones que las personas que sellaron dicho pacto…… y condiciones que esos personajes de ninguna manera podían saber, pues murieron antes de que Jesús las diera a conocer. Además, puesto que el pacto por el reino (fungir como rey en el mismo) era “nuevo” ello significa que no existía en los tiempos de Abraham y posteriores (de lo contrario no habría sido “nuevo” sino la repetición de uno viejo), luego no podían acceder a los beneficios del mismo…… o esa afirmación de Jesús era mentira y les tomó el pelo a sus apóstoles.
Por otra parte y tómenlo como un simple comentario ¿por qué llamamos a las Escrituras el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento y en el bien entendido que un testamento no es más que un pacto? Pues porque estamos hablando de un antes y un después en la corriente del tiempo o dicho de una manera que nos entendamos, los pactos anteriores a Jesús, quedaron sin efecto o dejaron de aplicarse en el momento de la llegada de este y lo cual no significaba de ninguna manera, que Jehová no los respetara y respete en un futuro con aquellas personas que los estableció en su momento, sino que a partir de Jesús se iniciaba un nuevo sistema bajo los pactos que este estableciera: aquellos habían terminado su función con éxito y nuevas cosas iban a aparecer a partir de ese momento, como por ejemplo, el pacto por un reino y que solo aplicaba a los contemporáneos de Jesús y no para generaciones antiguas, que ya habían tenido sus propios pactos con Jehová al grado que consideró oportuno.
Además, la promesa de Dios a la humanidad nada tenía que ver con el hacer de los hombres reyes y sacerdotes, sino el devolver al ser humano al estado de perfección de nuestros primeros padres Adán y Eva, antes del pecado (Hech. 3:20-21); ya otra cosa y que para llevar a buen término Su Propósito, Jehová precisara de algunas personas con dichas características, para acompañar a Jesucristo en ese gobierno del reino de Dios venidero (Rev. 14:1-4) y que nada tiene que ver con el disparate que nos cuenta Apologista; por lo que de nuevo le rogamos a D. Mario, que también “analice a fondo” este aspecto de la cuestión y nos aclare en cómo queda la cosa.
Porque habría que añadir a lo dicho y como dato fundamental para el caso, que el pacto para un reino no fue hecho con Abraham, ni con David o contemporáneos, sino con los apóstoles de Jesús, algo que queda perfectamente claro para una inteligencia media (el Sr. Olcese probablemente ya no entraría en el cuadro), cuando se lee el siguiente pasaje:
“Sin embargo, ustedes (los once apóstoles que en ese momento estaban con él) son los que con constancia han continuado conmigo en mis pruebas; 29 y yo hago un pacto con ustedes, así como mi Padre ha hecho un pacto conmigo, para un reino.” (Luc. 22:28-29). (Acotación nuestra).
Entonces el pacto para acceder al reino en calidad de rey y sacerdote, en lo que podríamos llamar un orden cronológico, fue establecido y según afirma el propio Jesús en ese pasaje, primeramente entre Jehová y Su Hijo Jesús (básicamente a través de la profecía) y ahí empezó el nuevo pacto o proyecto Divino: todo aquél que ejerciera fe en Jesús y le siguiera, sería aceptado como Hijo adoptivo de Dios…… obviamente y como los anteriores pactos, hasta que esta concluyera y que tuvo lugar con la muerte del último apóstol; luego ya Jesús, lo hizo extensivo a esas personas que en ese momento tan crucial estaban con él (no con las que no estaban en ese momento allí) y de las que dijo que habían “continuado con él en sus pruebas”…… ya posteriormente y por mandato expreso de Jesús, extendido dicho pacto a aquellos que a su vez, siguieron a los apóstoles (Juan 17:20) y algo que de ninguna manera pudieron hacer los notables del AT, pues hacía siglos que habían muerto. Entonces la pregunta sería la siguiente: ¿con quién estableció Jehová primero el pacto por un reino: con Jesús y tal como afirma este, o con los Abraham y compañía, como nos da a entender el Sr. Olcese?
Y ahondando un poco más en el tema, confirmarían lo correcto de nuestro planteamiento unas palabras que también Jesús dijo a sus discípulos en otro momento, a una pregunta directa del impetuoso Pedro:
“Entonces Pedro le dijo en respuesta: “¡Mira! Nosotros hemos dejado todas las cosas y te hemos seguido; ¿qué habrá para nosotros, realmente?”. 28 Jesús les dijo: “En verdad les digo: En la re-creación, cuando el Hijo del hombre se siente sobre su trono glorioso, ustedes (los apóstoles) los que me han seguido también se sentarán sobre doce tronos y juzgarán a las doce tribus de Israel.” (Mat. 19:27-28). (Acotación nuestra).
Por lo que queda claro una vez más, que el pacto tenía que ver y en función del enfoque que daba Pedro a su pregunta, con aquellos que en ese momento le estaban “siguiendo” y no con aquellos que, por circunstancias temporales no lo habían hecho, como era el caso de los notables del AT. Y algo que de nuevo nos muestra que los Abraham, David y otros muchísimos como ellos, no reinarían con Cristo, tiene que ver con el que si a estos ya se les hubiera concedido semejante privilegio, obviamente los apóstoles como conocedores de las Escrituras que tenían en ese tiempo a su alcance ya sabrían de ello, luego ya conocerían el premio por seguir a Jesús y por tanto, la pregunta de Pedro no habría tenido sentido y muchísimo menos, la respuesta de Jesús…… pero por otra parte y si la cosa hubiera sido así ¿qué clase de premio o recompensa sería la oferta de Jesús y que era lo que en realidad le pedían los apóstoles a través de la pregunta de Pedro, si lo que les ofrecía era algo que ya tenían otros muchos y por hacer muchísimo menos que ellos? Esto es algo a lo que también esa “lumbrera” que es Mario Olcese en entendimiento bíblico, nos tendría que explicar a aquellos que por lo visto y a diferencia de él “no sabemos” nada de nada de las Escrituras.
Pero ya puestos, también le rogamos que nos “analice a fondo” y nos explique, cómo puede ser, que si según Rev. 20:6 para reinar con Cristo como inmortal rey y sacerdote, hay que participar de una determinada resurrección, puedan hacerlo aquellos que según Rev. 7:14 “salen” eso es, sobreviven a la “gran tribulación", luego no han muerto y por lo que pasan al reino de Dios con vida…… por lo que no pueden, obviamente, participar de resurrección alguna y por lo que no pueden tampoco, ni adquirir la inmortalidad ni reinar con Cristo y que es lo que se concede a aquellos que participan de la llamada “primera resurrección”; por lo que ¿nos podría explicar el Sr. Olcese, aunque solo sea para ilustrar a aquellos que no tenemos a ningún espíritu que nos “sople” el significado de todas esas cosas, de qué va la “película”? Ya sabemos que no lo hará, pero por pedir…
Lo que ocurre es que para analizar algo y más cuando estamos hablando de textos bíblicos, de lo primero que hay que disponer es de una cabeza medianamente amueblada y conocido es por todos que la de dicho caballero, para llevar sombreros ¡pues ni tan mal, pero ya más allá de esto…… como que la cosa le viene un “pelín” grande! También en el preámbulo mencionado, el susodicho caballero y con una cara de cemento armado que es para nota, rúbrica el mismo con la siguiente apostilla:
“Al recibir su herencia, se convertirán también en REYES, con excepción de Don Armandito, “el españolillo matador”, a quien hábilmente capeamos en este blog con nuestros fundamentos bíblicos.” (Negritas nuestras).
Claro, en llegando a esta situación, no le queda más remedio al susodicho Armandito “el españolillo matador” u séase, un servidor de ustedes, que ponerse en plan “miura” (por aquello de seguir con el símil taurino) y empezar a cornear adiestro y siniestro…… porque claro, decir que me está “capeando” con sus “fundamentos bíblicos” ¡vamos, ni de coña hombre, pues ni Apologista podría llegar tan alto, ni servidor caer tan bajo! Porque me permito recordarle y para vergüenza suya (en el supuesto de que tenga, que yo ya afirmo que no y a las pruebas me remito), el hecho de que después de dos años de defender la supuesta “revelación” de su espíritu “guiador” en plantilla, en el sentido que los que reinarían con Cristo serían “millones, miles de millones”, al final resultó que nos solo reconoció que no sabía si eso era así, sino que además dijo en las Escrituras dicha idea ni siquiera se contemplaba ¿se acuerda de ello, Sr. Olcese? Sí, hombre, sí, se lo acabo de recordar hace unos días en mi artículo “Apologista Mario Olcese, la verdad…… y la piedra de molino” del 22/12/12 y que aún estoy esperando que se atreva a decir algo referente al mismo…… no el darme su desacreditada personal opinión, sino el rebatir con textos bíblicos los argumentos que yo le planteo. Lejos de ello y en una clara manifestación de la desvergüenza que le adorna, vuelve a publicar en el mismo sentido…… pero claro, que se puede esperar de alguien que afirmando ser un “ungido” o Hijo de Dios y “contenedor permanente” por tanto del “guiador” espíritu de la verdad, hace uso y ostentación de un signo totalmente satánico como es el Hexagrama y que lo identifica, como un siervo al servicio de Satanás.
Porque no sé si se habrán dado cuenta los “millones” de seguidores que supuestamente visitan su blog de videos en YouTube, que en su nuevo lugar de grabación, al fondo y en la parte superior izquierda y en donde hasta no hace mucho había colgado algo redondo y lo que parecía ser un reloj de pared, aparece ahora el Hexagrama y que lejos de ser un signo del pueblo hebreo de la antigüedad como muchos creen (inició en Praga en el siglo XIV por la comunidad judía allí existente), no es más que un símbolo usado por el movimiento político sionista que se lo apropió en 1.890, pero evidentemente relacionado desde tiempos ancestrales con el ocultismo, el satanismo y la masonería. Símbolo del que se dice, es la señal más potente del mal en el satanismo y del mundo de lo oculto y siendo que el Hexagrama se utiliza principalmente en la brujería, para convocar a los demonios del mundo; de hecho el término "hex", se dice que deriva del alemán “hexe” que traducido significa “bruja” o “brujería” y que en todo caso, tiene la connotación de invocar una maldición sobre alguien y que en su momento se relacionó con este símbolo.
Es tan antiguo, por otra parte, que se ha encontrado en tablillas de barro sumerias y que no pasó a ser el símbolo de Israel, hasta en 1.948, cuando se refundó de nuevo como nación y paso a figurar en su bandera…… pero no olvidemos que aún hoy, el pueblo de Israel como tal y a causa de no haber reconocido aún a Su Hijo Jesucristo como el Mesías prometido, continúa estando repudiado por Jehová (Mat. 23:38-39) y por lo que en consecuencia, quienquiera que de una manera u otra se identifique como simpatizante del mismo y más, a través de dicho anagrama, se declara frontal opositor a Jehová. Y algo de lo que cualquiera se puede informar, solo entrando en Internet; por tanto de ninguna manera estaríamos hablando de la “estrella del rey David”, entre otras cosas porque los judíos tenían prohibido por la Ley, el uso de signos distintivos y algo que tendría que saber el Sr. Olcese:
“No debes hacerte una imagen tallada ni una forma parecida a cosa alguna que esté en los cielos arriba o que esté en la tierra debajo o que esté en las aguas debajo de la tierra. 5 No debes inclinarte ante ellas ni ser inducido a servirlas, porque yo Jehová tu Dios soy un Dios que exige devoción exclusiva.” (Éxo. 20:4-5).
¿Y que era el Hexagrama, sino el símbolo de un dios pagano de nombre Rhai·fán y que los traductores de la Septuaginta tradujeron por Keván? Por otra parte ¿a qué se refería Esteban en Hech. 7:42-43, sino que a dicho símbolo pagano?:
“De modo que Dios se volvió y los entregó a que rindieran servicio sagrado al ejército del cielo, así como está escrito en el libro de los profetas (probablemente de Amós 5:25-26): “No fue a mí a quien ustedes ofrecieron víctimas y sacrificios por cuarenta años en el desierto, ¿verdad, oh casa de Israel? 43 Antes bien, fue la tienda de Moloc y la estrella del dios Refán (otro nombre para el dios Keván) lo que ustedes tomaron, las figuras que ustedes hicieron para adorarlas. Por consiguiente, los deportaré más allá de Babilonia”.” (Acotaciones nuestras).
Por lo que si el Sr. Olcese no sabe esto y usa dicho símbolo, como por otra parte es innegable (ahí lo tiene colgado) y presume de ello, me da la razón cuando afirmo que es un ignorante y un total indocumentado…… pero por otra parte y sí lo hace a sabiendas ¡pues ya me contarán ustedes cómo está el patio! Y con lo que ahora se le presenta un problema a tan pintoresco “caballero” y que es lo más parecido a una nueva cornada que le ha atizado el “miura españolillo”…… pues si lo retira de su lugar, solo significará que una vez más y como en el caso de los “millones, miles de millones” que tenían que reinar con Cristo, reconocerá estar equivocado y que un servidor, de nuevo tiene razón y él a su vez, vuelve a quedar como lo que es: un analfabeto integral en cualquier tema que tenga que ver con Dios.
Pero es que no solo tiene dicho Hexagrama colgado en su habitación, sino que además lo lleva colgado encima como un amuleto (que no está nada mal para todo un “ungido”) y lo que me reafirma en mi opinión de que cómo autor de supuestas “enseñanzas” bíblicas, no es más que un instrumento al servicio de Satanás; porque si ustedes miran el video anterior a este que les he mencionado y titulado “La Watchtower dice: ¡regocijaos con vino!” (12/01/13), verán que lleva dicho Hexagrama asomando por el borde izquierdo de la camiseta que lleva puesta (según la pantalla del monitor) y que ignoro si inadvertidamente se le ha salido, o lo ha colocado el mismo en esa posición para presumir de ello y en una de sus acostumbradas payasadas. Porque recordarán ustedes, que en otro video de ya hace algún tiempo, titulado “… y reinaremos sobre la tierra --¿cómo?-- ¿no era desde el cielo?” (14/08/12), nos aparecía con un gorro de lana propio de los estibadores de puerto, por cierto, con un comportamiento un tanto “rarillo”…… a lo mejor es que se había querido “regocijar con vino” y se le había ido la mano (y si no se lo creen, visionen el citado video), pero en todo caso, con dicho símbolo satánico prendido en el gorro de lana mencionado; de hecho, la imagen que figura al inicio de este escrito, pertenece a la carátula de dicho video.
Con lo cual, no puede quedar duda alguna que ese “caballero” está haciendo ostentación del amo al que pertenece y mostrándonos inequívocamente a favor de qué bando está; y es que como tantas veces él mismo ha afirmado, o se es Hijo de Dios, o se es hijo de Satanás porque no hay otra opción…… y un Hijo de Dios, obviamente no tendría en su habitación, ni colgado al cuello como un amuleto (al modo que los católicos con la cruz) semejante símbolo satánico ¡vamos, que no me puedo imaginar a los “ungidos” Pedro, Pablo, Juan, etc. haciendo eso (ni tampoco llevando cuatro sombreros a la vez, por supuesto)! Por lo que tanto por sus continuas erráticas enseñanzas, como en la total falta de respeto para con Aquél de quién afirma hablar, como su generosa ostentación de dicho símbolo satánico, hacen que él mismo se coloque en el lugar que le corresponde y totalmente alejado de Dios, pues queda claro que Este no le permite entender de Su Palabra (Luc. 10:21). Y de ahí sus aberrantes y disparatados planteamientos, que poco a poco han quedado reducidos a simples críticas a los TJ y algo para lo cual no se precisa ser “teólogo”, pues ello está al alcance del tonto de cualquier pueblo…… y es que en términos de enseñanza bíblica, no tiene absolutamente nada que aportar; y que para cuando se le ocurre hacerlo, ya ven lo que le pasa.
Y repito, queridos lectores, lo que he dicho antes: si no quita dicho símbolo satánico de su entorno, demostrará ser lo que yo afirmo que es: un “falso maestro” (2 Ped. 2:1) e instrumento al servicio de Satanás…… y sí lo quita, quedará claro que una vez más “Armandito, el “miura” españolillo” no solo lo ha “capeado” a él, sino que lo ha empitonado como ha querido y que encima, de una coz lo ha mandado fuera de la plaza…… o sea, que usted mismo, D. Mario (¡ya sabe, eso es lo que tiene el meterse con un “miura”: que uno sale “revolcao”!)
Armando López Golart
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