domingo, 2 de junio de 2013

El porqué, cuándo, cómo y dónde, de la gran predicación de Mat. 24:14

Y es que una de las enseñanzas bíblicas menos conocidas o peor entendidas (según se mire) por el personal, tiene que ver con la gran predicación anunciada por Jesús en el pasaje referido; porque si usted pregunta a cualquier representante de la primera denominación religiosa que se le venga a la cabeza, la respuesta que recibirá irá en el sentido de que dicha predicación es la que actualmente se está llevando a cabo por medio de su grupo y así, uno tras otro y a tantos como usted quiera preguntar…… ¡ni que decir tiene si le pregunta usted a un TJ! Es más, si se le ocurre recurrir a algún reputado teólogo de esos que afirman ir por libre (no se asocian con organización alguna) acerca del asunto, le dirá exactamente lo mismo: que esa es la predicación en la que él participa y con el añadido de que, a su entender, la prometida futura venida de Cristo y posterior implantación del reino de Dios en la tierra, está directamente relacionada con lo “avanzada” que esté dicha predicación…… y con lo que más o menos se nos viene a decir, que si queremos que esta esperada venida no demore, tenemos que afanarnos en la labor de difundir la buena nueva del evangelio. Pues cuanto más tardemos en llevar a cabo “nuestra” responsabilidad, más se retrasará dicha venida; y con lo que nos encontramos con el sinsentido, de que tal parece ser que el Altísimo ve condicionado el adelanto de Sus propósitos, a lo que haga…… o no haga, el hombre en ese campo ¡vamos, como si Dios fuera a “remolque” de este!

Ahora bien, esta cuestión planteada implica algunas preguntas como, por ejemplo: ¿depende de la diligencia del hombre en dicha tarea de predicación, el momento de la venida de Jesucristo? O también esta y más importante si cabe: si la predicación actual que se está llevando a cabo por medio de las distintas organizaciones religiosas, no fuera la anunciada por Jesús en su momento ¿de qué predicación estaríamos hablando entonces y lo que es más, a qué fines sirve la tal? De entrada, podríamos empezar diciendo que en nada repercute la actitud del hombre en el desarrollo de los planes de Dios, pues eso es algo que queda perfectamente establecido en las siguientes palabras de Jesús en su momento:

“…… y decían: “¡Bendito es El que viene como Rey en el nombre de Jehová! ¡Paz en el cielo, y gloria en los lugares más altos!”. 39 Sin embargo, algunos de los fariseos de entre la muchedumbre le dijeron: “Maestro, reprende a tus discípulos”. 40 Pero en respuesta él dijo: “Les digo: Si estos permanecieran callados, las piedras clamarían.” (Luc. 19:38-40).

O lo que es lo mismo, si eso fuera cierto, el que la actitud de los hombres tuviera alguna incidencia en los propósitos de Dios y de alguna manera estos fueran renuentes a dar adelanto al propósito divino en cumplimiento de su mandato, es obvio que Jehová tiene medios más que de sobra para poderlo llevar a cabo; porque no olvidemos que lo que los fariseos estaban intentando era precisamente eso: que se reprimiera el anuncio de la buena nueva de la venida del prometido descendiente del rey David en la persona de Jesús, pues tal aparición les quitaría a ellos poder sobre el pueblo y por lo tanto, privilegios (Juan 11:47-50)…… y puesto que en su mente y corazón no estaba precisamente el dar adelanto a la voluntad divina, sino más bien la defensa de sus propios y espurios intereses egoístas, ello motivó que recibieran de Jesús la respuesta aclaratoria mencionada. Por lo que solventada la primera cuestión planteada (o al menos eso esperamos), veamos ahora la segunda y que tiene que ver, con qué clase de predicación nos encontramos a día de hoy y que de ninguna manera tiene que ver con la anunciada por Jesús en Mar. 24:14, en donde leemos lo siguiente:

Y estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.”

Tengamos presente que Jesús hizo semejante afirmación, en el contexto de la respuesta a una pregunta de sus discípulos y que tenía que ver con acontecimientos que señalarían o darían paso a su futura segunda venida (Mat. 24:3), lo que colocaría dicha actividad divulgadora, obviamente, en un futuro distante…… cuando era el caso y es de todos conocido, que ya en ese momento estaban ellos inmersos en una predicación:

Pero él les dijo: “También a otras ciudades tengo que declarar las buenas nuevas del reino de Dios, porque para esto fui enviado”. 44 Por consiguiente, iba predicando en las sinagogas de Judea.” (Luc. 4:43-44).

Entonces lo que habría que entender, es que Jesús en su respuesta se refería a otra predicación distinta y por tanto, con un propósito diferente a aquella en la que estaban inmersos en ese momento, pues de lo contrario la respuesta dada a sus discípulos no hubiera tenido sentido alguno; pero ello también nos permite deducir de la situación que se crea a partir de dichas palabras que, primero, esa predicación iniciada por Jesús tenía un límite fijado en el tiempo y que no se dilataría en el tiempo hasta nuestros días, algo que afirma una gran mayoría de teólogos y, segundo, que lógicamente la predicación llevada a cabo en ese momento por Jesús y sus seguidores, no perseguiría los mismos fines que la predicación anunciada para un futuro distante, pues de lo contrario no tendría demasiado sentido el que esta se interrumpiera. Porque una cuestión que hay que dejar clara para entender de qué estamos hablando, es el conocer el objetivo de la predicación iniciada por Jesús (Juan el Bautista, solo fue el precursor que preparó el terreno para la venida del Mesías) y que no era otro, que el de elegir o seleccionar a aquellos que con él tendrían que gobernar como reyes en el gobierno milenario, siempre a tenor de la promesa que este hizo a sus apóstoles:

Entonces Pedro le dijo en respuesta: “¡Mira! Nosotros hemos dejado todas las cosas y te hemos seguido; ¿qué habrá para nosotros, realmente?”. 28 Jesús les dijo: “En verdad les digo: En la re-creación, cuando el Hijo del hombre se siente sobre su trono glorioso, ustedes los que me han seguido también se sentarán sobre doce tronos y juzgarán a las doce tribus de Israel”.” (Mat. 19:27-28).

Parece ser por tanto, que ese era el mensaje u oferta que Jehová y mediante Jesús, estaba poniendo al alcance de aquellos que escucharan y creyeran. No podemos olvidar, según nos explica Pablo en Rom. 15:8, que “Cristo realmente llegó a ser ministro de los circuncisos a favor de la veracidad de Dios, para confirmar las promesas que Él hizo a los antepasados de ellos”, entre las cuales promesas se encontraba y como la más importante, la siguiente:

Y ahora, si ustedes obedecen estrictamente mi voz y verdaderamente guardan mi pacto, entonces ciertamente llegarán a ser mi propiedad especial de entre todos los demás pueblos, porque toda la tierra me pertenece a mí. 6 Y ustedes mismos llegarán a ser para mí un reino de sacerdotes y una nación santa’. Estas son las palabras que has de decir a los hijos de Israel.” (Éxo. 19:5-6).

Luego solo sería razonable que Jesús y en su primera venida, centrara todo su esfuerzo en cumplimentar la promesa divina y captar a aquellos merecedores de la misma y que solo una minoría de entre el pueblo de Dios, la nación de Israel, fueron los que creyeron en la oferta por este realizada (Mat. 19:27-28) y aceptaron ser sus seguidores; ello implicó el que se tuviera que extender temporalmente dicho privilegio a gente de las naciones o gentiles, por medio del apóstol Pablo (Hech. 9:15). En el Pentecostés de 33 E.C., se sustanció o tomó forma dicha promesa hecha siglos antes en el desierto de Sinaí, cuando espíritu santo fue derramado sobre los doce apóstoles y con ello reconocidos como Hijos adoptivos de Dios, por tanto hermanos de Jesucristo (Juan 20:17) y en consecuencia, primeros herederos del reino en calidad de inmortales reyes y sacerdotes (Rev. 20:6). Ello significó el inicio del cumplimiento de la promesa de Dios mencionada, eso es, el sacar de entre el pueblo judío a aquellos futuros reyes y sacerdotes o “nación santa” mencionada…… y personas las doce elegidas, a las que fue encomendada la comisión de continuar con la búsqueda iniciada por Jesús, para encontrar a los merecedores de dicho privilegio (Mat. 28:18:19).

Que esa predicación tenía un límite, queda probado por la siguiente circunstancia: para poder acceder a esa condición de futuro rey, uno tenía que reunir un requisito dado por el propio Jesús y que tenía que ver con el haber sido bautizado en agua y en espíritu (Juan 3:5) y que eran dos cosas totalmente distintas, o lo que es lo mismo, dos bautismos totalmente diferentes; tengamos en cuenta que el propio Jesús y durante su ministerio terrestre, bautizó a muchísima personas en agua y ello no hizo de esas personas Hijos de Dios, porque carecían del otro bautismo en espíritu santo preceptivo y que solo Jesús, después de su muerte, pudo impartir; veamos unos pasajes que nos muestran la veracidad de lo que estamos afirmando:

Juan 1:33: “Ni siquiera yo lo conocía, pero El Mismo que me envió a bautizar en agua me dijo: “Sobre quien quiera que veas el espíritu descender y permanecer, este es el que bautiza en espíritu santo”.”

Entonces solo Jesús estaba habilitado por Dios, para impartir dicho bautismo en espíritu y distinto al de agua.

Hech. 1:4-5: “Y estando reunido con ellos, les dio las órdenes: “No se retiren de Jerusalén, sino sigan esperando lo que el Padre ha prometido, acerca de lo cual oyeron de mí; 5 porque Juan, en verdad, bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en espíritu santo no muchos días después de esto”.”

Por lo que queda claro, que solo los apóstoles fueron los escogidos para experimentar dicho bautismo directamente de manos de Jesucristo y lo que les concedía la autoridad de poderlo impartir a otros y circunstancia que no se repitió en ningún otro ser humano, excepción hecha de Pablo, posteriormente.

Hech. 2:33: “Por eso, debido a que fue ensalzado a la diestra de Dios y recibió del Padre el espíritu santo prometido, él ha derramado esto que ustedes ven y oyen.”

Ya a partir de este momento, fueron los apóstoles los únicos que podían bautizar en espíritu santo, bautismo que se representaba mediante el ritual de la imposición de manos y en el que se daba la siguiente circunstancia: si bien los apóstoles podían impartir dicho bautismo y con el mismo, la condición de Hijo adoptivo de Dios y los poderes que este llevaba inherentes, no así aquellos que lo recibían de manos de los apóstoles y que si bien podían desarrollar los mismos poderes, o parecidos a los de los apóstoles, ya no podían bautizar en espíritu santo a otros o lo que es lo mismo, transmitirles la unción de Hijos adoptivos de Dios; lo que nos lleva a la conclusión de que con la muerte del último de los apóstoles (Juan) sobre el año 99 E.C., finalizó la captación de miembros para gobernar con Cristo en el reino y con ello, llegó a su fin de la predicación como tal…… y así, hasta nuestros días. Y que para una información más completa al respecto, pueden leer nuestro artículo “No es eso, Sr. Olcese…… no es eso” (08/09/10).

Por lo que ya establecido que dicha predicación tuvo un final, eso es, no tuvo continuidad en el tiempo ¿de qué clase de predicación nos están hablando hoy y lo que es más, qué mensaje es el que se está predicando en nuestros días, básicamente desde hace unos dos siglos y en donde el afán “predicador” adquirió más auge, con la aparición de innumerables sectas religiosas de distinto cuño? Pues de una predicación paralela y fraudulenta dirigida por Satanás para confundir al personal, pues Dios no la ha ordenado y que es aprovechada, adicionalmente, para llenar los bolsillos de los respectivos dirigentes de esas sectas, que bien mediante donaciones voluntarias, bien mediante diezmos, propicia que con la excusa de “mantener” la adoración “verdadera”, dichos dirigentes se estén forrando y viviendo como reyes…… y nunca mejor dicho. Porque fíjense además, que si exceptuamos a los TJ y de lo que hablaremos más adelante, todos aquellos que hoy se llenan la boca afirmando que están predicando las buenas nuevas del “evangelio” de Cristo, están sencillamente repitiendo el mismo obsoleto mensaje del primer siglo y dirigido a aquellos que con este tenían que reinar; de ahí que continúen enseñando que todos aquellos que crean y se bauticen, formarán parte de la iglesia o “cuerpo de Cristo” y en consecuencia, reinarán con este…… cuando resulta que para completar dicha clase gobernante, solo falta por aparecer un pequeño “resto” de esos miembros y que lejos de salir de una predicación como fue en el primer siglo, serán elegidos “a dedo” por el Altísimo. Por lo que queda claro que esta es una predicación que Jehová no ha ordenado y por lo que no cuenta con Su beneplácito, pues de lo contrario, no tendría sentido esto que leemos Rev. 11:3:

Y haré que mis dos testigos profeticen (o prediquen) mil doscientos sesenta días vestidos de saco.” (Acotación nuestra).

Luego lo que aquí tenemos en esencia, es el anuncio por parte de Jehová y en términos de futuro, de la aparición de un resto “ungido” con grandes poderes (Rev. 11:5-6) y para iniciar otra predicación, cuyo “profetizar” se extenderá por 1260 días o lo que es lo mismo, por tres años y medio y algo de lo que hablaremos después. Y que estaríamos hablando de una nueva predicación, que nada tiene que ver con la anterior, lo prueban las palabras que le fueron dirigidas al anciano apóstol Juan, poco antes de su muerte y en el siguiente sentido:

Y me fui al ángel y le dije que me diera el rollito. Y él me dijo: “Tómalo y cómetelo y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel”. 10 Y tomé el rollito de la mano del ángel y me lo comí y en mi boca era dulce como la miel; pero cuando me lo hube comido, se me amargó el vientre. 11 Y me dicen: “Tienes que profetizar de nuevo (o predicar) respecto a pueblos y naciones y lenguas y muchos reyes”.” (Rev. 10:9-11). (Acotación nuestra).

Y dado que esa comisión le fue dada a un envejecido Juan, ya cerca de su muerte y último representante con vida de una clase especial de personas, eso es, “ungidas” con el espíritu santo de adopción como Hijos de Dios y teniendo en cuenta lo leído en Rev. 11:3, lo que se nos estaba indicando es que en determinado momento en el futuro aparecerían sobre la tierra un “resto” de esos personajes de la “clase” o condición de Juan, con un mensaje para la humanidad y simbolizado por el “rollito” que le fue entregado al anciano apóstol…… y que por ahí va la cosa, queda claro con lo que tenemos registrado en la apertura del quinto sello y en donde leemos como sigue:

Y cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido degollados a causa de la palabra de Dios y a causa de la obra de testimonio que solían tener. 10 Y clamaban con voz fuerte y decían: “¿Hasta cuándo, Señor Soberano santo y verdadero, te abstienes de juzgar y de vengar nuestra sangre en los que moran en la tierra?”. 11 Y a cada uno de ellos se dio una larga ropa blanca; y se les dijo que descansaran por un poco de tiempo más, hasta que se completara también el número de sus coesclavos y de sus hermanos que estaban a punto de ser muertos como ellos también lo habían sido.” (Rev. 6:9-11).

Luego si de esos personajes se nos dice que fueron degollados, entre otras cosas “a causa de la obra de testimonio” que llevaron a cabo y solo podríamos referirnos a los primeros seguidores de Jesucristo y “ungidos” con el espíritu santo de adopción como Hijos, de ello debemos de deducir, primero, que estaríamos hablando de un número concreto y predeterminado de gobernantes en el reino de Dios; segundo, que dicho número quedó inconcluso a la muerte del último de esos personajes (Juan) y tercero, puesto que tienen que morir como sus predecesores habían muerto, que también serán “degollados” o asesinados por la misma razón, eso es “a causa de la palabra de Dios y a causa de la obra de testimonio que solían tener”…… y planteamiento el nuestro, que nos confirma el pasaje de Rev. 20:4 y en donde se nos presenta ya al conjunto, eso es, completado ya el número de gobernantes predeterminado por el Altísimo, tomando posesión de sus respectivos tronos:

Y vi tronos y hubo quienes se sentaron en ellos y se les dio poder para juzgar. Sí, vi las almas de los que fueron ejecutados con hacha (asesinados) por el testimonio que dieron de Jesús y por hablar acerca de Dios y los que no habían adorado ni a la bestia salvaje ni a su imagen y que no habían recibido la marca sobre la frente ni sobre la mano. Y llegaron a vivir y reinaron con el Cristo por mil años.” (Acotación nuestra).

Por lo que resumiendo, tenemos una predicación (la del primer siglo) que llegó a su final con la muerte del último apóstol y cuyo mensaje o buena noticia, era que había llegado el momento y en cumplimiento de la promesa divina de Éxo. 19:5-6 hecha al pueblo de Israel, de sacar de entre este a aquellos que junto a Cristo tenían que reinar en el milenio y que por falta de “quórum” se tuvo que llevar dicha oportunidad a los gentiles o gente de las naciones…… y recolección de miembros de esa clase “ungida” que aún no ha finalizado, pues como hemos visto está pendiente de completar el número predeterminado por Dios de esos reyes y sacerdotes, mediante la aparición de lo que entendemos como un pequeño “resto”.

Pero ahora la cuestión es la siguiente: una vez aparecido ya ese “resto” de personas y escogido directamente por Dios, que como hemos visto tienen que poner en marcha otra predicación ¿qué clase de evangelio o “buena noticia” será la que predicarán? Obviamente la que se predicó en el primer siglo ya no puede ser, pues el número de gobernantes con Cristo ya habrá sido completado con la aparición de ese “resto” mencionado y prefigurado por los “dos testigos” de Rev. 11:3 y por lo tanto, es obvio que tendrá que ser otro mensaje distinto del primero y por tanto, con un objetivo también distinto del primero; eso es, si en una primera predicación se buscaron a los gobernantes del reino de Dios y labor que aún no ha finalizado, solo es razonable pensar que en la segunda predicación por venir y dirigida por ese “resto” por aparecer, se busquen a los que serán los primeros súbditos de dicho reino…… porque el contenido de ese mensaje que se nos da en Rev. 14:6-7, es el siguiente:

Y vi a otro ángel que volaba en medio del cielo y tenía buenas nuevas eternas que declarar, como noticias gozosas a los que moran en la tierra y a toda nación y tribu y lengua y pueblo; 7 y decía con voz fuerte: “Teman a Dios y denle gloria, porque ha llegado la hora del juicio por él, de modo que adoren al que hizo el cielo y la tierra y el mar y las fuentes de las aguas”.”

Entonces no cabe duda que nos encontramos ante otra predicación distinta a la primera, pues aquella fue dirigida expresamente al pueblo de Dios para sacar de entre ellos “un reino de sacerdotes y una nación santa” (Éxo. 19:5-6) y que solo la falta de fe de Israel, hizo que dicha oportunidad fuera extendida a algunos miembros de las naciones; sin embargo, el pasaje mencionado nos dice que el mensaje en cuestión es para todos los que moran en la tierra y a toda nación y tribu y lengua y pueblo”, eso es, un mensaje universal…… lo cual nos pone ante la cuestión de cuándo se iniciará dicha predicación y quiénes participaran en ella. Para aclararles este tema, permítannos que les pongamos un ejemplo en vivo de lo que la Biblia nos plantea, pues está ocurriendo ante nuestras mismas narices; y es que si ustedes han leído nuestro anterior artículo “Los Testigos de Jehová…… sus “luces” y sus “sombras” ” (27/05/13), verán que afirmábamos que dicha organización es por mucho la que mejor ha interpretado el mensaje de las Escrituras, pero la que peor ha aplicado el sentido de las mismas, pues las ha puesto al servicio de sus particulares intereses…… pero que sin embargo, el “formato” de su predicación es exactamente el que marca la Biblia.

Y es que ellos nos hablan, de un resto ungido (su clase “ungida” y parte de los cuales conforman su llamado Cuerpo Gobernante), que llevan a cabo una predicación para buscar a los súbditos del reino (la clase de sus “otras ovejas”), los cuales a su vez y a medida que se van incorporando a dicha organización, colaboran en dicha labor de encontrar a más súbditos del reino y así sucesivamente…… que es exactamente el planteamiento que se nos hace en las Escrituras para esa segunda predicación. El problema está, en que los TJ se han adelantado unos 140 años a los acontecimientos y por lo que su resto “ungido” no es tal, pues es obvio que no tienen los poderes que se nos dice que tendrán aquellos que han de aparecer, ni su clase de las “otras ovejas” tienen la característica de aquellos futuros súbditos del reino por aparecer (que tiene que ver con Joel 2:28-29), por lo que su predicación se reduce a simples discusiones que a nada llevan, pues no son más que unas opiniones frente a otras, eso es y resumiendo, que carecen de la “credencial” que Dios da a aquellos a los que comisiona para una tarea determinada…… y que encima, la predicación de los TJ se extiende ya por más de 140 años y la que se nos menciona en la Biblia, se reduce a 1260 días. Luego queda claro que la actual predicación de los TJ tampoco tienen nada que ver con esa mega-predicación que tendrá que llevarse a cabo y en un tiempo record de 1260 días o tres años y medio y dato que nos indica cuándo se iniciará la misma; y respuesta que encontramos en la profecía de las 70 semanas de Daniel y en cuyo capítulo 9, verso 27, se nos habla concretamente de la setenta y última semana, en los siguientes términos:

Y él (el “anticristo”) tiene que mantener el pacto en vigor para los muchos por una semana; y a la mitad de la semana hará que cesen el sacrificio y la ofrenda de dádiva.” (Acotación nuestra).

Dicha semana 70 y que se nos muestra fraccionada en dos secuencias, significan los siete últimos años del mundo tal como lo conocemos (para más información, ver nuestro artículo “La Biblia…… y el año 2012” del 07/02/12) y que iniciará con la aparición del personaje mencionado en la acotación hecha al pasaje citado, que establecerá un pacto de paz por siete años entre dos partes contendientes (presumiblemente entre Israel y sus vecinos del mundo islámico), pero pacto que el mismo personaje rompe a “la mitad de la semana” , eso es, a los tres años y medio, momento en donde se nos dice que ocurre lo siguiente:

Y cuando hayan terminado de dar su testimonio (cumplidos los 1260 días, o tres años y medio), la bestia salvaje que asciende del abismo hará guerra contra ellos y los vencerá y los matará.” (Rev. 11:7). (Acotación nuestra).

Y siendo estos “ellos” a los que se da muerte, el “resto ungido” del que hemos estado hablando y que teniendo en cuenta que ya hemos dicho antes, que su labor de predicación durará 1260 días o tres años y medio, solo es razonable pensar que su aparición e inicio de su labor divulgadora, será coincidente con la aparición del “anticristo” y con lo que inicia dicha profética semana, o de lo contrario no nos cuadrarían las cuentas; ya centrándonos en ese espacio de tiempo, eso se, la primera mitad de dicha semana, veamos ahora qué se nos dice en Rev. 7:1-3:

Después de esto vi a cuatro ángeles de pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, reteniendo los cuatro vientos de la tierra (símbolos de destrucción), para que no soplara viento alguno sobre la tierra ni sobre el mar ni sobre ningún árbol. 2 Y vi a otro ángel que ascendía del nacimiento del sol, teniendo un sello del Dios vivo; y clamó con voz fuerte a los cuatro ángeles a quienes estaba concedido hacer daño a la tierra y al mar 3 y dijo: “No hagan daño a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta después que hayamos sellado en la frente a los esclavos de nuestro Dios”.” (Acotación nuestra).

Pasaje que apunta a que durante esos tres años y medio primeros, habrá una relativa calma que permitirá el normal desarrollo de la mencionada gran predicación, para acto seguido y después del asesinato del “resto ungido” (con lo que acaba dicha predicación y el “sellar” de los 144.000), iniciar la segunda parte de dicha semana con la “gran tribulación” contra aquellos que “que no conocen a Dios (obviamente, porque no han querido) y sobre los que no obedecen las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús” (2 Tes. 1:8)...... o sea, contra aquellos que han rechazado la oportunidad brindada durante ese período de tiempo de predicación mundial. Trágica parte final de la semana 70, en la que aquellos que sí habrán aceptado la oferta recibida de acogerse a la soberanía divina, serán “ocultados” (Sof. 2:3) o protegidos milagrosamente por el Altísimo y algo que explicamos con todo detalle en nuestro escrito del 20/02/13 “Probablemente se les oculte……”; o también en el que publicamos el día ocho de Noviembre de 2012, bajo el título “¿Qué ocurrirá con nosotros, en la ya cercana “Gran Tribulación”?”…… y artículo este, que además cuenta con algunas referencias a otros artículos en los que analizamos y desde otras vertientes, el mismo tema.

De esa “gran muchedumbre” de personas obedientes que sobreviven a la “gran tribulación” anunciada y de la que, usted que nos lee puede formar parte, es aquella de la que se nos habla en Rev. 7:14; pero multitud de personas que además de pasar con vida al nuevo mundo o reino de Dios ¡y que no es poco!, contarán también con un privilegio especial añadido. Pues hemos dicho que cuando aparezca el “anticristo” y que a tenor de cómo “está el percal”, eso es, la urgente necesidad de un pacto de paz en la zona de Oriente Medio (ver nuestro breve artículo del 24/04/13 “¡Y Damasco dejará de ser ciudad…!”), pues las cosas están de “chupa-domine” y cada día que pasa se tensan más, por lo que dicha aparición no se puede retardar mucho, aparecen al mismo tiempo los “dos testigos” o componentes del “resto ungido” y quienes tocarán inmediatamente a arrebato, eso es, llamarán a la gente a seguirlos y aquellos que lo hagan, colaborando con ellos en su comisión divina, se verán favorecidos y algo que ya hemos apuntado, con esto:

Y después de eso tiene que ocurrir que derramaré mi espíritu sobre toda clase de carne (no solo a ese resto ungido por aparecer) y sus hijos y sus hijas ciertamente profetizarán. En cuanto a sus viejos, sueños soñarán. En cuanto a sus jóvenes, visiones verán. 29 Y aun sobre los siervos y sobre las siervas derramaré en aquellos días mi espíritu.” (Joel 2:28-29). (Acotación nuestra).

Con lo que estaríamos hablando del mayor despliegue de espíritu santo jamás visto sobre la tierra, para capacitar con poderes sobrenaturales a aquellos que se vaya añadiendo al “resto ungido” y lo que les servirá de “credencial” identificativa de estar al servicio de Jehová…… lejos por tanto y como hemos dicho, de la estéril labor llevada a cabo por los miembros de los TJ, que no pueden acreditar de ningún modo su supuesto servicio al Dios Altísimo. Porque una constante en las Escrituras, es que toda aquella persona comisionada por Jehová para cualquier tarea a Su servicio, la que sea, fue dotada de los atributos o poderes necesarios para llevarla a cabo y que incluyó hasta cosas tan simples, como el dotar a uno de las habilidades necesarias para participar en la construcción de las distintas parte que componían el Tabernáculo:

Entonces Moisés dijo a los hijos de Israel: “Miren, Jehová ha llamado por nombre a Bezalel hijo de Urí hijo de Hur, de la tribu de Judá. 31 Y procedió a llenarlo del espíritu de Dios en sabiduría, en entendimiento y en conocimiento y en habilidad para toda clase de artesanía 32 y para diseñar medios útiles, para trabajar en oro y plata y cobre 33 y en trabajo de piedras para engastarlas y en trabajo de madera para hacer ingeniosos productos de toda clase. 34 Y ha puesto en su corazón que él debe enseñar, él y Oholiab hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan. 35 Los ha llenado de sabiduría de corazón para hacer toda obra de artífice y de bordador y de tejedor en hilo azul y lana teñida de púrpura rojiza, en fibra escarlata carmesí y lino fino; y de obrero de telar, hombres que hacen toda clase de obra y que diseñan medios útiles.

36 Y tiene que trabajar Bezalel, también Oholiab y todo hombre de corazón sabio a quien Jehová ha dado sabiduría y entendimiento en estas cosas para saber hacer toda la obra del servicio santo conforme a todo lo que Jehová ha mandado”. 2 Y Moisés procedió a llamar a Bezalel y a Oholiab y a todo hombre de corazón sabio en cuyo corazón Jehová había puesto sabiduría, todo aquel cuyo corazón lo impelió a dirigirse a la obra para hacerla.” (Éxo. 35:30-36:2).

Eso es, que a todos aquellos que voluntaria e incondicionalmente se ofrecieron para la construcción del Tabernáculo, Jehová milagrosamente los capacitó para desarrollar habilidades que no les eran naturales, pues en Egipto eran simples esclavos que hacían ladrillos con paja y barro…… de ahí a la tarea que se les encomendó, nada menos que trabajar en la construcción de la casa de Jehová, obviamente mediaba un trecho; entonces cuanto más será esto así, tratándose de una obra salvadora de vidas y que enfrentará a aquellos que participen en ella, con las mismas fuerzas demoníacas que tratarán de impedirlo. Al grado que alcanzarán dichos poderes en cada cual, no lo sabemos, pero sí se nos asegura en Joel 2:28-29 y como hemos visto, que todos aquellos que participen de la misma y sin excepción, dispondrán de los poderes necesarios para desempeñar la asignación que se le adjudique…… y es que identificarse uno como enviado de Dios, sin poder hacer nada fuera del alcance del hombre normal, muy creíble, aquello que se dice muy creíble ¡la verdad es que no lo es mucho! Y que solo pasaran al nuevo mundo o reino de Dios, aquellos que colaboren expresamente en dicha actividad divulgadora y lo que resultará en que uno tenga que “mojarse” y mostrar claramente al mundo de qué parte está, queda claramente manifestado en la parábola conocida como “de las ovejas y las cabras”, que se halla en Mat. 25:31-46 y en donde Jesús enseñó lo siguiente:

Cuando el Hijo del hombre llegue en su gloria, y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre su glorioso trono. 32 Y todas las naciones serán reunidas delante de él, y separará a la gente unos de otros, así como el pastor separa las ovejas de las cabras. 33 Y pondrá las ovejas a su derecha, pero las cabras a su izquierda.

34 Entonces dirá el rey a los de su derecha: “Vengan, ustedes que han sido bendecidos por mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo. 35 Porque me dio hambre y ustedes me dieron de comer; me dio sed y me dieron de beber. Fui extraño y me recibieron hospitalariamente; 36 desnudo estuve y me vistieron. Enfermé y me cuidaron. Estuve en prisión, y vinieron a mí”. 37 Entonces los justos le contestarán con las palabras: “Señor ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber? 38 ¿Cuándo te vimos extraño y te recibimos hospitalariamente, o desnudo y te vestimos? 39 ¿Cuándo te vimos enfermo, o en prisión y fuimos a ti?’. 40 Y en respuesta el rey les dirá: “En verdad les digo: Al grado que lo hicieron a uno de los más pequeños de estos hermanos míos, a mí me lo hicieron.”

41 Entonces dirá, a su vez, a los de su izquierda: “Váyanse de mí, ustedes que han sido maldecidos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles. 42 Porque me dio hambre, pero ustedes no me dieron de comer y me dio sed, pero no me dieron de beber. 43 Fui extraño, pero no me recibieron hospitalariamente; desnudo estuve, pero no me vistieron; enfermo y en prisión, pero no me cuidaron. 44 Entonces ellos también contestarán con las palabras: Señor ¿cuándo te vimos con hambre, o con sed, o extraño, o desnudo, o enfermo, o en prisión y no te ministramos?” 45 Entonces les contestará con las palabras: “En verdad les digo: Al grado que no lo hicieron a uno de estos más pequeños, no me lo hicieron a mí”. 46 Y estos partirán al cortamiento eterno, pero los justos a la vida eterna.”

O sea, queridos amigos, que estamos por vivir una etapa sin igual en la historia de la humanidad, que siquiera podemos imaginar y que no se repetirá jamás, luego estaríamos hablando de una oportunidad única…… por lo que ¿no creen que vale la pena cualquier esfuerzo para poder estar allí, aunque solo fuera por el inmenso privilegio de haber estado al servicio de los hermanos “más pequeños” de Jesucristo, en todo caso, Hijos del mismísimo Jehová Dios?...... recuerden estas palabras de Jesús, registradas en las Escrituras:

El que les escucha a ustedes (eso es, a sus hermanos), me escucha a mí también. Y el que los desatiende a ustedes, me desatiende a mí también. Además, el que me desatiende a mí, desatiende también al que me envió.” (Luc. 10:16). (Acotación nuestra).

MABEL

No hay comentarios:

Publicar un comentario