sábado, 1 de noviembre de 2014

¿Qué ocurrirá, durante el milenio o reino de Dios?


Una de las enseñanzas más atractivas de la secta de los Testigos de Jehová (lo que no quita sus inmensos errores en otras) y que cautiva a numerosas personas, es aquella en la que se enseña que durante el reinado de mil años en manos de Jesucristo, los sobrevivientes de la “gran tribulación”, más aquellos que se levantarán en la resurrección de los muertos, todos juntos serán llevados a la perfección de la que disfrutaron nuestros primeros padres Adán y Eva antes del pecado (eso es, tanto física como espiritual) y preparados por tanto, para hacer frente al desafío final de Satanás que será soltado de su cautiverio por un breve período de tiempo al término de esos mil años, según Rev. 20:7-10…… y en dónde dependiendo de la respuesta que cada cual dé a la cuestión que en ese momento se va a plantear, se determinará ya de manera definitiva si uno alcanza la vida eterna o por el contrario, la destrucción eterna.

Enseñanza que levanta ampollas entre la inmensa mayoría de teólogos actuales que rechazan tal planteamiento, pero que es la que más se ajusta a lo que se lee en el registro sagrado y sin que ello signifique que desde este blog defendamos a dicha organización religiosa, algo de lo que con toda seguridad, algún lechuguino “iluminado” suelto por ahí nos acusará…… organización a nuestro entender, tan falsa como todas las existentes dentro del ámbito de la “cristiandad”; pero dicho lo cual y ya dejando a esos señores con sus disparadas incongruencias y que no son pocas, veamos qué es lo que se nos cuenta realmente en las Escrituras acerca del tema planteado, empezando con el pasaje al que hemos hecho referencia:

Ahora bien, luego que hayan terminado los mil años, Satanás será soltado de su prisión 8 y saldrá a extraviar a aquellas naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, para reunirlos para la guerra. El número de estos (de los extraviados) es como la arena del mar. 9 Y avanzaron sobre la anchura de la tierra y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada. Pero descendió fuego del cielo y los devoró. 10 Y el Diablo que los estaba extraviando fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde ya estaban tanto la bestia salvaje como el falso profeta; y serán atormentados día y noche para siempre jamás.” (Rev. 20:7-10). (Acotación nuestra).

Pasaje que, como en la totalidad de los que están contenidos en las Escrituras, por reducidos que estos sean, si se analiza con detenimiento se le puede sacar mucho jugo, porque veamos: lo que se nos está diciendo es que “terminados” los mil años del reinado de Jesucristo, el “amigo” de los cuernos (u séase, Satanás) intentará extraviar a “naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra” y con lo que implícitamente se nos está diciendo, que para ese tiempo la tierra estará llena de personas que conformarán naciones y a las que Satanás querrá extraviar; circunstancia esta que a su vez, nos lleva a concluir que dichas personas estarán en una condición aprobada ante su Dios Jehová…… al menos hasta ese momento, pues de lo contrario no habría necesidad alguna de extraviarlas. Se nos dice también, que el número de los “extraviados” es como la “arena del mar”, imaginamos que por lo numerosos y que son destruidos eternamente, pues esto es lo que significa el ser devorado uno por “fuego del cielo” (Judas 7)…… y ahora procedamos a desarrollar estas dos ideas.

En primer lugar, hemos dicho que para ese tiempo la tierra estará llena de personas que cuentan con la aprobación de Dios y lo que nos lleva a preguntarnos lo siguiente: ¿qué ha ocurrido en la tierra, durante ese espacio de tiempo de mil años, para que al final del milenio la tierra esté poblada por miles de millones de personas, en perfecta sintonía con su Creador? Pues sencillamente, lo que el apóstol Pedro denominó como la “restauración” de todas las cosas y expresión que encontramos en Hech. 3:20-21:

“…… y para que él envíe al Cristo nombrado para ustedes, Jesús, 21 a quien el cielo, en verdad, tiene que retener dentro de sí hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo.”

Pasaje en el que si rascas también un poquito, te abre un mundo de información y necesario para entender el propósito de Dios para con la humanidad: fijémonos, por ejemplo, en el hecho de que las cosas a restaurar ya habían sido habladas por Dios “por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo”; luego las cosas objeto de restauración, tienen que estar escritas en el AT y eso es con lo que nos encontramos, cuando buceamos un poco en el mismo y de lo que entresacaremos unas pequeñas muestras de aquello prometido por nuestro Creador, mediante sus voceros en la tierra:

Y ningún residente dirá: “Estoy enfermo”. La gente que more en la tierra constará de los que habrán sido perdonados por su error.” (Isa. 33:24).

En aquel tiempo, los ojos de los ciegos serán abiertos y los oídos mismos de los sordos serán destapados. 6 En aquel tiempo, el cojo trepará justamente como lo hace el ciervo y la lengua del mudo clamará con alegría. Pues en el desierto habrán brotado aguas y torrentes en la llanura desértica. 7 Y el suelo abrasado por el calor se habrá puesto como un estanque lleno de cañas; y el suelo sediento, como manantiales de agua. En el lugar de habitación de los chacales, un lugar de descanso para ellos, habrá hierba verde con cañas y papiros.” (Isa. 35:5-7).

Que su carne se haga más fresca que en la juventud; que vuelva a los días de su vigor juvenil.” (Job 33:25).

Y el lobo realmente morará por un tiempo con el cordero y el leopardo mismo se echará con el cabrito y el becerro y el leoncillo crinado y el animal bien alimentado todos juntos; y un simple muchachito será guía sobre ellos. 7 Y la vaca y la osa mismas pacerán; sus crías se echarán juntas. Y hasta el león comerá paja justamente como el toro. 8 Y el niño de pecho ciertamente jugará sobre el agujero de la cobra; y sobre la abertura para la luz de una culebra venenosa realmente pondrá su propia mano un niño destetado. 9 No harán ningún daño ni causarán ninguna ruina en toda mi santa montaña; porque la tierra ciertamente estará llena del conocimiento de Jehová como las aguas cubren el mismísimo mar.” (Isa. 11:6-9).

Él realmente se tragará a la muerte para siempre y el Señor Soberano Jehová ciertamente limpiará las lágrimas de todo rostro. Y el oprobio de su pueblo quitará de toda la tierra, porque Jehová mismo lo ha hablado.” (Isa. 25:8).

Luego esa “restauración” anunciada, va desde el quitar la enfermedad del ser humano, erradicar totalmente las limitaciones físicas, devolver a los ancianos a la plena juventud, eliminar cualquier peligro que nos pueda causar inseguridad incluso con respecto de nuestros hijos más pequeños, hasta el hacer desaparecer para siempre la muerte de sobre la tierra y cosas que tienen que ver, con la “restauración” física del ser humano y su entorno…… pero también se nos señala una restauración espiritual, cuando en Isa. 11:9 se nos dice que la causa primaria de que las cosas cambien radicalmente para nosotros en todos los ámbitos, tiene que ver con el hecho de que “la tierra ciertamente estará llena del conocimiento de Jehová”. Pero continuando con el desarrollo del pasaje leído de Hech. 3:20-21 y exprimiéndolo un poco más para sacarle todo su jugo, prestemos atención al hecho de que se habla de la “restauración de todas las cosas”, lo que significa el devolver estas a su estado inicial antes del pecado y momento en el que la tierra rebosaba de perfección, tanto física, como espiritual y la muerte no se conocía; pero es que además, lo dicho nos lleva por otros vericuetos que nos dicen que para poder devolver al ser humano a su condición de perfección original y eso en toda su extensión, se precisa de la existencia de un imprescindible acontecimiento para que la mencionada “restauración” realmente se cumpla a cabalidad o “en todas las cosas”, como es el devolver la vida a los muertos en una resurrección…… y esperanza fundamental en el hombre, esperanza que albergaba el propio Job:

¡Oh que en el Seol me ocultaras, que me mantuvieras secreto hasta que tu cólera se volviera atrás, que me fijaras un límite de tiempo y te acordaras de mí! 14 Si un hombre físicamente capacitado muere, ¿puede volver a vivir? Todos los días de mi trabajo obligatorio esperaré, hasta que llegue mi relevo. 15 Tú llamarás y yo mismo te responderé. Por la obra de tus manos sentirás anhelo.” (Job 14:13-15).

Es obvio que este patriarca esperaba ser resucitado en algún momento, siendo significativo el hecho de que cuando Jesús habló de esta resurrección, dijo aquello de “oirán mi voz y saldrán” (Juan 5:28-29) y lo que cuadra perfectamente con la perspectiva futura de Job; por lo que la resurrección de los muertos se convierte en el evento más importante del reino de Dios y directamente relacionado con el sacrificio vicario de Cristo, pues con su muerte “compró” la vuelta a la vida de aquellas personas que a lo largo de la historia de la humanidad, han ido falleciendo como consecuencia del pecado heredado y de ahí, que se le dé el título de “Padre Eterno” en Isa. 9:6…… por lo que si no hay resurrección de los muertos durante el milenio (algo que afirman no pocos indoctos por ahí y que se las van dando de teólogos) y para que con ellos la prometida “restauración” tenga los efectos descritos, ni el sacrificio de Cristo sirve para nada, ni realmente “todas las cosas” serían restauradas, pues se quedarían por el camino los miles de millones de personas fallecidas desde la creación del mundo hasta nuestros días, como consecuencia del pecado heredado y para las que el mencionado sacrifico del Hijo de Dios, carecería de todo sentido, pues no tendría efecto alguno sobre ellos…… y es que si solo un muerto quedara sin resucitar, no solo el sacrificio redentor de la sangre de Cristo se vería obstaculizado, sino que no se podrían cumplir las siguientes palabras:

Y el mar entregó los muertos que había en él y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos……” (Rev. 20:13).

Sin embargo y cómo les hemos dicho, no son pocos los que mantienen posiciones contrarias a este planteamiento de los TJ (solo porque lo dicen estos), mientras que otros, en este caso las denominaciones religiosas derivadas del adventismo, sostienen la disparatada idea de que durante ese espacio de tiempo de mil años, la tierra (supuestamente destruida por el juicio divino) permanecerá derruida y en tinieblas, siendo sus únicos habitantes Satanás y sus demonios que permanecen prisioneros en ella, barruntando su desgracia y esperando el momento en que serán destruidos eternamente al final de dicho periodo de tiempo (para más información sobre este particular, ver nuestro escrito del 14/10/12). Para ello es necesario que antes de iniciar este, se produzca un gran rapto del “personal” creyente conjuntamente con los participantes de la “primera” resurrección de Rev. 20:6. para todos juntos ser llevados al cielo ante la presencia del Divino, ya como gloriosas y perfectas criaturas inmortales, para ser devueltos a la tierra al término de dicho período de mil años…… y ya “todos felices, comieron muchas perdices”.

El problema está, en que aquellos que participen del supuesto “rapto”, sus cuerpos y al igual que ocurre con los participantes de la “primera” resurrección, tienen que ser transformados en inmortales cuerpos perfectos, pues de lo contrario no pueden acceder a la presencia de Dios en el cielo; pero claro, si ello fuera así, los adventistas nos tendrían que explicar donde y cuando, se produce entonces, la mencionada “restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo” de Hech. 3:20-21...... pues esta también tiene que ver con restauraciones físicas, algo innecesario en personas que ya regresan a la tierra al término de los citados mil años, en cuerpos perfectos e inmortales. Pero es que además, si profundizamos un poco más en dicho pasaje, queda claro que la “restauración” prometida tiene que producirse durante ese espacio de tiempo de los mil años, pues esto es lo que se lee en el mismo:

“…… y para que él (Dios) envíe al Cristo nombrado para ustedes, Jesús, 21 a quien el cielo, en verdad, tiene que retener dentro de sí hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo.” (Acotación nuestra).

Y todos sabemos que Jesucristo regresa con sus fieles (Rev. 17:14), precisamente para instalar el reino de mil años de Dios aquí en la tierra…… luego los tiempos de la “restauración” (resurrección incluida) y según el pasaje señalado, inician cuando Cristo regresa a la tierra para tomar el dominio sobre ella y hecho que se produce, repetimos, antes de iniciar el milenio y no al término de este y seguido por todos los “raptados”, como nos afirma esa disparatada enseñanza del sector adventista. Razonamiento que también aplicaría a aquellos que niegan que la resurrección de los muertos se produzca dentro de dicho periodo milenial…… y nos permitimos señalar, que cuando hablamos de resurrección “a secas”, nos referimos a la de los muertos en general y no a la “primera” resurrección de Rev. 20:6 y que solo afecta a aquellos que tienen que reinar con Cristo en el reino de Dios. Luego resumiendo, la “restauración de todas las cosas” (resurrección general incluida) se produce durante el periodo milenial y aplica en todos los extremos señalados, a toda persona que haya vivido en algún momento sobre la tierra, excepto aquellas que hayan sido destruidas por un juicio adverso de Jehová Dios (estas no serán resucitadas) y circunstancia que se ha dado en no pocas ocasiones, algo que mencionaremos más adelante.

Dicho lo cual, veamos ahora la segunda idea planteada y que tiene que ver con aquellas personas que son extraviadas por Satanás, cuando este es soltado de su encierro al término de los mil años; recuerden que hemos señalado que en ese momento la tierra está llena de personas temerosas de Dios y que viven en perfecta armonía con las disposiciones divinas establecidas por Jesucristo y sus gobernantes…… luego ¿a quiénes extravía Satanás? Veamos: las Escrituras nos hablan de un ingente conjunto de personas que sobreviven a la “gran tribulación” final y por lo que entran con vida al reino de Dios, convirtiéndose por ello en los primeros súbditos de este, pero también nos dicen el por qué se les concede este premio:

Y, en respuesta, uno de los ancianos me dijo: “Estos que están vestidos de la larga ropa blanca, ¿quiénes son y de dónde vinieron?”. 14 De modo que le dije inmediatamente: “Señor mío, tú eres el que sabe”. Y me dijo: “Estos son los que salen de la gran tribulación (luego sobreviven a la misma) y han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. 15 Por eso están delante del trono de Dios; y le están rindiendo servicio sagrado día y noche en su templo; y El que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos”.” (Rev. 7:13-15). (Acotación nuestra).

Entonces lo que han hecho estas personas para acceder a tan privilegiada posición de pasar con vida al reino de Dios, es haber ejercido fe en el sacrificio redentor de Cristo (eso es lo que significa el que hayan “lavado” y “emblanquecido” su ropas con la sangre de Cristo) y por tanto, en las promesas del Altísimo Soberano del Universo, Jehová Dios y por lo que, repetimos, pasan a convertirse en los primeros súbditos del reino de Dios y condición que se han ganado a pulso; a continuación de esto y que ya es en donde se empieza a complicar la cosa, inicia la resurrección de los muertos. Y decimos que se empieza a complicar la cosa, porque en dicho grandioso evento y en donde se pone de manifiesto el infinito poder y misericordia de nuestro Creador, se levantan personas de todos los “pelajes”, pues recordemos lo que nos dijo el apóstol Pablo:

“…… y tengo esperanza en cuanto a Dios, esperanza que estos mismos también abrigan, de que va a haber resurrección así de justos como de injustos.” (Hech. 24:15).

Lo que significa, que entre personajes “justos” como los Abraham, Noé, Job, Daniel, Moisés, Daniel, Isaac, Jacob y tantísimos otros que, como ellos, en su momento fueron fieles a Dios, se van a levantar personas “injustas” entre las que estarán aquellas que por diversas circunstancias no conocieron al Dios verdadero y por lo que no pudieron servirle...... pero también muchos delincuentes de más o menos consideración, así como auténticos “pendones verbeneros” que nunca se preocuparon de las cosas de Dios y personas que, en conjunto, tendrán que ser enseñadas en el “conocimiento de Jehová”.

Tarea, en principio, relativamente fácil para dichas personas, pues a diferencia de aquellos que sobrevivan a la mencionada “gran tribulación”, que habrán tenido que “lavar” y “emblanquecer” sus ropas o apariencia ante Dios, con la “sangre del Cordero” en medio de un mundo turbulento y totalmente alejado de Jehová y por ello, en franca oposición a su esfuerzo de acercamiento a nuestro Creador y además, lastrados con la carga del pecado y que para nada ayuda en el empeño (luego se lo han tenido que “currar”), estaríamos hablando de personas que resucitan en una condición de perfección física, en una tierra en condiciones óptimas, sin ningún tipo de presión satánica y, más importante aún, que dichas personas ya resucitan sin la carga del pecado y por lo que les será relativamente fácil el acomodarse a dicha nueva situación. Estas personas y como hemos dicho, serán enseñadas y fortalecidas espiritualmente a lo largo de esos mil años, por las nuevas instrucciones que se proveerán, según se lee en Rev. 20:12:

Y vi a los muertos, los grandes y los pequeños, de pie delante del trono y se abrieron rollos (eso es, nuevas instrucciones). Pero se abrió otro rollo; es el rollo de la vida. Y los muertos fueron juzgados de acuerdo con las cosas escritas en los rollos, según sus hechos.” (Acotación nuestra). (Para más información al respecto, ver nuestro artículo del 07/07/13)

No perdamos de vista el hecho de que los “rollos” que actualmente tenemos a nuestro alcance, son el conjunto de libros que conocemos como la Biblia y que solo tienen el propósito de conducirnos hasta el reino de Dios; cumplida dicha misión y al igual como el AT, cuando en su conjunto cumplió con la comisión de llevar a Israel hasta el Mesías (Gál. 3:24), fue sustituido por el NT y que concluyendo con la Revelación o Apocalipsis nos sitúa a las puertas del reino de Dios, este a su vez también será sustituido por nueva información divina, acorde con la nueva situación en la que se hallará el hombre y con el propósito de fortalecerle espiritualmente para estar en disposición el término de dicho periodo de tiempo, de rechazar el engaño de Satanás. Engaño del que se nos habla en Rev. 20:7-10 y que a modo de curiosidad, permítannos que les hagamos notar que es el único pasaje bíblico en dónde se nos habla de algo que ocurrirá después de finalizado el milenio y de lo que ya se nos empezó a advertir, hace casi 2.000 años, cuando se escribió el mencionado libro. Pero volviendo a los resucitados durante el milenio y sus diferentes actitudes ante el idílico panorama con el que se encontrarán, vemos que si bien ya no tendrán la carga del pecado, si conservarán probablemente actitudes y formas de conducta anteriores, que son las que se intentarán corregir mediante el contenido de los “rollos” mencionados…… pero que algunos más cerriles no se dejarán y algo de lo que ya se nos advierte en las Escrituras:

Aunque se muestre favor al inicuo, simplemente no aprenderá justicia. En la tierra de derechura (el milenio) actuará injustamente y no verá la eminencia de Jehová.” (Isa. 26:10). (Acotación nuestra).

Eso es, que rehusarán reconocer en las bondades del nuevo mundo en el que han sido introducidos y en el hecho de haber sido devueltos a la vida en cuerpos físicamente perfectos, el poder y la majestuosa gloria de Jehová, por lo que continuarán actuando con maldad; pero tales individuos serán destruidos de inmediato, por lo que no se permitirá que alteren la vida y perturben la paz (como ocurre ahora) de aquellos que sí apreciarán dichas favorables circunstancias…… de ahí que se lea en Isa. 65:20, lo siguiente:

Ya no llegará a haber de aquel lugar un niño de pecho de unos cuantos días de edad, ni un viejo que no cumpla sus días; porque uno morirá como simple muchacho, aunque tenga cien años de edad; y en cuanto al pecador, aunque tenga cien años de edad se invocará el mal contra él.”

Lo que nos quieren decir estas palabras y prescindiendo de que las mismas aplicaban a los regresados del destierro en Babilonia hará unos 2.500 años (año arriba, año abajo), cuando las aplicamos al reino de Dios nos transmiten la idea de que dentro del mismo no existirá la muerte como consecuencia del pecado, por lo que uno solo puede ser eliminado por un juicio sumarísimo de Dios y de forma inmediata; de ahí, que la primera parte de dicho pasaje enfatice el hecho de que no habrá niño de pecho ni viejo y prescindiendo de su edad, que no “cumpla sus días”, eso es, como mínimo los mil años decretados por Dios y tener con ello la oportunidad de decidir por su propia vida, en el momento de la suelta de Satanás (Rev. 20:7-10). Por otra parte y ya atendiendo a la segunda parte del pasaje en cuestión, lo que se nos viene a decir y por resumirlo, es que tenga la edad que tenga el pecador, será eliminado al ser invocado el mal contra él: resumiendo, que ya una vez dentro del reino de Dios y prescindiendo de la edad con que uno acceda al mismo (por ejemplo, a los 95 años) ya no se podrá morir, si no es por decreto directo de Dios y como resultado de una impenitente mala actitud.

Pero continuamos sin saber por qué serán muchos los “extraviados” por Satanás al término de los mil años y cuestión que tiene que ver con otra probable conducta por parte del “personal”; porque hemos dicho que la vida en el reino de Dios será indescriptiblemente placentera…… tanto, que muchos de los resucitados se dedicarán más a saborear los placeres de la misma, que dedicarse en cuerpo y alma a documentarse debidamente de lo “rollos” que se abrirán (Rev. 20:12), con miras a la edificación espiritual de los súbditos del reino milenial y en una total falta de aprecio por el alimento espiritual proveniente de Dios y que según Jesús, es el más importante (Mat. 4:4)…… y algo que se da también hoy en día, pues el interés en la Palabra de Dios, la Biblia, está completamente bajo mínimos, cuando el caso es que en esta se explica que hacer para poder salvarse uno de este mundo en total descomposición. En todo caso, alimento espiritual el suministrado por los mencionados “rollos” que dotará adecuadamente a los que se tomen la cosa en serio, para afrontar la cuestión que se pondrá ante todos y cada uno de los habitantes de la tierra, en el momento que finalice el milenio: la cuestión acerca de la Soberanía Universal y que es la que se puso ante Adán y Eva, eso es, si querían ser gobernados por Dios o gobernados por Satanás y en la que estos fallaron miserablemente tal como han demostrado los hechos…… y en la que probablemente también fallarán, todos aquellos que durante el milenio habrán desperdiciado el tiempo, al ocuparse más de las cosas materiales, que de las espirituales.

Porque lo que ocurrirá al término de los mil años del reino de Dios, es tan sencillo como esto: Jehová pondrá ante todo ser humano, la oportunidad y en el uso de su libre albedrío, de poder decidir por sí mismo sobre qué decisión tomar en ese momento tan crucial de la historia de la humanidad y no continuar pagando los “platos rotos” por la decisión que otros, en su momento, tomaron por nosotros y que es lo que está ocurriendo desde que el mundo es mundo; y que al igual que en los tiempos de Adán y Eva, dicha decisión determinará y ya de forma definitiva, el destino final y personal de cada uno: vida eterna para los que elijan lo correcto y destrucción eterna y en este caso inmediata, de aquellos que se decanten por lo incorrecto…… y que la experiencia, amarga experiencia soportada por milenios, nos muestra que la elección de nuestros primeros padres no fue la correcta.

Por lo tanto, nada que tenga que ver con la tontería que algunos “enteradillos” están proponiendo, en el sentido de la barbaridad que significa que si ya hemos sido “probados” en vida, tanto personajes fieles del AT, como aquellos que sobrevivan a la “gran tribulación”, de nuevo se nos tenga que “poner a prueba” durante el periodo milenial, como si no hubiera habido bastante con lo que estas personas ya pasaron o han pasado en sus respectivas épocas. Planteamiento que no hace más que poner “en solfa” el entendimiento de las Escrituras por parte de esos “entendidos”, pues de entrada el reino de Dios no será más que la demostración práctica y tangible de los beneficios de ser gobernados por nuestro Creador, en total contraste con lo que ha sido la amarga historia de la humanidad, bajo la sujeción de Satanás (Luc. 4:5-7).

De ahí que lo que ocurrirá al término de esos mil años de ensueño, será sencillamente que al ser humano se le permitirá elegir libremente de entre dos tipos de gobernación, la que más le convenga; cierto es, que el “mandangas” ese de los cuernos, intentará extraviar al “personal” para que este acepte su propuesta y con bastante éxito, todo sea dicho…… pero no es menos cierto y algo de lo que no hemos leído en ninguna parte (por lo que estaríamos hablando como tantas otras veces, de una “novedad” que incorporamos desde este blog al panorama general), que solo lo podrá hacer por medio de la mentira, pues el hombre ya restaurado será tan poderoso como lo era Adán antes del pecado y por lo que Satanás no podrá presionarnos mediante la amenaza o el miedo. De hecho, no podrá tocarnos ni un pelo, como no lo pudo hacer en el caso de nuestro primer padre (algo que sí lo ha practicado con la humanidad a lo largo de su deleznable gobernación) y por lo que tuvo que recurrir a la mentira; por lo que uno, solo con no hacer caso a los “cantos de sirena” de tan repugnante personaje y pasar olímpicamente de él (otra “novedad” que introducimos en el asunto), ya calificará para la vida eterna…… mientras que aquellos que se dejen extraviar por dichas mentiras (no por acoso físico, pues repetimos, Satanás no nos podrá tocar un solo pelo), tendrán todos los boletos en el sorteo para la destrucción eterna.

Y esta es la “terrible prueba” que nos espera al final del milenio, a aquellos que ciframos nuestra esperanza en las promesas de nuestro Creador, según “falsos maestros” (2 Ped. 2:1) actuales y que en un claro desconocimiento escritural, pretenden tergiversar su contenido y poniendo con ello el miedo en el cuerpo del “respetable” con absurdas y disparatadas afirmaciones. Cuando la realidad, es tan simple como que si todos aquellos que a día de hoy y en tiempos pretéritos, somos y fueron fieles a Dios (cada uno en sus particulares circunstancias), continuamos durante el milenio firmes en esta posición y cosa infinitamente más fácil que ahora, por las favorables condiciones en que allí se vivirá, ya tenemos la vida eterna asegurada, sin ningún tipo de complicación…… otra cosa ya es, que mil años son muy largos y como hemos señalado, quizás alguno se empiece a relajar un poquito ante la buena vida que se disfrutará allí y a pensar, en cuanto a la nutrición espiritual, aquello de “ya lo haré mañana” y al final, le pille el toro. Razón por lo que no se puede olvidar, que aquella máxima de “tienes que amar a Jehová tu Dios (no a la comodidad o bienestar) con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu fuerza vital” (Deut. 6:5), no tiene fecha de caducidad…… recordemos que el número de los extraviados por Satanás será numeroso “como la arena del mar” y por lo que hay que pensar, que en algo habrá fallado tanto “personal”.

Resumido brevemente, la cosa será como sigue: los sobrevivientes de la “gran tribulación” serán devueltos a la perfección, tanto física como espiritual; se producirá la resurrección de los muertos de todas las épocas de la historia de la humanidad y que experimentan igual transformación (nada que ver esta resurrección con la mencionada en Rev. 20:6 y que se produce tres años y medio antes de que inicie el milenio), excepto aquellos destruidos por Dios en juicio sumarísimo, tales como en el caso del diluvio de los día de Noé, o en el caso de Sodoma y Gomorra, o los Coré, Datán y Abiram y sus seguidores que resistieron a Moisés, entre otros ejemplos. Por otra parte, se abrirán nuevas fuentes de información para fortalecernos espiritualmente y hacernos inmunes a las futuras maquinaciones del Diablo, mientras comprobamos de primera mano los inmensos beneficios de vivir bajo la gobernación de nuestro creador, Jehová Dios…… quién dentro de ese orden actúe con un mínimo de corrección, se mantendrá en la “pomada”, mientras que el que haga “el burro” de forma sistemática, será destruido de inmediato.

Con todos los objetivos conseguidos y llegados al término de los mil años, ya como perfectos seres humanos a la manera de Adán, será soltado Satanás y que por medio de mentiras procurará entrampar al “personal”, pues ya no podrá usar la violencia física contra nosotros (como no lo pudo hacer con Adán) y por lo que solo pasando olímpicamente de él, eso es, no hacer caso de sus propuestas engañosas y que es lo que simplemente se esperaba de nuestros primeros padres, uno ya tendrá plaza asegurada para la vida eterna. Y esta es toda la historia de lo que ocurrirá durante los mil años del reino de Dios, en manos de su Hijo Jesucristo y su conclusión final…… fácil, entendible y atractivo ¿no creen?

MABEL


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