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jueves, 4 de junio de 2015

¿De qué “paraíso” nos habla Pablo…… en 2 Cor. 12:4?


Las Escrituras o La Biblia, como ustedes prefieran, inician con una historia que tiene que ver con los orígenes del ser humano en la tierra y conocida en casi todo el mundo cristiano (aunque muchos son los llamados “cristianos” que la considera un mito), en la que se nos relata que nuestros primeros padres, Adán y Eva, tuvieron como primera residencia lo que se ha dado en llamar “el paraíso” y que posteriormente perdieron, debido a la desobediencia al mandato impuesto por su Creador. Y ya saben ustedes de que va la historia: que si el “arbolito” del que no se podía comer; que si el pendón “verbenero” de Satanás enredando por allí; que si el “gusanillo” plantado por dicho sujeto en la mente de la curiosa Eva; que si no comes tú; que si nos han dicho que no comamos; que si solo es un “mordisquito” de nada; que no Eva, que se nos va “a caer el pelo”; que si ya no me quieres como antes…… y todas esas cosas con las que se encuentra un hombre cuando tiene una mujer a su lado. En definitiva, que al “calzonazos” de Adán le pudieron más las curvas de la fémina, que la advertencia de Jehová acerca de las fatales consecuencias de comer el fruto del dichoso “arbolito”…… ¿o de dónde se creen ustedes, entonces, que salió ese dicho tan español (perdonen lo escatológico del mismo) de que “tiran más dos tetas, que dos carretas”? Ya se sabe, por otra parte, que a la mujer se la llama el sexo “débil” porque es la “debilidad” del hombre y hecho que quedó claramente constatado, en lo ocurrido en ese paraje idílico identificado en las Escrituras, generalmente, como “el jardín de Edén”…… en todo caso, se montó la que se montó y aquí estamos sus descendientes “con estos pelos”, sufriendo las consecuencias de los devaneos de nuestros primeros padres con el “arbolito” de marras.

Ya poniéndonos en plan más formal (habrá que echarle un poco de “alegría” al asunto), lo que quizás no saben muchos miembros de la cristiandad, es que la coloquial expresión “paraíso” se deriva del griego “pa•rá•dei•sos” y que no significa otra cosa que un jardín o un parque hermoso y bien cuidado, llamado también “jardín de Dios” ya que Éste lo plantó, o bien “jardín de Edén” en referencia a su lugar de ubicación (Ezeq. 28:13). Jardín o huerto (como también vierten algunas traducciones), que aparte de su belleza se caracterizaba porque en él solo existía la perfección, tanto en la flora como en la fauna, eso es, el llamado medioambiente y por supuesto, en el propio hombre; por lo que en ese momento éste no conocía ni de enfermedades, ni de vejez, ni de la muerte que nos azotan desde el momento en el que se produjo el pecado…… en cualquier caso, jardín de perfección, del que nuestros primeros padres fueron expulsados por su desobediencia. Luego cuando hablamos de retornar al paraíso, no estamos hablando de algo místico o sobrenatural y ubicado en las regiones celestiales, sino sencillamente de un retornar de la tierra y todo lo que esta contiene, a la condición de total perfección que existía dentro de ese “terruño” situado en lo que hoy conocemos como Oriente Medio (concretamente y según expertos en el tema, más o menos en el espacio de terreno en el que hoy confluyen las fronteras colindantes de las actuales Turquía, Irán e Irak) y en el que fueron creados nuestros primeros padres y del que fueron posteriormente expulsados.

Por lo que no hay que deificar el término “paraíso” y que es lo que hacen muchos, pues este no era más que el modelo de lo que se pretendía llegara a ser toda la tierra…… luego queda claro que lo mollar del asunto está en la mencionada condición de total perfección que reinaba en dicho entorno y cuyo máximo exponente era el ser humano; de hecho, ese término “paraíso” como referencia a ese entorno de perfección solo aparece tres veces en las Escrituras, mientras que el resto de ocasiones en las que se alude a dicho enclave, se lo menciona como “el jardín de Dios” o el “jardín de Edén”. La primera de ellas la encontramos en Luc. 23:42-43, en donde un Jesús agonizante respondía a la petición que un malhechor ajusticiado a su lado, le acababa de formular:

Y pasó a decir: “Jesús, acuérdate de mí cuando entres en tu reino”. 43 Y él le dijo: “Verdaderamente te digo hoy: Estarás conmigo en el paraíso.”

Parece obvio, entonces, que el Hijo de Dios y que algo sabría del asunto, en su respuesta estableció con claridad que el reino venidero de Dios es consustancial con la instauración del paraíso y por lo que las dos cosas venían a ser lo mismo o, como se suele decir coloquialmente, que eran las dos caras de una misma moneda; tanto es ello así, que la idea que existía en tiempos de Jesús acerca de dicho paraíso y supuestamente conocida por el malhechor en cuestión (de lo contrario no se entendería su petición), tenía que ver con un lugar o entorno físico, sin enfermedades, vejez o muerte y donde en un futuro los hombres volverían a vivir en paz y felicidad (Sal. 37:11), hasta que llegara el día final y en el que Dios juzgará a todos…… y poder estar en ese lugar, era lo que le pedía el malhechor al Hijo de Dios y al que éste tranquilizó, con las palabras del pasaje citado.

Otro lugar donde nos encontramos con la expresión “paraíso” es en 2 Cor. 12:4 y en palabras del apóstol Pablo:

“…… que fue arrebatado al paraíso y oyó palabras inexpresables que no le es lícito al hombre hablar.”

Ya en tercer lugar, el que encontramos en Rev. 2:7 y en dónde se lee como sigue:

El que tenga oído, oiga lo que el espíritu dice a las congregaciones: Al que venza, le concederé comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios.”

Y dado que el significado de este último pasaje tiene menos que ver con lo que pretendemos plantear (realmente, solo establece la idea de la inmortalidad de la que gozarán aquellos que tienen que reinar con Cristo), vamos a centrarnos en el segundo de los mencionados y que es utilizado por algunos que se las dan de “teólogos”, para apoyar la disparatada idea de que contrario a la promesa del Hijo de Dios al malhechor que agonizaba a su lado y en el sentido de que estaría en el paraíso en que sería convertida la tierra durante su reinado de mil años, afirman que dicho paraíso no será restaurado durante dicho período milenial, sino al término de este…… y que por lo tanto, el paraíso del que le hablo Jesús a su compañero de agonía, tenía que referirse a uno que supuestamente estaba ya en ese mismo momento en el cielo y que al término del reinado milenario de Cristo “descendería” a la tierra y con él su contenido, eso es, todos aquello que en el mismo ya estuvieran residiendo, como sería el caso del malhechor en cuestión si ello fuera realmente así. Y para demostrar la “veracidad” de semejante disparate (ya hay que tener “redaños” para formular semejante planteamiento), señalan al texto de 2 Cor. 12:4 ya mencionado y en el que Pablo hace referencia a un “paraíso” supuestamente situado en el cielo y al que él había sido llevado en una visión…… pero como para entender lo que realmente dijo Pablo en esa porción de su segunda carta, precisamos del contexto en el que colocó sus palabras, leeremos de ese capítulo 12 mencionado, los versos del 1 al 7:

Tengo que jactarme. No es provechoso; pero pasaré a visiones y revelaciones sobrenaturales del Señor. 2 Conozco a un hombre en unión con Cristo que, hace catorce años —si en el cuerpo, no lo sé, o fuera del cuerpo, no lo sé, Dios lo sabe— fue arrebatado como tal hasta el tercer cielo. 3 Sí, conozco a tal hombre —si en el cuerpo o aparte del cuerpo, no lo sé, Dios lo sabe— 4 que fue arrebatado al paraíso y oyó palabras inexpresables que no le es lícito al hombre hablar. 5 De tal hombre me jactaré, pero no me jactaré de mí mismo, salvo en cuanto a mis debilidades. 6 Porque si alguna vez quiero jactarme, no seré irrazonable, pues diré la verdad. Pero me abstengo, para que nadie me acredite con más de lo que ve que soy u oye de mí, 7 simplemente debido al exceso de las revelaciones (o de las muchas de las que había sido objeto, de parte de Jesucristo).” (Acotación nuestra).

Un error del que parten esos “teólogos” mencionados y que les impide el tener una idea clara de lo que el apóstol estaba explicando, es entender que esa expresión “arrebatado hasta el tercer cielo”, significa que Pablo estaba hablando de cielos superpuestos existentes en el ámbito celestial, e idea que procede del punto de vista de los primitivos rabinos judíos y que afirmaban que habían diferentes niveles en el cielo (hasta un total de “siete cielos” o estratos)…… sin embargo, la realidad es que este punto de vista no tiene ningún apoyo en las Escrituras y por lo que Pablo no podía estar hablando de eso, sino que tenía que estar hablando de otra cosa. Porque cuando en las Escrituras se nos habla de “los cielos”, no se habla de estos como si tuvieran un progresión lineal subdividida en diferentes plataformas o niveles, sino de tres supuestos y que el contexto en el que se encuentra la expresión citada, es el que nos determina si se está hablando del “cielo” que está en la expansión atmosférica de la tierra, del “cielo” del espacio interestelar o del “cielo” como referencia al ámbito de lo espiritual.

De lo expuesto tendríamos que concluir, que en este caso la expresión “tercer cielo” se usaría probablemente para indicar el grado extremo de arrobamiento al que estuvo sometido Pablo en esta visión y ante la magnificencia de lo que le fue mostrado…… al respecto tenemos que resaltar y algo que corroboraría nuestro razonamiento, como ya en las mismas Escrituras ciertas palabras y expresiones se repiten tres veces en pasajes como Isa. 6:3, o Ezeq. 21:27, o Juan 21:15-17 y en Rev. 4:8, con el único propósito de intensificar cierta cualidad o idea y como parece ser en el caso del apóstol. Por tanto, se debería de entender que es lo mismo decir “Santo, Santo, Santo es Jehová”, que decir que Jehová es “tres veces Santo”…… más o menos la cosa es así y para que se vaya entendiendo la expresión de Pablo; de hecho, cuando alguien dice estar en el “tercer cielo”, a nadie se le ocurre pensar que está hablando de un “lugar” determinado, sino que lo que está haciendo es manifestar un “estado” de placer y agradabilidad más allá de lo que es capaz de explicar y lo que nos da una idea de lo que Pablo quería dar a entender.

Establecido este principio y sustentado por el hecho de que en las Escrituras se hace referencia al paraíso, como de un huerto o jardín que Dios plantó en Edén, o sea, en esta tierra que pisamos todos los días, para extenderlo por todo el orbe (material y no espiritual) y como lugar de morada para el ser humano (Sal. 115:16), no se entendería la existencia de “otro” paraíso en los cielos, máxime cuando en el plano espiritual no tiene cabida lo material ¡vamos, que en el cielo no se pueden plantar lechugas y por aquello de decir algo! Luego queda claro, que la expresión de Pablo en el sentido de haber sido llevado a un “tercer cielo”, no significa otra cosa que pasó por un momento de arrobamiento más allá de lo imaginable y del que él mismo siquiera era capaz de asimilar…… pero en todo caso ¿de cuál paraíso, nos hablaba el genial Pablo? Pues sencillamente, del paraíso ya restaurado en la tierra (recordemos que estamos ante una visión sobrenatural), eso es, que en una visión fue trasladado al futuro y en el momento en que el paraíso ya dominaba la tierra; y es que al igual que a Juan se le mostró en visión las cosas que había en los cielos (Rev. 4:11), así como imágenes secuenciales de cosas que tenían que suceder siglos después de ser escritas, a Pablo se le concedió una visión de lo que sería el paraíso ya restaurado en la tierra y lo que en él se producirían. Noten que el apóstol hace mucho hincapié en el hecho de haber recibido “revelaciones” sobrenaturales, eso es, que le fueron mostradas cosas que en un futuro llegarán a ser aquí en la tierra y como es en el caso de la restauración de la condición paradisíaca a la que volverá el hombre durante el reinado milenario de Cristo en ésta…… y cuestión que ya nos lleva a Hech. 3:20-21:

“…… y para que él envíe al Cristo nombrado para ustedes, Jesús, 21 a quien el cielo, en verdad, tiene que retener dentro de sí hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo.”

Las cosas de que habló Jehová Dios “por boca de estos profetas de tiempo antiguo” y que según el pasaje leído, tienen que ser restauradas a partir del momento en sea instaurado el reino, son las siguientes y según les hemos reseñado en artículos anteriores…… pero que no está nada mal el recordarlas, por aquello de refrescar la memoria y en las que encontramos, por ejemplo, la restauración física del hombre tal cual era en el paraíso de Adán y Eva:

En aquel tiempo (eso es, a partir del momento en que Jesucristo tome posesión del gobierno del reino de Dios) los ojos de los ciegos serán abiertos y los oídos mismos de los sordos serán destapados. 6 En aquel tiempo el cojo trepará justamente como lo hace el ciervo y la lengua del mudo clamará con alegría...”. (Isa. 35:5-6a). (Acotación nuestra).

También se nos habla del recobro de nuestro entorno medioambiental, incluyendo los parajes más extremos y devolviendo con ello, el planeta a una anterior condición paradisíaca:

“… pues en el desierto habrán brotado aguas y torrentes en la llanura desértica. 7 Y el suelo abrasado por el calor se habrá puesto como un estanque lleno de cañas; y el suelo sediento, como manantiales de agua. En el lugar de habitación de los chacales, un lugar de descanso para ellos, habrá hierba verde con cañas y papiros.” (Isa. 35:6b-7)

Restauración que no sería total, sin la eliminación de las enfermedades:

Y ningún residente dirá: “Estoy enfermo”. La gente que more en la tierra constará de los que habrán sido perdonados por su error (recordemos que las enfermedades son resultado del pecado heredado).” (Isa. 33:24). (Acotación nuestra).

Por otra parte, tampoco podríamos hablar de restauración de las condiciones existentes en el paraíso original, si no fuera eliminada la vejez que tanto nos limita y antesala de la muerte:

Que su carne se haga más fresca que en la juventud; que vuelva a los días de su vigor juvenil.” (Job 33:25).

Pero que todo lo dicho quedaría en nada, si no fuera eliminada la muerte y que tampoco existía en el principio:

Él realmente se tragará a la muerte para siempre (eso es, la muerte como tal dejará de existir) y el Señor Soberano Jehová ciertamente limpiará las lágrimas de todo rostro (causadas fundamentalmente por el dolor ante tan luctuoso suceso). Y el oprobio de su pueblo quitará de toda la tierra, porque Jehová mismo lo ha hablado.” (Isa. 25:8). (Acotaciones nuestras).

Cumplimiento cabal de ese “tragarse la muerte”, que no sería tal si los muertos no fueran devueltos a la vida y restaurados a las condiciones existentes en el “jardín” o “huerto de Dios”, mediante lo que conocemos como la “resurrección de los muertos”:

Tus muertos vivirán. Cadáver mío... se levantarán. ¡Despierten y clamen gozosamente, residentes del polvo! Porque tu rocío es como el rocío de malvas y la tierra misma dejará que hasta los que están impotentes en la muerte caigan en nacimiento (eso es, que vuelvan a la vida mediante una resurrección).” (Isa. 26:19). (Acotación nuestra).

Todo este conjunto de cosas, la restauración física, la eliminación de las enfermedades, la restauración del medio ambiente, el devolver al hombre la juventud interminable, el eliminar la muerte y el devolver la vida a los que han sido afectados por esta y que es solo una parte de “las cosas” a restaurar, son las que fueron dichas por Jehová Dios por “boca de sus santos profetas de tiempos antiguos” (a ocurrir, repetimos, a partir del momento en que Jesucristo empiece su reinado de mil años) y que en su momento hicieron de esa porción de tierra preparada por el Altísimo para el primer hombre, un “paraíso” o “jardín de placer”.

No obstante y volviendo a las palabras de Pablo en 2 Cor. 12:1-7, alguien nos podría argumentar que lo dicho en el verso 4 de dicho pasaje, pone un poco en entredicho el que realmente el apóstol al hablar del “paraíso” en esa visión o revelación que le fue dada, se refiriera a que en dicha visión fue transferido (en el cuerpo, o fuera de él) a un paraíso “ya restaurado” en la tierra y como nosotros sostenemos, sino que más bien parece que, efectivamente, Pablo estaba hablando de otra cosa, pues veamos qué es lo que se nos dice en dicho verso 4:

“…… que fue arrebatado al paraíso y oyó palabras inexpresables que no le es lícito al hombre hablar.”

Claro, visto así y desde una posición limitada en cuanto a entendimiento escritural, como es el caso de muchos “expertos” en la materia, cualquiera podría entender que no estaríamos hablando de un lugar que fuera habitable por el hombre (ya que lo que allí se decía no le era lícito a éste hablar), luego tendríamos que estar hablando de otra cosa y que muy bien pudiera ser un paraíso temporalmente establecido en el cielo…… pero claro, cuando empiezas a “rascar” un poquito te das cuenta de que ese paraíso del que hablaba Pablo era la reedición del mismo paraíso que había estado en el principio en la tierra y que merced al pecado, desapareció de sobre ella, porque veamos: la pregunta sería ¿si para el hombre las expresiones que allí se oyeron, eran inexpresables (presumiblemente tan elevadas en pureza que eran inentendibles para este), porque Pablo las oyó, las entendió y de ahí que pudiera decir que no le era propio o “lícito” y por usar el mismo término, al ser humano el hablar de ellas? Dicho de otra manera, que el hombre común no estaba preparado para entenderlas ni ponerlas en su boca; y decimos “hombre común” porque Pablo no era un hombre común, sino que tenía la condición de Hijo de Dios, por tanto el alcance espiritual suficiente como para poder escuchar, entender, aunque no revelar, lo que oyó en ese entorno…… y lo que nos lleva a la segunda cosa que tiene que ser restaurada y de la que muy pocos hablan, pero que es la fundamental y también la más complicada; porque si bien hemos expuesto acerca de la restauración física unos párrafos atrás y que es de la única que nos hablan los profetas, queda pendiente la restauración espiritual y que como hemos señalado, es algo más “complicadilla”.

Y es algo más “complicadilla” que la restauración física, porque mientras esta depende exclusivamente del infinito poder de Jehová Dios, al igual que la resurrección de los muertos, la restauración espiritual dependerá única y exclusivamente de lo que cada uno decida hacer durante esos mil años de gobierno teocrático y cuestión que nos lleva de nuevo a 2 Cor. 12:4, en donde Pablo, recordemos, nos habla de las cosas “inexpresables” o “inefables” (que no se pueden expresar con palabras) que oyó en ese entorno durante su visión de un paraíso ya restaurado y, por tanto, fuera del alcance del hombre imperfecto…… pero entonces ¿en dónde encajaría esa información acerca de una futura restauración “espiritual” en las actuales Escrituras, teniendo en cuenta que su contenido tiene que ver fundamentalmente con las cosas a ocurrir en este “terruño” de nuestras entretelas, eso es, en la tierra y supuestamente, llevada a cabo con hombres manchados por el pecado? Pues sencillamente en algo que leemos en Rev. 20:12 y que tiene que ver con lo siguiente:

Y vi a los muertos, los grandes y los pequeños, de pie delante del trono y se abrieron rollos. Pero se abrió otro rollo; es el rollo de la vida. Y los muertos fueron juzgados de acuerdo con las cosas escritas en los rollos según sus hechos.”

La pregunta es ¿qué son esos “rollos”? De entrada, decir que esos “rollos” no son y a diferencia de lo que dicen algunos indocumentados sueltos por ahí, “nuevas leyes” a añadir a las dadas a Moisés (parece que quienes defiende semejante disparate, se les olvida lo dicho en Col. 2:14), sino que son nueva información que se abrirá de parte de Jehová Dios por medio de su gobernación real establecida en la tierra, para conseguir la restauración espiritual mencionada que se llevará a cabo a lo largo de esos mil años con aquellos que sobrevivirán a la “gran tribulación” y con aquellos que posteriormente irán resucitando, algo que se corresponde con lo que se lee en Rev. 7:17:

“…… “porque el Cordero, que está en medio del trono, los pastoreará y los guiará a fuentes de aguas de vida. Y Dios limpiará toda lágrima de los ojos de ellos”.”

Tal “pastorear” y “guiar”, se hará por medio de esa nueva información que nos será dada en los citados “rollos” y en la que uno se tendrá que aplicar durante su estancia en el milenio para poder sacar el máximo rédito posible de los tales, pues de ello dependerá el que uno alcance la vida eterno…… o no; pero veamos un ejemplo de lo que queremos transmitir con nuestro planteamiento: a partir del pecado, Jehová Dios maniobró para que fuéramos “guiados” hasta el mismo umbral del reino de Dios, mediante los “rollos” que conocemos actualmente y a los que llamamos La Biblia; esta información no nos fue dada directamente por Jehová, sino mediante ángeles que la transmitieron a humanos imperfectos escogidos por Dios. Y una vez dicha información entró en el ámbito humano, estos ya la pudieron transmitir a sus congéneres de forma que pudiera ser entendida...... o dicho de otra manera, Jehová Dios transmitió una idea a personas escogidas y a las que permitió asimilarla, para que estos la bajaran ya al plano de la imperfección humana y nos fuera entendible al resto del “personal”.

No olvidemos un detalle que nos permitirá acabar de ver el panorama completo, como es el de que cuando el ser humano fue expulsado del “jardín de Dios”, no solo fue erradicado de ese lugar físico, sino que fue totalmente repudiado por Jehová Dios y apartado de Su Presencia sin solución de continuidad y por ello condenado a muerte eternamente, como se nos expone claramente en el Sal. 49:7-9:

“…… ni uno de ellos puede de manera alguna redimir siquiera a un hermano, ni dar a Dios un rescate por él; 8 y el precio de redención del alma de ellos es tan precioso que ha cesado hasta tiempo indefinido, 9 para que todavía viva para siempre y no vea el hoyo.”

Recordemos que lo que se había perdido era una vida perfecta y según la ley de Dios (Éxo. 21:23-24), para recuperar dicha condición había que pagar un precio equivalente, eso es, otra vida humana perfecta y lo que hacía del precio algo totalmente impagable, pues los descendientes de Adán al nacer bajo el pecado, por tanto “imperfectos”, quedaban por debajo de lo exigido y lo que colocaba al ser humano “hasta tiempo indefinido”, eso es, por toda la eternidad, como reo de muerte…… a menos, claro está, que el propio Dios Altísimo interviniera y que, en su infinita misericordia hacia la descendencia del pecador Adán, eso es precisamente lo que hizo y que en las Escrituras se nos razona de la siguiente manera:

Porque tanto amó Dios al mundo (los descendientes de Adán) que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido (pues ese era el miserable final que esperaba al ser humano, sin la intervención divina), sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16). (Acotaciones nuestras).

Sustancial diferencia y algo que jamás el ser humano le podrá agradecer suficientemente a su Creador y que según las Escrituras, excede por mucho a lo imaginable para el hombre, el grado de su amor, justicia, poder, sabiduría y misericordia hacia nosotros, excelsas cualidades que siempre usa a nuestro favor (Rom. 8:28).

Pero volviendo a lo de los “rollos” mencionados, recuerden que hemos dicho que la Biblia es el conjunto de “rollos” que como un todo conforman lo que también conocemos como las Escrituras y que Jehová preparó para que nos guiaran hasta las puertas del reino de Dios; conseguido dicho objetivo, es del todo razonable que a partir del momento en que se entre en dicho espacio temporal, se nos de nueva información (la Biblia actual ya cumplido su propósito, habrá quedado obsoleta) que nos prepare para llegar al final de los mil años y enfrentar la prueba que determinará finalmente si uno accede a la vida eterna o, por el contrario, es destruido eternamente (Rev. 20:7-10). Luego los “rollos” que se nos mencionan en Rev. 20:12, no son más que una forma de “nueva biblia” que se nos dará, para que nos guie hasta la consecución de la vida eterna, como la actual nos guía hasta la puerta de acceso al reino de Dios y con las mismas consecuencias que nos deparará el final de este sistema de cosas.

Porque aquellos que no hayan aprovechado la información contenida en los “rollos” actuales para sortear los obstáculos que Satanás nos pone en el camino y poder acceder al reino de Dios, sencillamente serán destruidos en el día del juicio divino durante la “gran tribulación”…… de igual manera, aquellos que durante el reinado de mil años no se hayan preparado lo suficiente, eso es, que hayan prestado más atención a disfrutar de las bondades del paraíso y dejando a un lado el instruirse adecuadamente (más o menos y salvando las distancias, lo que hace el general de las personas hoy en día) y lo que tiene que ver con la “restauración” espiritual y fundamental para resistir a Satanás en su ataque final, serán las extraviadas por este y destruidas eternamente…… pero cuestión, como hemos señalado, que ya no depende de Jehová Dios, sino de uno mismo y al igual que ahora; pero veamos cómo se nos expone la cuestión:

Él te ha dicho, oh hombre terrestre, lo que es bueno (eso es, aquello que nos ayudará a alcanzar la meta, actualmente mediante Su Palabra, la Biblia). ¿Y qué es lo que Jehová está pidiendo de vuelta de ti (para darnos la vida eterna), sino ejercer justicia, amar la bondad y ser modesto al andar con tu Dios?” (Miq. 6:8). (Acotaciones nuestras).

Luego lo que Jehová Dios hace es poner a nuestro alcance los medios necesarios (eso es, el consejo contenido en los “rollos” y un entorno favorable, sin la interposición satánica), para alcanzar la restauración espiritual que permitirá al “personal” enfrentar a Satanás con solvencia y alcanzando con ello la tan ansiada vida eterna; ya cada uno en su libre albedrío, tendrá que decidir qué hacer con esos medios, aprovecharlos o no y algo que quedará puesto de manifiesto cuando sea soltado Satanás al término de los mil años, en los que muchos se contarán entre aquellos que serán “extraviados” (Rev. 20:8) y arrojados al “lago de fuego” o destrucción eterna, por no haber aprovechado el tiempo. No pasemos por alto el hecho y que nos habla de este peligro en el que muchos incurrirán (la desidia mostrada sobre su restauración espiritual), que la advertencia del peligro de la suelta de Satanás, nos ha sido dada casi 3.000 años antes de que se produzca dicha suelta: los casi 2.000 que llevamos desde que esta advertencia fue puesta por escrito (año 96 del primer siglo), más los 1.000 del reino de Dios hasta que se cumpla…… ¡no será por falta de tiempo!

Es cierto que alguien nos podría salir con aquello de que las cosas que se decían en el paraíso “visitado” por Pablo no eran lícitas para el ser humano y que lo que va a entrar en el reino de Dios son, precisamente, seres humanos y con lo que estaríamos en las mismas; podrían añadir incluso, que si bien la Biblia nos fue interpretada por hombres elegidos para poner a nuestro alcance su significado, lo que en ese reino de Dios sucederá con la información de esos nuevos “rollos” vendrá directamente de Dios por medio de Su Hijo Jesucristo y lo cual esta continuaría siendo inalcanzable en su entendimiento y como señaló Pablo, con lo cual quién eso dijera no estaría falto de razón. Solo que tenemos un nuevo factor que desbarata dichas objeciones: porque aquellos que sobreviviendo al período de la llamada “gran tribulación” entren con vida al reino de Dios, automáticamente les aplica el sacrificio redentor de la sangre de Cristo y con lo que les es borrado su pecado (Isa. 33:24) y que hemos dicho es la barrera que se interpone entre el Creador y su creación, el hombre…… salvada esta, el hombre ya estará en disposición de entender y aplicar en su vida esa información salvadora contenida en esos nuevos “rollos” y que, debidamente aprovechada, dará el pasaporte directo a la vida eterna.

Y todo eso, queridos amigos que nos leen, es más o menos lo que se esconde detrás de las palabras de Pablo en ese pasaje de 2 Cor. 12:1-7 y que desbaratan el disparate promulgado por algunos que se las dan de “teólogos”, en el sentido de que el paraíso prometido por Jesús al malhechor que moría a su lado, era uno que estaba en el cielo y al que (según supuesta promesa del Hijo de Dios), sería llevado dicho personaje en ese mismo día; paraíso y según dicho indoctos, que bajará al término de los mil años de gobierno teocrático en la tierra y momento en que se produciría la “restauración” de la que se nos habla en Hech. 3:20-21…… y que como salvajada no está nada mal. En todo caso y para quién así piense, la pregunta que procede es la siguiente: siendo ello así ¿cómo se explica, entonces, la existencia de un libro que gira alrededor y como elemento fundamental de dicha existencia, de ese período de tiempo y que llamamos “el reino de Dios”? Luego ¿de qué restauración a ocurrir en el momento del regreso de Cristo a la tierra, se nos habla en Hech. 3:20-21?

Bien, lamentando no tener la suficiente capacidad para hacer más correcta y con ello más entendible nuestra exposición (¡algo tendrá que poner la “parroquia” de su parte!), aquí lo dejamos nosotros y quedamos a la espera que alguno de entre esos “genios” de la teología que proponen dicho planteamiento, nos respondan a esas cuestiones…… si es que pueden ¡claro!

MABEL


sábado, 1 de noviembre de 2014

¿Qué ocurrirá, durante el milenio o reino de Dios?


Una de las enseñanzas más atractivas de la secta de los Testigos de Jehová (lo que no quita sus inmensos errores en otras) y que cautiva a numerosas personas, es aquella en la que se enseña que durante el reinado de mil años en manos de Jesucristo, los sobrevivientes de la “gran tribulación”, más aquellos que se levantarán en la resurrección de los muertos, todos juntos serán llevados a la perfección de la que disfrutaron nuestros primeros padres Adán y Eva antes del pecado (eso es, tanto física como espiritual) y preparados por tanto, para hacer frente al desafío final de Satanás que será soltado de su cautiverio por un breve período de tiempo al término de esos mil años, según Rev. 20:7-10…… y en dónde dependiendo de la respuesta que cada cual dé a la cuestión que en ese momento se va a plantear, se determinará ya de manera definitiva si uno alcanza la vida eterna o por el contrario, la destrucción eterna.

Enseñanza que levanta ampollas entre la inmensa mayoría de teólogos actuales que rechazan tal planteamiento, pero que es la que más se ajusta a lo que se lee en el registro sagrado y sin que ello signifique que desde este blog defendamos a dicha organización religiosa, algo de lo que con toda seguridad, algún lechuguino “iluminado” suelto por ahí nos acusará…… organización a nuestro entender, tan falsa como todas las existentes dentro del ámbito de la “cristiandad”; pero dicho lo cual y ya dejando a esos señores con sus disparadas incongruencias y que no son pocas, veamos qué es lo que se nos cuenta realmente en las Escrituras acerca del tema planteado, empezando con el pasaje al que hemos hecho referencia:

Ahora bien, luego que hayan terminado los mil años, Satanás será soltado de su prisión 8 y saldrá a extraviar a aquellas naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, para reunirlos para la guerra. El número de estos (de los extraviados) es como la arena del mar. 9 Y avanzaron sobre la anchura de la tierra y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada. Pero descendió fuego del cielo y los devoró. 10 Y el Diablo que los estaba extraviando fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde ya estaban tanto la bestia salvaje como el falso profeta; y serán atormentados día y noche para siempre jamás.” (Rev. 20:7-10). (Acotación nuestra).

Pasaje que, como en la totalidad de los que están contenidos en las Escrituras, por reducidos que estos sean, si se analiza con detenimiento se le puede sacar mucho jugo, porque veamos: lo que se nos está diciendo es que “terminados” los mil años del reinado de Jesucristo, el “amigo” de los cuernos (u séase, Satanás) intentará extraviar a “naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra” y con lo que implícitamente se nos está diciendo, que para ese tiempo la tierra estará llena de personas que conformarán naciones y a las que Satanás querrá extraviar; circunstancia esta que a su vez, nos lleva a concluir que dichas personas estarán en una condición aprobada ante su Dios Jehová…… al menos hasta ese momento, pues de lo contrario no habría necesidad alguna de extraviarlas. Se nos dice también, que el número de los “extraviados” es como la “arena del mar”, imaginamos que por lo numerosos y que son destruidos eternamente, pues esto es lo que significa el ser devorado uno por “fuego del cielo” (Judas 7)…… y ahora procedamos a desarrollar estas dos ideas.

En primer lugar, hemos dicho que para ese tiempo la tierra estará llena de personas que cuentan con la aprobación de Dios y lo que nos lleva a preguntarnos lo siguiente: ¿qué ha ocurrido en la tierra, durante ese espacio de tiempo de mil años, para que al final del milenio la tierra esté poblada por miles de millones de personas, en perfecta sintonía con su Creador? Pues sencillamente, lo que el apóstol Pedro denominó como la “restauración” de todas las cosas y expresión que encontramos en Hech. 3:20-21:

“…… y para que él envíe al Cristo nombrado para ustedes, Jesús, 21 a quien el cielo, en verdad, tiene que retener dentro de sí hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo.”

Pasaje en el que si rascas también un poquito, te abre un mundo de información y necesario para entender el propósito de Dios para con la humanidad: fijémonos, por ejemplo, en el hecho de que las cosas a restaurar ya habían sido habladas por Dios “por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo”; luego las cosas objeto de restauración, tienen que estar escritas en el AT y eso es con lo que nos encontramos, cuando buceamos un poco en el mismo y de lo que entresacaremos unas pequeñas muestras de aquello prometido por nuestro Creador, mediante sus voceros en la tierra:

Y ningún residente dirá: “Estoy enfermo”. La gente que more en la tierra constará de los que habrán sido perdonados por su error.” (Isa. 33:24).

En aquel tiempo, los ojos de los ciegos serán abiertos y los oídos mismos de los sordos serán destapados. 6 En aquel tiempo, el cojo trepará justamente como lo hace el ciervo y la lengua del mudo clamará con alegría. Pues en el desierto habrán brotado aguas y torrentes en la llanura desértica. 7 Y el suelo abrasado por el calor se habrá puesto como un estanque lleno de cañas; y el suelo sediento, como manantiales de agua. En el lugar de habitación de los chacales, un lugar de descanso para ellos, habrá hierba verde con cañas y papiros.” (Isa. 35:5-7).

Que su carne se haga más fresca que en la juventud; que vuelva a los días de su vigor juvenil.” (Job 33:25).

Y el lobo realmente morará por un tiempo con el cordero y el leopardo mismo se echará con el cabrito y el becerro y el leoncillo crinado y el animal bien alimentado todos juntos; y un simple muchachito será guía sobre ellos. 7 Y la vaca y la osa mismas pacerán; sus crías se echarán juntas. Y hasta el león comerá paja justamente como el toro. 8 Y el niño de pecho ciertamente jugará sobre el agujero de la cobra; y sobre la abertura para la luz de una culebra venenosa realmente pondrá su propia mano un niño destetado. 9 No harán ningún daño ni causarán ninguna ruina en toda mi santa montaña; porque la tierra ciertamente estará llena del conocimiento de Jehová como las aguas cubren el mismísimo mar.” (Isa. 11:6-9).

Él realmente se tragará a la muerte para siempre y el Señor Soberano Jehová ciertamente limpiará las lágrimas de todo rostro. Y el oprobio de su pueblo quitará de toda la tierra, porque Jehová mismo lo ha hablado.” (Isa. 25:8).

Luego esa “restauración” anunciada, va desde el quitar la enfermedad del ser humano, erradicar totalmente las limitaciones físicas, devolver a los ancianos a la plena juventud, eliminar cualquier peligro que nos pueda causar inseguridad incluso con respecto de nuestros hijos más pequeños, hasta el hacer desaparecer para siempre la muerte de sobre la tierra y cosas que tienen que ver, con la “restauración” física del ser humano y su entorno…… pero también se nos señala una restauración espiritual, cuando en Isa. 11:9 se nos dice que la causa primaria de que las cosas cambien radicalmente para nosotros en todos los ámbitos, tiene que ver con el hecho de que “la tierra ciertamente estará llena del conocimiento de Jehová”. Pero continuando con el desarrollo del pasaje leído de Hech. 3:20-21 y exprimiéndolo un poco más para sacarle todo su jugo, prestemos atención al hecho de que se habla de la “restauración de todas las cosas”, lo que significa el devolver estas a su estado inicial antes del pecado y momento en el que la tierra rebosaba de perfección, tanto física, como espiritual y la muerte no se conocía; pero es que además, lo dicho nos lleva por otros vericuetos que nos dicen que para poder devolver al ser humano a su condición de perfección original y eso en toda su extensión, se precisa de la existencia de un imprescindible acontecimiento para que la mencionada “restauración” realmente se cumpla a cabalidad o “en todas las cosas”, como es el devolver la vida a los muertos en una resurrección…… y esperanza fundamental en el hombre, esperanza que albergaba el propio Job:

¡Oh que en el Seol me ocultaras, que me mantuvieras secreto hasta que tu cólera se volviera atrás, que me fijaras un límite de tiempo y te acordaras de mí! 14 Si un hombre físicamente capacitado muere, ¿puede volver a vivir? Todos los días de mi trabajo obligatorio esperaré, hasta que llegue mi relevo. 15 Tú llamarás y yo mismo te responderé. Por la obra de tus manos sentirás anhelo.” (Job 14:13-15).

Es obvio que este patriarca esperaba ser resucitado en algún momento, siendo significativo el hecho de que cuando Jesús habló de esta resurrección, dijo aquello de “oirán mi voz y saldrán” (Juan 5:28-29) y lo que cuadra perfectamente con la perspectiva futura de Job; por lo que la resurrección de los muertos se convierte en el evento más importante del reino de Dios y directamente relacionado con el sacrificio vicario de Cristo, pues con su muerte “compró” la vuelta a la vida de aquellas personas que a lo largo de la historia de la humanidad, han ido falleciendo como consecuencia del pecado heredado y de ahí, que se le dé el título de “Padre Eterno” en Isa. 9:6…… por lo que si no hay resurrección de los muertos durante el milenio (algo que afirman no pocos indoctos por ahí y que se las van dando de teólogos) y para que con ellos la prometida “restauración” tenga los efectos descritos, ni el sacrificio de Cristo sirve para nada, ni realmente “todas las cosas” serían restauradas, pues se quedarían por el camino los miles de millones de personas fallecidas desde la creación del mundo hasta nuestros días, como consecuencia del pecado heredado y para las que el mencionado sacrifico del Hijo de Dios, carecería de todo sentido, pues no tendría efecto alguno sobre ellos…… y es que si solo un muerto quedara sin resucitar, no solo el sacrificio redentor de la sangre de Cristo se vería obstaculizado, sino que no se podrían cumplir las siguientes palabras:

Y el mar entregó los muertos que había en él y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos……” (Rev. 20:13).

Sin embargo y cómo les hemos dicho, no son pocos los que mantienen posiciones contrarias a este planteamiento de los TJ (solo porque lo dicen estos), mientras que otros, en este caso las denominaciones religiosas derivadas del adventismo, sostienen la disparatada idea de que durante ese espacio de tiempo de mil años, la tierra (supuestamente destruida por el juicio divino) permanecerá derruida y en tinieblas, siendo sus únicos habitantes Satanás y sus demonios que permanecen prisioneros en ella, barruntando su desgracia y esperando el momento en que serán destruidos eternamente al final de dicho periodo de tiempo (para más información sobre este particular, ver nuestro escrito del 14/10/12). Para ello es necesario que antes de iniciar este, se produzca un gran rapto del “personal” creyente conjuntamente con los participantes de la “primera” resurrección de Rev. 20:6. para todos juntos ser llevados al cielo ante la presencia del Divino, ya como gloriosas y perfectas criaturas inmortales, para ser devueltos a la tierra al término de dicho período de mil años…… y ya “todos felices, comieron muchas perdices”.

El problema está, en que aquellos que participen del supuesto “rapto”, sus cuerpos y al igual que ocurre con los participantes de la “primera” resurrección, tienen que ser transformados en inmortales cuerpos perfectos, pues de lo contrario no pueden acceder a la presencia de Dios en el cielo; pero claro, si ello fuera así, los adventistas nos tendrían que explicar donde y cuando, se produce entonces, la mencionada “restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo” de Hech. 3:20-21...... pues esta también tiene que ver con restauraciones físicas, algo innecesario en personas que ya regresan a la tierra al término de los citados mil años, en cuerpos perfectos e inmortales. Pero es que además, si profundizamos un poco más en dicho pasaje, queda claro que la “restauración” prometida tiene que producirse durante ese espacio de tiempo de los mil años, pues esto es lo que se lee en el mismo:

“…… y para que él (Dios) envíe al Cristo nombrado para ustedes, Jesús, 21 a quien el cielo, en verdad, tiene que retener dentro de sí hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo.” (Acotación nuestra).

Y todos sabemos que Jesucristo regresa con sus fieles (Rev. 17:14), precisamente para instalar el reino de mil años de Dios aquí en la tierra…… luego los tiempos de la “restauración” (resurrección incluida) y según el pasaje señalado, inician cuando Cristo regresa a la tierra para tomar el dominio sobre ella y hecho que se produce, repetimos, antes de iniciar el milenio y no al término de este y seguido por todos los “raptados”, como nos afirma esa disparatada enseñanza del sector adventista. Razonamiento que también aplicaría a aquellos que niegan que la resurrección de los muertos se produzca dentro de dicho periodo milenial…… y nos permitimos señalar, que cuando hablamos de resurrección “a secas”, nos referimos a la de los muertos en general y no a la “primera” resurrección de Rev. 20:6 y que solo afecta a aquellos que tienen que reinar con Cristo en el reino de Dios. Luego resumiendo, la “restauración de todas las cosas” (resurrección general incluida) se produce durante el periodo milenial y aplica en todos los extremos señalados, a toda persona que haya vivido en algún momento sobre la tierra, excepto aquellas que hayan sido destruidas por un juicio adverso de Jehová Dios (estas no serán resucitadas) y circunstancia que se ha dado en no pocas ocasiones, algo que mencionaremos más adelante.

Dicho lo cual, veamos ahora la segunda idea planteada y que tiene que ver con aquellas personas que son extraviadas por Satanás, cuando este es soltado de su encierro al término de los mil años; recuerden que hemos señalado que en ese momento la tierra está llena de personas temerosas de Dios y que viven en perfecta armonía con las disposiciones divinas establecidas por Jesucristo y sus gobernantes…… luego ¿a quiénes extravía Satanás? Veamos: las Escrituras nos hablan de un ingente conjunto de personas que sobreviven a la “gran tribulación” final y por lo que entran con vida al reino de Dios, convirtiéndose por ello en los primeros súbditos de este, pero también nos dicen el por qué se les concede este premio:

Y, en respuesta, uno de los ancianos me dijo: “Estos que están vestidos de la larga ropa blanca, ¿quiénes son y de dónde vinieron?”. 14 De modo que le dije inmediatamente: “Señor mío, tú eres el que sabe”. Y me dijo: “Estos son los que salen de la gran tribulación (luego sobreviven a la misma) y han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. 15 Por eso están delante del trono de Dios; y le están rindiendo servicio sagrado día y noche en su templo; y El que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos”.” (Rev. 7:13-15). (Acotación nuestra).

Entonces lo que han hecho estas personas para acceder a tan privilegiada posición de pasar con vida al reino de Dios, es haber ejercido fe en el sacrificio redentor de Cristo (eso es lo que significa el que hayan “lavado” y “emblanquecido” su ropas con la sangre de Cristo) y por tanto, en las promesas del Altísimo Soberano del Universo, Jehová Dios y por lo que, repetimos, pasan a convertirse en los primeros súbditos del reino de Dios y condición que se han ganado a pulso; a continuación de esto y que ya es en donde se empieza a complicar la cosa, inicia la resurrección de los muertos. Y decimos que se empieza a complicar la cosa, porque en dicho grandioso evento y en donde se pone de manifiesto el infinito poder y misericordia de nuestro Creador, se levantan personas de todos los “pelajes”, pues recordemos lo que nos dijo el apóstol Pablo:

“…… y tengo esperanza en cuanto a Dios, esperanza que estos mismos también abrigan, de que va a haber resurrección así de justos como de injustos.” (Hech. 24:15).

Lo que significa, que entre personajes “justos” como los Abraham, Noé, Job, Daniel, Moisés, Daniel, Isaac, Jacob y tantísimos otros que, como ellos, en su momento fueron fieles a Dios, se van a levantar personas “injustas” entre las que estarán aquellas que por diversas circunstancias no conocieron al Dios verdadero y por lo que no pudieron servirle...... pero también muchos delincuentes de más o menos consideración, así como auténticos “pendones verbeneros” que nunca se preocuparon de las cosas de Dios y personas que, en conjunto, tendrán que ser enseñadas en el “conocimiento de Jehová”.

Tarea, en principio, relativamente fácil para dichas personas, pues a diferencia de aquellos que sobrevivan a la mencionada “gran tribulación”, que habrán tenido que “lavar” y “emblanquecer” sus ropas o apariencia ante Dios, con la “sangre del Cordero” en medio de un mundo turbulento y totalmente alejado de Jehová y por ello, en franca oposición a su esfuerzo de acercamiento a nuestro Creador y además, lastrados con la carga del pecado y que para nada ayuda en el empeño (luego se lo han tenido que “currar”), estaríamos hablando de personas que resucitan en una condición de perfección física, en una tierra en condiciones óptimas, sin ningún tipo de presión satánica y, más importante aún, que dichas personas ya resucitan sin la carga del pecado y por lo que les será relativamente fácil el acomodarse a dicha nueva situación. Estas personas y como hemos dicho, serán enseñadas y fortalecidas espiritualmente a lo largo de esos mil años, por las nuevas instrucciones que se proveerán, según se lee en Rev. 20:12:

Y vi a los muertos, los grandes y los pequeños, de pie delante del trono y se abrieron rollos (eso es, nuevas instrucciones). Pero se abrió otro rollo; es el rollo de la vida. Y los muertos fueron juzgados de acuerdo con las cosas escritas en los rollos, según sus hechos.” (Acotación nuestra). (Para más información al respecto, ver nuestro artículo del 07/07/13)

No perdamos de vista el hecho de que los “rollos” que actualmente tenemos a nuestro alcance, son el conjunto de libros que conocemos como la Biblia y que solo tienen el propósito de conducirnos hasta el reino de Dios; cumplida dicha misión y al igual como el AT, cuando en su conjunto cumplió con la comisión de llevar a Israel hasta el Mesías (Gál. 3:24), fue sustituido por el NT y que concluyendo con la Revelación o Apocalipsis nos sitúa a las puertas del reino de Dios, este a su vez también será sustituido por nueva información divina, acorde con la nueva situación en la que se hallará el hombre y con el propósito de fortalecerle espiritualmente para estar en disposición el término de dicho periodo de tiempo, de rechazar el engaño de Satanás. Engaño del que se nos habla en Rev. 20:7-10 y que a modo de curiosidad, permítannos que les hagamos notar que es el único pasaje bíblico en dónde se nos habla de algo que ocurrirá después de finalizado el milenio y de lo que ya se nos empezó a advertir, hace casi 2.000 años, cuando se escribió el mencionado libro. Pero volviendo a los resucitados durante el milenio y sus diferentes actitudes ante el idílico panorama con el que se encontrarán, vemos que si bien ya no tendrán la carga del pecado, si conservarán probablemente actitudes y formas de conducta anteriores, que son las que se intentarán corregir mediante el contenido de los “rollos” mencionados…… pero que algunos más cerriles no se dejarán y algo de lo que ya se nos advierte en las Escrituras:

Aunque se muestre favor al inicuo, simplemente no aprenderá justicia. En la tierra de derechura (el milenio) actuará injustamente y no verá la eminencia de Jehová.” (Isa. 26:10). (Acotación nuestra).

Eso es, que rehusarán reconocer en las bondades del nuevo mundo en el que han sido introducidos y en el hecho de haber sido devueltos a la vida en cuerpos físicamente perfectos, el poder y la majestuosa gloria de Jehová, por lo que continuarán actuando con maldad; pero tales individuos serán destruidos de inmediato, por lo que no se permitirá que alteren la vida y perturben la paz (como ocurre ahora) de aquellos que sí apreciarán dichas favorables circunstancias…… de ahí que se lea en Isa. 65:20, lo siguiente:

Ya no llegará a haber de aquel lugar un niño de pecho de unos cuantos días de edad, ni un viejo que no cumpla sus días; porque uno morirá como simple muchacho, aunque tenga cien años de edad; y en cuanto al pecador, aunque tenga cien años de edad se invocará el mal contra él.”

Lo que nos quieren decir estas palabras y prescindiendo de que las mismas aplicaban a los regresados del destierro en Babilonia hará unos 2.500 años (año arriba, año abajo), cuando las aplicamos al reino de Dios nos transmiten la idea de que dentro del mismo no existirá la muerte como consecuencia del pecado, por lo que uno solo puede ser eliminado por un juicio sumarísimo de Dios y de forma inmediata; de ahí, que la primera parte de dicho pasaje enfatice el hecho de que no habrá niño de pecho ni viejo y prescindiendo de su edad, que no “cumpla sus días”, eso es, como mínimo los mil años decretados por Dios y tener con ello la oportunidad de decidir por su propia vida, en el momento de la suelta de Satanás (Rev. 20:7-10). Por otra parte y ya atendiendo a la segunda parte del pasaje en cuestión, lo que se nos viene a decir y por resumirlo, es que tenga la edad que tenga el pecador, será eliminado al ser invocado el mal contra él: resumiendo, que ya una vez dentro del reino de Dios y prescindiendo de la edad con que uno acceda al mismo (por ejemplo, a los 95 años) ya no se podrá morir, si no es por decreto directo de Dios y como resultado de una impenitente mala actitud.

Pero continuamos sin saber por qué serán muchos los “extraviados” por Satanás al término de los mil años y cuestión que tiene que ver con otra probable conducta por parte del “personal”; porque hemos dicho que la vida en el reino de Dios será indescriptiblemente placentera…… tanto, que muchos de los resucitados se dedicarán más a saborear los placeres de la misma, que dedicarse en cuerpo y alma a documentarse debidamente de lo “rollos” que se abrirán (Rev. 20:12), con miras a la edificación espiritual de los súbditos del reino milenial y en una total falta de aprecio por el alimento espiritual proveniente de Dios y que según Jesús, es el más importante (Mat. 4:4)…… y algo que se da también hoy en día, pues el interés en la Palabra de Dios, la Biblia, está completamente bajo mínimos, cuando el caso es que en esta se explica que hacer para poder salvarse uno de este mundo en total descomposición. En todo caso, alimento espiritual el suministrado por los mencionados “rollos” que dotará adecuadamente a los que se tomen la cosa en serio, para afrontar la cuestión que se pondrá ante todos y cada uno de los habitantes de la tierra, en el momento que finalice el milenio: la cuestión acerca de la Soberanía Universal y que es la que se puso ante Adán y Eva, eso es, si querían ser gobernados por Dios o gobernados por Satanás y en la que estos fallaron miserablemente tal como han demostrado los hechos…… y en la que probablemente también fallarán, todos aquellos que durante el milenio habrán desperdiciado el tiempo, al ocuparse más de las cosas materiales, que de las espirituales.

Porque lo que ocurrirá al término de los mil años del reino de Dios, es tan sencillo como esto: Jehová pondrá ante todo ser humano, la oportunidad y en el uso de su libre albedrío, de poder decidir por sí mismo sobre qué decisión tomar en ese momento tan crucial de la historia de la humanidad y no continuar pagando los “platos rotos” por la decisión que otros, en su momento, tomaron por nosotros y que es lo que está ocurriendo desde que el mundo es mundo; y que al igual que en los tiempos de Adán y Eva, dicha decisión determinará y ya de forma definitiva, el destino final y personal de cada uno: vida eterna para los que elijan lo correcto y destrucción eterna y en este caso inmediata, de aquellos que se decanten por lo incorrecto…… y que la experiencia, amarga experiencia soportada por milenios, nos muestra que la elección de nuestros primeros padres no fue la correcta.

Por lo tanto, nada que tenga que ver con la tontería que algunos “enteradillos” están proponiendo, en el sentido de la barbaridad que significa que si ya hemos sido “probados” en vida, tanto personajes fieles del AT, como aquellos que sobrevivan a la “gran tribulación”, de nuevo se nos tenga que “poner a prueba” durante el periodo milenial, como si no hubiera habido bastante con lo que estas personas ya pasaron o han pasado en sus respectivas épocas. Planteamiento que no hace más que poner “en solfa” el entendimiento de las Escrituras por parte de esos “entendidos”, pues de entrada el reino de Dios no será más que la demostración práctica y tangible de los beneficios de ser gobernados por nuestro Creador, en total contraste con lo que ha sido la amarga historia de la humanidad, bajo la sujeción de Satanás (Luc. 4:5-7).

De ahí que lo que ocurrirá al término de esos mil años de ensueño, será sencillamente que al ser humano se le permitirá elegir libremente de entre dos tipos de gobernación, la que más le convenga; cierto es, que el “mandangas” ese de los cuernos, intentará extraviar al “personal” para que este acepte su propuesta y con bastante éxito, todo sea dicho…… pero no es menos cierto y algo de lo que no hemos leído en ninguna parte (por lo que estaríamos hablando como tantas otras veces, de una “novedad” que incorporamos desde este blog al panorama general), que solo lo podrá hacer por medio de la mentira, pues el hombre ya restaurado será tan poderoso como lo era Adán antes del pecado y por lo que Satanás no podrá presionarnos mediante la amenaza o el miedo. De hecho, no podrá tocarnos ni un pelo, como no lo pudo hacer en el caso de nuestro primer padre (algo que sí lo ha practicado con la humanidad a lo largo de su deleznable gobernación) y por lo que tuvo que recurrir a la mentira; por lo que uno, solo con no hacer caso a los “cantos de sirena” de tan repugnante personaje y pasar olímpicamente de él (otra “novedad” que introducimos en el asunto), ya calificará para la vida eterna…… mientras que aquellos que se dejen extraviar por dichas mentiras (no por acoso físico, pues repetimos, Satanás no nos podrá tocar un solo pelo), tendrán todos los boletos en el sorteo para la destrucción eterna.

Y esta es la “terrible prueba” que nos espera al final del milenio, a aquellos que ciframos nuestra esperanza en las promesas de nuestro Creador, según “falsos maestros” (2 Ped. 2:1) actuales y que en un claro desconocimiento escritural, pretenden tergiversar su contenido y poniendo con ello el miedo en el cuerpo del “respetable” con absurdas y disparatadas afirmaciones. Cuando la realidad, es tan simple como que si todos aquellos que a día de hoy y en tiempos pretéritos, somos y fueron fieles a Dios (cada uno en sus particulares circunstancias), continuamos durante el milenio firmes en esta posición y cosa infinitamente más fácil que ahora, por las favorables condiciones en que allí se vivirá, ya tenemos la vida eterna asegurada, sin ningún tipo de complicación…… otra cosa ya es, que mil años son muy largos y como hemos señalado, quizás alguno se empiece a relajar un poquito ante la buena vida que se disfrutará allí y a pensar, en cuanto a la nutrición espiritual, aquello de “ya lo haré mañana” y al final, le pille el toro. Razón por lo que no se puede olvidar, que aquella máxima de “tienes que amar a Jehová tu Dios (no a la comodidad o bienestar) con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu fuerza vital” (Deut. 6:5), no tiene fecha de caducidad…… recordemos que el número de los extraviados por Satanás será numeroso “como la arena del mar” y por lo que hay que pensar, que en algo habrá fallado tanto “personal”.

Resumido brevemente, la cosa será como sigue: los sobrevivientes de la “gran tribulación” serán devueltos a la perfección, tanto física como espiritual; se producirá la resurrección de los muertos de todas las épocas de la historia de la humanidad y que experimentan igual transformación (nada que ver esta resurrección con la mencionada en Rev. 20:6 y que se produce tres años y medio antes de que inicie el milenio), excepto aquellos destruidos por Dios en juicio sumarísimo, tales como en el caso del diluvio de los día de Noé, o en el caso de Sodoma y Gomorra, o los Coré, Datán y Abiram y sus seguidores que resistieron a Moisés, entre otros ejemplos. Por otra parte, se abrirán nuevas fuentes de información para fortalecernos espiritualmente y hacernos inmunes a las futuras maquinaciones del Diablo, mientras comprobamos de primera mano los inmensos beneficios de vivir bajo la gobernación de nuestro creador, Jehová Dios…… quién dentro de ese orden actúe con un mínimo de corrección, se mantendrá en la “pomada”, mientras que el que haga “el burro” de forma sistemática, será destruido de inmediato.

Con todos los objetivos conseguidos y llegados al término de los mil años, ya como perfectos seres humanos a la manera de Adán, será soltado Satanás y que por medio de mentiras procurará entrampar al “personal”, pues ya no podrá usar la violencia física contra nosotros (como no lo pudo hacer con Adán) y por lo que solo pasando olímpicamente de él, eso es, no hacer caso de sus propuestas engañosas y que es lo que simplemente se esperaba de nuestros primeros padres, uno ya tendrá plaza asegurada para la vida eterna. Y esta es toda la historia de lo que ocurrirá durante los mil años del reino de Dios, en manos de su Hijo Jesucristo y su conclusión final…… fácil, entendible y atractivo ¿no creen?

MABEL


lunes, 18 de agosto de 2014

De nuevo, a vueltas con los “rollos” de Rev. 20:12-15


Y es que, inasequibles al desaliento, los “enteradillos” de turno, eso es, esa pléyade de “genios” de la teología y que van por ahí presumiendo de “ungidos”, por tanto supuestos candidatos para reinar con Cristo en el reino de Dios, continúan con su “sonsonete” en el sentido de que los muertos serán juzgados por los hechos que hayan realizado en su vida anterior y lo que no deja de ser un verdadero disparate. Dicho lo cual y medio centrado ya el tema, veamos lo que se nos relata en dicho pasaje y que resumiendo un poco la cuestión, tiene que ver con unos “rollos” que se abren, a continuación de los cuales se abre otro llamado “el rollo de la vida” y por lo que de entrada ya sabemos, que estamos hablando de “rollos” abiertos con distintos propósitos; y asunto este que, desconocido por la inmensa mayoría de los llamados “cristianos”, es causa frecuente de garrafales errores por parte de esos personajes mencionados y que se llaman a sí mismos “teólogos” (y que son legión), solo porque colgado en una pared de su casa tienen un diploma y del que suelen hacer periódicamente pública ostentación, cuando dicho “papelito” no hace más que acreditar de que en un determinado momento, uno se pasó por un Instituto de Teología…… ya del aprovechamiento derivado de los estudios cursados y como diría D. Quijote de la Mancha “mejor es no meneallo, amigo Sancho”, pues en vista de los disparates que son capaces de publicar dichos personajes, queda claro que el logro alcanzado es manifiestamente mejorable.

Porque según afirman esos señores y volviendo al tema que nos ocupa, en estos “rollos” estarían escritas todas las barrabasadas que uno hizo mientras estuvo con vida y por las que será juzgado en el momento de su resurrección, al final de los mil años del reino de Dios; lo que ocurre es que de entrada, esa afirmación que se nos propone ya presenta algunos “problemillas” que se hacen necesarios resolver y para lo cual, sería oportuno el leer primero el pasaje referenciado:

Y vi a los muertos, los grandes y los pequeños, de pie delante del trono y se abrieron rollos. Pero se abrió otro rollo; es el rollo de la vida. Y los muertos fueron juzgados de acuerdo con las cosas escritas en los rollos según sus hechos. 13 Y el mar entregó los muertos que había en él y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos y fueron juzgados individualmente según sus hechos. 14 Y la muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego. Esto significa la muerte segunda: el lago de fuego. 15 Además, cualquiera a quien no se halló escrito (su nombre) en el libro de la vida, fue arrojado al lago de fuego.” (Acotación nuestra).

Pero para ponernos en situación, precisamos empezar por averiguar cuál es el punto de partida de esos “intelectuales” para que nos presenten tan disparatada propuesta y que más o menos viene a ser este: según ellos, el milenio o reino de Dios, echaría a andar con lo que se conoce como la “primera” resurrección (Rev. 20:6) y en la que participan todos los “justos” o personas que han vivido en todos los tiempos y que se han conseguido el favor de Dios; y es al final de dicho período de tiempo, eso es, al término de los mil años de reinado de Jesucristo y siempre, recordemos, según nos proponen esos señores, cuando se produce lo relatado en el pasaje mencionado y que resulta en la resurrección de todos los “injustos” para juicio o destrucción eterna, consecuencia directa de sus actos impíos y denunciados en los citados “rollos”…… tenemos que señalar que para llegar a dicha conclusión, esos “genios” de la teología se apoyan en un erróneo entendimiento de lo dicho por el apóstol Pablo y reflejado en Hech. 24:15:

“…… y tengo esperanza en cuanto a Dios, esperanza que estos mismos también abrigan, de que va a haber resurrección así de justos como de injustos.”

Sobre estas palabras soportan esos “entendidos” la idea de dos resurrecciones separadas por mil años entre sí, cuando es la realidad contextual del propio pasaje la que nos niega dicha posibilidad; porque, que el apóstol en cuestión no nos podía estar hablando de dos resurrecciones separadas por tal período de tiempo (nada de ello, se sugiere siquiera en las Escrituras) y para colmo la segunda de las cuales para destrucción eterna de los que participen de ella, está fuera de toda duda, pues de lo contrario no se entendería el que todo un apóstol como Pablo, así como aquellos fieles con los que compartía sentimiento, abrigaran “la esperanza” de que personas fueran destruidas eternamente. Luego a lo único que Pablo se podía referir con sus palabras y apelando a la razón y al sentido común, era a la esperanzadora perspectiva de una resurrección futura, en la que participarían tanto “justos” o personas que conocieron a Dios y le sirvieron, así como “injustos” o personas que a lo largo de la historia de la humanidad no tuvieron la oportunidad de conocerlo y por ello, no pudieron servirle y cuyo cómputo en este caso, se elevará probablemente a cientos (sino miles) de millones.

Dicho lo cual, retomemos el hilo de lo que estábamos diciendo y que tenía que ver con lo expuesto en el pasaje de Rev. 20:12-15, en cuyo mismo texto ya notamos algo que no cuadra con la idea que se nos quiere “vender” por parte de esos “intelectuales”, porque veamos: de su lectura se desprende que el “rollo” de la vida que se abre a continuación de los “rollos” que contienen información sobre hechos pasados y por mor de la cual serán juzgados los resucitados, es para anotar en el mismo los nombres de aquellos que superen el juicio adverso, eso es, que sus pecados sean considerados “peccata minuta” y por lo tanto no reos de destrucción eterna, pues de lo contrario no se entendería la apertura de dicho “rollo” en ese momento. Pero puesto que resulta que esos “entendidos” nos han asegurado que todos los “justos” ya se han levantado “para vida” en la primera resurrección al inicio del milenio (luego habría que pensar que ya no quedan más “justos” entre los muertos) y que la siguiente resurrección a ocurrir mil años después de esa “primera”, es para destrucción de todos aquellos que participen de ella y para lo que se supone que han sido guardados durante esos mil años…… se nos ocurre la siguiente pregunta: ¿para qué un libro o “rollo de la vida” en el que ser inscrito uno, si resulta que todas esas personas que se levantan en esa segunda resurrección lo hacen para ser juzgados y destruidos eternamente, pues todos son “injustos” y siempre según nos explican esos “genios” de la teología? Luego ¿a quiénes se inscribe en dicho “rollo de la vida” en ese momento, si según se nos cuenta, los “justos” que podían figurar en el mismo fueron levantados mil años antes de que apareciera dicho “rollo”? ¿Se dan cuenta esos “genios” de la interpretación bíblica, de la salvajada que nos están proponiendo?

Pero es que además, es necesario averiguar en qué contexto se producen estos hechos y para lo cual habría que leerse con atención el capítulo 20 de Revelación y que es en dónde realmente está “la madre del cordero” de tan embrollado asunto; por lo que veamos como inicia este:

Y vi a un ángel que descendía del cielo con la llave del abismo y una gran cadena en la mano. 2 Y prendió al dragón, la serpiente original, que es el Diablo y Satanás y lo ató por mil años. 3 Y lo arrojó al abismo y lo cerró y lo selló sobre él, para que no extraviara más a las naciones hasta que se terminaran los mil años. Después de estas cosas tiene que ser desatado por un poco de tiempo.” (v. 1-3).

Estas palabras nos sitúan en el preciso momento en que, recién terminada la batalla de Armagedón que pelean Jesucristo y sus fieles (Rev. 17:14) contra Satanás y sus seguidores, que son destruidos y este abismado por mil años a un estado de inactividad, da inicio el reino de mil años de Dios en manos de Jesucristo y de ahí, que en los siguientes versos 4-6 leamos como sigue:

Y vi tronos y hubo quienes se sentaron en ellos y se les dio poder para juzgar. Sí, vi las almas de los que fueron ejecutados con hacha por el testimonio que dieron de Jesús y por hablar acerca de Dios y los que no habían adorado ni a la bestia salvaje ni a su imagen y que no habían recibido la marca sobre la frente ni sobre la mano. Y llegaron a vivir y reinaron con el Cristo por mil años. 5 (Los demás de los muertos no llegaron a vivir sino hasta que se terminaron los mil años.) Esta es la primera resurrección. 6 Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos la muerte segunda no tiene autoridad, sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él por los mil años.”

Básicamente aquí se nos está hablando de la aparición en escena de aquellos que gobernarán junto a Cristo durante esos mil años y que como hemos dicho, nos sitúa en el momento en que inicia del milenio…… pero noten que en este cuadro nos falta un elemento importantísimo por aparecer, como es el trono del gran rey, eso es, de Jesucristo y del que se nos habla en el verso 11:

Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él. De delante de él huyeron la tierra y el cielo y no se halló lugar para ellos.”

Y prescindiendo que la mayoría de autores colocan este evento al término de los mil años, lo cierto es que dicha afirmación no se ajusta al contexto escritural, pues esos “tierra y cielo” que huyen ante ese glorioso personaje que se sienta sobre ese trono (Jesucristo), no son otros que aquellos de los que nos habló el apóstol Pedro y que sustituyen a los “cielos y tierra” actuales:

Pero hay nuevos cielos (o nuevo gobierno) y una nueva tierra (o una sociedad humana obediente) que esperamos según su promesa y en estos, la justicia habrá de morar.” (2 Ped. 3:13). (Acotaciones nuestras).

Lo que nos continúa manteniendo instalados en el inicio del milenio, pues de eso es lo que nos estaba hablando Pedro y de ahí, que los versículos siguientes de Rev. 20, eso es, desde el 12 hasta el 15 y a los que ya hemos hecho referencia al inicio de este escrito, no pueden referirse a otra cosa que no sea a lo que ocurre a partir de ese mismo momento en la tierra y durante ese período de mil años…… y cuestión que tiene que ver con la razón fundamental de la misma existencia del reino de Dios y sin la cual, dicho reino no tendría sentido alguno: la resurrección de los muertos, merced al sacrificio redentor de Cristo, de la que se nos habla en Hech. 24:15 y que ya hemos considerado; por lo que situados en esta perspectiva, releamos dichos versos:

Y vi a los muertos, los grandes y los pequeños, de pie delante del trono y se abrieron rollos. Pero se abrió otro rollo; es el rollo de la vida. Y los muertos fueron juzgados de acuerdo con las cosas escritas en los rollos según sus hechos. 13 Y el mar entregó los muertos que había en él y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos, y fueron juzgados individualmente según sus hechos. 14 Y la muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego. Esto significa la muerte segunda: el lago de fuego. 15 Además, cualquiera a quien no se halló escrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego.”

Entonces y desde este razonable punto de vista, esos nuevos “rollos” que se abren y lejos de ser un recordatorio de fechorías anteriores de aquellos que vayan resucitando, no son más que nueva información tendente al recobro espiritual (el recobro físico es otra “historia”) del ser humano para prepararlo adecuadamente para algo que ocurre al final de esos mil años y que a modo de acotación, se nos menciona en los versos 7 al 10 de este capítulo 20 que estamos analizando. No perdamos de vista y para situar correctamente el punto que queremos resaltar, el hecho de que actualmente estamos en posesión de unos “rollos” (el conjunto de libros que componen la Biblia actual) y cuyo único cometido es el de darnos la información necesaria para colocarnos al pie del reino de Dios…… una vez alcanzado ese objetivo, es razonable que los actuales “rollos” y cumplida su comisión, den paso a otros que contengan información adicional para saber cómo enfrentar la prueba final con la suelta de Satanás y de la que se nos habla en esos versos 7 al 10 y que nosotros, de forma deliberada, hemos pasado por alto y en dónde se lee como sigue:

Ahora bien, luego que hayan terminado los mil años, Satanás será soltado de su prisión 8 y saldrá a extraviar a aquellas naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, para reunirlos para la guerra. El número de estos es como la arena del mar. 9 Y avanzaron sobre la anchura de la tierra y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada. Pero descendió fuego del cielo y los devoró. 10 Y el Diablo que los estaba extraviando fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde ya estaban tanto la bestia salvaje como el falso profeta; y serán atormentados día y noche para siempre jamás.”

Es cierto que muchos son los autores que no entienden que ese pasaje no es más que un paréntesis y entendiendo por dicho término y en cualquier diccionario, la referencia a una oración o frase incidental que se intercala en un relato, interrumpiéndolo pero no alterando su contenido, en este caso para señalar a algo que ocurrirá al término de los mil años de los que se nos está hablando y como aviso a “navegantes”. Luego este pasaje intercalado entre los versos 6 al 11 del capítulo 20 de Revelación que estamos analizando no es correlativo en orden de sucesos y por lo que no puede alterar la cadencia del relato que se nos ofrece en dicho capítulo; porque si eso no fuera como se lo explicamos nosotros y realmente estuviéramos hablando de uno texto escritural “correlativo” y ese pasaje de Rev. 20:7-10 nos transportara a mil años adelante en el tiempo, nos encontraríamos con la siguiente incongruencia: que toda una Biblia dirigida a anunciarnos precisamente el reino de mil años de Dios y objetivo principal de la venida de Jesús (Luc. 4:43), no nos dice nada de este, pues del verso 6 al 11 resulta que pasan mil años y sin que nos enteremos de lo que va a suceder durante ese período de tiempo…… y lo que presenta la siguiente cuestión, sin que esos “genios” de la teología nos acierten a aclarar: ¿dónde entonces, se producirá la “restauración de todas las cosas” prometidas por el Altísimo “por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo”? (Hech. 3:20-21).

Y con lo que nos enfrentaríamos a la inconcebible y disparatada situación, de que después de milenios de preparación y espera para llegar a este período milenial, la Biblia no nos habla nada del mismo y liquida dicho período de tiempo en solo 4 versos…… pero resulta que la cosa no acaba ahí; porque se ser las cosas como nos las plantan esos “teólogos de pizarrín”, tendríamos que aceptar entonces que lo que se nos cuenta en los capítulos 21 y 22 de este libro de Revelación, es posterior al milenio y con lo que nos encontraríamos que después de mil años de gobernación en la tierra a cargo de Jesucristo, Jehová tiene que actuar rectificando todo lo hecho durante dicho período de tiempo, pues esto es lo que se nos dice en Rev. 21:1-8:

Y vi un nuevo cielo y una nueva tierra; porque el cielo anterior y la tierra anterior habían pasado y el mar ya no existe. 2 Vi también la santa ciudad, la Nueva Jerusalén, que descendía del cielo desde Dios y preparada como una novia adornada para su esposo. 3 Con eso, oí una voz fuerte desde el trono decir: “¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad y él residirá con ellos y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. 4 Y limpiará toda lágrima de sus ojos y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado.” (v. 1-4).

Y por cosas “anteriores” y en ese marco de circunstancias, tendríamos que entender las que han ocurrido durante esos mil años de gobernación por Jesucristo, pues Jehová Dios tiene que empezar desde el principio, eso es, por limpiar las lágrimas de dolor del “personal” y eliminar la muerte, clamor y dolor que habrían continuado durante ese período de tiempo, estableciendo un “nuevo cielo y una nueva tierra”, que sustituyeran a los existentes durante el milenio…… por lo que en vista de tanta inoperancia por parte de ese gobierno delegado durante mil años, el Altísimo se ve obligado a “cortar por lo sano” y según se sobreentiende de los siguientes versículos del 5 al 7:

Y Aquel que estaba sentado en el trono dijo: “¡Mira!, voy a hacer nuevas todas las cosas” (eso es, cambiar todo lo hecho hasta ese momento, por Jesucristo y asociados). También, dice: “Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas”. 6 Y me dijo: “¡Han acontecido! Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. A cualquiera que tenga sed le daré de la fuente del agua de la vida gratis. 7 Cualquiera que venza heredará estas cosas y yo seré su Dios y él será mi hijo.” (Acotación nuestra).

O sea y resumiendo, que Jehová Dios tiene que hacer “nuevas todas las cosas”, pues el resultado del reino milenario ha sido una auténtica catástrofe…… y tan catastrófico ha sido, que vean el panorama con el que se encuentra Este finalizado el milenio, según lo que se lee en el verso 8:

Pero en cuanto a los cobardes y los que no tienen fe y los que son repugnantes en su suciedad y asesinos y fornicadores y los que practican espiritismo, e idólatras y todos los mentirosos, su porción será en el lago que arde con fuego y azufre. Esto significa la muerte segunda.”

O sea, que según dicho verso 8 (y eso es lo que está escrito) resulta que la tierra y para ese tiempo continúa llenas de personas sin fe, repugnantes en su suciedad (homosexualidad), de asesinos, de fornicadores, de espiritistas, de idólatras y mentirosos (probablemente en lo que tiene que ver con la enseñanza de la Palabra de Dios), eso es ¡un show de esos de “agárrate y no te menees”!...... siempre eso sí y según esos “genios” de la teología, que tomemos el capítulo 20 de Revelación como un relato “correlativo” y no hagamos el paréntesis que nosotros hemos señalado, con respecto de esos versos del 7 al 10. Y que nosotros tenemos razón en nuestro planteamiento, en el sentido de que el orden lógico de la narración de dicho capítulo 20, es que el verso 6 tenga su continuación natural en el verso 11, queda demostrado por el “cacao” que se monta si eso no se hace así y del que les acabamos de hablar…… pero es que aún hay más.

Porque resulta que la afirmación de tanto impresentable que se las dan de “entendidos” en las Escrituras (y que no saben siquiera como estas se abren), en el sentido de que el pasaje de Rev. 20:12-13 aplique a una supuesta resurrección de juicio al final de los mil años, con resultado de destrucción eterna de los que participen de la misma y siendo los “testigos de cargo” en dicho juicio, los mencionados “rollos” que se abren (merced al contenido de los cuales se procederá a la inculpación y posterior destrucción eterna de los que en dicha resurrección se levanten), se topa con un escollo insalvable y que se encuentra en Rom. 6:7:

Porque el que ha muerto ha sido absuelto (redimido, liberado o exonerado, según versiones) de su pecado.”

Y como resulta que nuestra muerte nada tiene que ver con los actos que podamos haber realizado durante nuestra vida, sino que es consecuencia del pecado heredado y que ha condicionado la tal, cuando uno muere ya ha pagado su deuda con el Creador…… porque recordemos que lo que Este dijo fue lo siguiente:

Pero en cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, no debes comer de él, porque en el día que comas de él, positivamente morirás (eso es, Adán dejaría de existir).” (Gén. 2:17). (Acotación nuestra).

Por lo que como más adelante afirma el mismo escritor, en el sentido de que “el salario que el pecado es muerte” (Rom. 6:23), es obvio que cuando uno ha muerto y al igual que se le exigió a Adán, este uno ya ha cancelado la deuda existente: Jehová se queda con la vida del interfecto y este, pasa a la inexistencia eterna…… es en este momento en que inicia el milenio y a diferencia del caso de Adán y Eva (a los que no les aplica el sacrificio redentor de Cristo), cuando entra en funcionamiento el arreglo divino del rescate mediante la sangre de Jesucristo y el fallecido es devuelto a la vida, pues el Hijo de Dios “cargó” con el peso de su pecado y por lo que a cada uno se le da una segunda oportunidad, devolviendo los muertos a la vida y a aquellos que pasen con vida al reino de Dios, eximiéndoseles totalmente de la muerte como consecuencia del pecado, en armonía con las siguientes palabras:

Así, pues, como mediante una sola ofensa el resultado a toda clase de hombres fue la condenación, así mismo también mediante un solo acto de justificación (el sacrificio de Jesucristo) el resultado a toda clase de hombres es el declararlos justos para vida. 19 Porque así como mediante la desobediencia de un solo hombre muchos fueron constituidos pecadores, así mismo, también, mediante la obediencia de una sola persona muchos serán constituidos justos.” (Rom: 5:18-19). (Acotación nuestra).

Siendo esto así, queda claro que una vez el ser humano ha muerto o pasado a la inexistencia, ya no puede ser juzgado por los cosas que hizo en una vida anterior condicionada por el pecado, pues cuando vuelve a la vida merced al sacrifico de Jesucristo, ya lo hace sin pecado y con la deuda saldada, por lo que no hay registro alguno que pueda ser levantado en su contra; por lo que los “rollos” que se abren, no pueden ser otra cosa más que información adicional para restablecer la espiritualidad del “personal”, o fortalecerlo en vista a la “prueba” final con la suelta de Satanás y como ya se nos advierte en ese pasaje de Rev. 20:7-10 mencionado. Y que lejos de ser, como nos afirman esa pandilla de indocumentados que a sí mismos se califican de “ungidos”, una prueba la suelta final de Satanás en sentido de lo que entendemos por “prueba”, resulta que estaríamos hablando de lo que no es más que la maravillosa oportunidad que Jehová Dios brinda al ser humano, para que sea cada uno a título individual el que responda a la cuestión de la soberanía universal, eso es, si desea ser gobernado por Jehová, o desea serlo por Satanás (como escogieron Adán y Eva) y no continuar pagando los “platos rotos” por la decisión que otros tomaron en su momento.

Luego cuando alguno de esos “maestros de lo imposible” le cuente ese “invento” de las dos resurrecciones separadas por mil años, mándenle a hacer puñetas de inmediato, ya que demuestra no ser más que un “indocumentado” que no tiene ni la más remota idea de lo que dicen las Escrituras…… recuerden que una de las señales más notables que nos anunciarían la inminente venida de Jesucristo en el poder del reino, sería la aparición de esos malignos personajes (Mat. 24:4-5) y a los que el apóstol Pedro se refirió de la siguiente manera:

Sin embargo, llegó a haber también falsos profetas entre el pueblo, como también habrá falsos maestros entre ustedes. Estos mismísimos introducirán calladamente sectas destructivas (solo hay que ver cómo está fragmentada la llamada “cristiandad”) y repudiarán hasta al dueño que los compró, trayendo sobre sí mismos destrucción acelerada. 2 Además, muchos seguirán los actos de conducta relajada de ellos y por causa de estos se hablará injuriosamente del camino de la verdad. 3 También, con codicia los explotarán a ustedes con palabras fingidas (todos los dirigentes de esas organizaciones recaban de sus feligreses la aportación económica y con lo que viven como reyes). Pero en cuanto a ellos, el juicio desde lo antiguo no se mueve lentamente y la destrucción de ellos no dormita.” (2 Ped. 2:1-3). (Acotaciones nuestras).

Y pasaje que la versión TLA vierte de la siguiente manera, esclareciendo aún más lo que el apóstol nos quería decir con sus palabras:

En el pueblo de Israel hubo también algunos que decían ser enviados por Dios, pero no lo eran. Así también, entre ustedes, habrá quienes se crean maestros enviados por Dios (y que se auto proclaman “ungidos”), sin serlo. Ellos les darán enseñanzas falsas y peligrosas, sin que ustedes se den cuenta y hasta dirán que Jesucristo no es capaz de salvar. Por eso, cuando ellos menos lo esperen, serán destruidos por completo. 2 Mucha gente vivirá como esos falsos maestros, haciendo todo lo malo que se les antoje. Por culpa de ellos, la gente hablará mal de los cristianos y de su modo de vivir. 3 Esos falsos maestros (los actuales dirigentes religiosos) desearán tener más y más dinero y lo ganarán enseñando mentiras. Pero Dios ya decidió castigarlos desde hace mucho tiempo y no se salvarán de ese castigo.” (Acotacicones nuestras).

A partir de ahí, querido lector, ya es usted el que decide a quien creerse: si a esos supuestos “enviados” de Dios y que se reconocen a sí mismos como “ungidos”, o a los autores de este blog que de lo único que presumimos, es de saber leer correctamente y luego razonar con lógica y sentido común sobre aquello que hemos leído.

MABEL

domingo, 7 de julio de 2013

¿Qué son los "rollos" de Rev. 20:12?


Y es que lo que se nos relata en dicho pasaje, tiene que ver con unos “rollos” que se abren y a continuación de los cuales, se abre otro llamado “el rollo de la vida”, por lo que de entrada ya sabemos, que estamos hablando de “rollos” de distintos contenidos; y asunto este que, desconocido por la inmensa mayoría de los llamados “cristianos”, es causa frecuente de garrafales errores por parte de ciertos personajes que se llaman a sí mismos “teólogos”, solo porque en la pared de su habitación tienen colgado un “papelito” o diploma y del que suelen hacer periódicamente pública ostentación, cuando dicho documento lo que hace en realidad no es más que acreditar que en un determinado momento, uno se matriculó en un Instituto de Teología…… ya del aprovechamiento derivado de los estudios cursados y como diría D. Quijote de la Mancha, mejor “no meneallo”, en vista de los disparates que son capaces de publicar dichos personajes.

Porque de lo que vamos a hablar hoy, es de un nuevo video presentado por Apologista Mario Olcese el 27/06/13, en donde bajo el título “¿Es cierto lo que dice el esclavo, que después del juicio seremos inscritos en el libro de la vida?”, hace una crítica de la afirmación publicada por los TJ en su revista de divulgación La Atalaya del 15/02/09, pág. 5, en el sentido y según afirman dichos señores, que los nombres de aquellos que vayan resucitando durante en el milenio, solo serán inscritos en “el rollo de la vida” si obedecen las instrucciones contenidas en los “rollos” que aparecen primero. Por lo que se supone y siguiendo la línea argumental de los TJ, que estos primeros rollos que se abren aportan nueva información o instrucción complementaria que se impartirá durante el milenio, con el fin de alcanzar la completa restauración espiritual del ser humano en general, eso es, tanto de los sobrevivientes de la “gran tribulación” y que pasen con vida al nuevo mundo, como de aquellos que como hemos dicho, irán resucitando durante el mismo…… excusamos decir, que a nuestro entender, una vez más los TJ tienen razón (aunque con algunos matices), mientras que el Sr. Olcese está y para “variar”, equivocado en su planteamiento reprobatorio; pero demos paso a leer lo que se nos dice en dicho pasaje de Rev. 20:12:

Y vi a los muertos, los grandes y los pequeños, de pie delante del trono y se abrieron rollos. Pero se abrió otro rollo; es el rollo de la vida. Y los muertos fueron juzgados de acuerdo con las cosas escritas en los rollos según sus hechos.”

Empecemos por decir y para centrar el tema, que esta apertura de “rollos” se produce al inicio del milenio y no al final del mismo, como razonablemente debería de ser, si tuvieran razón aquellos que defienden y en una disparatada interpretación de Juan 5:28-29, una segunda resurrección para juicio o destrucción eterna de los “injustos” (Hech. 24:15) al fin de los mil años…… pues ¿porque tener al inicio de los mil años unos “rollos” abiertos, sino no serán usados hasta el final de los mismos? Y dato importante para aclarar el tema que hoy nos ocupa, porque ello y por otra parte significaría, que se nos estaría hablando de un “rollo de la vida” abierto solo para registrar el nombre de aquellos que no reinan con Cristo en el milenio, eso es, la “gran muchedumbre” que sobrevive a la “gran tribulación” (Rev. 7:9; 14) y el de aquellos que vayan levantándose en la que podríamos considerar como una “segunda” resurrección y a ocurrir durante ese período de tiempo, pues la “primera” y que es la que concede la inmortalidad y el derecho a reinar con Jesucristo, ocurre antes de que se instaure el reino en la tierra:

Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos (luego no sobre otros) la muerte segunda no tiene autoridad (lo que significa la inmortalidad), sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él por los mil años.” (Rev. 20:6). (Acotaciones nuestras).

Y puesto que esos personajes pelean la llamada “batalla de Armagedón” junto a Cristo (Rev. 17:14), batalla que precede a la instauración del reino de Dios y dado que cuando resucitan ya lo hacen como seres inmortales, no tendría sentido que esos “rollos” y muchísimo menos, el “rollo de la vida” que se abren dentro del período milenial, tengan nada que ver con ellos…… ni en el sentido de apuntarles, ni en el de borrarles, pues ya son inmortales y por lo tanto, no sujetos ya a ningún juicio posterior que pudiera determinar acción alguna sobre ellos en un sentido o en otro. Luego aquellos hechos que ocurran dentro del espacio de tiempo del milenio, solo pueden aplicar a aquellos que se benefician del mismo y cuyos nombres no pueden ser inscritos en dicho “rollo de la vida”, hasta que se haya dilucidado su respuesta al desafío final de Satanás (Rev. 20:7-8); razón por la cual, vamos a centrar nuestra atención, solo en esas personas que pasan al milenio en condición de mortalidad.

En primer lugar habría que decir, que si bien es cierto que la Biblia en ningún lugar nos señala expresamente que estemos ante “nuevos” rollos que contengan información adicional, no es menos cierto que cuando uno tiene en cuenta el contexto escritural, es obvio que tienen que tratarse de algo nuevo y en función de lo cual, la actitud de cada uno con respecto de dicha reparadora información, será valorada al término de los mil años del reino de Dios y que será sustanciada, siempre en función de cómo responda cada uno al engaño que de nuevo Satanás intentará llevar a la humanidad, como merecedora de vida eterna o de destrucción eterna. Porque tenemos en primer lugar, que si el “rollo de la vida” que se abre durante el milenio, no aplica a los que reinan con Cristo y que hemos dicho de ellos que se levantan (o resucitan) como seres inmortales ya antes de que se entre en el período milenario y que es cuando se “abre” dicho rollo, es obvio que estaríamos hablando y como ya hemos señalado, de algo “nuevo” que se abre solo para aquellos que como seres mortales habitarán la tierra en el reino de Dios y que no alcanzan la vida eterna hasta superar la prueba de la suelta de Satanás. Luego es obvio y por analogía, que los “rollos” de los que se nos habla en primer lugar, también tienen que tratarse de algo “nuevo” y por lo que no pueden ser otra cosa, más que nueva información procedente del Creador y tendente al fortalecimiento espiritual de las personas que en condición de seres mortales habitarán la tierra…… y ello por una razón de peso, como la que leemos en Rom. 6:7:

Porque el que ha muerto ha sido absuelto (o “librado”, o “redimido”, o “liberado”, o “justificado”, o “exonerado” según versiones) de su pecado.”

En definitiva y según se desprende de dicho pasaje, que los resucitados no pueden ser juzgados por los pecados que cometieron en su vida anterior, pues estos ya los cubrieron con su muerte y por lo que no ha lugar a un registro escrito en esos “rollos” que se abren y como sorprendentemente nos afirma el Sr. Olcese, de pecados anteriores y por los que ser juzgados de nuevo…… aparte del sinsentido que significa el mero hecho de afirmar que Jehová resucitará a los “injustos” (Hech. 24:15) para prácticamente restregarles por sus narices sus errores anteriores y luego volver a condenarlos a muerte por los mismos, según dicen algunos “entendidos” en teología y entre los que se cuenta el autor mencionado. Porque de ser esto así, no solo estaríamos hablando de una acción sin sentido lógico alguno, sino de una crueldad innecesaria por parte del Altísimo, por demás del todo punto impensable en tan Excelso Personaje y por lo que solo exponer semejante planteamiento, ya es una brutal ofensa a nuestro Creador Jehová Dios y que además, invalidaría el contenido del pasaje mencionado de Rom. 6:7 y con lo que las Escrituras entrarían en total contradicción…… y eso es lo que temerariamente hacen muchos que se las dan de “entendidos” en la materia. Por lo tanto, esos “rollos” que se abrirán en un futuro, puesto que no pueden contener registro acusatorio para nadie (recordemos que los que sobreviven a la “gran tribulación”, lo hacen porque “han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero”, según Rev. 7:14 y por lo que también han sido “absueltos” de sus pecados), no pueden ser otra cosa más que información adicional para la edificación espiritual del personal que, por una vía u otra acceda al reino de Dios, pues contrario a lo que afirma con tanta convicción el Sr. Olcese, con la información actual no es suficiente para conseguir dicha edificación. Es cierto que esas personas sobrevivientes partirán con un plus añadido, sobre muchas de aquellas que se levantarán en la “segunda” resurrección y que probablemente, la inmensa mayoría de ellas quizás nunca oyeron de su Creador, por lo que les será más fácil el asimilar las nuevas enseñanzas que no a estas últimas, pero de eso a lo que nos dice D. Mario, es obvio que media un trecho.

Y es que dicho caballero nos asegura tajantemente en el video mencionado, que la Ley del Sinaí y posterior magnificación de la misma por las enseñanzas de Jesús, nos bastan y sobran para alcanzar la salvación, lo cual es del todo falso, pues de entrada solo consiguen alcanzar la “salvación” y en el estricto sentido de la palabra, aquellos que han de reinar con Cristo y que como hemos señalado, ya en el mismo momento de resucitar adquieren la condición de seres inmortales; el resto (los sobrevivientes de la “gran tribulación” y los que posteriormente se les irán añadiendo en la resurrección) y siempre según las Escrituras, pues nosotros no nos inventamos nada, han de esperar al término del milenio y superar la prueba final (Rev. 20:7-8), para alcanzar la vida eterna…… de lo contrario ¿para qué la peripecia de guardar a Satanás durante mil años? Y vida eterna que no es lo mismo que la inmortalidad, dicho sea de paso, aunque en términos prácticos venga a representar lo mismo, eso es, el gozar de una vida sin fin. Por lo tanto, la instrucción bíblica actual no es suficiente para superar la prueba final del milenio, pues al igual que la Ley tuvo un propósito determinado y limitado en el tiempo, así también el resto del contenido escritural que tenemos actualmente a nuestro alcance, tiene un propósito y alcance determinado para nosotros, a quienes “los fines de los sistemas de cosas han llegado” o “alcanzado”, según versiones (1 Cor. 10:11); pero veamos que se nos dice en Gál. 3:23-25, acerca del propósito de la Ley:

Sin embargo, antes que llegara la fe, estábamos guardados bajo ley, entregados juntos en custodia, esperando la fe que estaba destinada a ser revelada. 24 Por consiguiente, la Ley ha llegado a ser nuestro tutor que nos conduce a Cristo, para que se nos declarara justos debido a fe. 25 Pero ahora que ha llegado la fe, ya no estamos bajo tutor.”

Observemos que en dicho pasaje, se nos dice que la Ley solo fue el tutor o guía que condujo al pueblo de Dios (Israel) hasta el Cristo y con ello a la fe en este, pues su presencia garantizaba el cumplimiento de las promesas de Dios (Rom. 15:8)…… a partir de ese momento, la Ley como tutor fue derogada o apartada del camino (Col. 2:14) y la fe en el cumplimiento de las promesas del Creador, focalizadas en el sacrificio vicario de Jesús, pasó a ocupar su lugar; ahora bien ¿hasta dónde nos conduce la fe? Pues sencillamente hasta el momento de la instauración del reino de Dios, en donde la promesa Divina que giraba en torno al Cristo, tomará ya rango de realidad y por lo que ya no será necesaria la fe en el reino, pues este ya estará presente y actuando sobre nuestras vidas; recordemos que según Heb. 11:1, la fe es la “expectativa segura de las cosas que se esperan, la demostración evidente de realidades aunque no se contemplen”…… por ello, cuando lo esperado ya se contempla, pues se ha hecho realidad, ya no hace falta la fe en ello:

Dios nos salvó porque tenemos la confianza (o fe) de que así sucederá. Pero esperar lo que ya se está viendo no es esperanza, pues ¿quién sigue esperando algo que ya tiene?” (Rom. 8:24, en la versión TLA). (Acotación nuestra).

Dicho en otras palabras, cuando la esperanza se ha sustanciado en una realidad, ya no hace falta la fe para creer en ella, pues ya la tenemos presente. Por lo tanto y como queda claro en el contenido de Rev. 7:14, solo aquellos que hayan ejercido fe en el sacrificio redentor de Cristo, eso es, que hayan “lavado” sus ropas largas y las hayan “emblanquecido” en la sangre del Cordero, son los que pasarán vivos al reino de Dios sin experimentar la muerte…… con lo que las Escrituras o “rollos” actuales, habrán cumplido su misión de llevarnos hasta el cumplimiento de la promesa divina. Pero claro, una cosa es que en dicho reino de Dios ya de entrada se nos den unos cuerpos perfectos (ver nuestro escrito “¡Y el sapo se convirtió en un príncipe!” del 09/04/12), resultado inmediato del reino sobre nuestros cuerpos físicos y otra muy distinta, que nuestra mente embrutecida por tantos siglos de imperfección, no precise de asimilar nuevas enseñanzas tendentes a fortalecerla en nuevos principios o conceptos divinos y así capacitarnos, para hacer frente al término de los mil años, a la prueba a que será sometida la humanidad:

Ahora bien, luego que hayan terminado los mil años, Satanás será soltado de su prisión 8 y saldrá a extraviar a aquellas naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, para reunirlos para la guerra. El número de estos (los extraviados) es como la arena del mar.” (Rev. 20:7-8). (Acotación nuestra).

Observamos en primer lugar, que al término de esos mil años y como incomprensiblemente afirman algunos “entendidos” en la materia, no se produce ninguna resurrección (pues de lo contrario, eso es lo que se nos diría en el registro bíblico), sino una determinada situación que pondrá a prueba la lealtad del ser humano hacia su Creador y por lo que en realidad, más que hablar de una prueba, tendríamos que estar hablando de una maravillosa oportunidad que nuestro Excelso Creador extiende a toda la humanidad, de responder cada uno por sí mismo a lo que en su día otro (Adán) respondió por nosotros (así nos luce el pelo) y de lo que todos hemos pagado las consecuencias…… no olvidemos que incluso el propio Dios Altísimo, tuvo que entregar a Su Hijo a una muerte cruel e ignominiosa para reconducir las cosas y darnos amorosamente con ello a los descendientes del primer hombre, la oportunidad de decidir por nosotros mismos sobre nuestro destino final: vida eterna o destrucción eterna. Ahora bien ¿por qué razón tiene cierto éxito Satanás en su intento de “extraviar” al personal, al grado que los que le siguen en su nuevo intento de rebeldía, resultan ser numerosos “como la arena del mar”?

En llegando aquí, de nuevo tenemos que volver a los “rollos” que se abren y a la información contenida en estos, pues tienen una importancia vital para evitar tan nefasta circunstancia; tengamos en cuenta que en el reino de Dios, habrán aquellos que sobrevivieron a la “gran tribulación” y por las razones ya explicadas, pero también aquellos que vayan resucitando, así como los hijos que de ambos grupos vayan naciendo y ello, por espacio de mil años…… luego al final, un conglomerado de personas de variopinta procedencia, la inmensa mayoría de las cuales no conocieron a Dios en su vida anterior o en su defecto, personas que habiendo ya nacido en circunstancias distintas a las que “disfrutamos” actualmente, conocerán muy poco de la historia de miles de años de sufrimiento y muerte que ha padecido la humanidad por causa del pecado y por ello, con la perentoria necesidad de recibir instrucción del porque ahora se encuentran en una situación de perfección física, así como en una tierra paradisíaca, circunstancias totalmente distintas a las que experimentaron antes de su muerte, unas…… o circunstancia en la que habrán nacido otras y por lo que no conocen de primera mano, lo acontecido en la tierra por milenios. Pero claro, bien sea en una circunstancia o en otra y sobre eso es a lo que queremos llamar la atención del lector, puede ser que el disfrutar de las ventajas físicas o materiales que esa nueva situación paradisíaca proveerá al ser humano en general, esta se convierta en el objetivo principal en la vida de algunos y ello les haga perder de vista la necesidad a aprender más de su Creador y con ello, el adquirir el necesario fortalecimiento espiritual para enfrentar un reto posterior y ya mencionado, el de Rev. 20:7-8…… y reto que de no superarlo, puede significar para esas personas la destrucción eterna, como se lee en los dos siguientes versículos 9 y 10:

Y avanzaron (los que sigan a Satanás) sobre la anchura de la tierra y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada. Pero descendió fuego del cielo y los devoró (lo que significa destrucción eterna). 10 Y el Diablo que los estaba extraviando fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde ya estaban tanto la bestia salvaje como el falso profeta; y serán atormentados día y noche para siempre jamás.” (Acotaciones nuestras).

Entonces queda claro, que no se trata solo y como apunta Apologista Mario Olcese de entrar en el reino de Dios y ya está todo hecho, pues según se desprende del contexto bíblico, solo aquellos que tomen en sería consideración la nueva información que se irá impartiendo por parte del Altísimo, por medio de esos reyes y sacerdotes (no olvidemos ese aspecto fundamental de los que con Cristo, el Gran Sumo Sacerdote (Hebr. 7:26) tienen que reinar), podrán salir airosos del lance final e inscribir sus nombres en el “rollo de la vida” y abierto a tales efectos. Porque recordemos que la labor de los sacerdotes en el antiguo Israel y quienes eran los representantes directos del Altísimo ante el pueblo, algo que no ha cambiado con el tiempo, fundamentalmente tenía que ver con el instruir a este acerca de Él y de Sus leyes o preceptos…… luego si con la instrucción que ya tenemos y siempre según el planteamiento del Sr. Olcese, ya fuera más que suficiente para alcanzar la vida eterna ¿para qué necesitamos entonces, sacerdotes durante el milenio? Por lo tanto y todo considerado, queda claro que los “rollos” que se abren no pueden ser otra cosa más que nueva información tendente a edificarnos espiritualmente y que los que desatiendan dicha información, preocupándose solo de disfrutar de los beneficios materiales que ofrecerá el reino de Dios, lo tendrán difícil para superar el “escollo” final…… y es en ese sentido, que los TJ dicen que si no se toman en cuenta las instrucciones de “dichos rollos”, no se alcanzará a escribir el nombre de uno en el “rollo de la vida”, sencillamente porque uno será entrampado por Satanás en el último momento y no accederá a la vida eterna. Pero claro, la objeción presentada por el Sr. Olcese nos habla de que el pasaje de Rev. 20:12-13 si dice, que los muertos fueron juzgados según sus hechos y de acuerdo a las cosas escritas en los “rollos” y algo, según dicho caballero, que ya había sido adelantado por Jesús en Mat. 16:27:

Porque el Hijo del hombre está destinado a venir en la gloria de su Padre con sus ángeles y entonces recompensará a cada uno según su comportamiento.”

Por lo que aquí ya se nos abre una nueva línea de investigación, pues aunque dicho pasaje se pretende usar como soporte adicional a la idea de que los muertos serán juzgados por las cosas que hicieron en vida y que supuestamente, están anotadas en los citados “rollos” que se abren, si se analiza adecuadamente el pasaje en cuestión y sobre todo, si lo colocamos en su contexto natural, nos encontramos que nos dice otra cosa; porque lo que queda claro de la lectura correcta del mismo, es que ese “recompensar” ocurre en el mismo momento de la llegada de Jesucristo en la gloria del reino y no mil años después de dicha llegada. Y pasaje el mencionado, que se corresponde con el contenido de la parábola conocida como “de las ovejas y las cabras” de Mat. 25:31-46, en donde extractándola al máximo, leemos lo siguiente:

Cuando el Hijo del hombre llegue en su gloria y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre su glorioso trono. 32 Y todas las naciones serán reunidas delante de él y separará a la gente unos de otros (obviamente estaríamos hablando de personas vivas), así como el pastor separa las ovejas de las cabras. 33 Y pondrá las ovejas a su derecha, pero las cabras a su izquierda. 

34 “Entonces dirá el rey a los de su derecha: ‘Vengan, ustedes que han sido bendecidos por mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo (……) 

41 “Entonces dirá, a su vez, a los de su izquierda: ‘Váyanse de mí, ustedes que han sido maldecidos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles (……) 46 Y estos partirán al cortamiento eterno, pero los justos a la vida eterna.” (Acotación nuestra).

Y siendo esto así, ello nos lleva a considerar con más atención lo que se nos dice en Rev. 20:11-13, porque allí, aparentemente, se nos habla de muertos y no de vivos:

Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él. De delante de él huyeron la tierra y el cielo y no se halló lugar para ellos. 12 Y vi a los muertos, los grandes y los pequeños, de pie delante del trono y se abrieron rollos. Pero se abrió otro rollo; es el rollo de la vida. Y los muertos fueron juzgados de acuerdo con las cosas escritas en los rollos según sus hechos. 13 Y el mar entregó los muertos que había en él y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados individualmente según sus hechos.”

Partamos de la base, que la aparición del “gran trono blanco” mencionado en el verso 11, tiene que ver con el momento en que es instaurado el reino de Dios aquí en la tierra y algo que queda perfectamente probado en nuestro artículo “El misterio del “gran trono blanco” ¿antes...... o después del milenio?” (29/01/12) y que es de gran importancia para la solución al tema que estamos debatiendo. Por otra parte y si se observa con detalle, parece haber una diferencia sustancial entre los “muertos” del versículo 12, con respecto de los “muertos” del verso 13…… y es que los “muertos” del verso 12, no solo no se nos explica de dónde salen, sino que por lo que se nos dice a continuación de ellos, no pueden ser otros que aquellos “vivos” que sobreviven a la “gran tribulación” (Rev. 7:14) y que han salvado su vida, como ya les hemos señalado, mediante el “lavar” y “emblanquecer” sus ropas con la sangre del cordero y que son los primeros con los que se encuentra Jesucristo en el momento de ser entronizado, antes que se inicie la resurrección como tal. Pero quizás alguien pudiera objetar que dicho versículo 12 claramente nos menciona la expresión “muertos”, por lo que nosotros le formularíamos a ese “alguien” la siguiente pregunta ¿quiénes son entonces, los “muertos” que se nos mencionan unos versículos antes, concretamente en el 5 y en donde leemos lo siguiente?:

Los demás de los muertos no llegaron a vivir sino hasta que se terminaron los mil años.”

Y texto que hace clara referencia, cuando se analiza dentro de su contexto, a aquellas personas que no reinando con Cristo (sobrevivientes y resucitados), no alcanzan a obtener el derecho a la vida eterna o, como dijo Pablo, a vivir “la vida que realmente lo es” (1 Tim. 6:19) o vida sin muerte, hasta el final del milenio y ello, si superan la prueba que significará la suelta de Satanás…… y que para una información más completa y necesaria para comprender de qué estamos hablando, pueden considerar nuestro artículo del 19/08/10 titulado “El incomprendido pasaje de Rev. 20:5”. Ya considerada dicha información y si es que así lo ha hecho, querido lector, le será mucho más fácil seguir el hilo de esta exposición y con lo que le quedará claro que los “rollos” que se abren, no pueden ser otra cosa más que información orientada a la instrucción de esas personas que en su conjunto serán súbditas del reino de Dios y que en el libro o “rollo de la vida”, se inscribirá el nombre de aquellos cuya actitud para con esa información, sea la correcta en todo momento desde el punto de vista del Altísimo…… luego sí será vital la actitud de obediencia a dicha instrucciones y como dicen los TJ, para que el nombre de uno figure en dicho “rollo de la vida”; y ello nos lleva al verso 13 de ese capítulo 20 mencionado y que repetiremos, por aquello de refrescar la memoria:

Y el mar entregó los muertos que había en él y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados individualmente según sus hechos.”

Luego aquí sí parece que estamos refiriéndonos a otra cosa, pues sí estaríamos hablando de muertos literales, ya que se nos mencionan su lugares de procedencia: el fondo del mar (y que los hay por cientos de millones a lo largo de la historia del mundo) y la “muerte” y el “hades” (o “Seol”, sepultura común de la humanidad en general)…… por lo que si esto es así y tal parece que así es, los “muertos” del versículo 12 no son tales en sentido literal, sino que tienen que ser lo que les hemos explicado. Entonces estos muertos que sí realmente lo son y por ello, los que se levantarán durante la “segunda” resurrección, son los que serán individualmente “juzgados” según sus hechos a partir de ese momento en adelante y de acuerdo a la información escrita en los “rollos” que previamente se han abierto, eso es, que después de su resurrección su actitud o conducta se ajuste a la orientación dada en los mismos…… y algo que también aplicará, obviamente a los sobreviviente de la “gran tribulación”. De no ser así, su justa retribución les será dada según respondan a la que llamamos prueba final con la suelta de Satanás al termino de los mil años de reinado mesiánico: vida eterna para aquellos que habiéndose aprovechado de las nuevas instrucciones dadas en los “rollos” que se abren al inicio del milenio (no al final como nos apuntan algunos entendidos) la superen con éxito…… o destrucción eterna para aquellos que habiéndola pasado por alto, al tener más en cuenta el disfrute de los beneficios materiales del reino, que del alimento espiritual ofrecido durante el mismo, incurran en el mismo error de Adán y Eva, siendo llevados con ello al mismo engaño y consiguiente consecuencia destructiva. Es cierto, por otra parte, que el Sr. Olcese para sostener su extraño planteamiento, nos cita de Rev. 3:5 y en donde leemos lo siguiente:

El que venza será vestido así de prendas de vestir exteriores blancas; y de ninguna manera borraré su nombre del libro de la vida, sino que haré reconocimiento de su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles.”

Pero claro, no es menos cierto que una vez más el caballero en cuestión está sacando textos de su contexto, con el objetivo de que de alguna manera estos apoyen su disparatado argumentario y dando una prueba más de no saber siquiera de lo que está hablando, porque veamos: estas palabras de Jesucristo, iban dirigidas a aquellos que con él tienen que reinar y no a aquellos que no lo pueden hacer, pues son los súbditos del reino de Dios y por lo que estaríamos hablando de los sobrevivientes de la “gran tribulación” y de aquellos que se levantarán en la “segunda” resurrección y que acontecerá durante el milenio. Recordemos que la “primera” resurrección y que es la que concede la inmortalidad y el derecho a reinar con Cristo, se produce antes de que se establezca el milenio como tal y por tanto, antes que aparezcan ambos grupos. El hecho de que dicho pasaje va dirigido a esas personas que compartirán gobierno con el Hijo de Dios, queda probado precisamente por el detalle que nos señala el Sr. Olcese, en el sentido que su nombre puede ser “borrado”, que no “inscrito”, en el “rollo de la vida del cordero” (Rev. 13:8; 21:27)…… y que tal parece que no es el mismo “rollo de la vida” del que se nos hable en Rev. 20:12. Porque en este último “rollo de la vida” abierto durante el milenio (no olvidemos este detalle), las personas y por obvias razones, solo pueden ser “inscritas” a medida que van cumpliendo los requisitos para ello, eso es, el ir ajustando su actitud y comportamiento a la información recibida y a medida que van resucitando, ya que la lógica y el sentido común nos dicen, que dicha resurrección será progresiva en el tiempo y por ello, su inscripción en el mencionado “rollo de la vida” también tiene que ser de corte progresivo. Sin embargo, aquellos que figuren en el “rollo de la vida del cordero”, son anotados desde el mismo momento en que reciben el ungimiento como Hijos adoptivos de Dios y de ahí, que Jesucristo dijera que “si vencían” como él había vencido, eso es, guardando integridad hasta la misma muerte, sus nombres no serían “borrados” del “libro de la vida del cordero” y reservado solo para aquellos que tienen que reinar con Cristo en el milenio…… y algo que refuerza nuestro planteamiento, lo encontramos en verso 21 en donde leemos lo siguiente:

Al que venza, le concederé sentarse conmigo en mi trono, así como yo vencí y me senté con mi Padre en su trono.”

Luego queda perfectamente claro que el pasaje mencionado por el Sr. Olcese de Rev. 3:5, está sacado de su contexto y nada tiene que ver con lo que ocurre dentro del milenio y por tanto, con los “rollos” que se abren dentro del mismo, pues el “rollo de la vida del cordero” tiene que ver con cosas que ocurren antes de que dé inicio dicho período milenial…… no olvidemos que ya hemos señalado que los que con Cristo tienen que reinar, acceden a la vida inmortal antes de que se ponga en marcha el reino de Dios aquí en la tierra y con ello, queda cerrado definitivamente dicho libro o “rollo” al concluir la “primera” resurrección; nada que ver por tanto, con lo que ocurra dentro de dicho período de tiempo de mil años. Por lo que queda manifestado, que estamos ante una nueva “genialidad” de Apologista Mario Olcese y que es obvio que no tiene muy claro por dónde le sopla el viento en asuntos bíblicos, pues en esa nueva reprobación a los TJ, resulta que esos tienen razón en lo que es el fondo de su planteamiento y que el Sr. Olcese, está completamente equivocado en la objeción formulada.

Y que ya nos reconocerán ustedes, queridos lectores y tómenselo como un simple comentario personal, que tanto presumir de “teólogo” para no ser siquiera capaz de rebatir con un mínimo de solvencia a los TJ…… “ya tiene delito” que diría un castizo.

MABEL