jueves, 11 de febrero de 2010

Cuando no se quiere entender

Desde esta página hemos seguido con interés, como hacemos siempre, los comentarios de respuesta que el Licenciado Mario Olcese ha publicado en sus blogs con referencia a nuestros últimos artículos, aparecidos en la Red. Pues bien, desde este blog hemos considerado la posibilidad de no hacer ninguna declaración acerca de las objeciones por él publicadas, por las razones siguientes:

De ninguna manera deseamos en esta página, envolvernos en enfrentamientos que tengan como finalidad el ganar una discusión y no el de un sincero y honesto cambio de impresiones, con la finalidad de establecer la verdad del contenido de las Escrituras. Y en segundo lugar, porque cuando obviando puntos claramente apoyados en textos bíblicos perfectamente interpretados (nunca se nos ha podido acusar de lo contrario) y que claramente nos dan la razón en nuestros argumentos, se llega al extremo de hacer afirmaciones basadas en lecturas sesgadas acerca de un escrito, con el objetivo evidente de tener “la razón”, entendemos que no vale la pena entrar en el debate...... y miren el por qué decimos esto.

En su artículo recién publicado: “¿Llamados a ser gobernantes o simplemente súbditos en el Reino?”, y haciendo referencia al expuesto en este blog, el 9 de Febrero de 2010, titulado. “El Reino de Dios: el fin o el medio”, el Sr. Olcese transcribe parte de uno de sus párrafos y que dice así:

Pero es que además ¿cómo explicaría Ud., amigo lector, el sistema gubernamental de un Reino? ¿Diciendo que el tal está compuesto de cientos de miles, de miles de más miles de gobernantes asociados? ¿Qué es lo que Ud. está viendo en los que actualmente aún existen, como España, Holanda, Suecia, Inglaterra, Jordania, etc., etc., citados anteriormente? ¿Qué idea cree Ud. que tenían los israelitas del tiempo de Jesús, acerca de la composición del antiguo reino de su antepasado David? Saque conclusiones, le rogamos de nuevo y pregúntese si el resultado obtenido cuadra con un gobierno milenario compuesto de “millones, miles de millones” de gobernantes asociados y que sería el resultado lógico, si fuera cierto que desde Cristo, todos los bautizados como cristianos accedieran a ese privilegio.


Eso era lo que nosotros planteábamos y vean Uds., que afirma a continuación el Sr. Olcese:

Pues bien, tal vez tenga razón el Sr. López al decir esto, aunque se olvidó agregar que el reino de Cristo, si bien tendrá una sede o localidad específica, su alcance e influencia será mundial, un aspecto crucial que no sólo justificaría los 144,000 asociados, sino un número aún mucho mayor.” (Negritas nuestras).

Ello demuestra la peregrina idea que tiene el amigo Mario Olcese, del organigrama de un reino o gobierno y de la “atención” con la que leyó nuestro escrito y así, poder responderlo con propiedad. Porque resulta que solo un poco más adelante y en el primer párrafo del subtema Territorio, nos pronunciamos, texto incluido y todo, en los siguientes términos:

Sin embargo parece ser, que dicho gobierno tendrá su ubicación aquí en la tierra, concretamente en el territorio de Israel, siendo Jerusalén su ciudad/capital y desde donde se extenderán sus dominios y también beneficios, según promesa divina, hasta la parte más lejana de la tierra: “Y mediante tu descendencia ciertamente se bendecirán todas las naciones de la tierra debido a que has escuchado mi voz.” (Gén. 22:18).

Y ahí están nuestros dos blogs, para que Uds. puedan comprobarlo. Y concluir, por otra parte, que el aumentar su radio de influencia dicho reino sobrenatural, sería un aspecto “crucial” por lo cual habría que aumentar el número de 144.000 co-gobernantes, por demás personajes poderosísimos, significa no conocer o lo que es peor, “no querer” conocer, de que se nos está hablando en cuanto a ese Reino de Dios, poderosísimo, así como de no tener la más elemental idea del organigrama de una estructura de gobierno. Y todo ello, se nos antoja (porque él sabe estas cosas), para no reconocer la verdad de un tema en el que está profundamente equivocado. Mario Olcese, quiere continuar pensando que no pueden ser 144.000 integrantes, como dice Jehová, sino “millones, miles de millones”, como afirma él...... pues bien, en todo caso nuestro respeto a su forma de pensar. Pero claro, llegados a este extremo de que cada uno escoge la pequeña porción que le interesa de un planteamiento como un todo, para montar su defensa y “ganar” su particular batalla, pues que quieran que les digamos, como que no nos apetece perder el tiempo de esa manera.

Porque lo que nosotros entendemos que hay que hacer, lejos de tan infantiles recursos, es entrar en el fondo de la cuestión y analizar si los textos usados en cualquier planteamiento, están correctamente aplicados y sobre todo, correctamente interpretados. Y si eso es así y rogamos sepan disculpar la vulgar expresión, pues uno se la envaina, se calla y aprende, porque el planteamiento en cuestión queda demostrado correcto. Y si no es así, pues uno entra a discutir concretamente acerca de la tal aplicación e interpretación de los textos usados (no de otras cosas) y lo demás son gaitas. Y porque además y de eso no nos cita para nada el Sr. Olcese, lo que se estaba prometiendo a los judíos, era la restauración “del reino de David” y no otra cosa, por lo cual estaríamos muy agradecidos a nuestro buen amigo Mario, si nos explicara según él, cuál era la composición orgánica de ese reino; pero veamos que afirma a continuación:

Sin embargo, mi amigo, el Sr. López, dice esto de los súbditos del reino: “Como podemos ver y al igual como en el caso de Noé después del Diluvio, la tierra de nuevo verá a una humanidad que, aunque continuando de momento en estado de imperfección, en su totalidad será conocedora y obediente de Sus disposiciones reglamentarias y por eso Jehová, les ha concedido el pasar con vida a través de tan dramáticos acontecimientos”.

Veamos ahora, la objeción presentada:

Sinceramente pongo en duda lo dicho por el Sr. López en el sentido de que los súbditos serán conocedores y obedientes de Dios antes de entrar al reino. Recordemos que los súbditos son los sobrevivientes de las naciones, los cuales serán enseñados y adoctrinados en el camino del Señor en el milenio, pues dice la Biblia: “De Sion saldrá la ley y de Jerusalén la Palabra de Yahweh”. “Y los errados de espíritu aprenderán inteligencia, y los murmuradores aprenderán doctrina” (Isa. 29:24). (Negritas nuestras).


Y aunque el Sr. Olcese pone en duda nuestra afirmación, eso es lo que nos dicen las Escrituras, luego la idea no es nuestra. Porque resulta, que si no hubieran sido conocedores y por tanto, obedientes al Altísimo, no habrían sobrevivido a la Gran Tribulación y con lo cual nos habríamos quedado sin súbditos. Y esa es una conclusión simple y lógica, a la cual parece tener alguna dificultad para llegar el Sr. Olcese. Y es que de la gran muchedumbre que sobrevive a tan dramático evento (nadie más sobrevive), se nos dice que es a causa de haber lavado sus ropas con la sangre del cordero y que por eso están delante del trono, rindiéndole culto noche y día, extendiendo el que está sentado en el trono su tienda sobre ellos en señal de aprobación; pero leámoslo:

Uno de los ancianos me preguntó diciendo: Estos que están vestidos con vestiduras blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido? 14 Y yo le dije: Señor mío, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestidos y los han emblanquecido en la sangre del Cordero. 15 Por esto están delante del trono de Dios y le rinden culto de día y de noche en su templo. El que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos.” (Rev. 7:13-15).

Pero es que además, el Sr. Olcese nos dice en esa porción de comentario, lo siguiente:

Recordemos que los súbditos son los sobrevivientes de las naciones, los cuales serán enseñados y adoctrinados en el camino del Señor en el milenio, pues dice la Biblia: “De Sion saldrá la ley y de Jerusalén la Palabra de Yahweh”. (Negritas nuestras).

Y por supuesto que recordamos de donde proceden estos sobrevivientes, sin embargo, el que parece no recordarlo es el Sr. Olcese. Porque la pregunta inmediata, es la siguiente: ¿y a que sobreviven, esos “sobrevivientes de las naciones”? Pues a la Gran Tribulación, como ya hemos dicho y siendo por ello entonces, la gran muchedumbre de Rev. 7:9:

Después miré y había una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y el Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos.

Y que como hemos mencionado, han conseguido la aprobación de Jehová y por ello se han salvado (verso 14). Luego nuestra idea y contraria a la personal opinión (no basada en texto bíblico alguno) del Sr. Olcese, es correcta y su objeción, como muy incongruente.
Cierto es lo afirmado en Isa. 19:24:

Y los extraviados de espíritu aprenderán inteligencia y los murmuradores aprenderán doctrina.”

Pero que lejos de dar ningún tipo de apoyo a las ideas del Sr Olcese, lo que hacen es reafirmar el contenido de los dos últimos subtemas de nuestro artículo objeto de la crítica del amigo Mario y de los que por cierto, no nos dice ni palabra. Allí explicamos, que a principios del milenio, da comienzo la segunda resurrección mencionada por Pablo en Hech. 24:15:

“…..y tengo esperanza en cuanto a Dios, esperanza que estos mismos también abrigan, de que va a haber resurrección así de justos como de injustos.”

Y a partir de ahí, aplican las palabras de Isa. 19:24 citadas, así como Rev. 2:27 y 12:5, que nos hablan de la aparente necesidad de una regencia con “vara de hierro” o actitud intransigente con algunos y que será la excepción, se debe a la aparición (por resurrección) de los “injustos” en la tierra y que solo será aplicada a los “injustos” que se desmanden, no a los que cambien de actitud y muchísimo menos a los “justos” que viven en plena armonía con la voluntad y dirección de Jehová, mediante su gobierno milenario. Y que para nada son aplicables a la gran muchedumbre en el momento de su aparición, como nos da a entender erróneamente Apologista...... y es que calificar de “extraviados de espíritu” a aquellos que se salvan a través de la Gran Tribulación por haber obtenido el beneplácito de Jehová, como que nos parece un poco fuerte.
Y por fin, no obstante, parece que se hizo la luz, pues nos dice Apologista:

No deja de inquietarme, sin embargo, la grande muchedumbre que aparece en Apocalipsis 7: 9-15.”

Y después de citar dichos versos, concluye de manera brillante con la siguiente reflexión:

De este grupo incontable se dice que está frente al trono y frente al Cordero. Si esto es verdad, y no tengo razones para dudarlo, entonces hay salvos de entre los gentiles que salieron de la gran tribulación final y que estarán en el mismo lugar (aunque no en la misma posición de reyes) que los 144,000 sellados Hebreos. Esto implicaría que si bien 144,000 son los que reciben sus tronos de autoridad junto con Cristo, hay otros que están delante de los príncipes hechos reyes que colaborarán en la gobernación como asistentes.”

¡¡Aleluya, querido Mario!! Esto y no otra cosa, es lo que intentamos darle a entender con nuestros artículos y desde tiempos inmemoriales, pues un reino se compone en primera instancia, de un Rey y de un parlamento (o Corte Real, en su día) a su alrededor y miembros por tanto de pleno derecho del gobierno en cuestión; luego, a una escala mucho menor y sin gozar por supuesto del mismo status y magnificencia, una inmensa cantidad de funcionarios, que colaboran en las tareas de administración y desde diferentes responsabilidades, cargos y rangos...... y eso querido Mario es el Reino de Dios. Un gobierno o administración, compuesto de un Rey (Jesucristo) y una corte principesca de poderosísimos reyes y sacerdotes asociados (144.000, según Rev. 14:1, no lo decimos nosotros), a los que se irán añadiendo en calidad de funcionarios (menudo privilegio, casi nada) algunas personas sobrevivientes de la Gran Tribulación en principio y prominentes por su amor y dedicación demostrada al Altísimo, por su apoyo en todo momento al Reino en nuestros días. Y ahí entre ellos y no nos cabe la más mínima duda, podría estar el amigo Mario Olcese, no solo porque su defensa a ultranza del Reino está perfectamente acreditada, sino porque además y según nuestro entender (discrepancias aparte) es una excelente persona y eso, nos consta. Ya después y según vaya adelantando la segunda resurrección de forma gradual (nosotros jamás hemos dicho que será instantánea y de todos al mismo tiempo) y vayan apareciendo los Daniel, David, Abraham etc., etc., qué duda cabe de que ocuparan puestos de altísima dignidad. Porque y dicho sea por si acaso, ellos no formaran parte, del gobierno milenario de los 144.000 escogidos por Jehová, según el pasaje de Mateo 11:11-12, debidamente analizado. Veamos el razonamiento, leyendo
Mat. 11:12:

Pero desde los días de Juan el Bautista hasta ahora el reino de los cielos es la meta hacia la cual se adelantan con ardor los hombres, y los que se adelantan con ardor se asen de él.”

Luego entendemos que fue a partir de los días de Juan el bautizante, que fue abierta la posibilidad de esforzarse por el Reino, no antes. Y para esos días, ya hacía siglos que habían fallecido los personajes citados del AT. Tanto es así, que ni siquiera Juan el Bautista, un hombre que desde su infancia estuvo lleno de Espíritu Santo (Luc. 1:15b), fue incluido para acceder a ese privilegio, sencillamente porque murió antes de que se estableciera el pacto para el Reino y posterior derramamiento del Espíritu Santo en el Pentecostés de 33 E.C. Ahora fíjense en lo que dijo Jesús, un versículo antes del que acabamos de citar:

En verdad les digo: Entre los nacidos de mujer no ha sido levantado uno mayor que Juan el Bautista; mas el que sea de los menores en el reino de los cielos es mayor que él.”

Tengamos en cuenta, que esas palabras son muy reveladoras para el asunto que estamos considerando, por lo cual tenemos que analizar con detenimiento, lo que nos estaba diciendo Jesús: si Juan era el más grande de los nacidos de mujer (entendemos que en orden de importancia), nos queda claro que era más grande que los Abraham, David, Daniel, etc. Luego si el más pequeño en el Reino de Dios (el último de la fila, para entendernos), era mayor que él y eso solo podía significar que Juan no figuraría entre los miembros del mismo, cuanto menos y por extensión, aquellos que eran considerados menores que el propio Juan, los notables del AT. Y si nosotros hemos interpretado estos dos textos correctamente, tenemos razón en nuestro planteamiento diga lo que diga el Sr. Olcese y si no, que nos explique y según él, cuál es la interpretación correcta. Y les rogamos queridos lectores, sepan disculpar el quebrantamiento tan temprano de nuestra afirmación inicial, en el sentido de no responder a tales comentarios; pero ya saben...... la carne es débil.


Y eso es todo, queridos amigos. Como siempre, les recomendamos respetuosamente el leer ambos artículos, los contrasten con nuestra respuesta y Biblia en mano, saquen sus propias conclusiones. Y es que nosotros, también podemos equivocamos.

MABEL




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