Respondiendo al Dr. J. Rivas Martínez
Tal y como prometió, el Dr. Rivas ha dado respuesta a nuestro artículo “Gog de Magog”, discrepante con su afirmación de la aparición de esa figura bíblica, durante los acontecimientos por ocurrir, durante la séptima última semana de la profecía de Daniel 9:25-27, o sea, antes del milenio. En dicha exposición, titulada “Gog y Magog en Ezeq. 38:2 y en Apoc. 20:8”, vemos que lamentablemente lo único que hace el Sr. Rivas, es en primer lugar, continuar con más de lo mismo pero con un poco más de relleno, o sea, con más datos acerca del personaje en cuestión, por ejemplo, características, procedencia, aliados, etc. y en segundo lugar, establecer un marcado contraste de dichas características con las del Anticristo y sus aliados, para demostrar y como nos señala al principio de su planteamiento, que nada tienen que ver unos con los otros. Cosas por demás, con las que estamos plenamente de acuerdo y que para nada tienen que ver con nuestras discrepancias. Pero eso sí, ni una sola palabra de las diferencias puntuales que en nuestro escrito, poníamos de relieve. Por ello y rogando las oportunas disculpas al sufrido lector, no tenemos más remedio que volver a repetirlas. Y por supuesto, tal como indica el Dr. en cuanto a tener en cuenta el contexto, de ninguna manera lo vamos a pasar por alto. Ya en el primer párrafo de su exposición, el Dr. Rivas nos asegura lo siguiente:
“En este estudio demostraremos bíblica, histórica y geográficamente que “el” «Gog y Magog» que se encuentra en Ez. 38:2 (para ser preciso, «Gog en tierra de Magog») no es el mismo que aparece en Ap. 20:8. La Biblia nos ofrece bastantes pruebas convincentes de que existen grandes diferencias entre “uno” y “otro”.”
Luego si no son lo mismo, según él, es que existen dos Gog de Magog, cosa por demás muy extraña, porque la Biblia no dice esto. Además, él nos menciona la existencia de “marcadas diferencias” entre uno y el otro. Sin embargo para nosotros, solo existe un Gog de Magog y mientras que en la profecía de Ezeq. 38-39, se nos habla de su procedencia, aliados, pensamientos, final etc., etc., en Rev. 20:7-9, se nos habla del momento de su aparición, así de sencillo. Ya sabemos que el Dr. quizás se escandalizará ante tan “disparatada idea” y que a lo máximo que podría llegar en su indulgencia es a disculparnos, atribuyéndolo a nuestra supina ignorancia. Pero observen un “pequeño” detalle para empezar: si bien para hablarnos del supuesto primer Gog de Magog, en Ezequiel se precisan dos capítulos enteros, para hablarnos del segundo Gog de Magog de Revelación y que nada menos, tiene que ver con el último y gran juicio al que será sometida la humanidad, se emplean solo tres versículos. ¿Les parece a Uds. razonable? Eso solo tendría sentido, si nuestro razonamiento fuera el correcto. Veamos otra afirmación del Sr. Rivas:
“En un estudio previo de un servidor («Israel y los conflictos bélicos finales») dijimos que una gran confederación del Norte se alistará en la «Gran Tribulación Escatológica» con la maligna intención de devastar la nación de Israel y que no tiene ninguna relación con la fuerza multinacional del Anticristo Final.”
Luego entendemos que se coloca la aparición de dicho personaje dentro de la séptima semana de Daniel 9:27 y se nos dice además, que son dos cosas totalmente separadas y distintas, con respecto del Anticristo. Pero leamos el pasaje de Daniel y en el que hemos introducido unas pequeñas notas aclaratorias:
“Por una semana él (el Anticristo) confirmará un pacto con muchos, y en la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Sobre alas de abominaciones vendrá el desolador (el Anticristo), hasta que el aniquilamiento que está decidido venga sobre el desolador.”
¿No echan algo en falta, en este pasaje que nos habla de los críticos siete últimos años de la existencia de este mundo, tal y como lo conocemos? Exactamente querido lector: no se nos habla para nada de Gog de Magog. ¿Y no le parece extraño que Daniel, una persona tan preocupada por el destino de su pueblo, no hiciera mención de un hecho que inevitablemente tendría que conmover el mundo y tan trascendental para el pueblo de Israel? Sabido es, que el Altísimo no lleva nada a cabo, sin antes previamente haber avisado de sus intenciones (Amos 3:7), para eso tiene a sus profetas. Sin embargo, mientras sí se nos advierte de las andanzas del Anticristo, silencio sepulcral con relación a Gog de Magog. ¿O será acaso, que dicho cumplimiento y a pesar de lo que opine el Dr. Rivas, no estaba planeado por el Altísimo para ese tiempo al que se hace referencia en la profecía de Daniel?
Veamos parte de un párrafo del Dr. Rivas:
“Es vital conocer el contexto del libro de Ezequiel para no extraviarse del significado verdadero de un determinado texto que se estudia y que ofrece alguna o mucha dificultad para comprenderse. El capítulo 37 de este libro comprende la restauración (progresiva) de la nación de Israel en el lugar o tierra que siempre le perteneció por voluntad divina. El capítulo 40 de Ezequiel es uno habla de la era milenaria. Es obvio que entre la restauración del Pueblo de Israel y la era milenaria ocurrirá la invasión de Gog y Magog, exactamente en la época de la «Gran Tribulación Escatológica» (orden cronológico).”
Nosotros estamos de acuerdo con lo afirmado por el Dr., en lo que tiene que ver con la explicación del capítulo 37 y 40, es más, ya se nos habla del inicio del milenio, a partir del 39:17. Por ello pensamos nosotros, que los capítulos 38 y hasta 39:16, son una intercalación y que nada tienen que ver con el contexto de 37 y 40 en adelante. Veamos como concluye el cap. 37:
“Y cuando mi santuario esté en medio de ellos para siempre, sabrán las naciones que yo, Jehovah, santifico a Israel.”
Y con esas palabras parece acabar Jehová, su exposición acerca de la restauración de Israel. Veamos ahora, como empieza el cap. 38: “Entonces vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo.…”, lo cual es indicativo, por los ejemplos que tenemos en todo el contexto bíblico, que a Ezequiel se le iba a hablar de otra cosa que nada tenía que ver con la anterior. Dicho mensaje profético concluía en el cap. 39:16, con las siguientes palabras: “El nombre de la ciudad también será Hamonah. Así purificarán la tierra.” Y aquí acaba el mensaje profético sobre Gog de Magog, una vez purificada la tierra. ¿Por qué decimos que concluye aquí dicho mensaje? Porque lo que viene a continuación, en 39:17-20, nada tiene que ver con una tierra ya limpiada y purificada:
“Y tú, oh hijo de hombre, así ha dicho el Señor Jehovah, di a las aves de rapiña, a las aves de toda especie y a los animales del campo: ’¡Juntaos y venid! Reuníos de todas partes al sacrificio que hago para vosotros: un gran sacrificio sobre los montes de Israel. Comeréis carne y beberéis sangre. 18 Comeréis la carne de los poderosos y beberéis la sangre de los gobernantes de la tierra, de carneros, de corderos, de machos cabríos y de toros, todos ellos engordados en Basán. 19 Comeréis sebo hasta hartaros, y beberéis la sangre del sacrificio que he hecho para vosotros, hasta embriagaros. 20 En mi mesa os saciaréis de caballos y de jinetes, de valientes y de todos los hombres de guerra’, dice el Señor Jehovah.”
Y porque además esas palabras, tienen que ver con Rev. 19:17-18:
“Vi a un ángel que estaba de pie en el sol, y él gritó con gran voz a todas las aves que volaban en medio del cielo, diciendo: "¡Venid! ¡Congregaos para el gran banquete de Dios! 18 Para que comáis la carne de reyes, de comandantes, y de los poderosos; y la carne de caballos y de sus jinetes; y la carne de todos, tanto de libres como de esclavos, tanto de pequeños como de grandes.”
Y cuya escena es consecuencia del enfrentamiento protagonizado por Cristo en su segunda venida con las fuerzas opositoras del Anticristo y que para nada tiene relación con Gog de Magog. Ello parece probar la verosimilitud de nuestra afirmación, en cuanto a la intercalación de dicho pasaje, sin ninguna relación directa, ni con lo que le precede, ni con lo que le sigue. Sabemos que el Dr. Rivas no estará de acuerdo con ese planteamiento, ya que al final del comentario insertado en el párrafo anterior, él dice los siguiente:
“Es obvio que entre la restauración del Pueblo de Israel y la era milenaria ocurrirá la invasión de Gog y Magog, exactamente en la época de la «Gran Tribulación Escatológica» (orden cronológico).”
Luego si no entendemos mal, un argumento de peso por el cual afirma que un primer Gog de Magog, aparecerá antes del milenio, es por lo correlativo de los capítulos y por lo tanto, los hechos narrados en ellos también deben de ser correlativos, lo cual es como mínimo, de dudosa credibilidad por lo simplista del argumento. Pero imaginémonos que el Sr. Rivas nos ha cogido en nuestro día bueno y aceptamos su planteamiento. Veamos lo que pasa: si la acción fuera correlativa, al capítulo 37 le seguiría el 38 con la aparición de Gog de Magog, luego fijémonos como acaba dicho capítulo 37:
“24 Mi siervo David será rey sobre ellos, y habrá un solo pastor para todos ellos. Andarán según mis decretos; guardarán mis estatutos y los pondrán por obra. 25 Habitarán en la tierra que di a mi siervo, a Jacob, en la cual habitaron vuestros padres. En ella habitarán para siempre, ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos. Y mi siervo David será su gobernante para siempre. 26 Haré con ellos un pacto de paz; será un pacto eterno con ellos. Los multiplicaré y pondré mi santuario entre ellos para siempre. 27 Mi tabernáculo estará junto a ellos; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. 28 Y cuando mi santuario esté en medio de ellos para siempre, sabrán las naciones que yo, Jehovah, santifico a Israel.”
Preguntémonos: ¿Cuándo se produce esta situación? Para saberlo, debemos leer la profecía de Zacarías 12:9-10:
“Aquel día me dispondré a destruir a todas las naciones que vengan contra Jerusalén; 10 derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén un espíritu de gracia y de oración; y mirarán hacia mí. En cuanto a aquél a quien traspasaron, harán lamentación por él como lamentación por hijo único, y le llorarán amargamente como se llora amargamente a un primogénito.”
De lo que se nos está hablando aquí, es de cómo Jehová, por medio de la segunda venida de Jesucristo y su ejército celestial, elimina las fuerzas multinacionales que dirige el Anticristo y salva al pueblo de Israel, que finalmente reconoce a Jesucristo como su Mesías prometido, lo aceptan como Rey y Señor y arrepentidos, de nuevo mirarán hacia Jehová, o sea, se volverán de nuevo hacia Él para conseguir su perdón. Entonces se cumplen las palabras de Ezeq. 37:24-28, que ya hemos citado. Pero bien, ahora y según la teoría del Dr. Rivas, deberían de entrar en acción los acontecimientos del cap. 38 y que de ser así, coincidirían con la entrada del milenio. Y claro, uno no puede imaginarse a Gog de Magog haciendo el burro por ahí, en medio de un panorama tan idílico como el reflejado en el pasaje de Zacarías. Sin embargo y aunque parezca mentira, eso es lo que propone el Dr. Rivas con su planteamiento.
Pero veamos otra posibilidad para que no se nos tache de intransigentes. Notamos que el Dr. Rivas nos recuerda que nada tiene que ver el grupo compuesto de Gog de Magog y sus aliados, con el grupo del Anticristo y sus seguidores, los diez cuernos de la bestia. O sea, son dos cosas totalmente distintas. Luego, si como hemos visto y él mismo afirma, el Anticristo está reservado para la parte final de la Gran Tribulación y en consecuencia es el que se enfrenta a Cristo y sus huestes celestiales, para acto seguido y tras su derrota ser instaurado el Reino, como ya hemos considerado ¿en donde más podríamos colocar a Gog de Magog y sus fuerzas? Solo nos queda, el momento posterior al pacto celebrado por el Anticristo “y los muchos”, o sea, entre Israel y sus agresores (Daniel 9:27) y antes de que dicho pacto sea roto. Pero resulta que hay una circunstancia que hace inviable la colocación de dicho evento, en ese lugar dentro de la corriente del tiempo. Veamos que se nos dice en Ezeq. 39:7:
“Manifestaré mi santo nombre en medio de mi pueblo Israel, no dejaré que vuelva a ser profanado mi santo nombre, y las naciones sabrán que yo soy Yahveh, santo en Israel.”
Pero es que resulta, que si la situación fuera como dice el Dr. Rivas y este evento ocurriera donde lo hemos colocado, tendremos que concluir que Jehová estaría equivocado, puesto que aún quedaría en escena el Anticristo y que según nos cuenta la Escritura, se las pinta solo para no solo profanar, sino desafiar además Su Santo Nombre cuando se coloca en el lugar de Dios:
“Que nadie los seduzca de manera alguna, porque no vendrá a menos que primero venga la apostasía y el hombre del desafuero quede revelado, el hijo de la destrucción. 4 Él está puesto en oposición y se alza a sí mismo sobre todo aquel a quien se llama “dios” o todo objeto de reverencia, de modo que se sienta en el templo del Dios, y públicamente ostenta ser un dios.” (2 Tes. 2:3-4).
Pero es que además y al final de los mil años de nuevo, vuelve a ser profanado y desafiado Su Nombre en la revuelta final (auspiciada por Satanás), por medio del supuesto segundo Gog de Magog y sus secuaces, según Rev. 20:7-9. Por lo tanto, no se puede ubicar el pasaje o profecía de Gog de Magog, en el momento en que la colocan en la corriente del tiempo, el Dr. Rivas y compañía. Luego ¿Dónde lo colocamos? Pero hay otro detalle.
Imaginen por un momento, que insistimos en colocar dicho evento en ese espacio de tiempo, dado que una vez se rompa el pacto, la “estrella invitada” será el Anticristo y además, que la cosa ya no tendría lógica. Porque veamos según nos cuenta Jehová, por medio de Ezequiel, los pensamientos de Gog de Magog:
“Así ha dicho el Señor Jehovah: "En aquel día sucederá que subirán palabras a tu corazón, y concebirás un plan malvado. 11 Dirás: ’Subiré contra una tierra indefensa; iré a un pueblo tranquilo que habita confiadamente. Todos ellos habitan sin murallas, y no tienen cerrojos ni puertas.” ( Ezeq. 38:11).
Para que eso fuera así, dicho ataque de Gog, debería de producirse durante la primera mitad de la semana de Daniel y mientras se mantiene en vigor el pacto de no agresión, tal y como hemos mencionado. Lo cual nos vendría a hacer creer y que nos parece demasiado creer, que dicho ataque ocurrirá cuando la gente de Israel haya aprendido a estar tranquila y confiada, como consecuencia del pacto celebrado, lo cual es un solemne disparate. Y veamos la razón: imaginémonos que mañana por la mañana nos levantamos y la primera noticia/portada de todos los medios de difusión, es la de la firma de un pacto de paz entre Israel y sus enemigos. Preguntémonos: ¿Hay alguien en su sano juicio, que se crea que por eso ya las gentes de Israel, habitarán tranquilas y confiadas? ¿Se imaginan al gobierno de Israel, inhabilitando su arsenal nuclear y desmantelando sus fuerzas armadas, porque se ha firmado un papel? De eso nada de nada, por lo tanto y acerca de lo de “tierra indefensa”, que nos cita el texto, pues ya nos contarán Uds., máxime teniendo en cuenta que Israel tiene un potencial bélico superior a los países de su entorno todos juntos. Pero además, con el riesgo de que después de los siete años de paz firmados y en el supuesto que se cumplieran, las cosas se volvieran a poner tiesas y de nuevo se requirieran de las armas para defenderse. Y con los vecinos que tiene, cualquiera se desarma. Luego vemos que eso no se lo puede creer nadie, máxime cuando una constante en la historia de la humanidad, ha sido un continuo firmar pactos para automáticamente incumplirlos, además del hecho de que Israel continuaría rodeada de enemigos irreconciliables (se firme lo que se firme) que sueñan con su desaparición del “mapamundi” y armados hasta los dientes. Y dicho sea de paso, anda que no se han llegado a firmar acuerdos entre los miembros de esa zona del Oriente Medio, para incumplirlos al poco tiempo de su firma y a veces, ni eso. O sea, que por falta de experiencia no será. Por lo tanto, vemos que esa circunstancia que cita Ezeq. 38:11, solo se puede producir en el marco de un gobierno milenario de paz, justicia, armonía y buena voluntad entre todos los habitantes de la Tierra. Solo entonces las personas, vivirán confiadas, sin muros ni cerrojos, ni tendrán armas de ningún tipo porque sencillamente no harán falta, porque:
“Nadie hará daño, nadie hará mal en todo mi santo Monte, porque la tierra estará llena del conocimiento de Yahveh, como cubren las aguas el mar.” (Isaías 11:9).
Todos estarán bajo el cuidado de nuestro Maravilloso Creador, el Señor Soberano de todo el Universo, Jehová, mediante la acción benefactora de Su Hijo reinante Jesucristo y el resto de sus hermanos. Es solamente en ese entorno, donde se pueden producir las condiciones reflejadas en los pensamientos de Gog de Magog y por lo tanto, es evidente que no puede aparecer antes del Reino Milenario. Y en fin, aunque entendemos que hay más razones para esgrimir, nos parece que con las expuestas ya hay suficiente. No obstante, de ninguna manera vamos a cometer la descortesía de no atender a los puntos que según el Dr. Rivas, prueban las diferencias entre el Gog de Magog de Ezequiel y el de Revelación. Veamos:
a). En Ezequiel «únicamente» la confederación del Norte está implicada en la invasión de Israel.
b). En Apocalipsis las naciones del «mundo entero» están reunidas para la invasión.
Esta aparente diferencia no es tal, cuando se lee atentamente el libro de Ezequiel. Además de la mención “confines del norte” en Ez. 38:6, se afirma la coligación de Gog con Persia (al este), Cus (Etiopía, al sur), y Fut (Libia, al este). (Ez. 38:5). Así, concuerda perfectamente con Ap. 20:8: “los cuatro ángulos de la tierra.” Y por supuesto que nos damos por enterados de las puntualizaciones del Sr. Rivas, acerca de la antigua ubicación de estas tierras, según los distintos eruditos y que posiblemente pueda ser así o no. Tengamos en cuenta que las procedencias de esos pueblos, tiene que ver con dos hijos de Cam, Cus y Fut (Put en algunas versiones) y que datarían unos 1.700 años antes de que se escribiera la profecía de Ezequiel, por lo cual bien pudiera ser, que esas naciones tuvieran ya su actual ubicación en ese momento. De hecho y según la historia, esos pueblos apoyaron frecuentemente a Egipto en sus guerras, lo cual nos hablaría de una cercana vecindad. Confirma este extremo, las palabras que encontramos en Jeremías 46:8-9:
“Egipto como el Nilo sube, y como ríos de entre chocantes aguas. Y dice: "Voy a subir, voy a cubrir la tierra. Haré perecer a la ciudad y a los que viven en ella. 9 Subid, caballos y enfureceos carros y salgan los valientes de Kus y de Put que manejan escudo y los ludios que asestan el arco.”
Sabido es, que bíblicamente las referencias geográficas se toman siempre a partir de la situación de Israel, “el centro de la tierra” (Ezeq. 38:12). Luego las expresiones “sube” y “subid”, denotarían una ubicación geográfica al sur de Israel y que probablemente se corresponderían a las actuales. Luego la diferencia apuntada por el Dr. Rivas, no es tal, no existe.
c). El contexto de los capítulos 37 y 40 del libro de Ezequiel indican que la invasión de los ejércitos del Norte será antes del la instalación del Reino de Cristo en la tierra (entre la restauración nacional de Israel y el Milenio Teocrático).
Este punto, ya ha sido debidamente explicado en los párrafos 4-5.
d). En Ezequiel los muertos serán enterrados durante un período de «siete meses»…
e). Pero en Ap. 20:9 los rebeldes son consumidos por el «Fuego de Dios», siendo innecesario sepultarlos.
Esta diferencia no es tal, cuando se lee atentamente la profecía de Ezeq. 38:22:
“Y yo litigaré contra él con pestilencia y con sangre; y haré llover sobre él, sobre sus tropas y sobre los muchos pueblos que están con él, impetuosa lluvia y piedras de granizo, fuego y azufre.”
El hecho que en Rev. 20:9, solo nos diga que “descendió fuego del cielo” (que no Fuego de Dios, que tiene un matiz muy distinto), de ninguna manera nos quiere decir que no habrá otro tipo de poderosas manifestaciones de la naturaleza, como lluvias torrenciales, rayos, granizo, etc. (Job 38:22-23). Lo que esto parece más bien estar indicando, es la veracidad de nuestra afirmación, en el sentido de que mientras la profecía de Ezequiel nos habla de los detalles, Revelación solo indica el momento de su cumplimiento y sin extenderse en otras consideraciones, ya que la finalidad de ese pasaje de Gog de Magog en ese libro, solo es la de advertir a aquellos que sean súbditos del Reino, que cuando este llegue a su término al cabo de mil años, habrá un enfrentarse a una prueba final. O sea, un aviso de Jehová para navegantes.
Porque díganos Sr Rivas: ¿honestamente cree que una manifestación del poder de Jehová de tan brutal magnitud, sería silenciada por Daniel? Es más ¿cree Ud. que dicho suceso, no haría que la inmensa mayoría de la humanidad, se lo pensaran dos veces antes de ponerse en contra de Jehová y sus ungidos, en aquél momento aquí en la tierra? Pero además, cuéntenos Ud. si con la que se va a montar aquí en la tierra y sobre todo en Israel después de los primeros tres años y medio hasta el cómputo de los siete, si estarán en Israel como para ir haciendo fueguecitos durante siete años, con el armamento conquistado. Esperamos que convenga con nosotros que es un absurdo. Pero es que esto es lo que las Escrituras nos dicen que harán, luego ¿nos podría explicar Dr. Rivas, como se come esto? ¿De dónde sacarían tiempo adicional para continuar con su quema? ¿O es que resulta que ese episodio de Gog y como decimos nosotros, realmente lo ha fijado Jehová para el final del milenio, donde evidentemente sí se dispondrá de ese tiempo?
f). En Ezequiel se observa que después de la invasión y asolamiento del rey del Norte y de sus huestes aliadas viene el gobierno terrenal de Cristo (Ez. caps. 40-48).
Si se refiere al rey del Norte, como a Gog de Magog, eso es falso. Como hemos considerado en el párrafo 5 y que por demás sabe todo el mundo, el gobierno terrenal de Cristo se instala después de la aniquilación del Anticristo, la “bestia” y el “falso profeta”, por parte de Este y sus fuerzas celestiales. (Rev. 19:11-21)
g). En el capítulo 21 de Apocalipsis, después de la destrucción de Gog y Magog («cuando los mil años se cumplan», véase Ap. 20:7), se narra que aparecerán «los Cielos Nuevos y la Tierra Nueva» (Ap. 21:1).
Lamentablemente, tenemos que constatar que si bien el Dr. Rivas puede ser un experto en “teología de buen calibre”, en “interlineales griegas y hebreas”, así como en “estudios teológicos en escatología”, su capacidad para entender el texto bíblico, como que nos deja un poco confusos. Veamos: en el cap. 20, la cita sobre Gog de Magog, se encuentra en los versos del 7 al 10, para seguir a continuación, con cinco versos más y que cambian diametralmente de contexto, con referencia a ese pasaje citado, Por lo tanto, de ninguna manera se puede establecer, como hace él, una relación causa efecto entre los versos 7-10 del cap. 20, con Rev. 21:1. Y es que eso no es así. Los “nuevos cielos y nueva tierra”, se instauran en el momento de iniciarse el milenio, según las siguientes palabras de Pedro:
“Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.” (2 Pedro 3:13).
¿O para cuando ellos esperaban este acontecimiento? El cap. 21, así como parte del 20, nada tienen que ver con los sucesos del paréntesis de Rev. 20:7-10, donde claramente se nos indica el momento de un particular cumplimiento y sobre un determinado acontecimiento. Las Escrituras Dr. Rivas, van desde la creación del primer hombre, hasta el momento justo en que Satanás es echado al “lago de fuego” al final de los mil años y ni un milímetro más allá. Por lo tanto, cualquier acontecimiento narrado en ellas tiene que ser establecido, dentro de esos límites. Siendo eso así, los “nuevos cielos y nueva tierra” de Rev. 21:1, de ninguna manera tienen que ver con algo por acontecer después del milenio, como además se desprende de lo que viene a continuación:
“2Y vi la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia ataviada para su esposo. 3 Y oí una fuerte voz que decía desde el trono: "Esta es la morada de Dios con los hombres. Pondrá su morada entre ellos y ellos serán su pueblo y él, Dios con ellos, será su Dios. 4 Y enjugará toda lágrima de sus ojos y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado." 5 Entonces dijo el que está sentado en el trono: "Mira que hago un mundo nuevo." Y añadió: "Escribe: Estas son palabras ciertas y verdaderas.”
Luego es fácil entender, que los acontecimientos por venir, señalados en los versos 2 y 3, son consecuencia directa de lo mencionado en el v. 4, en el sentido de que “el mundo viejo ha pasado” y que puesto que está directamente relacionado con las palabras “y no habrá ya muerte ni llanto, ni gritos ni fatigas”, debemos de razonar que nos está hablando del mundo que conocemos nosotros hoy y a cambiar por el “mundo nuevo” del verso 5. ¿O deberíamos de concluir que Jehová, considera como “mundo viejo” al reino milenario? Luego ¿también allí tendremos “muerte, llanto, gritos y fatigas.”? De ello ser así, tendríamos que deducir que Jesucristo no está capacitado para reconducir los asuntos de Jehová y que Este y al final del milenio, tiene que sacarse de la manga otro “mundo nuevo” (verso 5), para ver si en esta ocasión tiene más suerte. Y todo ello es lo que ocurriría, si hiciéramos caso a la singular idea del Dr. Rivas, de que “los nuevos cielos y la nueva tierra” de Rev. 21:1, son para después del milenio. Y es que el resultado que se produce, cuando se intenta defender una enseñanza contraria al relato bíblico, como la de un Gog antes y otro después del milenio, es toda esa serie de disparates y contrasentidos que nos hemos visto obligados a reseñar.
Y en cuanto al comentario final del Dr. Rivas acerca Manolo y Armando, el hecho de que seamos personas serias, correctas y educadas, nos impide contestar.
MABEL
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