viernes, 5 de febrero de 2010

Usando las Escrituras

Hace unos pocos días, leíamos en el blog del Dr. Javier Rivas Martínez, un artículo que hablaba de nosotros, firmado por un tal señor Alexander Dávila G., al cual y aunque no tenemos el placer de conocer, le presentamos nuestro respeto y debida consideración, al tiempo que le agradecemos la visita a nuestro blog, así como el interés mostrado en su contenido. Pero ello no es óbice, para rogarle que nos permita algunas matizaciones, acerca de su escrito; pero veamos un párrafo, del susodicho escrito:

Si hay algo que aprecio realmente en las personas es la sinceridad, desde que comencé a leer me dí cuenta de que el blog en mención no era un blog para compartir el mensaje de las escrituras, sino para tratar de desacreditar los temas de otras personas (principalmente de Mario y Javier), y cuando leí un tema sobre el bautismo, pude ver cómo fué reducido a la más mínima expresión por parte de los escritores de dicho blog, haciendo de cuenta y caso como que el bautismo es lo de menos para un Cristiano, y sinceramente no me parecieron personas ignorantes las que escribían (hoy sé que son Manolo y Armando), entonces unas preguntas vinieron a mi corazón: ….

En primer lugar, el Sr. Dávila dice darse cuenta de que lejos de querer compartir el mensaje de las Escrituras, lo que nosotros pretendemos, es “desacreditar” los temas de otras personas. Luego siguiendo su línea de razonamiento, deberíamos de entender, que cuando Jesús denunciaba las erróneas enseñanzas de los escribas y fariseos de su tiempo, los estaba “desacreditando” y no intentando enseñarles mediante contraste, el verdadero mensaje que él explicaba, con el falso y tendencioso, que ellos imponían. Y en nuestro caso y por supuesto, salvando las distancias, se produce la misma situación (y que no se entienda que peyorativamente, llamamos a nadie escriba o fariseo), pues ante la observación de lo que entendemos como una idea equivocada, inmediatamente salimos a la palestra y mediante los oportunos textos bíblicos, intentamos probar el error. Siempre con las Escrituras por delante, por supuesto, con lo cual se produce el hecho y siempre que los textos usados, los interpretemos correctamente, que la que “desacredita” y desenmascara a los falsos maestros, es la Biblia y no nosotros que solo nos limitamos a señalar, dónde en las Escrituras, se dice lo contrario de lo expuesto en el artículo en cuestión. Porque el Sr. Dávila, no encontrará ni un solo argumento de los muchos que aparecen en los distintos artículos que hemos publicado en nuestro blog, que no esté debidamente respaldado por uno a más textos bíblicos, para probar la veracidad de lo que afirmamos. Otra cosa, es que nuestra interpretación sea incorrecta, lo cual si se nos señalara y se nos probara, rápidamente rectificaríamos y agradeceríamos.


En cuanto a lo que nos menciona, acerca de un tema sobre el bautismo que en su día publicamos, pues nuestras más sinceras disculpas si no supimos transmitir correctamente lo que pretendíamos comunicar. Quizás lo extenso del tema en cuestión, difumino un tanto nuestra intención, por lo cual agradecemos al Sr. Dávila que nos lo señale y reiteramos nuestras disculpas. Solo pretendíamos decir, resumiendo, que el bautismo es solo un mandato, que para nada cambia nuestro estatus actual, con el de ser elevados mediante él, al rango de Hijos de Dios...... de lo contrario, Isaías 9:6 no tendría sentido.

Y por supuesto y como no podía ser de ninguna otra manera, agradecemos al Sr. Dávila el que nos considere inteligentes y según por lo que se lee a continuación, entendidos en las Escrituras, con lo cual sospechamos que habrá leído la mayoría nuestros artículos y puesto que no menciona nada de ellos, es que más o menos, estará de acuerdo con el contenido de los mismos...... de lo contrario no se entendería que nos calificara de tal manera, solo a partir de un escrito, en el que encima tiene motivo para discrepar. Pero puesto que nos gustan las cosas en su justa medida, vamos a matizar la tan generosa calificación: nosotros somos personas, sin ningún tipo de estudios superiores (uno carpintero de toda la vida y el otro, camionero, también toda suvida), como los que adornan seguramente a D. Alexander, así como nos consta de las personas que cita, como el Dr. Rivas y al Licenciado Mario Olcese...... aunque también es cierto, que algo hemos leído. Ahora bien, la falta de los estudios superiores mencionados, la suplimos voluntariosamente con mucha lógica, sentido común, capacidad de razonar y sobre todo, la capacidad de leer correctamente; pero repetimos, sin estudios superiores de ningún tipo. A continuación, el Sr. Dávila y estableciendo una relación causa/efecto, se pregunta lo siguiente:

¿Si tanto conocen las escrituras, porque mejor no dedicarse a proclamar el mensaje?”.

Y lo cual nos obliga responder con otra pregunta: ¿Luego entonces, cree el Sr. Dávila que cuando Escrituras en mano, se intenta hacerle ver a quién sea, lo erróneo de su planteamiento, no se está proclamando el mensaje? Entonces y volviendo al ejemplo antes citado de Jesús ¿no estaba él predicando el mensaje verdadero, cuando públicamente y citando de las Escrituras hebreas, censuraba y corregía a los escribas y fariseos, contrastando una enseñanza con la otra? Por otra parte, cuando el Sr. Olcese está constantemente haciendo frente a la doctrina de la Trinidad ¿qué está haciendo, según el Sr. Dávila? ¿“Desacreditar” a los seguidores de la misma o intentando enseñarles el verdadero mensaje bíblico, contenido en las Escrituras acerca de ese punto, al exponer infinidad de textos bíblicos probatorios y a cual más contundente? En fin, nosotros lo tenemos claro, pero para gustos dicen que están los colores; pero el Sr. Dávila se formula otra pregunta:


¿Porqué no comparten el conocimiento que poseen sobre las escrituras escribiendo sus propios temas?

Y nosotros entendemos que ello queda perfectamente claro, cuando uno lee al principio de nuestros blogs, la razón por la cual han sido creados y con la siguiente leyenda:

Este blog tiene como objetivo, el analizar algunas afirmaciones que aparecen publicadas en distintas páginas de Internet y que, al menos aparentemente, no se ajustan al sentido de lo escrito en el Libro Sagrado. No es nuestra intención el impartir enseñanza o crear doctrina, sino el hacer un análisis reflexivo de algunas afirmaciones un tanto dudosas, por medio de contrastarlas con el texto bíblico y contribuir de esta manera, a un mayor entendimiento de la verdad revelada por nuestro Creador.”

Al menos, con esa intención escribimos nuestros artículos; y es que nuestro reconocimiento de la falta de preparación de la que adolecemos, nos hacen dejar esas metas u objetivos, para mentes más preclaras.
Otro comentario y que nos ha sorprendido desagradablemente, es el siguiente:

¿Porqué insinúan que sólo ellos dos y unos cuantos más tienen entendimiento?

Porque nada más lejos de nuestra intención, que el insinuar semejante cosa ni por activa ni por pasiva, lo cual queda probado por el comentario final en casi todos nuestros artículos, en el sentido de que dado que nos podemos equivocar en nuestras apreciaciones, instamos al lector a buscar por sí mismo en la Biblia, para ver si las cosas realmente son como se las decimos nosotros o no; y eso el Sr. Dávila, si ha seguido nuestros artículos tiene que haberlo leído...... sin ir más lejos, al final del artículo acerca del bautismo y del cual muestra su objeción. Además del hecho, de que cuando citamos de otro autor, siempre damos la fuente de información y aconsejamos a nuestros lectores, que antes de continuar con la lectura de nuestro escrito, lean la fuente en cuestión para luego, al continuar con nuestro artículo, saquen sus propias conclusiones; luego, sinceramente, no entendemos tal afirmación.

En otro orden de cosas, desearíamos destacar el último párrafo de ese artículo y que no es más que una acotación del Dr. Rivas, en el que lamentablemente recurre al insulto personal, al calificarnos de deshonestos. Y decimos esto, para que nadie entienda (que de todo hay en la viña del señor), que esas palabras nos las dirige el Sr. Dávila, al que por cierto reiteramos, nuestro espeto y consideración. Al tiempo que por supuesto, lamentamos que tan correcto e impecable artículo, haya sido emborronado con semejante descalificación.
MABEL

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