jueves, 18 de febrero de 2010

“Haciendo nuevas todas las cosas”


Cierre por un momento los ojos, por favor, e imagínese la siguiente escena: se ve a personas de diferentes razas (la negra, la blanca y la amarilla) conviviendo juntas como una sola familia y con radiantes caras de felicidad. Es evidente entonces, que estas personas no están preocupadas por una posible lluvia radiactiva, ni por la amenaza del terrorismo ni por cualquier otra; no se oye por otra parte, el rugido que señala la presencia de aviones de guerra que irrumpan en el tranquilo cielo de este hermoso parque...... ni soldados, ni tanques, ni armas de ninguna clase. Es más, ni siquiera la presencia de algún policía para mantener el orden: sencillamente la guerra y el delito, ni la escasez de viviendas, de trabajo o de sustento, son cosas del pasado, pues cada persona tiene un hermoso hogar propio y a su alrededor, abundancia de alimentos hasta donde la vista nos alcanza.

Fíjese ahora en los niños jugando felices, tranquilos y seguros ¡da gusto verlos jugar! ¿No es cierto? ¿Y ha visto con qué animales juegan? ¡Es increíble! Y es que no corren ningún peligro en este bello entorno, porque los animales están en paz con el hombre y entre sí mismos; aun el león y el cordero se hallan juntos. Observe el revoloteo de esas hermosas aves de vivos colores y escuche su bello canto, que se confunde con la alegre risa de los niños inundando el ambiente, porque aquí todo es libertad y gozo ilimitado. Huela la fragancia de esas flores, escuche el murmullo del agua, sienta el grato calor del sol. ¡Ah, qué agradable sería saborear una de esas frutas que hay en esos árboles que se ven al fondo! Y es que la tierra produce lo mejor, lo más selecto, como todo cuanto se puede ver y disfrutar en este hermoso jardín semejante a parque.

Pero un momento, ¿dónde están las personas de edad avanzada? ¿No deberían participar también de esta feliz sociedad?”, se pregunta Ud.; y es que en realidad están ahí, pero disfrutando de la plenitud de sus capacidades físicas, según promesa de Jehová.

Que su carne se haga más fresca que en la juventud; que vuelva a los días de su vigor juvenil” (Job 33:25).

Y es que en este idílico parque, nadie muere de vejez, porque sencillamente no existe: los jóvenes crecen hasta alcanzar la plenitud de su desarrollo y ya no envejecen y sea que tengan 20 años de edad, 200 o 2.000, cada una de los millones de personas que viven en este parque goza del entusiasmo y vigor propios de la juventud en salud perfecta; pero...... ¿millones?, quizás se pregunte usted. Sí, sí, o oido bien: millones, porque este parque se irá extendiendo gradualmente por toda la Tierra, rebosando de vida, paz y belleza hasta los mismísimos confines de la Tierra, desde el Fuji Yama hasta los Andes, desde Hong Kong hasta el Mediterráneo. Porque toda la Tierra quedará transformada en un parque paradisíaco...... y sí querido amigo, lo que Ud. ha visto en esta imagen, es la restauración del Paraíso en toda la Tierra.


¿Dice usted que es increíble? Bien, no obstante ¿qué le parece, si pasamos a considerar los hechos que lo demuestran? Pero no olvide, que de ser cierto, tanto usted como sus personas amadas, pueden llegar a ser sobrevivientes de la desaparición de este caótico mundo, tal y como desgraciadamente ahora conocemos y entrar en el Paraíso cuya representación ha estado por unos momentos en su mente. De entrada, estas magníficas promesas y la garantía de su realización, se explican en un libro, por demás, el libro más maravilloso que se haya escrito: La Biblia; y siendo cierto que es un libro muy antiguo, ya que partes de este fueron escritas hace unos 3.500 años, sin embargo, está más al día que cualquier otro libro en lo que respecta a consejo bien fundado y práctico para las necesidades de nuestro tiempo. Sus profecías presentan una brillante esperanza para el futuro y siendo por mucho el libro de mayor circulación de toda la historia, pues se han distribuido por todo el mundo cerca de 2.500.000.000 de ejemplares de toda la Biblia, o partes de ella, en unos 1.800 idiomas y dialectos.

Con certeza ningún otro libro sagrado ha tenido una distribución tan universal, ni por supuesto, los demás libros sagrados son tan antiguos. Por ejemplo, el Corán de los musulmanes tiene menos de 1.400 años, mientras que Buda y Confucio vivieron hace unos 2.500 años, datando sus escritos de aquella época. Los escritos sintoístas fueron compuestos en su forma actual hace unos 1.200 años, mientras que El Libro de los Mormones tiene tan solo unos 180 años de antigüedad. Pero ninguno de estos libros llamados “sagrados” traza con exactitud la historia de la humanidad durante los pasados 6.000 años como lo hace la Biblia. Por lo tanto, para entender cómo se dio comienzo a la religión original hay que acudir a la Biblia, ya que sin lugar a dudas, es el único libro con un mensaje de carácter universal para toda la humanidad.

Su sabiduría y belleza han sido aclamadas por pensadores de todas las naciones y de todas las clases sociales; por ejemplo, Sir Isaac Newton, renombrado científico y descubridor de la ley de la gravedad, dijo: “Ninguna ciencia está mejor autenticada que la Biblia”. Patrick Henry, el famoso líder revolucionario americano, conocido por sus palabras “Denme libertad o denme muerte”, dijo: “El valor de la Biblia supera al de todos los libros que se hayan impreso”. Hasta el gran sabio hindú, Mohandas K. Gandhi, dijo una vez en conversación con el virrey británico de la India: “Cuando el país suyo y el mío obren a una en conformidad con las enseñanzas que Cristo estableció en este Sermón del Monte, habremos resuelto no solo los problemas de nuestros países, sino los del mundo entero”. Gandhi evidentemente, se refería a los capítulos 5 al 7 del libro bíblico de Mateo. Lea esos tres capítulos detenidamente y verá si no le conmueve su poderoso y sabio mensaje.

Contrario a la opinión popular, la Biblia no es producto de la civilización occidental ni fue escrita para glorificarla, pues la Biblia fue escrita casi íntegramente en el Oriente y los hombres que la escribieron fueron orientales. Sobre 1513 a.E.C., unos mil años antes de Buda, Moisés, un hombre que vivía en el Oriente Medio, escribió por inspiración divina el primer libro de la Biblia, llamado Génesis y siendo el caso, que desde este primer libro y a través de todas las páginas de la Biblia, hasta su último libro, Revelación o Apocalipsis, esta desarrolla un tema único y armonioso: la restauración del ser humano a su condición original, mediante la instauración del reino de Dios. Dicha pequeña biblioteca, quedó terminada en el año 98 E.C., unos 600 años después de Buda, porque ¿sabía usted que la Biblia se compone de 66 libros diferentes? Luego entonces realmente la Biblia es una biblioteca en sí misma, que aunque corta en cantidad, es inalcanzablemente alta en cuanto a contenido y sabiduría.

Desde Moisés en adelante y a través de un período de 1.600 años, unos 40 hombres participaron en escribir el armonioso registro de la Biblia. Ellos mismos dan testimonio de que lo que escribieron fue inspirado por un poder muy superior al del hombre mortal; a este respecto, el apóstol cristiano Pablo escribió:

Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia.” (2 Tim. 3:16).

Y el apóstol Pedro explicó de modo similar:

Ninguna profecía de la Escritura proviene de interpretación privada alguna. 21 Porque la profecía no fue traída en ningún tiempo por la voluntad del hombre, sino que hombres hablaron de parte de Dios al ser llevados por espíritu santo.” (2 Ped. 1:20-21).

También es sumamente notable la manera como la Biblia, el libro más perseguido de la historia, ha llegado hasta nuestros días; y es que por miles de años y hasta la invención de la imprenta hace de ello, unos 500 más o menos, las copias de la Biblia tenían que hacerse a mano y siendo el caso de que jamás en la historia, otra obra literaria ha sido reproducida a mano tan diligentemente y con tanta profusión. Fue copiada una y otra vez, pero siempre con gran cuidado, por ello los copistas incurrieron en pocos e insignificantes errores, los cuales al ser comparados entre sí, han contribuido a establecer el texto original que Dios inspiró. Sir Frederic G. Kenyon, brillante arqueólogo y papirólogo británico y una autoridad preeminente en el campo de los manuscritos bíblicos, dijo:

La última base para duda respecto a que las Escrituras, hayan llegado hasta nosotros sustancialmente como fueron escritas, ha desaparecido.”

Aún hoy, habrá en existencia unas 16.000 copias manuscritas de toda la Biblia o partes de ella, algunas de las cuales se han conservado desde el segundo siglo antes de Cristo. Además, se han hecho traducciones fieles de la Biblia a partir de los idiomas en que originalmente fue escrita (hebreo, arameo y griego), a prácticamente todas las lenguas del mundo.

Hay quienes han tratado de desacreditar la Biblia diciendo que es inexacta; sin embargo, en años recientes los arqueólogos han realizado excavaciones en las ruinas de ciudades antiguas que se hallan en tierras bíblicas y han encontrado inscripciones y otras pruebas que demuestran definitivamente la existencia de personas y lugares cuya mención figura en los manuscritos bíblicos más antiguos. Los arqueólogos han desenterrado mucha evidencia en torno a la existencia de un diluvio global, el cual y según la Biblia, ocurrió hace más de 4.000 años, en los días de Noé. Respecto a esto, el príncipe Mikasa, miembro de la familia real japonesa y conocido arqueólogo, dijo en su día:

¿Hubo realmente un Diluvio? (.....) El hecho de que lo hubo, ha sido demostrado convincentemente”.

 

Así como hay personas que se burlan de la Biblia, hay quienes se burlan de la existencia de un Dios Todopoderoso (2 Ped. 3:3-7), pues algunos dicen: “¿Cómo puedo creer en Dios si no lo veo? ¿Hay pruebas de que realmente existe un Creador invisible que es superior al hombre? ¿No está Dios en todas las cosas?”. Otros dicen: “No existe ni Dios ni Buda”. Sin embargo, la Biblia muestra que así como todos hemos recibido la vida a través de un progenitor humano, de la misma manera nuestros primeros padres recibieron la vida procedente de un Padre celestial o Creador, cuyo nombre personal es Jehová o Yahveh, según la traducción usada o la denominación religiosa con la que cada uno se asocia (Sal. 83:18). Jehová (este es el nombre que nosotros usamos) se ha revelado a la humanidad de dos maneras sobresalientes: la principal es mediante la Biblia, la cual nos da a conocer su verdad y su propósito eterno (Juan 17:17); la otra es mediante su creación y siendo el caso que un prominente escritor bíblico, el apóstol Pablo, dijo lo siguiente:

Porque las cualidades invisibles de él se ven claramente desde la creación del mundo en adelante, porque se perciben por las cosas hechas, hasta su poder sempiterno y Divinidad, de modo que ellos son inexcusables.” (Rom. 1:20).

Y muchas son las personas que se han detenido a observar las maravillas naturales que nos rodean y han llegado a percibir la existencia de un Dios Creador cuya personalidad majestuosa se refleja en sus obras y siendo ÉL, el Autor de la Biblia y cuya existencia es eterna (Sal. 90:1-2). Su nombre, Jehová (Yahveh, repetimos, según traducciones), llama la atención a su propósito relacionado con sus criaturas y el cual es vindicar su gran nombre al destruir al inicuo y liberar a todos los que le aman, a fin de que puedan vivir en un paraíso terrestre restaurado (Isa. 35:1-2). Como Dios Todopoderoso, él tiene el poder de hacerlo, ya que como Creador de todo el universo, está muy por encima de los dioses e ídolos ordinarios de las naciones (Isa. 42:5; 8).


Dicho plan, empezó a gestarse en los mismos inicios de la humanidad cuando Dios puso al hombre en “un jardín en Edén, hacia el este”. Era un jardín de placer, como el jardín que nos hemos imaginado al principio, aunque en ese entonces solo había dos seres humanos, Adán y su esposa...... hoy, aquel Paraíso original ya no existe, pues fue destruido en el Diluvio del día de Noé; pero se conoce su ubicación aproximada en el Oriente Medio, puesto que algunos de los ríos que la Biblia dice que pasaban por él, aún existen hoy (Gén. 2:7-14). En ese tiempo, el hombre tenía la maravillosa oportunidad de usar este jardín como centro desde el cual extenderse y cultivar la Tierra entera, convirtiéndola en un paraíso global (Isa. 45:12-18). Pero entonces, si el propósito de Dios era hacer de esta Tierra un paraíso ¿por qué está tan llena de iniquidad, sufrimiento y lamento hoy día? Por otra parte y si Dios es Todopoderoso ¿por qué ha permitido estas condiciones por tanto tiempo? ¿Hay esperanza de que terminen alguna vez todos nuestros problemas? ¿Qué dice la Biblia, acerca de estas cuestiones? Veamos:
 

La Biblia enseña que los problemas de la humanidad empezaron cuando uno de los hijos espíritus de Dios (ángeles), se rebeló contra la soberanía o dominio de Jehová y que sin duda, estaba entre aquellos que se regocijaron al ver la creación de la Tierra (Job 38:7). Pero entonces la codicia y el orgullo se arraigaron en su corazón y fue tentado por el deseo de recibir la adoración que Adán y Eva debían a su Creador, Jehová Dios. Hablando por medio de una serpiente, cual ventrílocuo habla por medio de un muñeco, este ángel indujo a Eva a desobedecer al Dios Todopoderoso y siendo el caso que su esposo, Adán, la siguió en la desobediencia (Gén. 3:1-6). Ese ángel rebelde llegó a conocerse como “la serpiente original” (Rev. 12:9), al que también se le llama Satanás, que significa “Opositor” y Diablo, que significa “Calumniador”. Dicha rebelde criatura espíritu, puso en tela de juicio la legitimidad y justicia de la gobernación de Jehová sobre la Tierra y desafió a Dios diciendo que él, Satanás, podía apartar a toda la humanidad de la adoración verdadera, pues esta y según su argumento primario, se podía gobernar perfectamente sin depender de Dios. Dios le ha permitido a Satanás unos 6.000 años para intentar probar su alegación, de modo que la cuestión sobre la soberanía de Jehová pueda zanjarse de forma definitiva y para toda la eternidad. Que la gobernación humana independiente de Dios ha fracasado miserablemente, queda probado cuando miramos a nuestro alrededor y vemos lo que vemos, aunque también es cierto que hombres y mujeres de fe, entre quienes Jesús es el ejemplo más sobresaliente, han mantenido integridad a Dios bajo las pruebas más severas, vindicando con ello a Jehová y probando que Satanás es un mentiroso. Además de que con su ejemplo, nos han dejado un camino perfectamente marcado (Luc. 4:1-13; Job 1:7-12; 2:1-6; 27:5)...... pero Satanás no es el único enemigo que nos aflige, luego ¿qué otro enemigo existe? Recordemos que Dios había declarado la pena por la desobediencia: la muerte; y es que al sentenciar a la primera mujer, Jehová dijo:

Aumentaré en gran manera el dolor de tu preñez; con dolores de parto darás a luz hijos y tu deseo vehemente será por tu esposo y él te dominará”. A Adán le dijo: “Con el sudor de tu rostro comerás pan hasta que vuelvas al suelo, porque de él fuiste tomado. Porque polvo eres y a polvo volverás.” (Gén. 3:16-19).

La pareja desobediente fue expulsada del Paraíso de felicidad a la tierra sin cultivar y con ello, el principio de nuestras desdichas, pues con el tiempo y en cumplimiento de la afirmación de su Creador, murieron (Gén. 5:5) y fue solo después de haber errado el blanco de la lealtad y obediencia debidas a Jehová, que Adán y Eva empezaron a tener hijos, siendo por ello todos los hombres sus descendientes imperfectos y por eso todos mueren. Un escritor bíblico lo explica con las siguientes palabras:

Por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo y la muerte mediante el pecado y así la muerte se extendió a todos los hombres porque todos habían pecado” (Rom. 5:12).

Puesto que todos los hombres han heredado el pecado y la imperfección del primer hombre Adán, la muerte ha reinado sobre ellos (Rom. 5:12; 14) y como consecuencia el hombre caído, muere tal como mueren los animales:

Yo, yo mismo, he dicho en mi corazón tocante a los hijos de la humanidad, que el Dios verdadero va a seleccionarlos, para que vean que ellos mismos son bestias. 19 Porque hay un suceso resultante respecto a los hijos de la humanidad y un suceso resultante respecto a la bestia y ellos tienen el mismo suceso resultante. Como muere el uno, así muere la otra; y todos tienen un solo espíritu, de modo que no hay superioridad del hombre sobre la bestia, porque todo es vanidad. 20 Todos van a un solo lugar. Del polvo han llegado a ser todos, y todos vuelven al polvo.” (Ecl. 3:18-20).


¿Y qué es sencillamente la “muerte”? Pues sencillamente lo opuesto a la vida; recordemos que Dios había colocado ante el hombre la perspectiva de vida sin fin en la Tierra si este obedecía, por tanto al desobedecer el hombre, la pena fue la muerte, o sea, la inconsciencia o la no existencia. Y Dios no había dicho nada respecto a transferir la vida del hombre a una región de los espíritus o a un “infierno” de fuego si desobedecía y moría, ya que sus palabras fueron “…... el día que comas de él, positivamente morirás”. Fue el Diablo homicida quien mintió al decir que “positivamente no morirán” (Gén. 2:17; 3:4). Luego lo que todos los hombres han heredado de Adán es la muerte, la vuelta al polvo:

Con el sudor de tu rostro comerás pan hasta que vuelvas al suelo, porque de él fuiste tomado. Porque polvo eres y a polvo volverás.” (Gén. 3:19).


¿Qué hay entonces de ese hermoso futuro que habíamos imaginado al principio? Pues continúa en pié ya que Biblia enseña que el propósito de Dios de tener una tierra paradisíaca para toda la humanidad, incluso para los que han muerto, nunca fracasará:

“…... así resultará ser mi palabra que sale de mi boca. No volverá a mí sin resultados, sino que ciertamente hará aquello en que me he deleitado y tendrá éxito seguro en aquello para lo cual la he enviado.” (Isa. 55:11).

Pero recordemos que el hombre estaba bajo maldición de muerte, luego ¿cómo podría arreglar eso Jehová? Pues de la siguiente manera:

Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16).

Hay tres cosas importantes que tenemos que considerar ahora y que Jehová logra mediante su Hijo, a saber, 1º la provisión de una liberación del poder de la muerte; 2º
el establecimiento de un gobierno perfecto para toda la humanidad y 3º la restauración de los muertos a la vida y lo que conocemos como El Plan de Dios; luego veamos el primero de esos tres puntos:
 

Desde tiempos antiguos, los profetas de Dios han expresado su confianza, no en la inmortalidad del hombre, sino en la esperanza de que Dios los “recobraría” de la muerte:

De la mano del Seol los redimiré; de la muerte los recobraré. ¿Dónde están tus aguijones, oh Muerte? ¿Dónde está tu poder destructor, oh Seol? La compasión misma estará oculta de mis ojos.” (Oseas 13:14).

Pero ¿cómo podría ser liberado el hombre de las ataduras de la muerte? La justicia perfecta de Jehová requería “..…. alma por alma, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.”(Deut. 19:21). Así, puesto que Adán acarreó la muerte a toda la humanidad al desobedecer voluntariamente a Dios y así perder su vida perfecta, lógicamente lo que pasó a su prole fue imperfección. Pero es que lo que se necesitaba, era otro ser humano perfecto para compensar lo que Adán perdió y dando su vida perfecta, recobrar de nuevo aquello perdido...... y eso no podía producirlo el hombre.


Este principio de justicia de pagar “igual por igual” ha sido ampliamente aceptado durante toda la historia y siendo la expresión más usada comúnmente, como el “pagar un rescate”. Luego ¿qué es un rescate? Pues es el precio que se paga para recobrar a una persona, bien o cosa, de alguien que la retiene en cautiverio o como prenda de intercambio. Luego Jehová, para liberar al hombre, tenía que proveerse un rescate equivalente que armonizara con su propia ley “…... ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie”. Para evitar cualquier tipo de controversia en el momento o en el futuro respecto a la justicia del precio del rescate, era necesario sacrificar una vida humana perfecta, es decir, el equivalente exacto de Adán. Sin embargo ¿dónde podía encontrarse esta vida humana perfecta, si todos los hombres, como descendientes del imperfecto Adán, habían nacido imperfectos? Y la conclusión del asunto, no podía ser más descorazonadora:

Ni uno de ellos puede de manera alguna redimir siquiera a un hermano, ni dar a Dios un rescate por él.” (Sal. 49:7).

Sin embargo Jehová, motivado por su profundo amor a la humanidad, satisfizo esa necesidad al proveer a su precioso Hijo “primogénito” como el sacrificio necesario para la recuperación de ese bien perdido. Mediante Espíritu Santo, engendró un Hijo en la matriz de una virgen judía llamada María; esta joven concibió y al debido tiempo dio a luz un hijo que fue llamado “Jesús” (Mat. 1:18-25). Y es que el Creador de la vida, lógicamente podía ejecutar tal milagro maravilloso; luego Jesús creció y se hizo hombre, se presentó a Jehová y fue bautizado, comisionándolo Dios entonces, para hacer Su voluntad (Mat. 3:13, 16-17) y puesto que la vida humana de Jesús provenía de Dios y era perfecta, él podía sacrificarla para liberar a la humanidad de la muerte (Rom. 6:23; 5:18-19). Como él mismo dijo:

Nadie tiene mayor amor que éste: que alguien entregue su alma a favor de sus amigos.” (Juan 15:13.)

Cuando Satanás hizo que Jesús muriera ajusticiado como un vulgar criminal, Jesús se sometió a esta muerte cruel sabiendo que los humanos que ejercieran fe su sacrificio, obtendrían la vida mediante su provisión del rescate:

“…... de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos.” (Mat. 20:28).


Pero veamos el segundo punto del Plan de Dios: debido a que nuestros primeros padres rechazaron la ley de Dios, el gobierno humano vino a estar bajo el control de Satanás, por ello la Biblia aptamente llama a Satanás “el dios de este sistema de cosas.” (2 Cor. 4:4). Las guerras, las crueldades, la corrupción y la inestabilidad de los gobiernos humanos y su repercusión en toda la tierra, prueban este hecho; y ni la Sociedad de Naciones, ni posteriormente las Naciones Unidas han logrado traer paz en medio de este caos, mientras la humanidad clama angustiosamente por un gobierno que consiga la tan ansiada y necesaria paz. ¿No es razonable entonces que el Creador, quien se propone restaurar el paraíso a la Tierra, tome cartas en el asunto, mediante establecer un gobierno perfecto para la consecución de este logro? Eso es exactamente lo que Jehová se propone hacer, según Dan. 2:44:

Y en los días de aquellos reyes el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos.”

Y como todo reino, debe de tener un gobierno que dirija los asuntos del mismo y siendo el Rey que lo representará a Él, en este gobierno, su “Príncipe de Paz”, Cristo Jesús y del que se nos dice también que “de la abundancia del regir principesco y de la paz no habrá fin” (Isa. 9:6-7).

La Biblia muestra que este gobierno perfecto estará situado en la tierra de Israel, siendo su ciudad capital, Jerusalén, según promesa de Jehová a David:

Tu casa y tu reino serán firmes para siempre delante de mí y tu trono será estable para siempre.” (2 Sam. 7:16)

¿Y cuál era el reino de David y en qué ciudad estaba su trono? Pues uno que sería restaurado y que tiene que ver con las palabras proféticas de Daniel, y que cuando a María el ángel le anunció su próxima maternidad ¿qué le dijo que le sería dado a su hijo? Leámoslo:

“…… y Jehová Dios le dará el trono de David su padre 33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre y de su reino no habrá fin.” (Luc. 1:32-33).

¿Y dónde estuvo en su día dicho trono?, pues en donde hemos dicho: en Jerusalén, capital de la tierra de Israel. Y aclaramos este extremo porque algunos, entre ellos los Testigos de Jehová, afirman categóricamente que este gobierno ejercerá desde los cielos, cosa que no parece deducirse de esos textos citados, sino más bien todo lo contrario. Desde dicha ubicación, el Rey Jesucristo regirá toda la Tierra eficientemente en justicia, junto a sus gobernantes asociados en aquel gobierno visible y terrenal, aunque de influencia o hechura celestial. Estos co-gobernantes son escogidos de entre seres humanos fieles seguidores de Jesús, que se adhirieron a él a través de diversas pruebas y a quienes dijo:

Sin embargo, ustedes son los que con constancia han continuado conmigo en mis pruebas. Yo hago un pacto con ustedes, así como mi Padre ha hecho un pacto conmigo, para un reino.” (Luc. 22:28-29).

Son solo unos pocos de entre la humanidad los que son escogidos para regir con Jesucristo y según se deduce de las palabras de Jesús en Luc. 12:32, en donde se les califica de “pequeño rebaño” y con lo que se puede asemejar a las naciones hoy día, donde solo se escoge a unos cuantos para gobernar en un parlamento o asamblea representativa. Lo cual se ajusta perfectamente a la idea que tenemos todos nosotros en la actualidad, de cuál es el organigrama de un reino y seguramente, a lo que entendían aquellos judíos que era el reino de David y a los que Jesús se presentó como su heredero legal y por tanto, futuro Rey del mismo. Y aunque sea una idea muy debatida, nosotros solo nos ceñimos a lo que nos dice la Biblia y esta se nos habla que Jesucristo tendrá solo 144.000 gobernantes asociados, tomados de entre sus seguidores más leales según Rev. 14:1; 4:

Y vi, y, ¡miren!, el Cordero de pie sobre el monte Sión y con él ciento cuarenta y cuatro mil que tienen escritos en sus frentes el nombre de él y el nombre de su Padre (......) Estos son los que no se contaminaron con mujeres; de hecho, son vírgenes. Estos son los que van siguiendo al Cordero no importa adónde vaya. Estos fueron comprados de entre la humanidad como primicias para Dios y para el Cordero.”

Todo cuanto se diga en contra de lo afirmado en esta pasaje, en el sentido de que se trata de una cantidad simbólica, no pasa de ser mera especulación sin fundamento bíblico, dado que no hay un solo texto que apoye semejante idea.

Ahora bien, ¿cuándo y cómo se establece este gobierno perfecto? Veamos: para cuando Jesús estuvo en la Tierra, este Reino fue sin duda el tema principal de su predicación, a tenor de sus palabras:

Pero él les dijo: “También a otras ciudades tengo que declarar las buenas nuevas del reino de Dios, porque para esto fui enviado.” (Luc. 4:43).

Sin embargo, Él no estableció el Reino en aquel entonces ni cuando resucitó (Hechos 1:6-8), ya que ascendió a los cielos para ofrecer a su Padre Celestial el precio de su sacrificio redentor y esperar el tiempo designado por Jehová para dicho establecimiento (Sal. 110:1-2). Y por fin, en nuestros días, ya estamos en los últimos suspiros de esta brutal gobernación de hechura satánica caracterizada por las guerras, hambres, pestes, violencia de todo tipo, la brutal alteración del medio ambiente, así como la nada desdeñable posibilidad de que la humanidad se destruya a sí misma y al planeta tierra en un caos nuclear y para lo cual, medios hay de sobra. Y que de no remediarlo el Altísimo, así sería...... pero menos mal, que Jehová parece tener otros planes:

Pero las naciones se airaron, y vino tu propia ira y el tiempo señalado para que los muertos sean juzgados y para dar su galardón a tus esclavos los profetas y a los santos y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes y para causar la ruina de los que están arruinando la tierra.” (Rev. 11:18).

Y todo lo cual apunta, a la ya pronta instauración de dicho gobierno auspiciado por nuestro Creador aquí en la tierra, pues nunca permitirá Dios que las potencias políticas o cualquier otro tipo de organización arruine la obra de sus manos, la Tierra, con ingenios nucleares o por otras causas; más bien, él declara lo siguiente:

Mi decisión judicial es reunir naciones, para que yo junte reinos, a fin de derramar sobre ellos mi denunciación, toda mi cólera ardiente.” (Sof. 3:8).

Luego Jehová, mediante su Cristo, usará las grandes fuerzas del universo que él controla para causar una destrucción aplastante a todos los de la tierra que siguen a Satanás, lo cual sucederá a escala global y a semejanza en magnitud y alcance, al Diluvio del día de Noé (Jer. 25:32-33). Popularmente a esta destrucción de las naciones inicuas se la conoce como la batalla de Armagedón (Rev. 16:14-16) y en donde únicamente las personas mansas, las que buscan a Jehová y su justicia, podrán sobrevivir a la misma y entrar en el pacífico nuevo sistema de Dios (Sof. 2:2-3), si bien las naciones en general, no tienen ni idea de que la “fiesta” va para ellos. Y vea ahora la maravillosa promesa de nuestro Creador, a estas personas de condición mansa:

Pero los mansos mismos poseerán la tierra y verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz.” (Sal. 37:11).

¿Le gustaría a usted vivir en una tierra semejante a un paraíso, según la idea que tenemos del paraíso? ¿Y a quién no?, pensará usted...... pero lamentablemente, la mayor parte de las personas hoy en día, no solo no están haciendo nada para conseguirlo, sino que ni siquiera contemplan tal posibilidad, aunque en su fuero interno no contemplen posibilidad alguna de que el hombre algún día, sea capaz de arreglar el desaguisado que ha montado en este mundo. Sin embargo y para cuando Jesús estuvo aquí en la tierra, nos dijo que las personas solo teníamos ante nosotros dos caminos:

Entren por la puerta angosta; porque ancho y espacioso es el camino que conduce a la destrucción y muchos son los que entran por él; 14 mientras que angosta es la puerta y estrecho el camino que conduce a la vida y pocos son los que la hallan.” (Mat. 7:13-14).

Y dado lo ajustado de los tiempos, uno tendría que empezar a dar pasos, para averiguar en cuál de los dos caminos está situado. Cierto que uno podría decir: “Pero yo ya llevo una vida sosegada y normal con mi familia (si la tiene) y además, con regularidad asisto a los actos religiosos de mi Iglesia” Bien, pero usted, ¿qué conoce acerca de Dios? ¿Lo que ha averiguado de primera mano (o sea, mediante estudio personal) o lo que la organización religiosa con la que se asocia, le ha contado de Dios? Y la pregunta tiene su importancia, por unas palabras que en su momento pronunció Jesús:

Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo.” (Juan 17:3).

Porque tenga en cuenta que llegado el momento de rendir cuentas para saber si hemos aprobado o hemos suspendido, en nuestro esfuerzo para alcanzar la vida en ese paraíso al principio mencionado, no valdrá aquello de: “Es que a mí me dijeron..….”, porque según las Escrituras “cada uno llevará su propia carga de responsabilidad” (Gál. 6:5). Entonces lo que usted necesita ahora, es conocimiento exacto...... pero ¿dónde lo puede hallar? ¿Simplemente en cualquier religión, en donde se le digan cosas agradables y que le hagan sentirse a gusto y realizado? Hay quienes dicen que todas las religiones tienen la misma meta, tal como todos los caminos de una montaña llevan a la cima...... al menos todos van para arriba. En fin, todo son opiniones, pero entendemos nosotros que Jesús no dijo lo mismo:

Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (Juan 14:6).

Y tal como para encontrar el camino correcto, los alpinistas usan mapas y emplean a guías, igualmente, hay un mapa/guía excelente para encontrar el camino correcto que nos lleve a ese paraíso: la Biblia...... y es que solo allí, se nos habla de ese medio para llegar al Padre, que es Jesús.

Al describir el gobierno de Dios y las bendiciones que este derramará sobre la humanidad, la profecía bíblica dice:

¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos”. En aquel nuevo sistema, “Dios mismo”, que está muy lejos del dominio humano egoísta y arruinador del día presente, estará muy cerca de todos los que lo aman y adoran, por medio de su Reino establecido aquí en la Tierra y regido por su Excelso Hijo Jesucristo, acompañado de sus hermanos co-gobernantes y con estos resultados:

Y él limpiará toda lágrima de los ojos de ellos y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado.” (Rev. 21:3-4). Y así se habrá logrado el gran milagro de establecer un paraíso terrestre bajo un gobierno perfecto, siendo esto tan seguro, como el que mañana el Sol saldrá y se pondrá, pues las promesas de Jehová Dios, Creador del cielo y de la Tierra y “que no puede mentir” (Tito 1:2), son siempre “fieles y verdaderas”. Es Él mismo quien declara desde su trono celestial:

¡Mira! Estoy haciendo nuevas todas las cosas.” (Rev. 21:5).

Pero volviendo a Jesucristo, aunque sus enemigos lo mataron, el Hijo de Dios nunca perdió su derecho a la vida humana perfecta, puesto que él había mantenido integridad a Dios. Sin embargo, estando muerto en el sepulcro ¿cómo podía Jesús usar esta cosa valiosa, el derecho a la vida a favor de la humanidad? Fue entonces cuando Jehová ejecutó otro milagro y el primero de su clase: al tercer día de estar Jesús en el sepulcro, Jehová lo levantó de entre los muertos como criatura inmortal (Rom. 6:9). Para que otros creyeran en la resurrección, Jesús se apareció en diferentes ocasiones a sus discípulos, haciéndolo en una ocasión ante más de 500 de estos...... ninguno de ellos, ni siquiera el apóstol Pablo, implacable perseguidor de los seguidores de Jesús, que más tarde fue cegado por una aparición del glorificado Jesús elegido como apóstol, tenían razón alguna para dudar del milagro de su resurrección (1 Cor. 15:3-8; Hech. 9:1-9).

Cuarenta días después de su resurrección, Jesús ascendió a la misma presencia de Dios en los cielos para presentar el valor de su sacrificio humano perfecto para liberación de la humanidad y luego esperar el debido tiempo de Jehová.

Pero este hombre ofreció un solo sacrificio por los pecados perpetuamente y se sentó a la diestra de Dios, esperando desde entonces hasta que se coloque a sus enemigos como banquillo para sus pies.” (Hebr. 10:12-13).

Y con ello, entramos en el tercero de los puntos que consideramos en este escrito y la obra más colosal y aombrosa de cuantas se hayan realizado jamás: la resurrección de los muertos con la vida eterna en mira. Los primeros que son liberados mediante este rescate son los del “rebaño pequeño” de cristianos fieles “que pertenecen al Cristo” (Luc. 12:32; 1 Cor. 15:22-23) y son “comprados de entre la humanidad” y así, al tomar parte en la denominada primer resurrección, se levantan ya con la inmortalidad y en la condición de hermanos de Cristo y co-gobernantes con él, en el Reino de Dios (Rev. 20:6). Sin embargo, ¿qué hay de la gran mayoría de las personas que están muertas en el sepulcro? Veamos: para cuando estuvo en la Tierra, Jesús dijo que su Padre le había dado autoridad para juzgar y dar vida...... y esa era la esperanza de Pablo y otros muchos: 


Tengo esperanza en Dios, la cual ellos mismos también abrigan, de que ha de haber resurrección de los justos y de los injustos.” (Hech. 24:15). 

Por lo tanto, cuando llegue el debido tiempo de Dios de traer a los muertos de nuevo a la vida, cosa que ocurrirá durante el milenio, Él y por medio de ese reino, llevará a cabo ese milagro, tal como por medio de algunos profetas, de Jesús y de sus apóstoles, ejecutó el milagro de resucitar a personas, como por ejemplo a Lázaro, que cuando llevando ya cuatro días muerto y su carne en descomposición, fue devuelto a la vida; y poderoso acto que se repetirá...... solo que corregido y aumentado.

Y es que Dios, mediante ese gobierno encabezado por su primogénito Jesucristo, traerá de nuevo a la vida a todos aquellos de entre la humanidad de los que guarde memoria, con la perspectiva de nunca morir y desaparecer de la Tierra, o sea, con la vida eterna en mira. Pero ¿cómo es posible la vida eterna en la Tierra?; pues es posible y segura porque es la voluntad y el propósito de Dios (Juan 6:37-40), porque veamos: la única razón por la que el hombre muere hoy día es que heredó el pecado y consecuentemente, la muerte de Adán; sin embargo, hágase una pregunta ¿qué habría ocurrido si Adán no hubiera pecado?...... pues eso, que habría vivido para siempre y es que al dar la Tierra a los hijos de los hombres, Dios se propuso que el hombre siguiera viviendo sobre ella para disfrutar del esplendor de Su creación, no solo por cien años, ni por mil años ¡sino para toda una eternidad! Luego solo el pecado del primer hombre, Adán, truncó temporalmente ese propósito del Altísimo y que con la muerte de Jesús en sacrificio, fue restaurada dicha posibilidad.

Pero probablemente usted y en su deseo de acogerse a semejante perspectiva, recordará que le hemos hablado de un plano o mapa que es la biblia para conducirnos al deseado lugar de destino y quizás se le habrá planteado un interrogante “¿Cómo y por dónde empezar? Pues bien, si nos permite una pequeña sugerencia, empiece por continuar visitándonos y leyendo nuestros artículos (pasados y los que vayamos añadiendo) y siempre siguiendo la recomendación que damos a todos aquellos que nos honran con sus visitas: coja su ejemplar de las Escrituras y vaya contrastando texto por texto si lo que decimos, se ajusta a lo que usted va leyendo en su Biblia o no. Y ya para cuando le haya cogido el tranquillo, decide que hacer: si asociarse con alguna determinada confesión cuyas enseñanzas se ajusten más o menos a lo que usted está aprendiendo o continuar tan ricamente como ha empezado. Pero no olvide nunca, que si su esfuerzo es sincero y puesto que su Creador quiere que usted tenga vida, Él le ayudará a dar los pasos necesarios:

Este libro de la ley (en este caso la Biblia) no debe apartarse de tu boca y día y noche tienes que leer en él en voz baja, a fin de que cuides de hacer conforme a todo lo que está escrito en él; porque entonces tendrás éxito en tu camino y entonces actuarás sabiamente. 9 ¿No te he dado orden yo? Sé animoso y fuerte. No sufras sobresalto ni te aterrorices, porque Jehová tu Dios está contigo adondequiera que vayas” (Josué 1:8-9).

Y ahora, cierre de nuevo los ojos por favor y vuelva a ese maravilloso entorno del que le hemos hablado al principio de este artículo y empiece ya, a conocer a nuestro maravilloso Creador y Dador de Vida. Porque esa hermosa imagen, le está hablando de Su infinita misericordia así como del indescriptible amor que siente hacia la humanidad y que le llevó al extremo de dar a su Hijo en sacrificio, para que usted, por ejemplo y junto a sus seres queridos, tenga la oportunidad de estar ahí...... y cuyo nombre, para unos Jehová y según otros Yahveh, es lo más hermoso y excelso que existe en todo el Universo.


MABEL



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