No tiene ni idea, Sr. Olcese
Hace uno días, concretamente el 4 de este mes de Agosto, Apologista Mario Olcese publicó un video y en el que con obstinada persistencia, me aludía continuamente por mi nombre completo (Armando López Golart) y lo cual si bien de entrada me sorprendió un poco, a fuerza de darle vueltas al asunto, creí averiguar y con muchas posibilidades de acertar, la razón de ello y que les contaré más adelante. Por lo tanto, puesto que soy aludido a título personal, a título personal voy a responder.
Y en primer lugar les diré, que en el momento de visionar dicha grabación, estaba inmerso en la confección de un artículo acerca de otro video que grabó D. Mario el día 24 del pasado mes de Julio, en donde ya adelanto y por aquello de que “el que avisa no es traidor”, que el amigo Olcese vaya atándose “los machos”…… por si acaso. El tema en cuestión y por si lo quieren ir leyendo y averiguar, de qué nos habla en particular el Sr. Olcese en dicho video y con lo que tumba él solito y de un solo golpe, sus enseñanzas más destacadas, se titula “Apologista: Entendiendo el pacto Davídico”.
Pero como en este blog y a diferencia de D. Mario, cuando somos aludidos entramos rápidamente “al trapo” (por emplear un símil taurino) y somos prestos a aclarar cualquier asunto sobre el que se nos demande, como debe ser por otra parte, dejé aparcado el trabajo que estaba preparando y me centré en dar cumplida respuesta a la alusión recibida. Y digo que a diferencia del Sr. Olcese, porque él aún no se atrevido a decir ni mu acerca de mi último escrito “El Sr. Olcese…… y el paraíso” y colgado en este blog el día 1 de este mes de Agosto…… que desde luego y aunque solo fuera por un mínimo de decoro personal, tendría que hacerlo; porque si lo que yo afirmo en ese escrito, es verdad, la credibilidad de dicho caballero en lo que hace referencia a su capacidad para entender las Escrituras, queda gravemente dañada. Exactamente ocurre, con los artículos de los días 12, 19 y 23 del pasado mes de Julio, en donde dejo claro y de ser cierto mi planteamiento, que D. Mario, lejos de ser un “ungido” o Hijo de Dios, no es más que un engreído y presuntuoso farsante, al adjudicarse unos títulos que no le han podido ser concedidos por el Altísimo. Y por lo tanto y en armonía con el mismo rasero con el que me mide a mí, sino es un hijo de Dios, solo puede ser un hijo de Satanás.
Por eso y ante su manifiesta incapacidad para enfrentar las acusaciones que le dirijo, ha dado la callada por respuesta, ignorando que con ello no hace más que otorgarme la razón; pero lo cual me lleva a maliciar (ya saben ustedes lo mal pensados que somos a cierta edad) que ante la falta de respuesta a mis planteamientos en los citados artículos y en un intento de desviar la atención de los lectores, ante tan llamativo e incomprensible silencio, nos sale el día 4 de Agosto con la publicación de esta alharaca en forma de video, titulado “La mentira de las dos clases de cristianos (ungidos y no ungidos) ” y en el que convierte a un servidor, en la estrella invitada del mismo; y en donde más parecía que su deseo fuera el que ustedes aprendieran mi nombre, que el estructurar un argumento medianamente convincente y provechoso para aquellos que le leen, ven o escuchan. Pero sea como fuere, algo que desde este blog le agradezco infinito…... ya saben, por aquello de la publicidad y todas esas cosas; además como decía el clásico: “ladran, luego cabalgo”. Y puesto que todas las cuestiones que me plantea en esa grabación, ya han sido respondidas en diferentes escritos, de ahí la sospecha de que algo pretende con sacarlas de nuevo a la luz, como es el desviar la atención del lector de esos “asuntillos” que ha dejado sin resolver, no me tomaré la molestia de atenderlas todas y solo señalaré algunos puntos.
Pero de entrada permítanme decir, que D. Mario miente descaradamente, cuando afirma que no le he sabido responder sobre el tema de si me considero un hijo de Dios o no y asunto, en el que de nuevo incide al final de su grabación, al exigirme respuesta acerca de cuál entiendo yo, que es mi situación personal a ese respecto. Porque resulta, que la respuesta a esa cuestión y con todo lujo de detalles, la tiene publicada en nuestro blog, tan lejos en el tiempo como el 14 de Julio de 2010, bajo el título de “Hijos de Dios…… o del diablo” y de la que es perfecto conocedor, porque me respondió a ese artículo con un escueto correo personal, en el que tirando por la calle de en medio, simplemente me decía lo siguiente:
“Somos Hijos de Dios por adopción, pero hijos del segundo Adán, Jesucristo, por derecho de recompra”
Y partiendo de la base que ambas cosas al mismo tiempo son imposibles, no incidiré más en el asunto y me limitaré a señalar que dicho artículo está al alcance, por supuesto, de quien quiera asomarse a nuestro blog y comprobar la veracidad de lo que digo. Otra cosa es, que el Sr. Olcese no haya querido darse por enterado, por aquello de no tener que responder a las incómodas objeciones recibidas y continuar con la matraca como si la cosa no fuera con él; pero que no se preocupe que se las voy a plantear de nuevo cumplidamente. No obstante, sí quisiera destacar, que cuando se empieza un artículo mintiendo con tanto descaro como lo ha hecho dicho caballero y en un intento de predisponer al personal contra su oponente, poca o ninguna credibilidad deberían merecer sus argumentos posteriores. Luego que el Sr. Olcese no se preocupe tanto de mí humilde persona y ponga su atención en ceñirse más a la verdad; y que cuando me tenga que decir algo, por favor se dirija a mi directamente, como responsable que soy de mis propias ideas y no me mezcle con los TJ…… ellos son ellos y esclavos de sus palabras y yo soy yo, responsable de las mías. Pero no obstante, como me considero una persona correcta y educada, en atención al respeto que me merecen nuestros lectores, pasaré por alto tanta insolencia y atenderé sus argumentos.
Pero le rogaría D. Mario, que fuera centrando los temas y no mezclara las churras con las merinas, algo en lo que es un experto, ya que así consigue crear una atmosfera de confusión, que le hace a uno más difícil el centrar la respuesta a un asunto en concreto. Porque una cosa son los TJ y sus particulares enseñanzas y otra cosa muy distinta, es un servidor y que jamás le he formulado planteamiento alguno que no se lo haya podido probar con las Escrituras y que, dicho sea de paso, el Sr. Olcese jamás me ha podido rebatir, en tiempo y forma, eso es, al recibir la objeción y con textos bíblicos en la mano, cualquiera de mis planteamientos y como sí tengo por costumbre hacer yo. Por lo tanto, resulta que no estamos hablando de lo mismo; luego vamos a ver y para aclararnos un poco: que los TJ cometen un flagrante error al afirmar que tanto el grupo de personas que han de gobernar con Cristo en el reino, un grupo reducido según Luc. 12:32, como la gran muchedumbre de sobrevivientes de la gran tribulación (Rev. 7:9; 14), en calidad de súbditos del mismo, son todos miembros pertenecientes únicamente a su grupo religioso y transmitiendo con ello la idea, de que aquellos que no pertenezcan a la secta serán destruidos sí o sí, es algo en lo que estoy completamente de acuerdo. Así como que también estoy completamente de acuerdo, en que cometen otro error garrafal, al colocar el gobierno del reino en el cielo, cuando las escrituras lo colocan aquí en la Tierra y en la ciudad de Jerusalén…… luego totalmente de acuerdo en ambos extremos.
Pero si bien en la forma se equivocan, no es menos cierto que en el fondo tienen toda la razón; porque es obvio que existe un conjunto de personas (sin ninguna etiqueta) que tienen de gobernar en ese futuro reino (el propio Sr. Olcese se postula como una de ellas) a instalarse en la tierra, ya que según Jesús mencionó, el Padre había decidido “dar el reino” a un reducido grupo de personas, que juntas compondrían un “rebaño pequeño”, lo cual hallamos en Luc. 12:32…… y eso está escrito. Y como obviamente, si constituyen un reino, será para reinar o gobernar sobre alguien, tiene que haber otro grupo de personas que ocupen el puesto de súbditos del mismo y susceptibles de ser dirigidas a fuentes de aguas de vida (Rev. 7:17) y grupo, que está conformado por la gran muchedumbre de sobrevivientes de la gran tribulación (Rev. 7:9; 14), que entran con vida al período milenario, luego después de que Jesucristo se haya reunido ya con sus hermanos y juntos, hayan peleado la batalla de Armagedón contra las huestes terrenales de Satanás y que resuelta esta, toman posesión de sus reales tronos. A partir de ahí inicia el milenio y es entonces cuando en las Escrituras aparece la gran muchedumbre…… y eso, también está escrito. Luego estaríamos hablando de dos grupos de distinto tamaño de personas y de distinta procedencia, en donde uno (el más reducido) gobierna sobre otro (el más numeroso), que es gobernado y que pasan a ser los súbditos del reino. Luego y por mucho que le repatee al Sr. Olcese, dos grupos o clases: uno que gobierna y otro que es gobernado…… y ello por voluntad divina; siempre y cuando, eso sí, Apologista Mario Olcese le permita al Altísimo llevar adelante tan “diabólico” plan, por supuesto.
Y continuando nuestro análisis, ahora nos encontramos con un punto que me ha llamado mucho la atención: porque citando de Juan 1: 12, D. Mario relaciona su contenido con los tiempos actuales, al aplicárselo a los TJ y sacando una vez más (como tiene por costumbre), un texto de su contexto; porque vemos que si ese pasaje, es situado correctamente dentro del mismo, eso es, leyendo también el versículo 11, no permite esa relación con los tiempos actuales y generando además, una derivada que no ha previsto el citado caballero:
“Vino a su propia casa, pero los suyos no lo recibieron. 12 No obstante, a cuantos sí lo recibieron, a ellos les dio autoridad de llegar a ser hijos de Dios, porque ejercían fe en su nombre.”
Luego estarán de acuerdo conmigo, que ese texto, cuando se ajusta a su contexto, claramente deja la acción circunscrita a los contemporáneos de Jesús y no más allá, ya que la autoridad de llegar a ser hijo de Dios fue dada a aquellos que sí recibieron a Jesús en el momento de su presencia aquí en la Tierra y que es lo que se desprende, no solo del pasaje en cuestión, sino también de la manera en que ocurrieron los acontecimientos: los doce apóstoles, que fueron los que le recibieron (a Jesús), fueron los primeros a los que les fue concedida dicha autoridad en Pentecostés de 33 E.C., al ser derramado sobre ellos el Espíritu Santo de adopción como hijos de Dios y estos a su vez, lo fueron transmitiendo a otros mediante la imposición de manos, hasta que falleció el último de ellos (Juan) en 98/99 E.C…… y ahí se acabó la posibilidad de continuar transmitiendo la citada autoridad de llegar a ser hijos de Dios, a otros seguidores de Jesucristo; luego nada que ver, repetimos, con nuestros días. Pero tampoco y ahí está la derivada, con un tiempo pasado, porque la autoridad para llegar a ser hijo de Dios y en ausencia de Jesús, aún no había sido dada; de lo contrario, el texto de Juan 1:12 que usa el D. Mario, no tendría ningún sentido.
Y con lo cual se me antoja, que el Sr. Olcese se ha metido en un jardín del que veremos si es capaz de salirse, porque con este pasaje que él mismo trae a colación, echa por tierra toda su enseñanza de que los santos del AT, entre ellos el rey David y del que nos habla más adelante en el video de referencia, como futuro gobernante con Cristo en el reino de Dios, puedan ocupar ese importante cargo, porque veamos: según Juan, la autoridad para llegar a ser hijo de Dios, les fue dada a aquellos que le recibieron a él, a Jesús; luego dicha autoridad para llegar a ser hijo de Dios, no podía existir en tiempos anteriores a Jesús, de lo contrario Juan 1:11-12 perdería todo su sentido como punto de referencia: el tiempo en donde inició la posibilidad de que el hombre pudiera llegar a ser hijo adoptivo de Jehová. Y apoya mi idea, lo expresado en el pasaje de Rom. 8:29, en dónde leemos lo siguiente:
“…… porque a los que dio su primer reconocimiento, también los predeterminó para que fueran hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito entre muchos hermanos.”
Entonces si Jesús tenía que ser el primogénito de entre muchos hermanos, ello significaría que anterior a él (excepción hecha de Adán, pero que nada pinta en este asunto), no pudo existir ningún otro hijo de Dios, como pretende hacernos creer el Sr. Olcese, cuando afirma que David también fue “ungido” y que por lo tanto, era un hijo de Dios…… porque de ser así, Jesucristo no habría sido el primogénito de entre muchos hermanos. Porque una cosa es que David hubiera sido “ungido” para ser rey sobre Israel (2 Sam. 2:4) y otra muy distinta, que hubiera sido hecho hijo de Dios, lo que contradeciría el sentido del pasaje de Juan 1:11-12. Pero por otra parte y apuntando en esa misma línea que yo desarrollo, tenemos la pregunta que en su momento le formularon sus apóstoles y la respuesta que Jesús les dio, las cuales y de haber existido en tiempos anteriores a Jesús, la posibilidad de reinar con él y cosa que solo pueden hacer los hijos de Dios y por tanto, hermanos de Jesucristo, no tendrían sentido:
“Entonces Pedro le dijo en respuesta: “¡Mira! Nosotros hemos dejado todas las cosas y te hemos seguido; ¿qué habrá para nosotros, realmente?”. 28 Jesús les dijo: “En verdad les digo: En la re-creación, cuando el Hijo del hombre se siente sobre su trono glorioso, ustedes, los que me han seguido, también se sentarán sobre doce tronos y juzgarán a las doce tribus de Israel.” (Mat. 19:27-28).
Entonces lo que notamos, es que los apóstoles, por otra parte buenos conocedores de la Ley, no tenían ni la más remota idea de la posibilidad de algo parecido a reinar en ese reino anunciado por Jesús y mucho menos, en calidad de hijos de Dios. Luego la cuestión que se le presenta a D. Mario y a tenor de su planteamiento, es la siguiente: puesto que los santos del AT, no pueden ser hijos de Dios según se desprende de lo leído (y ya sin tener en cuenta Juan 3:5, que esta es otra), en consecuencia no pueden heredar el reino con Jesucristo y por tanto, no pueden gobernar con él. Luego no soy yo y según me acusa el Sr. Olcese al final de su video, el que dice que David no reinará con Cristo en el milenio, sino que quién lo dice, es el contexto de las Escrituras y más en concreto, el Sal. 45:16 y en donde se nos habla de la relación de parentesco que mantendrá el rey Jesucristo con sus antepasados:
“En lugar de tus antepasados (o padres, según versiones) llegará a haber tus hijos, a quienes nombrarás príncipes en toda la tierra.” (Acotación mía).
Luego si David no adquiere la condición de hermano de Jesús, tampoco es hijo de Dios, en consecuencia no puede heredar el reino en calidad de rey y sacerdote…… solo como súbdito ¿o no, Sr. Olcese? Cierto que súbdito distinguido con el alto cargo de príncipe, pero en todo caso, sujeto a la autoridad de los Hijos de Dios que fungirán como reyes en ese gobierno del reino presidido por Cristo y por tanto, superiores en calidad y rango con respecto de David ¿o cómo es la cosa D. Mario?
Y todo ello en frontal contradicción a lo que siempre ha afirmado el Sr. Olcese y a lo que yo, dicho sea de paso, siempre me he opuesto; pero además y continuando con el tema, si no son hijos de Dios…… ¿de quién son hijos? Según la vara de medir que el Sr. Olcese, aplica a un servidor, obviamente estaríamos hablando de hijos de Satanás; pero la verdad, el pensar en los Abraham, Moisés, Job, Noé, Isaac, Jacob, Daniel, el mismísimo David, etc., etc., etc…… como hijos de Satanás, se me antoja que es pasarse un montón de pueblos ¿no creen? Pero voy a dejar este punto aquí y quedo expectante para ver si D. Mario es capaz de salirse del berenjenal en el que se ha metido; es más, le reto públicamente a que en alguno de sus videos, nos explique a todos de qué va la película (¡a que no!). Pero pasemos a otro punto.
Apoyándose en un relato acerca de Jesús, que se encuentra en Mat. 12: 46-50 y en una clara muestra de que no sabe qué era lo que Jesús quería dar a entender, cita del versículo 50 y que nos dice así:
“Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano y hermana y madre.”
Y diciendo acto seguido que (palabras textuales) “si uno hace la voluntad de Dios, se constituye en hermano de Jesús, luego si uno no es hermano de Jesús ¿la voluntad de quién está haciendo?”
Y prescindiendo que no estoy de acuerdo con dicha afirmación, porque es un disparate, le digo a D. Mario que yo le responderé con gusto la pregunta que formula, cuando nos aclare un pequeño problema que surge debido a su planteamiento; porque volvamos al Sal. 45:16 y que nos habla, como hemos dicho, de la relación de parentesco entre Jesús y sus antepasados:
“En lugar de tus antepasados llegará a haber tus hijos……”
Luego ¿deberíamos entender según el planteamiento del Sr. Olocese, que los antepasados (o padres, según versiones) de Jesús, los Abraham, Noé, Moisés, Isaac, David, Daniel, etc., etc. y que no alcanzan a ser sus hermanos, según la propia palabra inspirada de Dios, no hicieron la voluntad de Jehová? ¿O más bien es que dicho caballero, no tiene ni la más remota idea de lo que realmente quiso decir Jesús en el pasaje citado de Mat. 12: 46-50 y del que solo cita el último verso (y una vez más, fuera de contexto), ya que contiene las palabras que le convienen en este momento? Porque el sentido original de ese verso 50, si se coloca en su contexto, nada tienen que ver con el marco de circunstancias en el que D. Mario lo quiere encajar. Porque me permito recordarle, que los textos tienen un contexto, que nos permite entender en un momento dado, de que realmente se estaba hablando en un momento determinado. Luego mientras esperamos que D. Mario, tenga a bien, el aclararnos (doble contra sencillo a que no lo hace) las circunstancias que rodearon dicho relato y que son las que le dan sentido a las palabras de Jesús (nada que ver con lo que él nos quiere hacer creer). Y si no lo hace él, no se preocupen que ya seré yo el que lo haga; y pasemos a otro punto.
Y lo encontramos, en la afirmación con la que continúa su exposición, en el sentido que los TJ, así como también un servidor, “enseñan” que no todos los cristianos están llamados a tener Espíritu Santo, sino solo aquellos que han de reinar con Cristo en el reino. Por lo tanto, no solo le ruego públicamente al Sr. Olcese, que deje de relacionarme con los TJ (creo que la cosa ya se pasa de castaño oscuro), sino que le desafío a que me muestre un solo comentario en esa dirección, que esté publicado en alguno de mis escritos. Porque lo que yo he afirmado siempre, es que una cosa es reflejar los dones que acompañan a dicho espíritu y que Jehová puede distribuir a quién le apetezca, en función de la necesidad del momento y otra muy distinta, el que Jehová adopte a uno como hijo de Dios. Porque volviendo a Juan 1:12, hemos visto que lo que fue concedido a aquellos que sí recibieron a Jesús, fue la autoridad de llegar a ser hijos de Dios, posibilidad que como hemos visto no existía antes de Jesús, pero que sin embargo muchísimos personajes del AT, reflejaron los dones o poderes del Espíritu Santo y que les fueron permitidos desarrollar, para llevar a cabo tareas encomendadas por Dios: Moisés por ejemplo, o Sansón, o Elías, o Eliseo, por nombrar algunos; incluso del mismo David se dice lo siguiente:
“Por lo tanto Samuel tomó el cuerno de aceite y lo ungió en medio de sus hermanos. Y el espíritu de Jehová empezó a entrar en operación sobre David desde aquel día en adelante. Más tarde, Samuel se levantó y procedió a irse a Ramá.” (1 Sam. 16:13)
Luego David también poseía el Espíritu Santo, sin embargo no podía ser y según Juan 1:11-12, hijo de Dios. Y pasando al NT, nos encontramos con lo mismo: por ejemplo, D. Mario nos cita de Hech. 2:38 y que dice así:
“Pedro les dijo: “Arrepiéntanse y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados y recibirán la dádiva gratuita del espíritu santo.”
Pero eso no los hacía hijos de Dios, como veremos en el siguiente ejemplo y según el relato de Hech. 8:4-12: cuando los seguidores de Jesucristo fueron esparcidos por todas partes, un tal Felipe subió a Samaria y bautizo a muchas personas, con lo cual y en armonía con las palabras de Pedro en el pasaje citado, recibirían también la dádiva prometida del Espíritu Santo; sin embargo, vean lo que leemos a continuación:
“Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había aceptado la palabra de Dios, les despacharon a Pedro y a Juan; 15 y estos bajaron y oraron para que recibieran espíritu santo. 16 Porque todavía no había caído sobre ninguno de ellos, sino que solo habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. 17 Entonces se pusieron a imponerles las manos y ellos empezaron a recibir espíritu santo.” (Hech. 8:14-17).
Luego parece haber una contradicción, entre que lo que el propio Pedro había dicho en Hech.2:38, en el sentido de que solo bautizándose en el nombre de Jesucristo, uno ya recibía la dádiva gratuita del Espíritu Santo, con lo que se nos relata en este pasaje: entonces o Pedro nos mintió o aquí estaba pasando algo raro. Pues ninguna de las dos cosas, porque no hay contradicción alguna, sino que lo que está ocurriendo tiene que ver con lo que les he dicho: no tiene nada que ver el que uno disfrute del Espíritu Santo de Dios y que se manifiesta por sus frutos y otra muy distinta, el poseer el Espíritu Santo de adopción como hijo de Dios y que solo se podía conseguir, mediante la imposición de manos por parte de los apóstoles. Por lo tanto analicemos de nuevo Hech. 2:38:
“Pedro les dijo: “Arrepiéntanse y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados y recibirán la dádiva gratuita del espíritu santo.”
La clave del asunto, está en averiguar que era esa “dádiva gratuita” y que muchos, el Sr. Olcese a la cabeza (obviamente porque les interesa), la asocian con el ser ungido como hijo de Dios y de ahí esa disparatada enseñanza, a la que yo llamo la enseñanza del “automatismo”. Y es que amparándose en ese pasaje, D. Mario nos quiere convencer que cuando uno se bautiza en agua, mediante inmersión total y en el nombre de Jesucristo, automáticamente ya es reconocido como Hijo de Dios…… porque claro, según él, el texto “dice” eso. Pero esto no puede ser verdad, porque en el caso de Felipe en Samaria, en donde los creyentes fueron bautizados según las indicaciones de Pedro, esto es lo que resultó:
“Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había aceptado la palabra de Dios, les despacharon a Pedro y a Juan; 15 y estos bajaron y oraron para que recibieran espíritu santo. 16 Porque todavía no había caído sobre ninguno de ellos, sino que solo habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. 17 Entonces se pusieron a imponerles las manos y ellos empezaron a recibir espíritu santo.”
Luego lo que vemos, es que esas personas recibieron la autoridad de llegar a ser hijos de Dios, a través de los apóstoles, al serles impuestas las manos y que era el único modo de recibir dicha autoridad. Entonces vemos que la condición de hijos de Dios, no les vino de forma automática, en el momento de ser bautizados en agua por Felipe…… porque les faltaba un requisito, de los dos establecidos por Jesús, para llegar a ser hijos de Dios y formar parte del gobierno del reino:
“Jesús contestó: “Muy verdaderamente te digo: A menos que uno nazca del agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.” (Juan 3:5).
Y esas personas, solo habían recibido el bautismo de agua y circunstancia que señala el verso 16, cuando dice que el Espíritu Santo “todavía no había caído sobre ninguno de ellos, sino que solo habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús”. Pero claro, les faltaba el bautismo en Espíritu para completar los dos requisitos establecidos por Jesús y que el tal, solo podía ser impartido por los apóstoles. No pasemos por alto, el hecho de que si bien el propio Felipe, que en su momento recibió dicho bautismo también por imposición de manos de los apóstoles (Hech. 6:5), podía desplegar los poderes que el Espíritu Santo de adopción como hijo de Dios llevaba inherentes (Hech. 8:6-7), sin embargo, no los podía transmitir a otros, o sea, que no estaba facultado, a diferencia de los doce apóstoles, para bautizar con Espíritu Santo…… por eso tuvieron que desplazarse a Samaria dos de ellos (Pedro y Juan), para llevar a cabo dicho cometido, porque solo ellos estaban facultados para bautizar en espíritu santo. Pero continuamos sin saber, que era esa “dádiva gratuita” del espíritu, mencionada por Pedro en Hech. 2:38, entonces…… ¿dónde está el problema? Pues sencillamente, de nuevo en un texto sacado de su contexto y algo en que el Sr. Olcese tiene mano de “santo”, porque veamos cuál fue la situación:
Pedro está dirigiendo su discurso inicial a aquellas personas que se habían congregado ante el estruendo causado por el derramamiento del Espíritu Santo y entre otras cosas, las estaba acusando, de que “a este hombre, como uno entregado por el consejo determinado y presciencia de Dios, ustedes lo fijaron en un madero por mano de desaforados y lo eliminaron” (Hech. 2: 23). Por otra parte, también flotaba en el ambiente, el rechazo del pueblo de Israel por parte de Jehová y debido a la actitud que mostraban hacia su enviado, según las palabras de Jesús en Mat. 23:38-39:
“¡Miren! Su casa se les deja abandonada a ustedes. 39 Porque les digo: No me verán de ningún modo de aquí en adelante hasta que digan: “¡Bendito es el que viene en el nombre de Jehová!”.”
Y estas cosas pesaron en el ánimo de aquellas personas, al grado que reconociendo su culpa y viéndose por tanto, apartadas del favor de Jehová, angustiadas le preguntan a Pedro y resto de apóstoles:
“Ahora bien, cuando aquellos oyeron esto se sintieron heridos en el corazón y dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: “Varones, hermanos, ¿qué haremos?”.” (Hech. 2:37).
Y es entonces, en ese contexto, cuando se producen las citadas palabras de Pedro:
“Pedro les dijo: “Arrepiéntanse y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados y recibirán la dádiva gratuita del espíritu santo”.”
Consejo que fue seguido por unas 3.000 personas que abrazaron su palabra de buena gana y fueron bautizadas (verso 41). Luego es obvio que dicha “dádiva”, solo podía ser el alcanzar de nuevo, una posición acepta ante Jehová, mediante su arrepentimiento y el llegar a declarar como “bendito” al enviado por Jehová, cosa que hacían al bautizarse en “su nombre”. Pero sobre estas personas, los apóstoles no impusieron sus manos, luego no fueron bautizadas en espíritu y por lo tanto, no convertidas en hijos de Dios. Algo que queda probado por el hecho de que tiempo después, los poderes milagrosos que acompañaban a tal reconocimiento, continuaban siendo desplegados solo por los doce apóstoles:
“Además, mediante las manos de los apóstoles, continuaron efectuándose muchas señales y portentos presagiosos entre el pueblo; y todos estaban de común acuerdo en la columnata de Salomón.” (Hech. 5:12).
Entonces es obvio que una cosa era recibir la dádiva gratuita del espíritu, o sea, una posición de favor ante Jehová, mediante el bautismo en agua y otra muy distinta, ser declarado hijo de Dios mediante ser uno bautizado con espíritu santo y algo que solo los apóstoles podían llevar a cabo; luego al morir el último apóstol…… pues eso. Y pasemos a otro punto.
Y punto en donde lamentándolo mucho, no me queda más remedio que contradecir de nuevo al Sr. Olcese, pero no son los TJ, ni un servidor, los que dicen que solo 144.000 conforman la Iglesia o Cuerpo de Cristo…… eso se lo explicó Jesucristo al apóstol Juan y que yo, solo me limito a señalar el lugar en dónde se dice eso; en Rev. 14:1:
“Y vi y, ¡miren!, el Cordero de pie sobre el monte Sión y con él ciento cuarenta y cuatro mil que tienen escritos en sus frentes el nombre de él y el nombre de su Padre.”
Y es que lo que Juan vio, fue el cumplimento profético de las palabras del propio Jehová en el Sal. 2:5-6:
“En aquel tiempo les hablará en su cólera y en su ardiente desagrado los perturbará, 6 diciendo: “Yo, sí, yo, he instalado a mi rey sobre Sión, mi santa montaña”.”
Luego lo que realmente vio Juan, fue a Jesucristo ya entronizado sobre el monte Sión y desempeñando sus funciones como Rey y lógicamente, aquéllos que lo estaban acompañando en ese momento, tenían que ser sus gobernantes asociados y que son los que conforman la Iglesia o Cuerpo de Cristo…... y cuyo número o cantidad de ellos, ni se lo han inventado los TJ, ni yo mismo. No perdamos de vista el hecho de que son los únicos de los que nos hablan las Escrituras, que llevan los nombres de él y de su Padre, escritos en sus frentes en señal de pertenencia: “fueron comprados de la tierra como primicias, para Dios y para el Cordero” (Rev. 14:4). Y cantidad y distintivo (el sello), que cuadra con Rev. 7:4-8 y en donde no se puede entender que se esté hablando de una cantidad simbólica, porque de lo que se nos habla allí, es de una operación matemática, pura y dura. Pero es que además, tampoco se puede olvidar que esa cantidad de 144.000 miembros, se ajusta más a las palabras de Jesús en Luc. 12:32, en el sentido de que los que con él reinarían serían un “rebaño pequeño”, que con los “millones, miles de millones” que según nos propone él Sr Olcese, tienen que conformar ese gobierno del reino y afirmación que publicó el 03/02/09 en su blog, bajo el título “El milenio de Jesucristo: ¡lo que el señor tiene reservado para usted y su familia!”. Pero que en todo caso, me permito señalarle a D. Mario, que solo estoy haciendo referencia a cosas que están escritas en la Biblia, que las podré entender mejor o peor y algo que podríamos discutir, pero lo que está claro, es que no me invento nada; dicho esto, pasemos a otro punto.
Y punto que tiene que ver con la afirmación de D. Mario, en el sentido de que tanto los TJ como yo mismo, sostenemos la “caprichosa” idea que solo los “santos” reinarán con Cristo. Por lo tanto, no me queda más remedio que señalarle, que la idea de que los santos son los que reinarán con Cristo, no se les ocurrió a los TJ, ni por supuesto a un servidor…… no, no, el Sr Olcese está muy confundido: eso se le ocurrió al profeta Daniel (imagino que algo tendría que ver Jehová en el asunto) y lo tiene en cualquier traducción que desee usar, en el capítulo 7 y verso 18 de dicho libro. Y ya lamento defraudarle, pero se me antoja a mí (es un consejo de amigo) y visto lo visto, que D. Mario debería leer más la Biblia y menos, las aventuras de Guillermo Tell. Más que nada, para que no le apliquen aquello tan castizo de “si no sabe…… ¿para qué se mete, hombre?”. Pero veamos otro punto.
En este, el Sr. Olcese acusa a los TJ de mantener la idea de que la grande muchedumbre no va a reinar con Cristo, sino que serán súbditos de ese reino y algo que le suena a enseñanza diabólica. Y aunque ya hemos hablado algo de este tema, como resulta que da para mucho y puesto que de nuevo lo propone, de nuevo entraremos en él, ya que siempre pueden salir cosas nuevas. Pero como en esta ocasión, D. Mario no me cita a mí, ya le digo y para que tome nota, que yo mantengo igual posición y no porque lo digan los TJ, sino porque eso es lo que dicen las Escrituras; y es que a mí, debería saber D. Mario, me tiene sin cuidado quién haga determinada afirmación, siempre que la misma se ajuste al contenido escritural…… y como este es el caso, pues no tengo ningún reparo en apoyar dicha idea, venga de quién venga.
Pero lo que no puedo hacer, es apoyar la idea contraria al registro bíblico y al mismo sentido común, que dicho caballero defiende, sobre todo cuando se parte de los siguientes enunciados:
14/06/09: “La muchedumbre incalculable de 144.000, viene de la Gran Tribulación”, porque ¡hombre! si es incalculable, D. Mario ¿qué tiene que ver con los 144.000, que es un número perfectamente delimitado y calculado?
14/06/09: “¿Pueden ser los 144.000 de Apocalipsis 7 y 14, la misma grande muchedumbre? ¡Las evidencias muestran que sí!” Y extraña afirmación, que me plantea otra interrogante ¿qué evidencias puede argumentar el Sr. Olcese, para probar que un número ya contado de 144.000, pueda ser una gran muchedumbre “que ningún hombre podía contar”?
15/06/09: “Los 144.000 sellados de Apocalipsis, es una grande muchedumbre” y que de nuevo, me encontramos con lo mismo; porque si estamos hablando de un grupo de 144.000, que obviamente ya están contados, luego ¿cómo pueden ser entonces y a la vez, una gran muchedumbre que no se podía contar?
Y si sicodélicos son estos enunciados, imagínense ustedes queridos lectores, lo que puede haber en sus contenidos y conste que sé de lo que hablo…… me los he leído los tres. Por lo tanto, el Sr. Olcese, tal parece que no sabe de lo que está hablando, porque la Biblia no dice nada de esto; es más, de ser lo que él propone, o sea, que los miembros de la gran muchedumbre también gobernarán con Cristo, se plantean dos “pequeños” problemas…… veamos el primero:
“Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos la muerte segunda no tiene autoridad, sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él por los mil años.” (Rev. 20:6).
Luego lo que queda claro, es que solo pueden gobernar con Cristo aquellos que toman parte en esa primera resurrección y si la Biblia no nos miente…… pero es que resulta que la gran muchedumbre no participa de esa primera resurrección, sino que son los que pasan con vida a través de la gran tribulación y que por lo tanto, continúan siendo hombres imperfectos y aquejados de los mismo defectos que padecían en el anterior sistema y sujetos aún, a la muerte segunda; mientras que los que gobiernan con Cristo ya son levantados como perfectos e inmortales Hijos de Dios; leamos de nuevo el texto:
“Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos la muerte segunda no tiene autoridad, sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él por los mil años.”
Entonces, si sobre estos, los que participan en la primera resurrección, la muerte segunda no tiene autoridad, ello significa que hay otros, sobre los cuales la muerte segunda si tiene autoridad, de lo contrario esas palabras no tendrían sentido…… y como en ese momento sobre la tierra solo están, los participantes de esa primera resurrección y los miembros de la gran muchedumbre, solo la razón y el sentido común nos dicen, que son estos últimos los que aún están bajo la autoridad de la muerte segunda, por lo que estaríamos hablando de un grupo de personas de distintas características, luego ¿cómo pueden gobernar en igualdad de condiciones, todos juntos, con Cristo? Porque recordemos que hemos dicho, que los levantados en la primera resurrección, ya son perfectos e inmortales Hijos de Dios a diferencia de los sobrevivientes de la gran tribulación; vean lo que se nos dice de los componentes de esa gran muchedumbre:
“Ya no tendrán hambre ni tendrán más sed, ni los batirá el sol ni ningún calor abrasador, 17 porque el Cordero, que está en medio del trono, los pastoreará y los guiará a fuentes de aguas de vida. Y Dios limpiará toda lágrima de los ojos de ellos.” (Rev. 7:16-17).
Pero sin embargo, los que con Cristo gobiernan, no precisan de esas atenciones, porque ellos ya tienen vida en sí mismos y no necesitan por tanto, de ningún tipo de ayuda exterior, o sea, el ser pastoreados o el ser guiados a ninguna fuente de aguas de vida: ellos ya son perfectos e inmortales Hijos de Dios. Luego…… ¿qué pinta en el cuadro esa gran muchedumbre de personas? ¿Podría darse el caso que D. Mario, estuviese equivocado y que los TJ y un servidor, tuviéramos razón al afirmar que son el grupo de los que heredan el reino en calidad de súbditos del mismo? Y claro, ello nos llevaría a tener que aceptar, solo por lógica conclusión de fondo (que no de forma) que los TJ tienen razón al afirmar, que hay dos grupos o clases distintos: unos, los que gobiernan en el reino en calidad de reyes y sacerdotes y que son un reducido grupo de personas (Luc. 12:32) y una gran e incalculable muchedumbre (Rev. 7:9) de súbditos del mismo y aunque eso este lejos del alcance de las posibilidades mentales de D. Mario; pero…… es que la Biblia dice esto. Pero veamos el segundo problema y asunto de pura lógica y sentido común.
Hemos visto que al inicio del milenio y según las Escrituras, solo existen sobre la tierra los resucitados en esa primera resurrección compuesta de aquellos que han de gobernar con Cristo en calidad de reyes y sacerdotes, por una parte y la gran muchedumbre de sobrevivientes de la gran tribulación, por otra ¿de acuerdo? Entonces, si la gran muchedumbre y como enseña D. Mario, también han de formar parte de ese gobierno del reino y teniendo en cuenta que la segunda resurrección (para destrucción eterna) y según enseñanza de D. Mario, no se produce hasta el fin de los mil años de vigencia del reino ¿sobre quién gobiernan esos reyes y sobre quiénes derraman los beneficios de su condición de sacerdotes, durante ese período de tiempo? ¿Nos podría tan “ilustrado” caballero, explicar quiénes entonces, serán los súbditos de ese reino?
Y si mucho me apura D. Mario, le podría añadir hasta una tercera cuestión, porque ¿dónde en las Escrituras se nos dice que esos componentes de la gran muchedumbre, tengan escritos en sus frentes los nombres de él y de su Padre (Rev. 14:1), en señal de pertenencia, lo cual los diferencia completamente de los primeros? ¿Para qué entonces, la comedia de marcar a unos con respecto de otros, si todos tienen el mismo destino? Luego es obvio, que estamos hablando de distintos grupos de personas, de distintas procedencias y destinos distintos.
Y como nota personal, que le sea sabido a D. Mario, que un servidor, Armando López Golart y según él, tan perdido y confuso, prácticamente un pobre demente poseído por reminiscencias watchtowerianas, que no tiene ni idea de por donde le sopla el aire…… entiendo las cosas de esta manera, es más, las llevo publicando en este blog, prácticamente desde que inició y jamás, me las ha podido rebatir. Por lo tanto, yo le ruego públicamente y que en un plazo prudencial, digamos una semana (si es antes mejor), D. Mario nos publique otro video, en el que rebata y como yo he hecho, punto por punto, estos argumentos que acabo de plantear. No como nos tiene acostumbrados y hace en este video que estamos analizando, con absurda palabrería e insostenibles argumentos; no, no, yo me estoy refiriendo a usar textos bíblicos perfectamente desarrollados, que rebatan los que yo he usado…… ¿se apuestan ustedes, queridos lectores, un pincho de tortilla y caña conmigo, a que no se atreve?
Y a modo de simple sugerencia final, me permito señalarle a D. Mario, que más provechoso que contrastar sus creencias con las de los TJ, como es el caso que nos ocupa, sería que las contrastara con las Escrituras…… igual aprendía algo y dejaba de hacer el ridículo, a la par que dejaría de engañar al personal.
Pero no se preocupen, queridos amigos, que en el más que probable caso de que dicho caballero no diga ni mu, como nos tiene acostumbrados, nosotros nos comprometemos a sacarles de sus posibles dudas acerca del tema…… si es que les queda alguna, claro.
Armando López Golart
martes, 9 de agosto de 2011
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