miércoles, 3 de agosto de 2011

Pero…… ¿esto qué es?

Así reaccionan aquellas personas a las que de pronto se les ocurre, ante la difícil situación por la que atraviesa la humanidad, que no estaría de más el acercarse al Creador del Universo y en consecuencia, de la Tierra y todo lo que hay en ella, Jehová Dios y a Su Palabra la Biblia, por si acaso resulta que aquello del paraíso, la tentación, la supuesta manzanita, etc., fuera cierto y se diera el caso que Jehová tuviera preparado para el hombre, algo distinto de lo que estamos viviendo en la actualidad. Y que bien podría ser que lo que realmente está ocurriendo, es que estemos pagando los platos rotos de la burrada cometida por nuestros primeros padres…… y así nos luce el pelo. Luego uno piensa en que si ese relato de la creación fuera verdad y realmente tuviera un propósito determinado que no se pudo cumplir, lo razonable sería pensar que Jehová nos explicara a través de ese libro incomparable, lo que piensa hacer para reconducir la situación y para cuándo, devolvernos a lo que parece ser, era su propósito en un primer momento para el ser humano…… y lo que es más importante: qué tenemos que hacer nosotros individualmente, para conseguir ser beneficiarios de los posibles arreglos que en ese sentido se lleven a cabo.

Pero cuando uno y animado por esa posibilidad, acude en demanda de socorro en su deseo de averiguar hasta qué grado la religión le puede ayudar a resolver la multitud de “porqués” que le traen a malvivir, se topa de golpe (y por aquello de que “la primera en la frente”) con una dura e incomprensible realidad: multitud de distintas denominaciones religiosas, todas ellas apellidadas cristianas, con distintas y muchas veces contradictorias enseñanzas y que siembran de confusión su mente inquirente; y si decide dejar aparte lo de asociarse con algún tipo de organización religiosa y acercarse a Internet (lo que hemos hecho muchos), la cosa ya se sale de madre, ante la numerosa cantidad de supuestos “ungidos” o elegidos por Dios, sueltos por ahí y proponiendo disparatadas enseñanzas, que cuando una persona razonablemente equilibrada y sin necesidad de ser muy entendida en la cosa religiosa, las compara con el contenido de las Escrituras, no puede dar crédito al espectáculo que está viendo. Pero lo que hace más complicado y esperpéntico el asunto, aumentando la confusión al extremo, es el hecho de que tanto las unas (las diversas denominaciones religiosas) como los otros (esos “ungidos que van por libre), todos tienen como punto focal de sus creencias un mismo libro de referencia: La Biblia. Luego un libro escrito para unir (1 Cor. 1:10), resulta que es el foco de una total disparidad de criterios y en el que todos afirman (¡faltaría más!) poseer la verdad.

Por lo tanto y teniendo en cuenta el hecho que nos está honrando con su visita y que posiblemente su perfil se pudiera ajustar a lo ya mencionado, partiremos del supuesto que este es su caso y por ello, querido lector, sepa de entrada que le comprendemos perfectamente, cuando se muestra confuso ante el hecho de que partiendo todas de una misma base, la Biblia, existan tantas y distintas opiniones entre aquellos que hablamos de temas religiosos. Luego y por aquello de ayudarle un poco (si nos lo permite) le recomendamos que nunca olvide, lo que podríamos considerar como dos máximas a tener siempre en cuenta, para uno empezar a orientarse en esta alborotada parcela en que se ha convertido el tema de la religión: una, que la Biblia no es la culpable de esta situación y otra, que alguien de entre esa marabunta de voces discordantes, tiene que decir la verdad…… y lógicamente siempre será aquél, cuyas afirmaciones se ajusten al texto escritural. No se olvide de las palabras de Santiago en Hech. 15:21:

Porque desde tiempos antiguos Moisés ha tenido en ciudad tras ciudad quienes lo prediquen (por tanto, la palabra de Jehová que tenían en ese tiempo), porque es leído en voz alta en las sinagogas todos los sábados.” (Acotación nuestra).

Luego en tiempos modernos, también Jesús (un profeta semejante a Moisés, según Deut. 18:18) tiene quién lo predique; en consecuencia y dado que solo habló aquello que se le mando (Juan 12:49), de nuevo es Jehová quién continúa teniendo a alguien que le predique y a través del registro escrito de Las Santas Escrituras; luego aquél o aquellos que se apeguen, como hemos dicho, perfectamente al contenido de las mismas, pueden considerarse portavoces o voceros fiables de Dios, en el momento actual.

Luego no se quede solo en lo superficial (en que aquí no hay quién se aclare) e indague precisamente en esa dirección: quién de entre todos esos que usted lee, es el que se ajusta al registro escrito y si no lo ha encontrado aún, continúe buscando porque seguro que lo hay; y ya sabemos que con lo que le estamos diciendo, lo que hacemos es colocar la responsabilidad del entendimiento de las Escrituras sobre sus propios hombros, que por otra parte, es en dónde debe de estar (Gál. 6:5). Y es que si usted ha leído alguno de nuestros escritos, vera que en casi todos ellos acabamos dando el mismo consejo: que nuestro lector no se fie un pelo de lo que le decimos (nosotros o quién sea) y que Biblia en mano, compruebe mediante contraste, si aquello que ha leído o le han explicado, se ajusta a lo que él entiende de lo que está leyendo en la misma.

Pero no le podemos ocultar, querido y desconocido amigo, que para poder hacer eso que nos tomamos el atrevimiento de señalarle, hay que haberse leído las Escrituras y con la atención que estas se merecen: o sea, que requiere un poco de esfuerzo por nuestra parte. Recuerde la pregunta que le hizo Zofar a Job:

¿Puedes sondear las cosas profundas de Dios, o puedes sondear hasta el mismísimo límite del Todopoderoso?” (Job 11:7).

Y no se deje intimidar por aquellos que van blasonando de sus muchos títulos académicos o de profundos estudios en teología, hermenéutica o conocimientos de las lenguas vernáculas en las que fue escrita la Biblia, porque eso no va a ningún sito…… ¡hombre! sobrar no sobran, es cierto, pero lo que nosotros estamos intentando decirle es que no son imprescindibles. Porque mucho más útiles que todos esos conocimientos, para un correcto y provechoso entendimiento escritural, son la habilidad de leer correctamente y la capacidad para razonar con lógica y sentido común sobre aquello que se ha leído. Por ejemplo, los dos autores de este blog, carecemos de estudios superiores y por lo tanto, no tenemos más “armas” que estas que le hemos citado, para movernos por estas procelosas aguas del tema religioso. Pero le aseguramos que la cosa no nos va tan mal, ya que aún es el momento que alguno de esos autores de los que usted quizás haya leído, fuera capaz de presentar una objeción razonable a alguno de nuestros argumentos; más bien al contrario y cosa que puede fácilmente comprobar, solo leyendo algo de lo que llevamos escrito hasta el momento en nuestro blog, hemos sido nosotros los que continuamente hemos discrepado fuertemente de algunos de sus planteamientos y aún estamos esperando respuesta…… y pensamos nosotros, que por algo será.

Y es que por otra parte, no se puede olvidar que la Biblia fue dirigida en su inicio a personas tales como pastores, agricultores, pescadores, carpinteros…… en definitiva gente humilde y que teniendo en cuenta la época de la que estaríamos hablando, Einsteins, aquello que se dice Einsteins, desde luego no serían. Luego si Jehová así lo dispuso, significa que todo el mundo tiene la posibilidad de entender Su mensaje, solo con un mínimo esfuerzo y sin tener que ser un “cerebrito”. Y es que la Biblia, querido amigo, es sencillísima de entender, cuando uno no le busca cinco pies al gato, o sea, cuando intenta entenderla desde la sencillez y no cuando uno lo hace a partir de los elevados estudios que posee, error en el que caen constantemente los poseedores de los citados estudios. Por ello, las palabras que dijo Jesús y que de otro modo no se entenderían, en el sentido que los elevados saberes en ese campo del conocimiento bíblico, tal parecerían ser un estorbo, más que una ayuda:

En aquella misma hora se llenó de gran gozo en el espíritu santo y dijo: “Te alabo públicamente, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido cuidadosamente estas cosas de los sabios e intelectuales y las has revelado a los pequeñuelos. Sí, oh Padre, porque el hacerlo así vino a ser la manera aprobada por ti” .” (Luc. 10:21).

Y pasaje que si lo analiza con cuidado, querido amigo, se dará cuenta del hecho de que depende más de que el Altísimo le conceda a uno el entender el mensaje contenido en Su Palabra (siempre en función del esfuerzo que este uno haga para conseguirlo), que todos los diplomas o títulos colgados en las paredes de su despacho. Por eso nos encontramos con tanto “ilustrado” suelto por ahí, diciendo las barbaridades que dicen y que si uno conoce algo de la Biblia, solo la lógica y el sentido común ya le advierten que “eso” no puede ser tal como se lo pintan. Pero situación lógica por demás, cuando se tiene en cuenta el relato de Mat. 24, que inicia con la famosa pregunta de los apóstoles a Jesús, acerca de las señales o acontecimientos que marcarían su futura segunda venida. Y que con ser cierto que todo lo que profetizó era muy serio, no es menos cierto, que lo primero a lo que hace mención, es precisamente a esta cuestión que a muchos tanto inquieta: la falta de entendimiento entre aquellos que hablan de la Biblia. Veamos:

Estando él sentado en el monte de los Olivos, se acercaron a él los discípulos privadamente y dijeron: “Dinos: ¿Cuándo serán estas cosas y qué será la señal de tu presencia y de la conclusión del sistema de cosas?”. 4 Y en contestación, Jesús les dijo: “Cuidado que nadie los extravíe; 5 porque muchos vendrán sobre la base de mi nombre, diciendo: “Yo soy el Cristo” y extraviarán a muchos.” (Mat. 24:3-5).

Y note por favor, que el 99.99% de los que escriben en Internet, nos aseguran sin lugar a dudas venir en “su nombre”, al identificarse como “ungidos” o Hijos de Dios y por tanto, futuros gobernantes en su reino…… luego lo que estamos viendo, es el cumplimiento de la profecía de Jesús ¿no es así?; y con lo cual el momento de su venida, está más cercano de lo que muchos se imaginan y con ello, el aumento de falsos “Cristos” o comúnmente llamados “ungidos”, con el consiguiente peligro de que nos “extravíen”. Y por otra parte, tenemos también las inspiradas palabras del apóstol Pedro, que ya nos advirtió de lo siguiente:

Sin embargo, llegó a haber también falsos profetas entre el pueblo, como también habrá falsos maestros entre ustedes. Estos mismísimos introducirán calladamente sectas destructivas y repudiarán hasta al dueño que los compró, trayendo sobre sí mismos destrucción acelerada.” (2 Pedro 2:1).

Luego de nuevo vemos que la situación se ajusta a lo profetizado. Y fíjese que esos “falsos maestros” introducirían “sectas destructivas”, o sea, crearían confusión entre sus seguidores, al esparcir distintas enseñanzas que desorientarían y dividirían al personal…… justo lo que está ocurriendo actualmente; ante lo cual, muchas personas y en vista de cómo está el patio, no tienen claro a que banda decantarse ante tanta confusión e ideas encontradas ¿no es eso cierto, querido amigo? Y ante tal situación, la inmensa mayoría acaba dejando la Biblia en la estantería de su comedor para que haga bonito y vaya acumulando polvo, se olvidan del tema y tan felices…… Satanás y sus secuaces, por supuesto, porque han conseguido el objetivo perseguido. Luego usted, amigo que nos lee en su búsqueda espiritual ¿qué hará? ¿Se dejará vencer por el cabrito ese de los cuernos, o seguirá luchando para conseguir su objetivo de aprender realmente de Jehová, como hemos hecho tantos? Y a nosotros se nos antoja, puesto que nos está leyendo, que es usted una persona realmente interesada en adquirir el citado conocimiento al principio apuntado y por lo tanto, capaz de superar esa situación de desconcierto por la que pueda estar pasando. Y puesto que eso también nos habla de su interés en encontrar la ayuda necesaria para lograr su fin, nos atrevemos a formularle una pregunta ¿se le ha ocurrido pensar por un momento, el que quizás Jehová lo hubiera dirigido a este blog, para darle la ayuda que usted está buscando? Y dejémoslo ahí de momento, ya que es el tiempo el que da y quita razones; luego como decía el clásico “andaremos…… y veremos”.

Ya volviendo al tema de los supuestos “ungidos”, habrá notado que nosotros y de forma intencionada, nos hemos excluido del grupo de estos que escriben en Internet…… pero es que ni mi compañero ni un servidor (los autores de este blog), nos hemos colocado jamás y como siempre hemos dejado perfectamente claro en nuestros escritos, entre aquellos que declaran ser “ungidos” o Hijos de Dios, luego entendemos que la cosa no va con nosotros. Y el caso más palmario de entre aquellos que sí afirman ser tales, lo tenemos en el autor de una de las páginas religiosas más importantes y visitadas de Internet (del que quizás también habrá leído usted), el amigo Apologista Mario Olcese y que en uno de sus escritos, afirmó tajantemente lo que sigue:

Yo soy un UNGIDO del Señor, y nadie debe o puede tocarme a mí, o a usted, si en verdad es un cristiano, sin tener luego que pagar un precio muy caro. Yo me considero un UNGIDO del Señor, y si usted no se considera así, entonces usted no ha entendido lo que significa ser un cristiano o un ungido.” (Negritas nuestras).

Y no se puede negar que “convencidillo” de ello sí parece estar el hombre; ahora bien, lo que ocurre es que cuando uno lee algunos de sus artículos, se queda con la duda de si su fuente de información es la Biblia o las aventuras del “Capitán Trueno”. Sin ir más lejos, en nuestro último escrito publicado “El Sr. Olcese…… y el paraíso”, encontrará usted un ejemplo de ello; lo mismo podríamos decir de su amigo mejicano, el Dr. Javier Rivas Martínez y que desde este blog, a ambos les hemos cuestionado muchas de sus enseñanzas y que como antes hemos dicho, aún estamos esperando respuesta…… y nos consta que nos leen. Y teniendo en cuenta que nuestro único interés, querido amigo (y siempre que nos lo permita), es el ayudarle a salir de la confusión en la que se halla sumido, permítanos señalarle una pequeña estrategia para separar el grano de la paja, o sea, los planteamientos correctos, por tanto ajustados al registro sagrado y por ello beneficiosos para sus intereses, de aquellos que, digámoslo suavemente, no lo son tanto…… aunque lo parezcan: tenga usted siempre en cuenta, que la mejor manera de averiguar si un determinado planteamiento es correcto o no, es continuar con su desarrollo y ver en que acaba; y permítanos un ejemplo:

El citado Sr. Rivas, Médico Internista e Intensivista (que por lo visto, será algo muy importante ser eso) y que en sus blogs se define a sí mismo, como estudioso de las Santas Escrituras, investigador, evangelista, erudito y maestro bíblico (luego no estaríamos hablando de un cualquiera, intelectualmente hablando), hace una asombrosa interpretación acerca de Juan 5:28-29, compartida tanto por el Sr. Olcese, como por otros muchos de igual o más elevado nivel intelectual; pero veamos el pasaje en cuestión:

No se maravillen de esto, porque viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz 29 y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio.”

Y ahora veamos la interpretación que hace el amigo Rivas de dicho pasaje, sacada de un artículo titulado “La Biblia sí dice eso: que habrá dos resurrecciones” (04/02/10) y en el que después de recibir uno de nuestros escritos de reprobación acerca de semejante idea, nos contestaba lo que sigue y por tanto, reafirmándose en su planteamiento; pero leamos su enérgica respuesta:

La Biblia revela indiscutiblemente que habrá «dos resurrecciones»:

La primera: llamada «resurrección para vida».


La segunda: llamada «resurrección de juicio», «de condenación».


Ahora, querido amigo y puesto que ya tenemos una idea sobre la que trabajar, vamos a desarrollarla hasta sus últimas consecuencias y ver a dónde nos lleva; veamos:

Si los participantes en esa primera resurrección “para vida” son los justos de todas las edades, tal y como nos afirma el citado caballero en su artículo “Una resurrección simultánea (los Santos de Antiguo y Nuevo Testamento)” (18/03/10), eso significaría que todos ellos gobernarán junto a Cristo en el reino de Dios, según Rev. 20:6:

Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos la muerte segunda no tiene autoridad, sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él por los mil años.”

Luego si la segunda resurrección, dicho caballero nos la sitúa al final de los mil años y solo para juicio y condenación eterna…… ¿sobre quiénes entonces reinarán y ejercerán sus benéficas labores sacerdotales, durante ese período de tiempo, aquellos levantados en esa primera resurrección? ¿Luego qué va a ocurrir durante esos mil años? Porque el panorama que nos pinta D. Javier, es el de un período milenario que se inicia con una tierra repleta de perfectos e inmortales Hijos de Dios (cuantificada en millones, miles de millones, según el Sr. Olcese) ejerciendo como reyes y sacerdotes…… sobre nadie; porque no podemos contar tampoco con la gran muchedumbre de sobrevivientes de la gran tribulación de Rev. 7:9; 14, como súbditos de ese reino milenario, ya que según el Sr. Olcese y nunca desmentido por el Sr. Rivas, esas personas forman parte también de aquellos que junto a Cristo han de reinar. Entonces ¿a qué tipo de restauración se hace referencia en Hechos 3:21 y que tendría que producirse a partir de la segunda venida de Cristo en el poder del reino?

“…… a quien el cielo, en verdad, tiene que retener dentro de sí hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo.”

Luego ¿para qué tanto bombo y platillo acerca del reino milenario de Dios, como esperanza de la humanidad, si durante ese período de tiempo y de ser cierto el planteamiento del Sr. Rivas, no va a ocurrir nada, porque no habrá nadie sobre quién pueda ocurrir algo? Porque recordemos que los participantes de la llamada primera resurrección, ya se levantan como perfectos e inmortales Hijos de Dios al inicio del milenio, luego ¿sobre quiénes se cumplirán las cosas “que Dios habló por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo”? Y cosas de las que nosotros les contamos en nuestro anterior artículo (entre otros) “Pero…… ¿qué hay de nosotros?”; por lo tanto e incidiendo en el asunto, todas esas cosas que han de ocurrir durante el milenio, según los profetas ¿sobre quiénes ocurrirán, si lo que nos encontramos es con un reino, en el que no habrá súbditos?

Pero el disparate de la interpretación de D. Javier (repetimos, compartida por muchos) acerca de las dos resurrecciones de Juan 5:28-29, no se queda ahí, sino que nos plantea otras derivadas: por ejemplo ¿dónde metemos a Juan el Bautista, del que el propio Jesús aseguró que no estaría formando parte de esa gobernación real?:

En verdad les digo: Entre los nacidos de mujer no ha sido levantado uno mayor que Juan el Bautista; mas el que sea de los menores en el reino de los cielos es mayor que él.” (Mat. 11:11).

Pero otra parte y como segunda derivada, tenemos al malhechor ajusticiado al lado de Jesús y al que éste le prometió que estaría con él en el paraíso, cuando el caso es que dicho personaje no reunía los dos requisitos imprescindibles que Jesús y en conversación con Nicodemo, estableció para acceder al reino en calidad de gobernante:

Jesús contestó: “Muy verdaderamente te digo: A menos que uno nazca del agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios”.” (Juan 3:5).

Y no reunía esos dos requisitos, el nacer del agua y el nacer del espíritu, sencillamente porque murió antes de que estuvieran accesibles y circunstancia que se produjo en el Pentecostés de 33 E.C., cuando fue derramado el Espíritu Santo sobre los doce apóstoles. Entonces ¿qué hacemos con esos dos personajes? ¿Los metemos en la segunda resurrección del Sr. Rivas, para que sean destruidos eternamente como simples inicuos? Porque recordemos que en la primera resurrección, solo participan aquellos que han de reinar con Cristo (Rev. 20:6), luego si ni Juan ni el malhechor podían hacerlo, solo les queda la segunda resurrección al término de los mil años y que según el Dr. Rivas, es para destrucción eterna.

Pero entonces ¿cómo se entendería eso en el caso de Juan y del que Jesús afirmó, que era el más grande nacido de mujer; o en el caso del malhechor, que tenía la promesa directa de Jesús de ir al paraíso?

Pero por otra parte y como tercera derivada, tenemos que tampoco reunían los citados requisitos establecidos por Jesús, los mencionados santos del AT, o sea, los Abel, Noé, Lot, Abraham, Jacob, Moisés, David, Daniel, etc., etc., etc., porque el que fuera el último de ellos en morir, lo hizo más de 400 años antes de que los citados requisitos estuvieran accesibles, luego ¿cómo nos puede decir el Sr. Rivas, que esas personas se levantarán en la primera resurrección y en la que solo participan aquellos que han de reinar con Cristo, si no reunían los requisitos requeridos para ello, impuestos por el propio Jesús en su momento? ¿O nos está dando a entender D. Javier, que Jesús nos mintió? Porque si Jesús no nos mintió (como es obvio) y resulta que sin estos requisitos, es imposible reinar con él, significa que tanto Juan el Bautista, como el malhechor citado, así como los mismos santos del AT y que a tenor de lo que hemos leído, no los poseían, serán destruidos eternamente en la segunda resurrección de juicio y lo cual (que quiere qué le digamos) nos parece una animalada.

Y eso es lo que puede ocurrir, querido amigo, cuando uno va siguiendo el desarrollo de cualquier planteamiento que le quieran “vender”, para comprobar lo correcto o no del mismo: que si no es correcto, al final de su desarrollo deriva en situaciones tan esperpénticas como las que nos han ido apareciendo. Luego la conclusión a la que se debe de llegar, en tal caso, es que lo que nos plantea el Sr. Rivas (u otro en su defecto) y con toda su pretendida solvencia en conocimientos bíblicos, es un puro disparate y que el autor en cuestión, en consecuencia, no es más que un falso maestro; por tanto y llamando las cosas por su nombre, un agente de Satanás, a tenor las citadas palabras de 2 Ped. 2:1. Y créanos, querido amigo, ese método no falla nunca y es la auténtica prueba del nueve, para averiguar si lo que nos cuentan es verdad o no.

Pero como siempre aconsejamos, querido amigo, no se fie de lo que nosotros le decimos y cogiendo su Biblia, compruebe por usted mismo si en lo que le explicamos tenemos razón o en su defecto, la tienen los Sres. Rivas y Olcese y con lo que decida, sabrá en quién puede confiar para continuar en su deseo de aprender más acerca de los propósitos de Dios para con su creación. Y de todas maneras, muchas gracias por leernos.

MABEL

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