jueves, 18 de agosto de 2011

Respondiendo a D. Mario Olcese

Como primera providencia, D. Mario, permítame decirle que si usted se ha sentido ofendido, le presento públicas disculpas…… pero también me permito señalarle, que una cosa es insultar y otra muy distinta, es constatar una realidad; que nos podrá gustar o no, cierto es, pero que continúa siendo una realidad. No obstante, ahí están mis disculpas.

En cuanto a su primera pregunta, debo responderle que esa situación por usted planteada, no se puede producir y por lo tanto no hay caso, porque los textos que usted usa para tan extravagante afirmación, cuando se sitúan en su contexto natural y lo cual tiene perfectamente explicado, en mi artículo “Otro “errorcillo” del Sr. Olcese” en el caso del Salmo 110 y en el anterior a este “¿De qué va usted, D. Mario?”, en el caso de Rev. 2:26-27; 12:5 y 19:15, para nada apoyan su disparatado planteamiento. Por lo tanto, yo emplazo a todos aquellos de sus lectores que deseen conocer mi respuesta a esta primera cuestión que me plantea, que visiten mi blog y leyendo ambos artículos, saquen sus propias conclusiones.

En cuanto a su segunda pregunta, acerca de Zac. 14:16 en adelante, es cierto que no le respondí a esa cuestión, pero espero que comprenda que llevo mucha tarea entre manos y que no disponía de suficiente tiempo para considerarla con la debida atención (hay muchas cosas que yo no sé y necesito prepararme) y pensé que respondiendo a las otras cuestiones que usted me formulaba y de las que tenía más conocimiento, había más que suficiente. Y es que yo entendí, que si tenía razón en mis planteamientos con respecto de ellas, obviamente aunque yo no conociera en ese momento el significado de ese pasaje de Zacarías, este no podía ir en sentido contrario de manera alguna, al significado de esas otras cuestiones y a las que sí di respuesta.

Por lo tanto, es muy sorprendente que mientras no me dice absolutamente nada sobre si tengo razón o no, en cuanto a esas otras cuestiones atendidas, se limite a llamarme la atención sobre el único pasaje al que no respondí…… qué curioso ¿no? No obstante, D. Mario y puesto que me lo demanda, yo me comprometo públicamente a responderle adecuadamente a esa cuestión de Zac.14:16, cuando usted me responda a las dos preguntas que con anterioridad le formulé:

Teniendo en cuenta de la categórica afirmación de Jesús en Juan 3:5, en el sentido de que a menos que uno hubiera nacido del agua y del espíritu, no podía entrar en el reino de Dios……

¿A partir de cuándo, según usted, se hicieron accesibles dichos requisitos, para aquellos que desearan alcanzarlos?

Y como segunda pregunta y habida cuenta de que cuando inicia el milenio, en la tierra solo están, repito, solo están los gobernantes del reino, por una parte y la gran muchedumbre de sobrevivientes de la gran tribulación, por otra y que según usted, también tienen que gobernar en el reino junto a Cristo……

¿De dónde salen entonces, los “súbditos” de ese reino?

Ya después de eso, D. Mario, averiguaremos si se les trata a patadas o no; pero primero, creo que sería oportuno saber de quién estamos hablando ¿no le parece a usted?

Y es que con un mínimo de educación y caballerosidad, usted jamás me habría formulado estas preguntas, sin antes haber cumplimentado las mías, aunque solo fuera por el hecho…… de que yo pregunté primero. Por lo tanto, es usted un maleducado y un mal caballero; y de nuevo tengo que recordarle, que no estamos hablando de un insulto, sino de la mera constatación de una realidad…… ahí tiene la prueba. Lo que ocurre, es que mientras yo puedo contestar a sus preguntas, usted no puede contestarme las mías y si no es así…… pues adelante, esperamos todos encantados sus respuestas. Y procure ser conciso y probar sus afirmaciones con los debidos textos bíblicos de apoyo y no irse, como hace siempre, por los cerros de Úbeda. Y es que si usted no apoya sus argumentos con los pertinentes textos bíblicos, no pasan de ser simples opiniones personales sin valor alguno.

En cuanto a su tercera pregunta, no es nada difícil el saber a quién tiene uno por cabeza, por lo que no entiendo su ignorante actitud; y es que Pablo nos lo explicó de forma elocuente y sin ningún género de dudas:

Pero quiero que sepan que la cabeza de todo varón es el Cristo; a su vez, la cabeza de la mujer es el varón; a su vez, la cabeza del Cristo es Dios.” (1 Cor. 11:3).

Y por otra parte, no puede usted olvidar, que la humanidad y por derecho de “recompra”, en virtud de su sacrificio redentor, pasamos a convertirnos en hijos de Jesucristo (el segundo Adán) y que es lo que significa, el que Jehová le conceda el título, entre otros, de “Padre Eterno” (Isa. 9:6). Excepción hecha, claro está, de aquellos que Jehová elija para reconocerlos como Sus Hijos adoptivos, en consecuencia hermanos de Jesucristo y por lo tanto, herederos junto a él del reino en calidad de gobernantes y cuya cabeza, ya pasa a ser entonces, el propio Jehová, como Padre de ellos. Y si en el texto citado vemos a Jehová como cabeza del Cristo, obviamente por ser Su Padre…… pues más razón para Pablo, en el sentido de que Cristo es nuestra cabeza, por ser nuestro nuevo Padre (por decreto de Jehová, como hemos visto), al habernos comprado a todos por medio de su sangre…… ahora bien, si usted quiere cambiar el arreglo de Jehová…

Y en cuanto a la cuarta pregunta, tengo que partir de la base de que los dos estamos de acuerdo, en que la Biblia no se contradice. Por lo tanto, Pablo no podía estar hablando de ninguna manera de Abrahán como heredero de un mundo en calidad de gobernante, al igual que Cristo y sus asociados, dado que Abrahán no era Hijo de Dios, como tiene perfectamente probado en mi artículo antes mencionado “¿De qué va usted, D. Mario?” y por lo que de nuevo, me tomo el atrevimiento de emplazar a sus lectores y si realmente desean conocer mi respuesta, a leer dicho escrito…... y del que usted, por cierto, tampoco me ha dicho ni mu. Y es que el mundo, D. Mario, aparte de Cristo y sus asociados, también lo heredan, los sobrevivientes de la gran tribulación, así como aquellos que durante el milenio irán resucitando…… solo que en calidad de súbditos; más o menos cualificados, eso sí, pero súbditos en definitiva ¿o no sabe usted lo que es una herencia? Vea un pequeño ejemplo: un hijo mayor y sus hermanos heredan de su padre una gran mansión y otros muchos bienes, mientras que los miembros de la servidumbre y por un fiel servicio, el derecho a un empleo vitalicio…… los hijos, encabezados por el hermano mayor, pasan a ser los nuevos amos y los sirvientes, pues continúan siendo sirvientes, pero “herederos” en cuanto al amo original y autor del testamento, de un puesto de trabajo vitalicio…… luego ¿son herederos o no?

Y ya que estamos metidos en harina y relacionado con este tema, permítame por favor, una nueva pregunta:


¿A quién se dirigía Jesucristo, cuando dijo aquello de “…… hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo”? (Mat. 25:34), ¿quiénes eran, esos “ustedes” D. Mario?

Espero que haya quedado complacido y con ello no quiero decir, que mis respuestas le hayan convencido, pero eso es lo que yo entiendo acerca de los asuntos que me plantea; y por cierto, volviendo a lo mío…… ¿para cuándo D. Mario, la respuesta a mis tres preguntas? Observará que yo he cumplido con la diligencia apropiada al caso.

Armando López Golart


No hay comentarios:

Publicar un comentario