martes, 16 de agosto de 2011

Otro “errorcillo” del Sr. Olcese


Y es que no para en su intento de convencernos que no tiene ni idea de que va la película, en cuanto a entender la Biblia se refiere, porque veamos: en su video del 10 de Agosto “Las bondades del reino mesiánico”, D. Mario nos menciona el Sal. 89:19-29 diciendo “que Etán, el salmista, habla del pacto davídico y proclama que será cumplido cuando Dios haga a su primogénito, el más excelso de los reyes de la tierra” y refiriéndose, por supuesto, a Jesucristo. Hasta aquí bien, porque estamos hablando de un salmo eminentemente profético y dirigido a nuestros días, pero es que resulta que en un artículo anterior titulado “¿Será el legendario rey David, un mero súbdito de su reino?”, , en uno de sus párrafos, cita el mismo Sal. 89 y en este caso el verso 20, pero aplicándoselo a David, que para el tiempo en que se escribió dicho salmo y como tuvimos que recordarle, ya había muerto; pero vean le cita:

¿Pero acaso nos hemos olvidado que David fue un ungido de Dios, un hijo de Dios y un rey destacable en Su reino (Sal.89:20)?” (Negritas nuestras).

Pero fíjense también, que en su actual cita, D. Mario nos dice y en línea con el versículo 27 “cuando Dios haga a su primogénito, el más……”, luego reconoce a Jesucristo como el “primogénito” de Dios…… pero que tal cosa no podría ser, si como absurdamente afirma, Abrahán, David o cualquier otro, hubiera sido reconocido en su tiempo, como Hijo de Dios: porque si ello hubiera sido así y siempre según nos afirma dicho caballero, Jesucristo podría haber sido el segundo, el tercero, el vigésimo quinto o el que hacía treinta y siete mil, tres cientos setenta y un Hijo de Dios, por decir algo…… pero nunca el primero y que es precisamente lo que significa el término “primogénito”:

“…… porque a los que dio su primer reconocimiento también los predeterminó para que fueran hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito entre muchos hermanos.” (Rom. 8:29).

Pero esto y con ser un despropósito, muy propio de quién lo afirma, es una minucia al lado de lo que les queremos contar y razón por la que escribimos este artículo. Porque a continuación de lo que les acabamos de señalar, D. Mario nos plantea la siguiente conclusión:

“……. en el Salmo 110, David dice que vendrá un tiempo, cuando Dios pondrá a los enemigos del Mesías como estrado bajo sus pies; eso ocurrirá cuando el Mesías extienda su cetro de poder dese Sión. En ese tiempo, el dominará en medio de sus enemigos, es decir, los enemigos de Jesús serán súbditos de su reino…… el gobernará sobre sus enemigos……”

Y el pasaje de ese Salmo 110 al que hace referencia, es el comprendido en los versos 1-2:

La expresión de Jehová a mi Señor es: “Siéntate a mi diestra hasta que coloque a tus enemigos como banquillo para tus pies”. 2 La vara de tu fuerza Jehová enviará desde Sión, diciendo: “Ve sojuzgando en medio de tus enemigos”.”

Luego la citada conclusión, no es más que un puro disparate sin fundamento bíblico alguno del Sr. Olcese, porque el problema de este planteamiento ya empieza, en que para después de la gran tribulación y que culmina con la batalla de Armagedón, que es cuando inicia el reino y Cristo y sus asociados toman posesión del mismo, sobre la Tierra solo están ellos y la gran muchedumbre de sobrevivientes de eso catastróficos sucesos causados por “la ira de Jehová” (Rev. 19:15b) y en donde el resto de la humanidad, ha sido totalmente destruida: luego solo esos sobrevivientes pueden ser los súbditos del reino y por tanto, los “enemigos” de Jesucristo (según disparatada idea de D. Mario), porque repetimos, no queda nadie más. Pero es que resulta que de esa gran muchedumbre de supuestos “enemigos”, se nos dice lo siguiente:

Estos son los que salen de la gran tribulación y han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. 15 Por eso están delante del trono de Dios; y le están rindiendo servicio sagrado día y noche en su templo; y El que está sentado en el trono extenderá su tienda (en señal de aprobación) sobre ellos. 16 Ya no tendrán hambre ni tendrán más sed, ni los batirá el sol ni ningún calor abrasador, 17 porque el Cordero, que está en medio del trono, los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida. Y Dios limpiará toda lágrima de los ojos de ellos.” (Rev. 7:14-17). (Acotación nuestra).

Luego esas personas podrán ser cualquier cosa, menos “enemigos” de Jesucristo: son personas que han aceptado su sacrificio redentor y “por eso”, están sirviendo a Dios día y noche y reciben en correspondencia, el bondadoso trato que se les dispensa: eso es lo que dicen las Escrituras…… siempre y cuando D. Mario no nos salga, conque Jesucristo no entendió ni jota de la revelación de su Padre Celestial, o que el ángel que se la transmitió a Juan estaba “pirao”, o que éste, no se enteraba de la película…… viniendo del Sr. Olcese y visto lo visto, cualquier cosa.

Y quizás ustedes, queridos lectores, se preguntarán ¿dónde está pues, el problema de este contrasentido? Pues una vez más, en la falta de capacidad del Sr. Olcese de tratar la Biblia con el respeto que se merece, o sea, sacando una vez más y en beneficio de su particular ego, unos textos de su contexto natural, para que parezcan decir aquello que él necesita que digan, para sostener sus disparatados planteamientos. Porque el contexto de esos dos primeros versos del Salmo 110 y que ya les hemos citado, son los 4 siguientes y que para nada nos hablan de un tiempo de gobernación, sino de un tiempo de guerra, juicio y destrucción:

Tu pueblo se ofrecerá de buena gana en el día de tu fuerza militar. En los esplendores de la santidad, desde la matriz del alba, tienes tu compañía de hombres jóvenes justamente como gotas de rocío. 4 Jehová ha jurado (y no sentirá pesar): “¡Tú eres sacerdote hasta tiempo indefinido a la manera de Melquisedec!”. 5 Jehová mismo a tu diestra ciertamente hará pedazos a reyes en el día de su cólera. 6 Ejecutará juicio entre las naciones; causará una plenitud de cuerpos muertos. Ciertamente hará pedazos al que es cabeza (suponemos que el anticristo, como representante de Satanás) sobre una tierra populosa.” (Acotación nuestra).

Porque es que además, solo la lógica y el sentido común nos dicen que la batalla de Armagedón, se tiene que pelear por algo y que este algo solo puede ser, precisamente, el acabar con los enemigos de Jesucristo, como se nos muestra en el profético Sal. 2:1-3:

¿Por qué han estado en tumulto las naciones y los grupos nacionales mismos han seguido hablando entre dientes una cosa vacía? 2 Los reyes de la tierra toman su posición y los altos funcionarios mismos se han reunido en masa como uno solo contra Jehová y contra su ungido 3 y dicen: “¡Rompamos sus ataduras y echemos de nosotros sus cuerdas!”.”

No olvidemos, por otra parte, cierta afirmación de Jesús en lo que se conoce como la parábola de las minas y registrada en Luc. 19:11-27 y en donde hablando del momento de su futura segunda venida, incluye dos textos que no parecen tener demasiada relación con el sentido general de la ilustración. Uno lo encontramos en el versículo 14 y que nos dice así:

Pero sus ciudadanos lo odiaban y enviaron tras él un cuerpo de embajadores a decir: “No queremos que este llegue a ser rey sobre nosotros”.”

Y Jesús finaliza la ilustración, con otro texto (el 27) que, repetimos, nada parece tener que ver con el sentido último de la parábola en cuestión:

Además, a estos enemigos míos que no querían que yo llegara a ser rey sobre ellos, tráiganlos acá y degüéllenlos delante de mí.”

Y lo cual no deja de ser un aviso a navegantes, acerca de la finalidad última de la batalla de Armagedón. Porque si los que entran al reino, continúan siendo “enemigos” de Jesucristo ¿qué objetivo tendría esa citada batalla? ¿No quedamos en este Sal. 2:1-3, que son las naciones con sus mandatarios al frente, las que están contra Jehová y su ungido y que por lo tanto, no quieren que él llegue a ser rey sobre ellos? Luego es contra estas personas, sus “enemigos” que no le quieren como rey, que pelea Jesucristo y su ejército para destruirlas:

Y vi a la bestia salvaje y a los reyes de la tierra y a sus ejércitos reunidos para hacer la guerra contra el que iba sentado en el caballo y contra su ejército.” (Rev. 19:19).

No perdamos de vista el hecho, de que el sentido correcto de Rev. 7:9, cuando nos habla de la gran muchedumbre, es el de miembros individuales de las naciones y no de la totalidad de los componentes de cada nación.

Y es que toda la Escritura, va orientada a que la venganza de Jehová o el día de Su ira, tiene que ver con la destrucción de aquellos que se oponen a su gobernación, por tanto sus “enemigos”, mediante Jesucristo y sus asociados (Sof. 1:14-18), así como de la salvación de aquellos que con ansia nos apegamos y esperamos el momento de la instauración de dicha gobernación sobre la tierra. Porque veamos que nos dijo Jesús:

Porque así como eran los días de Noé, así será la presencia del Hijo del hombre. 38 Porque como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, los hombres casándose y las mujeres siendo dadas en matrimonio, hasta el día en que Noé entró en el arca; 39 y no hicieron caso hasta que vino el diluvio y los barrió a todos, así será la presencia del Hijo del hombre.” (Mat. 24:37-39).

Y la idea que nos queda de ese pasaje, es que solo se salvaron aquellos que eran amigos de Jehová y que lo probaron mediante colaborar en la obra encomendada y la cual oportunidad para hacerlo, se extendió por los aproximadamente 50 años que se supone duró la construcción del arca. Porque solo ocho personas fieles a Jehová, no enemigas por tanto, sobrevivieron a ese cataclismo; luego si Jesús nos dijo que así como fueron los días de Noé, serían los tiempos de su presencia o venida, tendríamos que suponer con toda lógica que tanto aquellos que se opongan radicalmente, como incluso aquellos que no manifiesten su expreso acuerdo en que Jehová tome las riendas del asunto, mediante el establecimiento de su reino, serán destruidos. Tomemos nota, que si bien Jehová trajo el diluvio por la maldad del hombre y que degeneraba en violencia (Gén. 6:5; 13), Jesús puso el acento en otro aspecto: en el hecho de que los miembros de aquella humanidad perversa “no hicieron caso”, obviamente a una advertencia recibida, ya que a Noé se le llama “predicador de justicia” (2 Ped. 2:5). La predicación de justicia que Noé hizo antes del diluvio, probablemente incluyó una llamada al arrepentimiento y una clara advertencia de la destrucción venidera, como se desprende del citado comentario de Jesús, en el sentido de que las personas “no hicieron caso” (o “no escucharon”, según versiones).

Luego lo que queda claro, es que una vez más el Sr. Olcese falsea los hechos al asegurar que los súbditos del reino, serán “enemigos” de Jesucristo y que para sostener tan disparatado e ilógico planteamiento (todo el contexto bíblico está en contra), no duda en sacar textos de su contexto y adulterar su sentido natural, para seguir manteniendo su propio ego. Por lo tanto y ante tal actitud, nada de lo que pueda provenir de ese caballero en materia bíblica, puede ser tomado en cuenta ya que como hemos probado desde este blog y hasta la saciedad, carece de la capacidad necesaria para razonar con un mínimo de lógica y sentido común sobre el texto sagrado. Y ello demuestra a las claras, que carece del necesario espíritu guiador de la verdad y que debe de caracterizar a todo “ungido” o Hijo de Dios, como presuntuosamente afirma ser:

Sin embargo, cuando llegue aquel, el espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propio impulso, sino que hablará las cosas que oye, y les declarará las cosas que vienen.” (Juan 16:13).

Y dado que D. Mario parece estar más perdido que un pato dentro de un garaje, en cuestiones bíblicas, solo podemos concluir que estamos hablando de un falso maestro y enemigo de Jehová, no solo porque está tergiversando Su Palabra, sino porque tercamente y con toda clase de triquiñuela tramposa, rehúsa considerar la posibilidad de estar equivocado y con lo cual, contribuye a extraviar a otros…… a pesar de tener toda la evidencia en contra suya y por lo que no es más, que una de esas personas a las que menciona en sus palabras el apóstolPablo:

Ahora, si las buenas nuevas que declaramos están de hecho veladas, están veladas entre los que están pereciendo, 4 entre quienes el dios de este sistema de cosas ha cegado las mentes de los incrédulos, para que no pase a ellos la iluminación de las gloriosas buenas nuevas acerca del Cristo, que es la imagen de Dios.” (2 Cor. 4:3-4).

MABEL

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