lunes, 10 de octubre de 2011

Apologista…… y Oseas 3:4-5

Hace poco, concretamente el pasado día 4 del mes en curso, D. Mario Olcese publicó un artículo titulado “Oseas 3:4-5: ¡una profecía notable!” y cuya autoría afirma ser de un tal Sidney A. Hatch (Master en Teología) y que el Sr. Olcese se limita tan solo a traducir…… al menos eso afirma él. Y si añadimos esa coletilla, es porque nos da la impresión, malpensados que somos (ya saben, cosas de la edad), que en el mismo hay mucho de cosecha propia y con lo que de ser así, D. Mario estaría cometiendo una incorrección rayana en el delito, porque estaría poniendo en boca de otra persona, ideas o aclaraciones, que esta no ha dicho; y ya dejando aparte, el hecho de que nos estaría mintiendo a todos aquellos que leemos el citado artículo, pensando que son los argumentos de todo un Master en Teología (y que para entendernos, viene a ser como un maestro de maestros), cuando en realidad, lo que estaríamos leyendo serían las clásicas y esperpénticas propuestas del Sr. Olcese. Pero en todo caso, es notorio el interés de D. Mario en la publicación del mismo, pues está en línea con sus postulados y puesto que lo ha traducido y lo ha publicado en su blog, podríamos tomar esas palabras (y así vamos a hacerlo) como propias del Sr. Olcese; y partiendo de esta premisa vamos a analizarlo. Para ello, les transcribiremos en primer lugar, el pasaje de Oseas 3:4-5:

Es porque por muchos días los hijos de Israel morarán sin rey y sin príncipe y sin sacrificio y sin columna y sin efod y terafim. 5 Después los hijos de Israel volverán y ciertamente buscarán a Jehová su Dios y a David su rey; y ciertamente vendrán retemblando a Jehová y a su bondad en la parte final de los días.”

¿Se acuerdan ustedes del artículo “Efe. 2:20, no dice eso, Sr. Olcese” que publicamos el pasado día 7? En él señalábamos que el citado caballero, había visto que en dicho pasaje se hacía mención a los profetas y eso le parecía suficiente prueba, para usarlo como argumento y lanzarse como un desaforado en su afán por sostener su insostenible teoría, acerca de los notables del AT (los Abrahán, David, Moisés, Daniel, etc.) reinando al lado de Jesucristo en el reino de Dios; y por lo que tuvimos que darle un soplamocos, al que todavía no ha respondido. Pues bien, estamos en el mismo caso: dicho caballero ha visto en ese pasaje la expresión “…… buscarán a Jehová su Dios y a David su rey” y ¡Eureka!, ya se le han vuelto los ojos del revés, le ha dado el “telele” y vean lo que ha escrito (o en su defecto ha asumido), en el apartado 3 de ese artículo y que transcribimos sin ningún retoque:

Y a David su rey”. ¡Sí, ellos buscarán también a David su rey! La locución “Y a David su rey” indica buscar a ambos, a Jehová y a David su rey. La mayoría de los comentaristas identifican a este David con el hijo de David, El Señor Jesucristo. ¿Pero por qué no significaría también literalmente al mismísimo legendario rey David? Jeremías y Ezequiel predijeron que David reinaría en el reino de Cristo (Jer. 30:9; Ezequiel 34:23-24; 37:22,24). Y a Abraham, a Isaac, y a Jacob se les prometió lugares de honor en ese reino (Daniel 12:13: Mateo 8:11). Si David estuviese destinado a ser un mero vasallo de su propio reino como sostienen los Testigos de Jehová, sería extraño que el rey del reino llevase el mismo nombre de David, su padre, quien finalmente, según esta secta, será sólo un plebeyo de su reino. El mismo hecho de que se nos confunde un poco de quién se trata este David mencionado por los profetas, nos induce a pensar que la razón de esa aparente confusión es para que veamos al legendario rey David como un rey asociado en el reino, y no como un mero plebeyo. Definitivamente David no será un plebeyo en el reino de su noble Hijo.” (Negritas nuestras).

Y decíamos antes que esto lo ha escrito el Sr. Olcese, porque a una persona que es Master en Teología, le es imposible el escribir semejante salvajada; pero aun en el caso de que fuera así, el Sr. Olcese, al traducirlo y publicarlo, hace suya semejante salvajada. Por lo tanto, diremos en primer lugar y empezando por el final del párrafo transcrito, que claro que entendemos que a D. Mario le “confunda” el no saber de quién se habla realmente al hacer mención de David en ese pasaje, pero no porque el tema sea confuso en sí mismo, sino porque dicho caballero es un analfabeto integral en conocimientos bíblicos y no sabe ni por donde le sopla el viento; lo contrario, el que no le confundiera, es lo que sería noticia. Por eso es “inducido” a pensar, que eso significa que veremos a David reinando con Cristo, pero no porque lo digan las Escrituras, sino debido a la empanada mental que lleva y a su paranoia de que los santos del AT, han de reinar con Cristo, sí o sí; pero ¿y por qué tanto empeño, quizás se preguntarán ustedes?...... pues porque de no ser así, le es completamente imposible explicarnos su extraña interpretación de las dos resurrecciones de Juan 5:28-29. Porque claro, si esos personajes no pueden reinar con Cristo en el reino, tampoco pueden participar de la primera resurrección (Rev. 20:6), lo que les condena a participar en una segunda al fin de los mil años de reinado de Cristo, siempre según esos “genios” de la interpretación bíblica, los Sres. Olcese y Rivas y que es para destrucción eterna de los inicuos…… y claro, en este caso, problema “habemus”; porque un Abrahán, o un David, o un Moisés y tantísimos otros, destruidos eternamente por inicuos, como un pelín fuerte si es ¿no creen? Y es que esta y no otra, es la verdadera razón de tanto empecinamiento en colocar a los notables del AT, gobernando con Cristo; y claro, como esos caballeros y en su indigencia mental, no llegan a más, ¡pues nada! a modificar los planes de Jehová para con esos personajes, para que se ajusten a los suyos propios.

Y dicho esto, pasemos al grueso del asunto y en donde podríamos empezar, reproduciendo la primera frase de ese párrafo transcrito:

Y a David su rey”. ¡Sí, ellos buscarán también a David su rey! La locución “Y a David su rey” indica buscar a ambos, a Jehová y a David su rey. La mayoría de los comentaristas identifican a este David con el hijo de David, El Señor Jesucristo.”

Luego el Sr. Olcese asume que la mayoría de los expertos en ese tema, están de acuerdo con que en ese pasaje de Oseas 3:5, al personaje que se hace referencia no es al literal rey David, sino a su futuro descendiente y que se llamaría Jesucristo. Porque puesto que en ese momento de la profecía, no había ni hombre ni nombre (Jesús aún no existía) Jehová y para transmitir la idea, uso esa alegoría para presentar al pueblo sus propósitos acerca de una verdadera restauración del reino, en un desconocido personaje al modo del anterior rey David. Sin embargo, al Sr. Olcese ya se le han cruzado los cables cuando ha leído el texto y pasándose por el forro de los pantalones lo que dicen los expertos en ese tema, vean lo que disparatadamente propone:

¿Pero por qué no significaría también literalmente al mismísimo legendario rey David? Jeremías y Ezequiel predijeron que David reinaría en el reino de Cristo (Jer. 30:9; Ezequiel 34:23-24; 37:22,24). Y a Abraham, a Isaac, y a Jacob se les prometió lugares de honor en ese reino (Daniel 12:13: Mateo 8:11).” (Negritas nuestras).

Luego veamos que nos dicen esos textos que nos señala D. Mario, de los citados profetas y comprobemos si es verdad que “predicen” que David reinaría al lado de Jesucristo en el reino milenario:

Jer. 30:9
:

Y ellos ciertamente servirán a Jehová su Dios y a David su rey, a quien levantaré para ellos.”

Pero analicemos la cuestión: si las personas tenían que servir a Jehová y al rey que les levantaría y ese fuera el literal rey David ¿qué pintaría en ese cuadro, el heredero legal a dicho trono, Jesucristo? Recordemos un acontecimiento ocurrido en Jerusalén y que nos habla de a quién realmente esperaban (y esperan) los judíos, quienes también habían leído al profeta Jeremías y, lógicamente, sus palabras del pasaje 30:9; luego veamos que hicieron:

Al día siguiente la gran muchedumbre que había venido a la fiesta, al oír que Jesús venía a Jerusalén, 13 tomaron ramas de palmeras y salieron a su encuentro. Y se pusieron a gritar: “¡Salva, te rogamos! ¡Bendito es el que viene en el nombre de Jehová, sí, el rey de Israel!”.”

Luego queda claro que no estaban esperando a David como su rey, sino a su heredero legal, Jesús y al que recibieron como se recibía a los reyes de Israel; pero es que además, en la parábola de las ovejas y las cabras, leemos lo siguiente:

Cuando el Hijo del hombre llegue en su gloria y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre su glorioso trono. 32 Y todas las naciones serán reunidas delante de él y separará a la gente unos de otros, así como el pastor separa las ovejas de las cabras. 33 Y pondrá las ovejas a su derecha, pero las cabras a su izquierda. 34 Entonces dirá el rey a los de su derecha……” (Mat. 25:31-34).

Entonces resulta el que está sentado en el trono y ejerciendo como rey, es el Hijo del hombre y apelativo por el que es reconocido Jesucristo…… y no David; por lo tanto y dado que la Biblia no se contradice, Jer. 30:9 de ninguna manera nos puede estar hablando de David y en consecuencia, nada nos puede “predecir” ese pasaje, en el sentido de que éste reinará con Cristo…… en definitiva, que no dice nada de eso. Pero veamos ahora, lo que nos dice el profeta Ezequiel.

Ezeq. 34:23-24:

Y ciertamente levantaré sobre ellas un solo pastor y él tiene que apacentarlas, aun mi siervo David. Él mismo las apacentará y él mismo llegará a ser su pastor. 24 Y yo mismo, Jehová, ciertamente llegaré a ser el Dios de ellas; y mi siervo David, un principal en medio de ellas. Yo mismo, Jehová, he hablado.”

Y todos sabemos o conocemos las palabras que Jesús dijo en su momento, reconociéndose como el pastor superlativo de Jehová:

Yo soy el pastor excelente; el pastor excelente entrega su alma a favor de las ovejas. 12 El asalariado, que no es pastor y a quien las ovejas no pertenecen como suyas propias, ve venir al lobo y abandona las ovejas y huye y el lobo las arrebata y las desparrama 13 porque es asalariado y no le importan las ovejas. 14 Yo soy el pastor excelente y conozco a mis ovejas y mis ovejas me conocen a mí, 15 así como el Padre me conoce y yo conozco al Padre; y yo entrego mi alma a favor de las ovejas.” (Juan 10:11-15).

Y puesto que Jesús se reconoce como el pastor excelente profetizado y que efectivamente, entregó su alma por sus ovejas (algo que no hizo el rey David), es evidente que de quién nos está hablando proféticamente el pasaje de Ezeq. 34:23-24, no es de David, sino de Jesucristo; y puesto que no nos habla de él (de David), no se puede deducir de ninguna manera de ese pasaje, algo siquiera parecido a una insinuación que David de algún modo, pudiera reinar con Cristo durante el milenio. Pero sigamos analizando la siguiente porción bíblica y en dónde también y según tan “entendido” caballero, el profeta “nos predice” que David reinará con Jesucristo:

Ezeq. 37:22; 24:

Y realmente los haré una sola nación en la tierra, en las montañas de Israel y un solo rey es lo que todos ellos llegarán a tener como rey y ya no continuarán siendo dos naciones, ni estarán ya divididos en dos reinos (……) 24 Y mi siervo David será rey sobre ellos y un solo pastor es lo que todos llegarán a tener; y en mis decisiones judiciales andarán y mis estatutos guardarán y ciertamente los ejecutarán.”

Luego vemos que esa nación ya de nuevo unificada y según el verso 22, tendría “un solo rey” sobre ellos, entonces ¿de quién se nos está hablando como su único rey: de Jesucristo o de David? Obviamente de Jesucristo, según todo lo considerado hasta ahora y por lo cual de nuevo, la expresión “mi siervo David será rey sobre ellos”, se refiere proféticamente a Jesucristo y por lo que de ninguna manera, consecuentemente, se menciona siquiera mínimamente en este cuadro al rey David; máxime cuando se hace referencia a lo de “un solo pastor” y que aplica únicamente a Jesucristo, extremo que ya hemos analizado con anterioridad.

Por lo tanto y a nuestro entender, queridos lectores y ahí están las pruebas aportadas, ni el profeta Jeremías ni el propio Ezequiel predijeron nada, pero absolutamente nada de nada, en el sentido de que David reinaría en el reino de Dios con Cristo, sino que ni siquiera hacen mención de él, puesto que nos están hablando del futuro personaje que lo representaría de manera superlativa y que muchos han dado en llamar, el David Mayor, Jesucristo el Hijo de Dios. Luego una vez más, el Sr. Olcese y en una clara demostración de que no tiene la más remota idea de lo que se nos dice en el registro sagrado, nos ha mentido, intentando colarnos una serie de burdas invenciones de algo que no se dice en las Escrituras y lo cual, es una nueva muestra de la “credibilidad” que merece cualquier cosa que ese caballero publique acerca de la Biblia. Se ve que no tuvimos bastante con lo señalado de Efe. 2:20, o con lo de la aplicación del profético Sal. 89:20, al rey David, cuando resulta que para cuando se escribió dicho salmo, éste ya había muerto, o cuando aplicó el Sal. 72 a David, siendo como es, un salmo dedicado a su hijo Salomón. Errores impropios de todo un diplomado en teología y que solo nos hablan de su desvarío en un desesperado intento de salirse con la suya y en el que no vacila en mentirnos, con tal de conseguir sus objetivos…… lo propio de un falso maestro y por ende, agente de Satanás; pero veamos un último punto:

Y a Abraham, a Isaac, y a Jacob se les prometió lugares de honor en ese reino (Daniel 12:13: Mateo 8:11). Si David estuviese destinado a ser un mero vasallo de su propio reino como sostienen los Testigos de Jehová, sería extraño que el rey del reino llevase el mismo nombre de David, su padre, quien finalmente, según esta secta, será sólo un plebeyo de su reino.”

Luego leamos que nos dicen esos textos, para ver si realmente y en esta ocasión, de verdad se predijo o se prometió algo a alguien:

Dan. 12:13:

Y en cuanto a ti mismo, ve hacia el fin; y descansarás, pero te pondrás de pie para tu porción al fin de los días.”

¿Y cuál era la porción de Daniel al fin de los días? ¿Es que acaso en algún lugar de las Escrituras, nos dice que esta sea la de reinar con Cristo en el reino de Dios? Obviamente no, ni siquiera a lo largo del propio libro de Daniel se da alguna pequeña indicación o mínima sugerencia, de que ello pudiera ser así; pero veamos que nos dice el siguiente texto que nos cita D. Mario y que seguramente presume que tiene relación, con el que acabamos de analizar:

Mat. 8:11:

Pero les digo que muchos vendrán de las partes orientales y de las partes occidentales y se reclinarán a la mesa con Abrahán e Isaac y Jacob en el reino de los cielos.”

Bien ¿pero que se nos dice en ese pasaje, como no sea que esos personajes estarán en el reino de Dios, a diferencia de aquellos incrédulos fariseos que por su actitud de rechazo a Jesús, no lo estarán…… y algo que ya sabemos? ¿Nos dice acaso ese texto, expresamente que los citados personajes, ocuparán un trono en ese reino de Dios, al lado de Jesucristo? Obviamente no lo dice, como no lo dice en ningún otro lugar de las Escrituras; es más: si se lee con atención este pasaje de Mat . 8:11, vemos que en el mismo ya nos dice todo lo contrario de lo que cree el Sr. Olcese que dice, pues de lo que en él se lee, queda claro que esos personajes no son reyes en ese gobierno del reino. Luego si eso es así ¿por qué tenemos que dar algo por supuesto, como hace el Sr. Olcese, cuando las Escrituras no dicen nada de ello? ¿Por qué tiene ese señor la mala costumbre de contravenir constantemente la admonición de Pablo (en todo caso de Jehová), en el sentido de “no ir más allá de lo que está escrito” (1 Cor. 4:6)? En todo caso, lo vamos a dejar aquí y a ver si el amigo Mario, es capaz de dar con la tecla…… y si no es capaz, que nos lo diga públicamente y nosotros se lo explicaremos.

Por otra parte, por supuesto que ocuparán lugares de privilegio en el reino ¿quién ha dicho lo contrario? Y es que el Sr. Olcese miente como un bellaco, cuando afirma que los TJ (o nosotros mismos), sitúan a esos personajes como meros plebeyos del reino, cuando la realidad es que siempre se ha afirmado que ocuparán lugares encumbrados o de privilegio, en virtud del Salmo 45:16, eso sí, en sujeción a los Hijos de Dios, que encabezados por Jesucristo serán los reyes del milenio:

En lugar de tus antepasados llegará a haber tus hijos, a quienes nombrarás príncipes en toda la tierra.”

Y algo sabremos de esto los dos autores de este blog, que por más de 30 años cada uno, fuimos miembros de esa organización y que jamás hemos leído otra cosa en las distintas publicaciones de la misma. Por ello decimos que ese caballero miente y además con alevosía, pues desde este blog se le ha advertido en innumerables ocasiones de esta circunstancia; incluso no hace mucho y en uno de nuestros artículos, le desafiábamos que sacara alguna publicación de ese secta o alguno de nuestros escritos, en donde se afirmara tal cosa…… obviamente no lo ha hecho, porque no existen tales pruebas; pero sin embargo, continúa vergonzosamente mintiendo en ese mismo extremo y a sabiendas de que lo hace: todo un ejemplo de cómo se debe comportar un Hijo de Dios, según se autoproclama. Y por otra parte, si desean más información acerca de ese tema de Mat. 8:11, pueden leer nuestro artículo “La “mesa” del reino de Dios” y en donde le explicamos a D. Mario, de que va la película…… según nuestro entender, claro.

Y la conclusión que nosotros sacamos, queridos lectores, es la de que D. Mario está dando palos de ciego y en donde parece que todo vale, al encontrarse con serias dificultades en cuanto a poder rebatir nuestros argumentos y, como una vulgar cotorra, continua repitiendo vez tras vez las mismas memeces, quizás pensando que una mentira a fuerza de mucho repetirla, al final se hace verdad; y claro, esa deriva le lleva a tergiversar textos bíblicos, como les estamos mostrando a ustedes en nuestros artículos, en un intento desesperado de hacer valer sus absurdos planteamientos: los notables del AT, reinando con Jesucristo en el reino…… y las vacas volando de flor en flor ¿no Sr. Olcese?

Y una vez más, recordarles que ustedes son los árbitros de este “partido”, ya que a nosotros nos tiene sin cuidado lo que diga o haga dicho caballero, pues nada que no sepamos ya nos puede aportar; lo que nos importa y por ello entramos al debate, es el que ustedes puedan y si así lo desean, adelantar en su conocimiento de las Escrituras, contrastando dichas opiniones con su ejemplar de la Biblia y sacar sus lógicas y propias conclusiones…… y es que dentro de nada, ese conocimiento o el uso que se pueda hacer de él, será de vital importancia para todos los habitantes de la Tierra.

MABEL

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